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Memorias de Nómada Numero 7

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memorias nomada<br />

<strong>de</strong><br />

Cultura y Arte <strong>Numero</strong> 7 - Ano 2


Porno, luego existo<br />

En esta edición <strong>de</strong>cidimos hablar <strong>de</strong> un tema que resultó ser más controversial y extenso <strong>de</strong> lo que<br />

nosotros creímos: el porno. Sabemos que es un tema digno <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollarse en una enciclopedia <strong>de</strong><br />

veinte tomos, así que abordamos temas muy específicos que se relacionan con el big boss.<br />

Lo primero fue encontrar datos y experiencias <strong>de</strong> primera mano. Mandamos a uno <strong>de</strong> nuestros<br />

colaboradores a explorar en un sitio <strong>de</strong> proyección <strong>de</strong> películas para adultos. Jesús Cámara Ríos en la<br />

H no es muda habla <strong>de</strong> su estudio <strong>de</strong> campo en la crónica “Una parada en el Salvador Carrillo”.<br />

También buscamos a testigos <strong>de</strong>l porno que nos hablaran <strong>de</strong> sus hábitos o veteranías más inusuales<br />

aunque sea bajo el anonimato. En la entrevista “Me gustan tanto los hombres que me gusta ver sexo<br />

entre ellos”, Yobaín Vázquez y yo, Katia Rejón, hablamos con dos chicas a quienes les gusta el porno<br />

gay. Por su parte, Josué Tello Torres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Quintana Roo nos comparte anécdotas y confesiones <strong>de</strong> un<br />

adicto al porno en una entrevista titulada “De Tv notas al Camp 4 o cómo Nacho se ha adaptado a ver<br />

porno”.<br />

Yobaín Vázques Bailón escribe en Síndrome <strong>de</strong> papelera el artículo “La última barrera <strong>de</strong> la<br />

intimidad” y propone que es la pasión lectora el verda<strong>de</strong>ro misterio <strong>de</strong> los actores y actrices porno; en<br />

Mal <strong>de</strong> puerco escribo acerca <strong>de</strong>l concepto “pornográfico” y su evolución a lo largo <strong>de</strong> la historia: “La<br />

pornificación <strong>de</strong> la cultura y la culturización <strong>de</strong> la pornografía”. Y Graciela Montalvo comparte<br />

algunas estadísticas y datos curiosos acerca <strong>de</strong> esta industria.<br />

En colaboraciones tenemos la alegría <strong>de</strong> compartir un texto acerca <strong>de</strong> los cuartos oscuros <strong>de</strong> Mérida a<br />

cargo <strong>de</strong> Erik Uh Huchim. Y sobre la industria posporno en el artículo “Del porno para mujer al<br />

feminismo que no existe” <strong>de</strong> Sergio Aguilar. Así como un texto <strong>de</strong>l estilo Ego Sum Qui Sum (blog) <strong>de</strong><br />

Maik Civeira titulado “La bella y la bestia” que habla <strong>de</strong> las relaciones entre monstruos y mujeres en<br />

el cine. Y un ensayo que tiene como hilo conductor la famosa frase <strong>de</strong> Internet: Send nu<strong>de</strong>s, por Elías<br />

Hernán<strong>de</strong>z Escalante.<br />

Hoja <strong>de</strong> Arce presta sus páginas para el cuento “Un Miyagi <strong>de</strong>l porno” <strong>de</strong>l narrador Ricardo Guerra<br />

<strong>de</strong> la Peña. Y en la sección <strong>de</strong> Galería presentamos el trabajo grotesco y asombroso <strong>de</strong>l ilustrador y<br />

escritor tabasqueño Carlos Dzul. Para las ilustraciones contamos con el valiosísimo trabajo <strong>de</strong> Magui<br />

González Osés y sus trazos tan elegantes; Alejandro Doporto quien publica su trabajo en la página<br />

Monstrozo Ilustración; y Luis Cruces Gómez quien es también nuestro artista <strong>de</strong> cabecera.<br />

Los invitamos a probar, entonces, ¡nuestros servicios textuales!


INDICE<br />

Una parada en el salvador Carrillo<br />

Por Jesús Cámara Ríos B-----------------------------------------D P.2<br />

La pornificación <strong>de</strong> la cultura<br />

Por Katia Rejón B--------------------------------------------------D P.6<br />

¡Send nu<strong>de</strong>s!:EL porno sin artificio<br />

Por Elías Hernán<strong>de</strong>z B---------------------------------------------D P.10<br />

Los cuartos oscuros <strong>de</strong> Mérida<br />

Por Erik Uh B--------------------------------------------------------D P.14<br />

La última barrera <strong>de</strong> la intimidad<br />

Por Yobaín Vazquez B----------------------------------------------D P.17<br />

Galería<br />

Carlos Dzul B-------------------------------------------------------D P.21<br />

Un miyagi <strong>de</strong>l porno<br />

Por ricardo Guerra B----------------------------------------------D P.25<br />

Del porno para mujeres al feminismo que no existe<br />

Por Sergio Aguilar B---------------------------------------------D P.29<br />

La bella y la bestia<br />

Por Maik CIveira B--------------------------------------------------D P.34<br />

Me gusta VER SEXO ENTRE ELLOS<br />

Por Yobaín Vázquez y Katia Rejón B-----------------------------D P.40<br />

Porno en cifras<br />

Por Graciela Montalvo B-----------------------------------------D P.42<br />

Del Tv notas al Cam4<br />

Por Josué Tello B--------------------------------------------------D P.43


LA H NO ES MUDA<br />

Una parada en el<br />

Salvador<br />

Carrillo<br />

Por<br />

jesús Cámara Ríos<br />

Ilustración por<br />

Luis Cruces<br />

02


Recuerdo la primera vez que me topé con aquel<br />

letrero. Iba en el autobús cuando vi la cartulina<br />

naranja con el rótulo que anunciaba: “Hoy<br />

películas para adultos. Funciones 7:25<br />

y 9:00 PM. ‘Estrenos’ todos los martes<br />

y viernes <strong>de</strong> cada semana”. Para entonces<br />

aún era menor <strong>de</strong> edad por lo que sabía que ni <strong>de</strong><br />

chiste podría entrar por esa puerta. Hoy <strong>de</strong>cidí asistir a<br />

ver mi primera película pornográfica en un cine. Pasé<br />

primero por un par <strong>de</strong> cigarros ya que en Internet<br />

encontré una reseña escrita por un tal Alberto C. que<br />

confirmaba que podía fumar <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sala.<br />

En la puerta <strong>de</strong>l lugar (calle 56 por 57 y 55 <strong>de</strong>l centro<br />

<strong>de</strong> Mérida) lo único que te recibe es una placa <strong>de</strong> la<br />

Sección 43 <strong>de</strong>l Sindicato <strong>de</strong> la Industria<br />

Cinematográfica (STIC) que afirma que el lugar se<br />

inauguró en 1946 por el ex presi<strong>de</strong>nte Miguel Alemán<br />

Valdés durante su gira <strong>de</strong> campaña rumbo a la silla<br />

gran<strong>de</strong>. Estaba apresurado por llegar puntual, como<br />

cuando no te quieres per<strong>de</strong>r los comerciales <strong>de</strong> la<br />

marca <strong>de</strong> refrescos. Me dirigí a la taquilla. Para mi<br />

sorpresa, otra cartulina avisaba que un día antes los<br />

boletos habían aumentado diez pesos.<br />

El taquillero <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l vidrio me arrojó un pequeño<br />

boleto amarillo sin mirarme a los ojos, mi nuevo<br />

número <strong>de</strong> la suerte: 1728. Tomó mi billete <strong>de</strong><br />

Morelos y <strong>de</strong> la misma manera <strong>de</strong>jó caer una moneda<br />

<strong>de</strong> cinco pesos como cambio. Antes <strong>de</strong> llegar a la sala,<br />

una señora me pidió el ticket que acababan <strong>de</strong><br />

entregarme, lo partió en dos y me indicó el acceso.<br />

Una sucia cortina <strong>de</strong> terciopelo color rojo quemado<br />

era lo único que separaba a la realidad <strong>de</strong>l centro <strong>de</strong><br />

Mérida <strong>de</strong>l lugar más “un<strong>de</strong>r” al que he entrado.<br />

Una vez <strong>de</strong>ntro miré la gran pantalla que a primera<br />

impresión se asemeja mucho a la <strong>de</strong> cualquier cine,<br />

pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un segundo vistazo <strong>de</strong>ja ver las<br />

manchas y las sombras <strong>de</strong> las cuerdas que cuelgan <strong>de</strong>l<br />

techo. Caminando entre los pasillos y buscando una<br />

fila que esté libre para evitar contactos incómodos me<br />

di cuenta que muchas <strong>de</strong> las viejas butacas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra<br />

estaban rotas al igual que el cielo raso, que <strong>de</strong>jaba ver<br />

la lámina <strong>de</strong> metal, lo único que evitaba la<br />

clasificación <strong>de</strong> cine al aire libre.<br />

Una vez que ubiqué el asiento a<strong>de</strong>cuado, lejos <strong>de</strong><br />

cualquier individuo que pueda ver mi pequeña libreta,<br />

me puse cómodo como De Niro en Taxi Driver, para<br />

disfrutar <strong>de</strong>l maratón <strong>de</strong> dos horas <strong>de</strong> sexo explícito en<br />

la pantalla más gran<strong>de</strong> en la que alguna vez haya visto<br />

porno.<br />

Doble traición era el título <strong>de</strong> la película. La historia,<br />

si es que les importa, era la <strong>de</strong> un gran empresario que<br />

no encontraba la felicidad en la monotonía <strong>de</strong> su<br />

matrimonio por lo que se involucra con Monique,<br />

futura esposa <strong>de</strong> su hijo Jules, mientras que éste la<br />

engañaba con la secretaria <strong>de</strong> su padre, al mismo<br />

tiempo que la madre engañaba al empresario con el<br />

chofer. Tan increíble como un capítulo <strong>de</strong> La Rosa <strong>de</strong><br />

Guadalupe. Lo interesante es el poco esfuerzo que el<br />

guionista tuvo que realizar, ya que puedo apostar a<br />

que este artículo tiene más palabras que todo el<br />

diálogo <strong>de</strong> la película sin incluir las palabras <strong>de</strong><br />

“cógeme” y “me vengo”.<br />

El constante cambio <strong>de</strong> lugares <strong>de</strong> los más <strong>de</strong> 40<br />

asistentes me hacía creer que era una obligación<br />

moverte <strong>de</strong> tu asiento cada cinco minutos, pero yo<br />

permanecí en mi lugar por un largo tiempo. Era difícil<br />

concentrarme en la película con algunos sujetos que ni<br />

siquiera tomaban asiento, a éstos los llamaré<br />

“itinerantes” por su constante traslado a través <strong>de</strong> toda<br />

la sala como si algo se les hubiera perdido.<br />

03


Después <strong>de</strong> aproximadamente 45 minutos encendí el<br />

primer cigarro, según yo, para matar el frío. Porque a<br />

pesar <strong>de</strong> que la sala parecía estar en ruinas, tenía aire<br />

acondicionado, o tal vez era el aire que traspasaba la<br />

<strong>de</strong>lgada lámina <strong>de</strong> metal que se encontraba sobre<br />

nuestras cabezas. Hasta este momento todo procedía<br />

con normalidad hasta que uno <strong>de</strong> los corpulentos<br />

itinerantes entró a la misma fila <strong>de</strong> asientos en la que<br />

me encontraba y se sentó solamente a un lugar <strong>de</strong> mí.<br />

Como no estaba interesado en ningún tipo <strong>de</strong> oferta<br />

sexual, seguí el sabio consejo <strong>de</strong> mi amigo Jorge: no<br />

los mires a los ojos.<br />

El libro Pornocultura <strong>de</strong> Naief Yehya cuenta que en<br />

Estados Unidos, por ahí <strong>de</strong>l siglo XIX surgieron los<br />

stags, las primeras cintas <strong>de</strong> ví<strong>de</strong>o pornográfico<br />

grabadas en Francia. Eran vistos en clubes y<br />

congregaciones masculinas. Los hombres<br />

reaccionaban con humor y animados haciendo chistes<br />

para diluir la tensión sexual que <strong>de</strong> otra manera, en un<br />

lugar lleno <strong>de</strong> hombres, como en este caso, y humo <strong>de</strong><br />

cigarro podría adquirir un tono homoerótico. Pero en<br />

este lugar no hay nada que diluir, pues los hombres<br />

que van saben que es un lugar <strong>de</strong> encuentros casuales.<br />

Evité hacer contacto visual con este individuo hasta el<br />

momento en el que estiró el brazo con la intención <strong>de</strong><br />

llegar hacia mí. Sólo bastó rozar su <strong>de</strong>do índice en mi<br />

hombro para que le <strong>de</strong>volviera una mirada <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>saprobación y se pusiera <strong>de</strong> pie para continuar con<br />

su búsqueda en otro sitio. A este punto ya tenía<br />

bastante claro a qué se <strong>de</strong>bía el <strong>de</strong>splazamiento, pero<br />

fui firme ante mi <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> chutarme las dos horas<br />

en el mismo lugar.<br />

La película era bastante explícita, no como las que<br />

pasan en televisión por cable. Hubo sexo sin censura<br />

en la cocina, en el baño, en el jardín, en la piscina, en<br />

las habitaciones, incluso sobre la mesa <strong>de</strong> billar <strong>de</strong> la<br />

casa <strong>de</strong> campo y todas las escenas estaban<br />

acompañadas <strong>de</strong> un loop bastante pegajoso. Ya<br />

cuando iba agarrando nuevamente el hilo <strong>de</strong> la<br />

historia, otro itinerante más joven se sentó a unos<br />

escasos cuatro lugares <strong>de</strong> mí y con la ayuda <strong>de</strong> mi<br />

vista periférica pu<strong>de</strong> notar su insistente mirada. Volví<br />

al sabio consejo <strong>de</strong> Jorge.<br />

La primera función terminó pero en cuestión <strong>de</strong> unos<br />

15 segundos comenzó la siguiente función que en<br />

realidad era la misma que acababa <strong>de</strong> ver. Me quedé<br />

porque quería hacer valer en tiempo mis $45 pesos.<br />

Encendí mi segundo cigarro y el joven itinerante<br />

aprovechó el flashazo que mi encen<strong>de</strong>dor provocó<br />

para situarse justo al lado <strong>de</strong> mí. Decidí entonces<br />

participar en el juego <strong>de</strong> las sillas y me fui a otro lugar<br />

más cercano a la salida, y <strong>de</strong>jé rodar la colilla por el<br />

pasillo sin alfombra. Ahí pu<strong>de</strong> ver que las felaciones<br />

en la primera fila inician durante la segunda función,<br />

cuando los itinerantes han encontrado a sus presas.<br />

Ya estaba a punto <strong>de</strong> irme cuando observé la intensa<br />

luz blanca proveniente <strong>de</strong> un lado <strong>de</strong> la sala. Recordé<br />

que alguien me dijo que el tour por el lugar no estaría<br />

completo si no visitaba el baño, así que conté cuantos<br />

entraban y cuántos salían. Cuando estuve seguro <strong>de</strong><br />

que no quedaba ni un alma en ese pequeño cuarto, me<br />

apresuré a hacer <strong>de</strong> las mías.<br />

El sanitario era muy parecido al <strong>de</strong> la escena <strong>de</strong><br />

Trainspotting en la que Renton se sumerge <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l<br />

inodoro, por lo que a ése le llamaré “El peor baño <strong>de</strong><br />

Mérida”. Era húmedo, apestoso a orines y con<br />

teléfonos <strong>de</strong> aparentes pasivas <strong>de</strong>corando la pared<br />

mugrienta. Quise lavarme las manos pero tanto los<br />

lavabos como las llaves <strong>de</strong> agua parecían ser <strong>de</strong><br />

04


utilería.<br />

Me dirigí hacia el sucio terciopelo rojo quemado para<br />

salir <strong>de</strong>l lugar, <strong>de</strong>splacé la cortina y volví a la realidad.<br />

Antes <strong>de</strong> salir, me topé con la mujer que partió en dos<br />

mi boleto, no pu<strong>de</strong> con la curiosidad y le pregunté:<br />

¿Siempre se repite la misma película en ambas<br />

funciones? Su respuesta fue afirmativa pero me dijo<br />

que cada día varía el erótico contenido audiovisual.<br />

Sin duda el lugar es un tanto perturbador y no apto<br />

para homofóbicos (y no me consi<strong>de</strong>ro uno <strong>de</strong> ellos) ya<br />

que aunque tu propósito sea ver una buena porno en<br />

compañía <strong>de</strong> completos extraños no podrás evitar el<br />

acoso <strong>de</strong> los otros asistentes que más bien parecen ser<br />

resi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l sitio pues saben lo que van a buscar. Es<br />

interesante que exista este tipo <strong>de</strong> lugares en la ciudad<br />

pero <strong>de</strong>scubrí que no son lo mío. Así que espero<br />

aprecien este artículo como si fuera una crónica <strong>de</strong><br />

algún corresponsal <strong>de</strong> guerra, pues fue difícil<br />

sobrevivir a las estrategias <strong>de</strong> los itinerantes en el<br />

campo <strong>de</strong> batalla llamado Salvador Carrillo.<br />

05


La pornificación<br />

<strong>de</strong> la cultura<br />

o la culturización <strong>de</strong> la pornografía<br />

06


MAL DE PUERCO<br />

El ví<strong>de</strong>o Si<strong>de</strong> to Si<strong>de</strong> <strong>de</strong> Ariana Gran<strong>de</strong> y Nicki Minaj se<br />

ha visto casi 748 millones <strong>de</strong> veces <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el sitio oficial<br />

en Youtube. Comienza con un grupo <strong>de</strong> mujeres, entre<br />

ellas la joven cantante pop, montadas en bicicletas <strong>de</strong><br />

spinning. La cámara enfoca sus nalgas <strong>de</strong> forma<br />

intermitente mientras todas alzan el pecho y lo pegan al<br />

manubrio y Ariana canta: I know you got a bad<br />

reputation. Doesn't matter, because you give me<br />

temptation (Sé que tienes una mala reputación. No<br />

importa, porque me has dado tentación) Una cosa muy<br />

poética. Después, aparece Nicki Minaje, the rap queen<br />

como dice en la misma canción, sobre unas gradas vestida<br />

con ropa interior roja. Su lírica es todavía más directa:<br />

Ri<strong>de</strong> dick bicycle (...) if you want a menage, i got a<br />

tricycle. “Dick bicycle” significa según el Urban<br />

Dictionary: cuando montas un pene como una bicicleta<br />

durante mucho tiempo y <strong>de</strong>spués no pue<strong>de</strong>s caminar bien.<br />

“Menage” es un juego <strong>de</strong> palabras con (Nicki) Minaje y<br />

ménage à trois que significa trío sexual en francés. Por lo<br />

que podríamos traducir la estrofa como: si quieres un trío,<br />

yo tengo un triciclo.<br />

¿Podríamos clasificar esto como pornografía?<br />

Vayamos por partes: Según Naief Yehya “el porno es la<br />

representación visual o <strong>de</strong>scripción explícita <strong>de</strong> los<br />

órganos y prácticas sexuales enfocadas a estimular los<br />

<strong>de</strong>seos eróticos <strong>de</strong>l público” (Pornografía. Obsesión<br />

sexual y tecnológica, 2012) sin embargo, también aña<strong>de</strong><br />

que este género es por naturaleza contestataria, pues<br />

únicamente tiene sentido al ser censurado. Cuando una<br />

situación <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser inaceptable o prohibida, no hay<br />

ninguna razón para <strong>de</strong>finirla como porno. La televisión<br />

abierta mexicana -y <strong>de</strong> prácticamente todo el mundo<br />

occi<strong>de</strong>ntal- censura por ley lo que consi<strong>de</strong>ra<br />

“pornográfico” pero transmite programas -incluso en<br />

horario familiar- don<strong>de</strong> las mujeres aparecen en bikini,<br />

haciendo ejercicio en tacones y minifalda mientras el<br />

Ilustración por<br />

Luis Cruces<br />

07


camarógrafo no se pier<strong>de</strong> un segundo su trasero,<br />

saltando sin razón alguna cuando tienen escote, y los<br />

conductores u otras personalida<strong>de</strong>s masculinas se<br />

permiten alburearlas o incluso tocarlas. Este tema se<br />

ha criticado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva feminista que acusa<br />

a la misoginia <strong>de</strong> alentar este tipo <strong>de</strong> imagen<br />

femenina, y aunque estoy <strong>de</strong> acuerdo en que la<br />

industria televisiva ha explotado el “atractivo<br />

sexual” <strong>de</strong> la mujer irresponsablemente, también<br />

creo que en gran medida se <strong>de</strong>be a una pornificación<br />

<strong>de</strong> la cultura. Como ejemplo, se me ocurre la<br />

conductora Tania Reza <strong>de</strong>l programa regiomontano<br />

ATM que acusó a su compañero <strong>de</strong> tocarle un seno<br />

en vivo y salió <strong>de</strong>l set muy molesta. Después <strong>de</strong><br />

hacer una campaña a su favor en re<strong>de</strong>s, se divulgó la<br />

noticia <strong>de</strong> que había aceptado posar para Playboy, es<br />

<strong>de</strong>cir, para ella el hecho <strong>de</strong> que alguien la tocara sin<br />

su consentimiento estaba en una dimensión<br />

diferente a su libertad <strong>de</strong> posar <strong>de</strong>snuda.<br />

El género pornográfico está constantemente<br />

re<strong>de</strong>finiéndose <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la esfera legal, moral, política<br />

e incluso intelectual. Pues es hasta hace poco, con<br />

autores como el mismo Yehya, cuando se comienza<br />

a abordar el tema <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva teórica o<br />

sociológica. Lo que en 1655 significó L'école <strong>de</strong>s<br />

filles -primera novela pornográfica- para París no es<br />

ni <strong>de</strong> cerca lo que proponían los stags* <strong>de</strong> 1896<br />

también en Francia, pues lo segundo que superaba<br />

con creces la explicitud <strong>de</strong> lo primero don<strong>de</strong> todavía<br />

se hablaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cencia y honestidad, fue más<br />

tolerado. Y aunque la con<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con las<br />

imágenes y <strong>de</strong>scripciones sexuales es cada vez más<br />

gran<strong>de</strong>, todavía genera efectos inquietantes en<br />

socieda<strong>de</strong>s como la nuestra, don<strong>de</strong> el sexo está en el<br />

cine, la música, la literatura e incluso en la política,<br />

y es el tópico favorito <strong>de</strong> la prensa sensacionalista.<br />

Aquí mismo, en Mérida, existen organizaciones<br />

religiosas como Semillitas <strong>de</strong> mostaza cuyo discurso<br />

panfletario se centra en culpabilizar al espectador <strong>de</strong><br />

los crímenes sexuales <strong>de</strong>l mundo. “Cada vez que ves<br />

pornografía contribuyes a la trata <strong>de</strong> personas, al<br />

secuestro y a la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong> mujeres y niños”,<br />

sentencia su publicidad. En el libro Pornocultura, <strong>de</strong><br />

Naief Yehya el autor explica que los críticos <strong>de</strong> la<br />

pornografía piensan que “el problema no es la<br />

guerra, ni el racismo, ni la <strong>de</strong>shumanización <strong>de</strong> los<br />

ocupadores, sino la pornografía y su mágico po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> la corrupción”. Es precisamente la naturaleza<br />

humana la que pone en riesgo cualquier tipo <strong>de</strong><br />

expresión cultural o social. Es cierto que la<br />

pornografía se ha utilizado por milenios como una<br />

herramienta <strong>de</strong> sometimiento, humillación y tortura,<br />

pero también ayudó a erradicar tabúes, liberar el<br />

placer, a guiar al lector por el territorio <strong>de</strong> la<br />

sexualidad. Incluso para la mujer fue (o es) un<br />

símbolo <strong>de</strong> rebeldía pues se muestran como seres<br />

que <strong>de</strong>sean el placer y disfrutan el sexo.<br />

En la misma industria pornográfica hay directores<br />

como Amarna Miller quien reivindica el consumo<br />

<strong>de</strong> porno ético, y se preocupa por humanizar a los<br />

trabajadores sexuales, para hacer contenidos que no<br />

reproduzcan estereotipos <strong>de</strong> género, fomentar las<br />

prácticas responsables y cuidar los <strong>de</strong>rechos<br />

08


humanos <strong>de</strong> todos los actores. “El cuerpo no se<br />

pue<strong>de</strong> comercializar porque es tuyo, va a ser tuyo<br />

toda tu vida, lo que se comercializa es tiempo, el<br />

tiempo que pasas trabajando con una productora o<br />

alguien realizando x servicios sexuales” mencionó<br />

en una entrevista en el marco <strong>de</strong>l Valencia Sex<br />

Festival 2016.<br />

Por supuesto, esto no significa que no existan<br />

empresarios <strong>de</strong>l porno como Ignacio Allen<strong>de</strong><br />

(Torbe), quien fue encarcelado recientemente por<br />

abusos sexuales y trata <strong>de</strong> seres humanos. Y que no<br />

haya cosas inaceptables como la pedofilia y el snuff,<br />

y más recientemente el revange porn, fotografías y<br />

ví<strong>de</strong>os sexuales colgados a la red sin el<br />

consentimiento <strong>de</strong> las personas que aparecen en las<br />

imágenes, que casi siempre son subidos por una ex<br />

pareja resentida. Pero, otra vez: “El problema no es<br />

la pornografía sino la naturaleza humana. Purgar el<br />

mundo <strong>de</strong> la pornografía no es el camino <strong>de</strong> la<br />

igualdad entre los géneros, por el contrario, sería<br />

motivo <strong>de</strong> mayor ansiedad sexual y <strong>de</strong>l<br />

fortalecimiento <strong>de</strong> un comercio subterráneo <strong>de</strong><br />

imágenes pornográficas”, dice Yehya.<br />

sexuales tienen un fuerte efecto en la sociedad. El<br />

porno ha estado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día <strong>de</strong> la creación en<br />

la imprenta, la fotografía, el cine, el ví<strong>de</strong>o, Internet y<br />

muy posiblemente se encuentre en cualquier otro<br />

invento que se cree en los tiempos por venir.<br />

*Primeros filmes pornográficos que aparecieron<br />

probablemente en Francia durante la última década<br />

<strong>de</strong>l siglo XIX.<br />

La pornografía siempre se ha tratado <strong>de</strong> aquello que<br />

po<strong>de</strong>mos y queremos ver, no se pue<strong>de</strong> pensar el<br />

porno sin estos dos conceptos: el placer y la censura.<br />

Por algo hay imágenes <strong>de</strong> pulpos penetrando a<br />

colegialas asiáticas o zapatos siendo acariciados,<br />

alguien las <strong>de</strong>be querer ver ¿o no? Hoy más que en<br />

cualquier otro tiempo tenemos la libertad <strong>de</strong> elegir<br />

lo que queremos ver. Y la proliferación <strong>de</strong> imágenes<br />

09


Por Elías Manuel<br />

Hernán<strong>de</strong>z Escalante<br />

A Zygmunt Bauman, gracias.<br />

¿Cómo se reformula esa<br />

<br />

en la Era Afterpop?<br />

Eloy Fernán<strong>de</strong>z Porta<br />

Your nu<strong>de</strong>s are safe with me.<br />

Meme visto en internet<br />

Ilustración por<br />

Margarita Osés<br />

¿Por qué las nu<strong>de</strong>s tienen tanto impacto en nuestra sociedad actual? ¿Son una forma nueva <strong>de</strong><br />

sexualidad o <strong>de</strong> consumir pornografía? ¿Ambas? A través <strong>de</strong> las siguientes páginas nos<br />

acercaremos a este fenómeno que hoy en día goza <strong>de</strong> una creciente popularidad en nuestra<br />

cultura juvenil, millenial (como sentencian algunos), para analizar brevemente los mecanismos<br />

sociales que funcionarían en el corazón <strong>de</strong> esta práctica.<br />

10


ENSAYO<br />

Las nu<strong>de</strong>s consisten en el intercambio <strong>de</strong> fotografías<br />

<strong>de</strong> cuerpo <strong>de</strong>snudo, con un <strong>de</strong>stinatario específico, a<br />

través <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s sociales, siendo Whatsapp la<br />

plataforma más utilizada. Here<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong><br />

cambios que la revolución <strong>de</strong>l Internet introdujeron en<br />

la sexualidad, tales como el showing vía webcam<br />

(cybersexo mediante aplicaciones como Windows<br />

Live Messenger o Skype), éstas guardan una ligera<br />

diferencia con sus antecesores: mientras que las<br />

primeros cumplían una función <strong>de</strong> exposición<br />

exclusiva para un receptor y su guardado se hacía sin<br />

el conocimiento <strong>de</strong> la persona implicada y se obtenía<br />

con programas ajenos a la aplicación, las nu<strong>de</strong>s sí<br />

están hechas para exhibición y almacenamiento<br />

exclusivo <strong>de</strong>l receptor. Y pese a que esta dinámica<br />

existe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace varios años, es hasta un tiempo<br />

reciente que goza <strong>de</strong> un auge principalmente en<br />

Facebook y Tumblr, así como un nombre masificado<br />

a través <strong>de</strong> memes compartidos en estas páginas.<br />

Ahora bien, para respon<strong>de</strong>r las preguntas planteadas al<br />

principio, es preciso retomar al sociólogo Zygmunt<br />

Bauman que, si bien no habla directamente sobre el<br />

tema, elabora una abstracción bastante acertada sobre<br />

nuestro panorama sociocultural que permitirá<br />

acercarnos al análisis <strong>de</strong> este fenómeno.<br />

En su libro Vida <strong>de</strong> consumo (2007), Bauman<br />

<strong>de</strong>scribe la era <strong>de</strong>l híper-consumo como una época<br />

voraz <strong>de</strong> productos dotados <strong>de</strong> obsolescencia<br />

programada, capaces <strong>de</strong> insertarse en los procesos <strong>de</strong><br />

construcción <strong>de</strong> la subjetividad, es <strong>de</strong>cir, las<br />

representaciones con que los sujetos entien<strong>de</strong>n y se<br />

sitúan en el mundo. En el consumo <strong>de</strong> una marca <strong>de</strong><br />

camisa, reloj, pantalón, etcétera, se sustituye la noción<br />

<strong>de</strong> un yo construido con base en elecciones <strong>de</strong><br />

consumo por una supuesta materialización <strong>de</strong> la vida<br />

interior; Bauman <strong>de</strong>fine este proceso como el<br />

fetichismo <strong>de</strong> la subjetividad: <strong>de</strong>saparece todo rastro<br />

<strong>de</strong> compra y el producto se adhiere como un rasgo <strong>de</strong><br />

i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>spojado <strong>de</strong> su condición <strong>de</strong> mercancía.<br />

Los productos se rigen por una dinámica <strong>de</strong> <strong>de</strong>secho y<br />

renovación: novedad, actualización, estreno,<br />

satisfacción, placer, movimiento son valores<br />

fundamentales que configuran al consumidor óptimo.<br />

Así mismo, adquieren una dimensión esencial en la<br />

constitución <strong>de</strong>l sujeto, son eje central <strong>de</strong> la<br />

i<strong>de</strong>alización <strong>de</strong> sus aspiraciones, por lo que la<br />

subjetividad también se adscribe a esta lógica<br />

económica. Debemos renovar constantemente lo que<br />

somos mediante nuestras elecciones <strong>de</strong> consumo,<br />

como bien señala Bauman: “La sociedad <strong>de</strong><br />

consumidores <strong>de</strong>svaloriza la durabilidad,<br />

equiparando lo “viejo” con lo “anticuado”, lo inútil y<br />

con<strong>de</strong>nado a la basura” (36).<br />

Esta dinámica impacta en la capacidad relacional <strong>de</strong><br />

los consumidores. El “otro” toma forma <strong>de</strong> un<br />

producto que <strong>de</strong>be satisfacer los estándares <strong>de</strong> calidad<br />

<strong>de</strong>l sujeto, los vínculos son reemplazados por re<strong>de</strong>s<br />

que facilitan el <strong>de</strong>secho <strong>de</strong> las interacciones fallidas.<br />

Este proceso anestesia la angustia que genera la<br />

complejidad <strong>de</strong> las relaciones humanas porque “la<br />

precariedad, caducidad y revocabilidad <strong>de</strong> los<br />

compromisos mutuos son en sí mismas una fuente <strong>de</strong><br />

peligros insondables” (145). El consumidor no pue<strong>de</strong><br />

sentirse insatisfecho ni enfrentarse al conflicto y la<br />

complejidad que <strong>de</strong>vienen <strong>de</strong>l encuentro con el “otro”,<br />

porque escapan a su control, en un contexto que lo ha<br />

vuelto soberano <strong>de</strong> sí mismo: vive en soledad.<br />

Siguiendo estas i<strong>de</strong>as, observamos que el intercambio<br />

<strong>de</strong> nu<strong>de</strong>s sería una práctica sexual esterilizada, ya que<br />

la interacción y el conflicto que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong> las<br />

11


elaciones humanas se traslada al plano virtual, en el<br />

cual, el sujeto, protegido por la opción <strong>de</strong>l offline<br />

instantáneo, evita la frustración <strong>de</strong> un encuentro<br />

fallido, los acci<strong>de</strong>ntes, los olores <strong>de</strong>sagradables, los<br />

embarazos no <strong>de</strong>seados, preservando el placer. En ese<br />

sentido, configura una sexualidad <strong>de</strong>sprendida <strong>de</strong> la<br />

generación <strong>de</strong> vínculos que Bauman <strong>de</strong>scribe como<br />

una compra/venta don<strong>de</strong> los consumidores, exhibidos<br />

como productos en el anaquel social, encuentran<br />

satisfacción en relaciones líquidas, con fecha <strong>de</strong><br />

caducidad, que no producen vínculos que anclen al<br />

sujeto a no vivir las múltiples experiencias que el<br />

híper-consumo pone a su disposición.<br />

Enviar y recibir nu<strong>de</strong>s permite la multiplicación <strong>de</strong> la<br />

experiencia sexual <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la comodidad <strong>de</strong>l hogar, sin<br />

la confrontación directa ni la angustia por el rechazo;<br />

es una seducción cool que presenta una sexualidad<br />

limpia, saneada, que comienza a ser percibida como<br />

una alternativa para la práctica sexual casual.<br />

Construida en torno a una manifestación narcisista en<br />

la que él único contacto corporal existente es la<br />

masturbación usando las imágenes recibidas. Sin<br />

embargo, paradójicamente, el cuerpo adquiere una<br />

dimensión <strong>de</strong> producto como el que comercializa la<br />

pornografía, mientras que el porno en su carácter<br />

tradicional produce masivamente cuerpos que serán<br />

exhibidos para estimular el placer en miles <strong>de</strong><br />

personas, la nu<strong>de</strong> permite la unicidad, el sueño <strong>de</strong> la<br />

cultura híper-consumista: un producto único que<br />

diferencie al consumidor <strong>de</strong> otros consumidores. El<br />

cuerpo entra a una galería privada, personalizada, (en<br />

el que se almacena para brindar placer sólo al<br />

poseedor <strong>de</strong> la imagen) y pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>secharse en<br />

cualquier momento, sin confrontaciones. Es un cuerpo<br />

que se consigue en una negociación y se mantiene en<br />

el anonimato <strong>de</strong>bido a que es una <strong>de</strong> las reglas<br />

popularizadas en internet, las fotografías no muestran<br />

el rostro: el único que pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>codificar la i<strong>de</strong>ntidad<br />

<strong>de</strong> la persona es el receptor <strong>de</strong> las imágenes, lo que<br />

personaliza y atomiza más el producto, ya que es<br />

in<strong>de</strong>scifrable por sí mismo.<br />

Entonces, más allá <strong>de</strong> una nueva práctica sexual, ¿las<br />

nu<strong>de</strong>s son la expresión <strong>de</strong> la búsqueda <strong>de</strong>l consumidor<br />

<strong>de</strong> una pornografía “auténtica”? Eloy Fernán<strong>de</strong>z Porta<br />

en libro Homo Sampler: Tiempo y consumo en la Era<br />

Afterpop, escribe que el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la sensibilidad<br />

mo<strong>de</strong>rna en el siglo XX está basado en un<br />

en el que se “expresa el<br />

dolor por la pérdida <strong>de</strong> lo esencial junto con cierta<br />

voluntad –nostálgica, meditativa o <strong>de</strong>sgarrada- <strong>de</strong><br />

recuperarlo” (44) y genera una búsqueda por obtener<br />

la naturalidad, lo anterior a la era tecnológica,<br />

<strong>de</strong>spojada <strong>de</strong> los artificios <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s<br />

industriales mo<strong>de</strong>rnas. A pesar que Fernán<strong>de</strong>z Porta<br />

ubica esta búsqueda en el arte y un contexto<br />

específico, po<strong>de</strong>mos encontrar resquicios <strong>de</strong> esta<br />

sensibilidad en los sujetos <strong>de</strong> la era <strong>de</strong> híper-consumo<br />

a través <strong>de</strong> su constante:<br />

“búsqueda <strong>de</strong> calidad <strong>de</strong> vida, pasión por la<br />

personalidad, sensibilidad ecologista, abandono <strong>de</strong><br />

los gran<strong>de</strong>s sistemas <strong>de</strong> sentido, culto <strong>de</strong> la<br />

participación y la expresión, moda retro,<br />

rehabilitación <strong>de</strong> lo local, <strong>de</strong> lo regional, <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminadas creencias y prácticas tradicionales.”<br />

(Lipovetsky, 10)<br />

Cada vez proliferan más artículos <strong>de</strong> origen natural en<br />

envases bio<strong>de</strong>gradables, se ofrecen servicios <strong>de</strong><br />

entretenimiento en el que se promete una experiencia<br />

100% real, etcétera. Sin embargo, este encuentro es<br />

ilusorio: “no hay tal cosa como un puro,<br />

sino sólo un re-cuento, expresado, <strong>de</strong> manera<br />

12


etrospectiva, en discursos civilizatorios, nacionales y<br />

<strong>de</strong> todo or<strong>de</strong>n (70); sólo se acce<strong>de</strong> a ella a través <strong>de</strong><br />

una autenticidad falaz que es “un modo particular <strong>de</strong><br />

inautenticidad no <strong>de</strong>l todo engañosa, que <strong>de</strong>ja abierta,<br />

incluso para el más <strong>de</strong>sprevenido <strong>de</strong> los clientes, la<br />

posibilidad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento (72).<br />

Esto es lo que subyace en el fondo <strong>de</strong>l fenómeno nu<strong>de</strong>,<br />

una pornografía aparentemente <strong>de</strong>spojada <strong>de</strong>l<br />

“artificio”. La naturalidad y la espontaneidad con la<br />

que se presenta el producto colorean la ilusión <strong>de</strong> un<br />

encuentro sexual auténtico, pero que activa los<br />

dispositivos que mueven el engranaje<br />

híper-consumista. El placer y la masturbación no se<br />

encuentran ro<strong>de</strong>ados por el halo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z<br />

maquillada y planificada en un set <strong>de</strong> grabación, ni por<br />

el voyerismo <strong>de</strong> un ví<strong>de</strong>o filtrado en la sección<br />

amateur <strong>de</strong> una página pornográfica, sino por un<br />

cuerpo expuesto en un chat privado, inmediato, que<br />

muestra la intimidad <strong>de</strong> una persona accesible en la<br />

realidad. Autenticidad falaz <strong>de</strong> una práctica sexual que<br />

rompe el concepto <strong>de</strong> masturbación como un acto<br />

sexual narcisista y la dispone como un simulacro<br />

don<strong>de</strong> la <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z ocurre “simultáneamente”, en el<br />

momento, encubre la producción <strong>de</strong><br />

cuerpos-mercancía con las interacciones digitales en<br />

el chat y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una sexualidad que evoluciona con<br />

la tecnología. Angustia suprimida, aceptación <strong>de</strong> la<br />

nu<strong>de</strong> como encuentro sexual que difumina la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l<br />

cuerpo como un producto y le <strong>de</strong>vuelve su<br />

individualidad, pero que en el fondo preserva esta<br />

artificialidad que esteriliza las relaciones humanas.<br />

Esto es lo que consolida su auge, el narcisismo sexual<br />

se justifica con el reconocimiento ilusorio <strong>de</strong>l “otro”<br />

como sujeto <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un suceso pornográfico<br />

“auténtico”.<br />

cambios que la era <strong>de</strong> híper-consumo está <strong>de</strong>satando<br />

en la vida subjetiva y social <strong>de</strong> sus actantes. Las<br />

transformaciones <strong>de</strong> la sexualidad que se ven<br />

reflejadas en las generaciones juveniles, a través <strong>de</strong><br />

imágenes compartidas en re<strong>de</strong>s sociales, ilustran un<br />

momento don<strong>de</strong> el consumismo está alcanzando un<br />

punto crítico. ¿Qué nuevas prácticas se <strong>de</strong>sarrollarán<br />

en un futuro? ¿Es la nu<strong>de</strong> el primer paso para una<br />

sexualidad puramente digital? ¿Será aprovechado por<br />

la industria pornográfica como mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> negocio?<br />

Hay que seguirle la pista a este fenómeno que, día con<br />

día, se instala profundamente en la cultura y sus<br />

diferentes medios <strong>de</strong> socialización.<br />

Ilustración por:<br />

Margarita Osés<br />

29 años<br />

Artista Visual<br />

En conclusión, consi<strong>de</strong>ro importante el análisis <strong>de</strong> los<br />

13


Los cuartos oscuros<br />

<strong>de</strong> Mérida<br />

POR Erik Rodrigo<br />

Uh Huchim<br />

Sexo, clan<strong>de</strong>stinidad y disfrute, así como éstas, hay muchas otras<br />

palabras con las que se pue<strong>de</strong>n relacionar los cuartos oscuros,<br />

lugares que pue<strong>de</strong>n verse como santuarios por unos y una<br />

aberración por otros.<br />

Los cuartos oscuros son sitios <strong>de</strong> encuentro sexual fortuito entre<br />

hombres, en los cuales, se llevan a cabo prácticas como la<br />

masturbación, el sexo oral o anal -con o sin condón-, el<br />

voyerismo o el exhibicionismo. Generalmente se caracterizan<br />

por ser espacios don<strong>de</strong> hay poca o nula iluminación.<br />

14<br />

Ilustración por<br />

Luis Cruces


Se pue<strong>de</strong>n clasificar <strong>de</strong> acuerdo a su forma <strong>de</strong> operar,<br />

las cuales pue<strong>de</strong>n ser abiertamente o <strong>de</strong> manera<br />

encubierta. La primera refiere a sitios que se dan a<br />

conocer como tales, lugares para tener encuentros<br />

sexuales ocasionales, mientras las segundas necesitan<br />

una fachada <strong>de</strong> otro establecimiento para operar, por<br />

ejemplo, aparentar que son tiendas u hoteles. Esto<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> mucho <strong>de</strong>l entorno don<strong>de</strong> se establecen ya<br />

que a mayor represión <strong>de</strong> la sexualidad es probable<br />

que no existan estos sitios o que actúen con mayor<br />

discreción.<br />

En Mérida los cuartos oscuros se sitúan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la<br />

ciudad y en su zona periférica, no <strong>de</strong>scarto la<br />

existencia <strong>de</strong> estos sitios en otros municipios <strong>de</strong>l<br />

Estado, pero por experiencia, sólo hablo <strong>de</strong> los <strong>de</strong><br />

Mérida ya que el único contacto que tenido con estos<br />

espacios ha sido en esta ciudad.<br />

Se pue<strong>de</strong>n encontrar los dos tipos <strong>de</strong> cuartos oscuros<br />

-aunque hay que señalar que prepon<strong>de</strong>ran los que<br />

tienen fachada-. Estos sitios se distribuyen en diversas<br />

zonas <strong>de</strong>l municipio lo que influye en el costo <strong>de</strong><br />

acceso, las condiciones físicas <strong>de</strong>l lugar (amplias,<br />

pequeñas, más iluminadas que otras), el horario <strong>de</strong><br />

operación (si es todo el día o <strong>de</strong> noche) y el tipo <strong>de</strong><br />

gente <strong>de</strong> ahí acu<strong>de</strong>. Estos sitios persisten <strong>de</strong>bido a las<br />

dinámicas, al uso y el significado que las personas le<br />

otorgan.<br />

En los cuartos oscuros van todo tipo <strong>de</strong> hombres,<br />

gordos, flacos, musculosos, jóvenes, maduros,<br />

lampiños, osos, casados, solteros, locales, nacionales,<br />

extranjeros, <strong>de</strong> diversos estatus socioeconómicos,<br />

heterosexuales, bisexuales, <strong>de</strong> lo que son <strong>de</strong> ambiente<br />

gay y los que no son.<br />

Más allá <strong>de</strong> estas tipologías, el acercamiento que he<br />

tenido a los cuartos oscuros me ha permitido conocer<br />

y enten<strong>de</strong>r lo que origina que los hombres acudan a<br />

esos sitios.<br />

Los motivos son diversos, uno <strong>de</strong> ellos es satisfacer<br />

las ganas <strong>de</strong> tener sexo, algunos hombres que ahí<br />

acudimos lo hacemos para saciar las ganas <strong>de</strong> un<br />

encuentro sexual, el sitio permite contactar gente <strong>de</strong><br />

manera rápida, <strong>de</strong> que observen al momento <strong>de</strong> tener<br />

sexo o simplemente mirar. En esa diversidad misma se<br />

pue<strong>de</strong> encontrar gente que va a tener sexo y ve al<br />

cuarto oscuro como un sitio íntimo.<br />

El otro aspecto que he percibido como recurrente es la<br />

expresión <strong>de</strong> una sexualidad reprimida; muchos <strong>de</strong><br />

estos sitios, al contar con la fachada, permiten a los<br />

usuarios po<strong>de</strong>r mantener relaciones sexuales <strong>de</strong><br />

manera oculta ya que prevalece una regla implícita <strong>de</strong><br />

discreción: lo que pase en un cuarto oscuro ahí se<br />

queda. Esto pue<strong>de</strong> explicar el encontrarse con<br />

hombres casados que buscan otras/nuevas<br />

experiencias sexuales, personas <strong>de</strong> clóset o quienes<br />

comienzan a experimentar su sexualidad.<br />

Esta última característica adquiere otro significado<br />

cuando enmarcamos a los cuartos oscuros en la ciudad<br />

<strong>de</strong> Mérida. La otrora ciudad blanca se caracteriza por<br />

ser aún conservadora, para muestra <strong>de</strong> ello, po<strong>de</strong>mos<br />

hablar <strong>de</strong> los datos <strong>de</strong> 2014 que ofrece la Comisión <strong>de</strong><br />

Derechos Humanos <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Yucatán, quien<br />

indica que los gays, lesbianas y población trans son el<br />

segundo grupo más discriminado, otro ejemplo es la<br />

participación <strong>de</strong> varios meridanos en la <strong>de</strong>nominada<br />

Marcha por la Familia en septiembre <strong>de</strong> 2016.<br />

Las fachadas y la discreción implícita son un indicio<br />

<strong>de</strong> la limitación a la sexualidad que aún viven los<br />

15


hombres meridanos, ya sea por la orientación sexual o<br />

el disfrute <strong>de</strong> comportamientos homoeróticos.<br />

Consi<strong>de</strong>ro que esta <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> los cuartos oscuros<br />

y <strong>de</strong> los hombres que ahí acu<strong>de</strong>n da un acercamiento a<br />

un tema que está presente en la sociedad meridana y<br />

que no se toma con la seriedad que amerita. No se trata<br />

solamente <strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> espacios, sino <strong>de</strong> las personas<br />

que están involucradas, algunos hombres que ven en<br />

estos sitios escaparates para la expresión <strong>de</strong> una<br />

sexualidad reprimida.<br />

Abogo por la existencia <strong>de</strong> estos sitios ya que<br />

permiten conocer más afondo la experiencia sexual <strong>de</strong><br />

las personas, sin embargo, por el contexto que Mérida<br />

ofrece, no es posible que varios <strong>de</strong> estos sitios cuenten<br />

con medidas sanitarias que propicien el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

la vida sexual <strong>de</strong> manera segura.<br />

16


Sindrome <strong>de</strong> papelera<br />

La última<br />

barrera<br />

Por Yobaín Vázquez<br />

<strong>de</strong> la<br />

intimidad<br />

¿Qué leerá un actor porno? Esta es una pregunta<br />

que tal vez no se haya hecho nadie. Sabemos todo<br />

<strong>de</strong> aquellos que usan su cuerpo para excitar a las<br />

personas. Conocemos sus medidas y tallas,<br />

cavida<strong>de</strong>s y aguante. Con un gemido<br />

i<strong>de</strong>ntificamos a esa actriz o actor <strong>de</strong> nuestra<br />

preferencia. Pero, ¿qué será <strong>de</strong> ellos cuando<br />

terminan <strong>de</strong> fingir un orgasmo y se retiran a sus<br />

casas para buscar, como todos, un momento <strong>de</strong><br />

paz? A mi se me hace más lujurioso imaginar que<br />

un actor porno, rústico en pantalla, <strong>de</strong>slice sus<br />

<strong>de</strong>dos en un libro <strong>de</strong> filosofía; y todavía más, que<br />

una actriz porno, <strong>de</strong>pravada y golosa en su<br />

personaje, <strong>de</strong>sgaste sus codos —que no sus<br />

rodillas— leyendo intensamente a Dostoievski.<br />

Estamos acostumbrados a pensar que lo<br />

más íntimo <strong>de</strong> un ser humano es su <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z y su<br />

capacidad <strong>de</strong> realizar faenas sexuales. Pero no es<br />

cierto. El cine y la televisión, no solo la<br />

pornografía, se han encargado <strong>de</strong> rechazar esta<br />

i<strong>de</strong>a. Ante la menor provocación se realizan<br />

<strong>de</strong>snudos “artísticos”, cachon<strong>de</strong>os que no<br />

aportan nada a un argumento y escenas sexuales<br />

que dicen poco <strong>de</strong> un personaje o la situación que<br />

se <strong>de</strong>sarrolla. Da lo mismo si alguien se masturba<br />

o come cereal, el sexo <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> ser provocación.<br />

Por eso, resulta más enigmática y escandalosa<br />

una fotografía <strong>de</strong> Marilyn Monroe absorbida por<br />

la lectura en su biblioteca, que aquella imagen<br />

icónica en la que está completamente <strong>de</strong>snuda.<br />

Entonces, conocidos ya todos los perímetros<br />

genitales <strong>de</strong> los actores porno y conocidas ya<br />

todas las posturas exóticas provenientes <strong>de</strong>l<br />

Kamasutra, la última barrera <strong>de</strong> la intimidad está<br />

en conocerlos abriendo libros en vez <strong>de</strong> sus<br />

piernas. Me complace más la i<strong>de</strong>a que esos<br />

sillones don<strong>de</strong> dan volteretas y maromas, se<br />

convierten en asientos acogedores para pasar un<br />

buen rato con la compañía <strong>de</strong> un libro. Si yo fuera<br />

un guionista <strong>de</strong> cine porno, iniciaría una escena<br />

así: “interior-sofá-noche. Luces tenues-actor en<br />

piyama-lee Lolita <strong>de</strong> Nabokov”. Aunque, a <strong>de</strong>cir<br />

verdad, creo que hartos <strong>de</strong> tanta sensualidad<br />

cotidiana, los actores porno no les apetece leer<br />

novelas eróticas; al menos no buscando lo que los<br />

lectores comunes: satisfacer la necesidad básica<br />

<strong>de</strong> cumplir fantasías sexuales.<br />

No se crea entonces que un actor porno<br />

solo es una máquina para follar. Actualmente han<br />

sobresalido unos cuantos por su capacidad <strong>de</strong><br />

reflexionar la industria en la que trabajan y<br />

17


18


omper tabús o estereotipos <strong>de</strong> su profesión. Ahí<br />

está, por ejemplo, Lorelei Lee, guionista y<br />

codirectora <strong>de</strong> la película About Cherry. Según<br />

una página <strong>de</strong> internet, esta actriz está<br />

preparando un libro <strong>de</strong> poesía y una novela. Más<br />

conocida es Sasha Grey por su libro La sociedad<br />

<strong>de</strong> Juliette. Cabe <strong>de</strong>stacar que existen muchas<br />

actrices que se consi<strong>de</strong>ran feministas, por lo que<br />

infiero <strong>de</strong>ben haber leído por lo menos a Virginia<br />

Woolf. En cuanto a hombres, está Colby Keller,<br />

actor porno gay, antropólogo y marxista.<br />

Generosamente donó su biblioteca al Museo <strong>de</strong><br />

Arte Contemporáneo <strong>de</strong> Baltimore. Marx estaría<br />

orgulloso <strong>de</strong> él.<br />

Si ya comenzamos a ver a los actores<br />

porno como seres humanos que también leen y<br />

tienen preocupaciones intelectuales, por qué no<br />

somos justos y nos preguntamos, ¿qué películas<br />

porno verán los escritores? Sabemos que Naief<br />

Yehya, por sus estudios sobre el tema, tuvo que<br />

ver —el pobrecito— miles <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>os<br />

pornográficos. Por esa razón, yo nunca lo<br />

saludaría <strong>de</strong> mano. ¿Y los <strong>de</strong>más? Fantaseemos<br />

con lo siguiente:<br />

Elenita Poniatowska tiene una gran<br />

colección <strong>de</strong> porno lésbico. Y no solo eso, sino<br />

que a<strong>de</strong>más es productora y guionista encubierta.<br />

Alberto Chimal ve porno raro japonés, en<br />

el que las mujeres son penetradas por pulpos y<br />

anguilas.<br />

Mario Vargas Llosa se <strong>de</strong>leita con porno<br />

incestuoso. Es fan <strong>de</strong> títulos como “Sexo con la<br />

tía” o “A la prima se le arrima”.<br />

Ángeles Mastretta secretamente observa<br />

porno exclusivamente heterosexual en el que<br />

solo se permite la posición <strong>de</strong> misionero.<br />

Carlos Cuauhtémoc Sánchez es asiduo a<br />

cines porno en los que dan funciones para<br />

pervertidos: coprofilia, necrofilia y bestialismo.<br />

Los moralistas siempre son los más puercos.<br />

Me han contado que gente sin un brazo o<br />

una pierna aprovechan sus muñones como<br />

miembros <strong>de</strong> penetración en algunas<br />

producciones sicalípticas. Mario Bellatin <strong>de</strong>be<br />

saber algo <strong>de</strong> eso.<br />

Cristina Rivera Garza ve Alt Porn, y su<br />

mayor anhelo es filmar películas como “Orgías<br />

en La Castañeda” y “Nadie me verá gemir”.<br />

A Carlos Velázquez le encanta ver<br />

transexuales sodomizando a machos norteños.<br />

Y Guadalupe Nettel ve porno gay nomás porque<br />

sí.<br />

Jorge Volpi tiene cara <strong>de</strong> perverso. Me<br />

atrevo a <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong> vez en cuando le echa un<br />

ojo a películas <strong>de</strong> colegialas calientes.<br />

Juan Villoro posiblemente se excite con<br />

lluvias doradas, besos negros y fisting. O pue<strong>de</strong><br />

que sea más afín al sexo interracial.<br />

Margo Glantz, para no quedarse atrás,<br />

solo ve porno por convivir, pero curiosamente es<br />

porno para judíos.<br />

Lo que es peor, ¿cuántos escritores<br />

tendrán un vi<strong>de</strong>o en los que se les vea<br />

manteniendo relaciones coitales? En la<br />

Universidad bromeábamos diciendo que Michel<br />

Foucault aparece en una película porno BDSM<br />

19


con un traje <strong>de</strong> cuero y siendo placenteramente<br />

castigado. Solo sería cuestión <strong>de</strong> saber ver. Pero<br />

seguramente también habrá uno <strong>de</strong> Simone <strong>de</strong><br />

Beauvoir practicando una felatio a Sartre. O<br />

Gabriel García Márquez tirándose a la Gaba.<br />

Imagínense a Carlos Fuentes en tanga, recostado<br />

en una cama cubierta con pétalos <strong>de</strong> rosa y<br />

haciéndole señas a Silvia Lemus para iniciar una<br />

noche romántica. O José Emilio Pacheco<br />

amarrando a Cristina Pacheco en la cama. A mí se<br />

me hace que Tryno Maldonado tiene sexo en chat<br />

con Daniel Saldaña Paris. No sé. A lo mejor<br />

Valeria Luiselli le manda nu<strong>de</strong>s a Álvaro Enrigue<br />

cuando se siente sola.<br />

Las posibilida<strong>de</strong>s son infinitas. Haría<br />

falta un libro en el que los actores porno revelen<br />

sus lecturas favoritas y los escritores sus<br />

películas porno predilectas. I<strong>de</strong>a millonaria. El<br />

libro <strong>de</strong> marras se llamaría ¿Quiúbole con el<br />

porno? Pero dudo que Yordi Rosado se atreva a<br />

hacerlo. Es un escritor teto que apenas sabe <strong>de</strong><br />

sexo entre pubertos.<br />

Ilustración por:<br />

Alejandro Doporto (Mérida, 1990)<br />

FB: Monstrozo Ilustración<br />

@monstrozo.ilustracion<br />

20


GALERÍA<br />

CARLOS DZUL<br />

CHANGOSPERROS<br />

21


Escritor y monero, Carlos Dzul<br />

retrata a través <strong>de</strong> diferentes<br />

disciplinas un mismo mundo, el<br />

<strong>de</strong> lo ilógico y lo cotidiano.<br />

22<br />

Su trabajo como monero<br />

(ChangosPerros) ha sido<br />

<strong>de</strong>finido como "un juego con la<br />

estética <strong>de</strong> lo grotesco", según<br />

Enrique Urbina (Tierra<br />

A<strong>de</strong>ntro). Por otro lado, su<br />

estilo narrativo coinci<strong>de</strong> con las<br />

historias <strong>de</strong> crisis, estrés y lo<br />

absurdo <strong>de</strong> la sociedad, en sus<br />

historias, historietas y fanzines<br />

tanto como en sus dibujos el<br />

espectador pue<strong>de</strong> sentirse<br />

i<strong>de</strong>ntificado e incómodo al<br />

mismo tiempo. La narrativa<br />

gráfica <strong>de</strong> Carlos Dzul pue<strong>de</strong><br />

sostenerse en la estructura<br />

normal, cotidiana y al mismo<br />

tiempo evocar a la locura.


23


24


HOJA DE ARCE<br />

—Buenas tar<strong>de</strong>s, iniciamos el viaje hacia el <strong>de</strong>stino<br />

que marcó en su celular. Tendrá que disculparme, el<br />

último pasajero agarró la última botella <strong>de</strong> agua.<br />

Ponga lo que quiera en la radio, también cuento con<br />

cable auxiliar.<br />

— ¿Lo que quiera escuchar? — contestó<br />

sorprendido el pasajero.<br />

— Sí, usted <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> qué escuchamos durante el<br />

trayecto.<br />

—¿Lo que sea?<br />

— Claro, con confianza.<br />

— Se lo agra<strong>de</strong>zco, traigo un resfriado espantoso.<br />

Al chofer le extrañó el comentario pero no quiso<br />

indagar. El pasajero conectó su celular y <strong>de</strong> las<br />

bocinas salieron fuertes gemidos.<br />

—¿Pero qué le pasa? Gritó el conductor, apagando<br />

<strong>de</strong> un golpe el estéreo.<br />

— Usted me dijo que podía escuchar lo que<br />

quisiera.<br />

—¡Eso parecía una orgía!<br />

—Tiene buen oído, en efecto es una orgía,<br />

Interracial Small Asian Big Black Cocks Hardcore<br />

Gangbang, para ser exactos. Cinco negros contra<br />

una chinita, si mi oído no falla.<br />

— Está usted enfermo— dijo asqueado<br />

el chofer.<br />

— Sí, como le digo tengo<br />

mucha gripa, por lo que <strong>de</strong>bo<br />

escuchar tres Gangbangs al<br />

día, entre más intensos los<br />

chillidos mejor. La mezcla<br />

<strong>de</strong> una pequeña asiática y<br />

un grupo <strong>de</strong> negros es lo<br />

más recomendable.<br />

— Me refería a otro tipo<br />

<strong>de</strong> enfermedad.<br />

El conductor sabía que el<br />

viaje le iba a <strong>de</strong>jar dinero suficiente para dar por<br />

terminado el día. Sólo necesitaba soportar al loco<br />

un rato, seguirle el juego.<br />

—Está bien, lo que el cliente pida— dijo<br />

encendiendo nuevamente el estéreo.<br />

Estuvieron algunos minutos sin dirigirse la palabra.<br />

Los alaridos <strong>de</strong> la china y las maldiciones <strong>de</strong> los<br />

negros sonrojaron al conductor hasta sentir que su<br />

cara hervía. Al poco rato, el sonido <strong>de</strong> las múltiples<br />

penetraciones y los berridos casi animales,<br />

comenzaron a cosquillearle <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la bragueta,<br />

haciéndolo sentir culpable y humillado.<br />

—¿Cómo ha estado? — Preguntó sin más el<br />

pasajero.<br />

«Qué fresco», pensó el conductor, «no tiene<br />

vergüenza». Pero cualquier cosa era mejor que<br />

seguir concentrado en los gemidos.<br />

—Qué le digo, sin parar <strong>de</strong> trabajar— contestó<br />

impaciente.<br />

—Yo le pregunté cómo se ha sentido.<br />

La insistencia enfadó al chofer, aunque en el fondo<br />

se sintió agra<strong>de</strong>cido. No recordaba la última vez<br />

que se lo preguntaron. Después <strong>de</strong>l divorcio todas<br />

sus supuestas amista<strong>de</strong>s se pusieron <strong>de</strong> lado <strong>de</strong> su<br />

mujer.<br />

—Triste— «No tengo por qué ocultarle la<br />

verdad a un loco», reflexionó.<br />

—¿Y está bajo algún tratamiento?<br />

—Anti<strong>de</strong>presivos, como todo mundo.<br />

—Pues qué ganas <strong>de</strong> gastar la<br />

<strong>de</strong> todo mundo. Yo le<br />

puedo recetar el<br />

25


porno indicado que le ayudará más que cualquier<br />

medicamento. Para la <strong>de</strong>presión no hay nada mejor<br />

que escuchar un vi<strong>de</strong>o <strong>de</strong> Bukkake antes <strong>de</strong> cada<br />

comida. Los pue<strong>de</strong> encontrar en miles <strong>de</strong> sitios.<br />

Búsquelo en Xvi<strong>de</strong>os, Xhamster, Xgogo, Xnxx…<br />

por mencionar nada más las que comienzan con<br />

equis. Estos sitios son gratuitos, jamás se <strong>de</strong>be<br />

pagar por porno, es totalmente innecesario. Hace<br />

unos meses, durante el tiempo que me cortaron el<br />

internet <strong>de</strong> la casa, me masturbé viendo un gif<br />

—confesó orgulloso el pasajero, como quien<br />

cuenta sus hazañas en el campo <strong>de</strong> guerra.<br />

«¿Qué se fumó este, Güey?» meditó el chofer, pero<br />

al observarlo no encontró nada inusual en sus<br />

pupilas.<br />

—Cuando <strong>de</strong> pequeño, — prosiguió el pasajero —<br />

mi papá guardó bajo llave sus Playboy, comencé a<br />

rentar las National Geografic <strong>de</strong> la biblioteca <strong>de</strong>l<br />

colegio, pero no pu<strong>de</strong> continuar haciéndolo porque<br />

mi ejemplar favorito, “Sexualidad en la<br />

prehistoria”, lo entregué con las hojas pegadas y me<br />

vetaron <strong>de</strong> la biblioteca para siempre. En ese<br />

entonces pasé meses masturbándome, leyendo, una<br />

y otra vez, la palabra vagina y su <strong>de</strong>finición en el<br />

diccionario. También pene una que otra vez; no nos<br />

hagamos, en el porno nuestros gustos jamás están<br />

totalmente <strong>de</strong>finidos.<br />

—Sí, lo que usted diga— contestó hastiado el<br />

chofer, quien ya consi<strong>de</strong>raba abortar la misión para<br />

largarse a casa.<br />

—Pero como le <strong>de</strong>cía, le recomiendo ampliamente<br />

su dosis <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>os Bukkake al menos tres veces al<br />

día. No hay nada mejor para combatir la<br />

infelicidad. Aunque <strong>de</strong>bo advertirle que, como<br />

cualquier medicamento serio, existen efectos<br />

secundarios. En este caso, los vi<strong>de</strong>os <strong>de</strong> Bukkake<br />

suelen ocasionar intolerancia a la lactosa.<br />

—De verdad que tanta chaqueta te <strong>de</strong>jó frito el<br />

cerebro.<br />

—Todo lo contrario, me ha mantenido sano y<br />

cuerdo. El porno tiene muchas propieda<strong>de</strong>s<br />

medicinales, aún sin acompañarlo con la<br />

masturbación. Es la piedra angular <strong>de</strong> mi rutina<br />

para alcanzar la perfecta estabilidad.<br />

—A ver, cuénteme— dijo el conductor con malicia;<br />

buscando divertirse con la historia <strong>de</strong> alguien<br />

claramente más <strong>de</strong>sgraciado que él.<br />

—Todas las mañanas al <strong>de</strong>spertar veo un vi<strong>de</strong>o<br />

amateur para mantener los pies sobre la tierra, y<br />

agra<strong>de</strong>zco al porno por un nuevo día para apren<strong>de</strong>r<br />

y perfeccionar mi sabiduría. Rezo por todas esas<br />

almas sin Wifi o bajo regímenes políticos ultra<br />

conservadores. Pido también por aquellos terribles<br />

seres que impusieron los cuadritos <strong>de</strong> censura en<br />

los genitales <strong>de</strong>l porno japonés y por quienes<br />

fomentan la ley que obliga a los actores porno a<br />

usar condón en los vi<strong>de</strong>os.<br />

—No pues, ¡qué dadivoso! — espetó el chofer.<br />

Como si no lo hubiera escuchado, el pasajero<br />

continuó.<br />

—A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la parte espiritual, este estilo <strong>de</strong> vida<br />

requiere <strong>de</strong> un cuerpo sano, por lo que a diario me<br />

ejercito viendo un vi<strong>de</strong>o <strong>de</strong> Mandingo Huge<br />

Monster Cock, para aumentar mi masa muscular.<br />

Cabe mencionar, que pue<strong>de</strong> ocasionar complejos y<br />

baja autoestima, pero al menos no reduce el tamaño<br />

<strong>de</strong>l pene como los esteroi<strong>de</strong>s. Terminando mi rutina<br />

<strong>de</strong> ejercicio veo sin falta un vi<strong>de</strong>o <strong>de</strong> Squirt, dos<br />

cuando es un día caluroso; es excelente para la<br />

26


<strong>de</strong>shidratación, aunque en exceso suele subir el<br />

azúcar y provocar eructos. No necesito explicarle<br />

porque no hay nada mejor que ver Food Porn para<br />

el <strong>de</strong>sayuno. Después procuro llamar a mi madre,<br />

pero muy rara vez me contesta. He querido<br />

recetarle un buen Hentai para superar la muerte <strong>de</strong><br />

mi padre, pero me lo toma a mal. De cualquier<br />

forma, si no logro hablar con ella, lo sustituyó con<br />

un buen vi<strong>de</strong>o Milf.<br />

—¡Todo un Miyagi <strong>de</strong>l porno! — interrumpió el<br />

chofer, mientras que en el fondo la china daba<br />

arcadas, respiraba profundo y volvía a atragantarse.<br />

—El resto <strong>de</strong>l día lo paso trabajando como<br />

ven<strong>de</strong>dor en una Sex Shop, en la que amenacé con<br />

renunciar hace tiempo, pero finalmente me dieron<br />

la clave <strong>de</strong>l internet y aceptaron mi petición para<br />

ir, cuando menos, cinco veces al baño.<br />

Humil<strong>de</strong>mente, no creo que hubieran podido<br />

encontrar a nadie mejor. Por la noche, al llegar a<br />

casa, agra<strong>de</strong>zco a mis Diosas por su protección y<br />

dones infinitos.<br />

— ¿Pornstars? — intentó adivinar el conductor.<br />

—Sí, las más gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos <strong>de</strong> Hugh<br />

Hefner.<br />

—¿Y a poco no se le antoja cogérselas en el mundo<br />

real?<br />

—De eso vengo.<br />

—¡Ah, chingá! ¿Y cómo está eso? — rio el chofer.<br />

—Ahorita en el hotel don<strong>de</strong> me recogió se llevó a<br />

cabo una convención porno. Fueron las pornstars<br />

más aclamadas <strong>de</strong>l momento; también veteranas<br />

que gracias al éxito <strong>de</strong> las Grannys han seguido en<br />

la industria.<br />

—¡Se cogió a una pornstar! — jubiloso dio dos<br />

fuertes palmadas en la espalda <strong>de</strong>l pasajero. En las<br />

bocinas la china suplicaba que le rompieran el culo.<br />

—Permítame le cuento— el pasajero lo apartó<br />

amablemente, como si tranquilizara a un niño<br />

entusiasmado.<br />

—¡Arránquese, Miyagi!<br />

— Nikita Von James me ha traído loco <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

años. Mi familia es propensa al cáncer <strong>de</strong> garganta,<br />

enfermedad por la que falleció mi padre, pero el ver<br />

la maestría <strong>de</strong> los <strong>de</strong>ep throats <strong>de</strong> la rusa, y el<br />

escucharla atragantarse con las vergas más<br />

imponentes <strong>de</strong>l universo, estoy seguro, me ha<br />

mantenido lejos <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer esa terrible<br />

enfermedad.<br />

Al escucharlo, el chofer se acarició nervioso la<br />

27


garganta, había oído varias veces que la tristeza<br />

facilitaba la aparición <strong>de</strong> tumores malignos.<br />

Recordó cuando su esposa le dijo que su <strong>de</strong>presión<br />

no solamente había arruinado su matrimonio sino<br />

que, <strong>de</strong> seguir así, terminaría matándolo.<br />

—Había mucha gente gritándole obscenida<strong>de</strong>s y<br />

todos se me metían en la fila. Yo esperaba paciente<br />

para que me firmara un DVD que robé, porque<br />

como le dije, nunca se <strong>de</strong>be pagar por porno. Los<br />

aficionados intentaban manosearla cuando llegaba<br />

su turno y le gritaban a coro que enseñara las<br />

chichis o engullera los enormes dildos <strong>de</strong> látex que<br />

le agitaban frente al rostro. Yo me mantuve<br />

contemplándola en silencio durante horas, con todo<br />

el respeto y admiración que semejante monumento<br />

se merece. Entonces, ante la mirada atónita <strong>de</strong> la<br />

multitud, se levantó <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> autógrafos y<br />

camino hasta mí. Al escucharme halagarla en ruso<br />

se emocionó mucho. Soy poliglota, nunca tome<br />

clases, aprendí <strong>de</strong> los vi<strong>de</strong>os porno. Al <strong>de</strong>spedirse<br />

<strong>de</strong>scubrí que en el DVD a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su autógrafo<br />

<strong>de</strong>jó escrito el número <strong>de</strong> su habitación.<br />

—¡Ya chingó, pinche Miyagi! — festejó soltando<br />

peligrosamente el volante para aplaudir como una<br />

foca.<br />

—Cuando llegué a su habitación me recibió con<br />

una lencería bellísima, un clásico <strong>de</strong> sus vi<strong>de</strong>os. He<br />

inmediatamente se arrodilló para sacarme la verga<br />

y hacer su famoso <strong>de</strong>ep throat, pero le pedí que se<br />

<strong>de</strong>tuviera.<br />

—¿Le daba pena que se la vieran chiquita, Miyagi?<br />

—Para nada, me mi<strong>de</strong> el promedio mexicano. Mire<br />

le puedo mostrar— y comenzó a <strong>de</strong>sabrochar su<br />

cinturón.<br />

—No mames, cabrón, ni se te ocurra o te meto un<br />

vergazo, mejor sigue contando— dijo riendo,<br />

tratando <strong>de</strong> disimular su sonrisa, que ya sentía<br />

<strong>de</strong>smesurada. Los negros comenzaron a chillar casi<br />

tan agudo como la china.<br />

—Le pedí que se <strong>de</strong>svistiera y se masturbara sobre<br />

la cama. Yo me senté en la silla e hice lo mismo<br />

hasta que me vine. Le agra<strong>de</strong>cí y me fui.<br />

—¿Neta no la tocaste?<br />

—Para nada.<br />

—¡Qué huevos, Miyagi, yo no habría podido<br />

aguantarme!<br />

—La paciencia es algo que se alcanza eyaculando<br />

hasta el final <strong>de</strong> una película porno <strong>de</strong> una hora,<br />

cuando te quieres venir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el minuto tres.<br />

—Lo voy a intentar. Dijo solemne el chofer,<br />

haciendo una pequeña reverencia con la cabeza.<br />

—Ya llegamos, aquí es don<strong>de</strong> me bajo.<br />

— ¿Qué? no, aguanta… La china ruega que se<br />

vengan en su cara ¿Po<strong>de</strong>mos esperar?<br />

28


Del porno para mujeres<br />

al feminismo que no existe:<br />

¿Qué es la pornografía feminista?<br />

Por Sergio Aguilar Alcalá<br />

Por si no fuera suficiente el enorme lastre y<br />

prejuicios con los que carga la industria<br />

pornográfica, uno creería que con la liberación<br />

sexual <strong>de</strong> los años 60, y con lo que se le conoce<br />

segunda ola <strong>de</strong> feminismo, se comenzarían a<br />

terminar algunas <strong>de</strong> esas inquisiciones.<br />

Sin embargo, hacia los años 80, en Norteamérica<br />

comenzó a ponerse <strong>de</strong> moda un feminismo<br />

anti-pornografía que <strong>de</strong>jó tantas<br />

<strong>de</strong>sproporciones y manipulaciones emocionales<br />

(como las <strong>de</strong> Andrea Dworkin) hasta<br />

interesantes argumentos con los cuales se pue<strong>de</strong><br />

generar un más nutrido <strong>de</strong>bate académico<br />

(Sheila Jeffreys). Estas feministas, y otras <strong>de</strong>ntro<br />

y fuera <strong>de</strong> las universida<strong>de</strong>s, comenzaron a<br />

per<strong>de</strong>r fuerza hacia principios <strong>de</strong>l siglo XXI,<br />

poco antes <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> lo que tal parece su<br />

opuesto: la pornografía feminista. Porno para<br />

mujeres es el libro pensado como manifiesto <strong>de</strong>l<br />

movimiento, escrito por Erika Lust (2009) y en<br />

el que justifica el fin último <strong>de</strong>l cine que hace:<br />

“Las mujeres <strong>de</strong>bemos tomar medidas<br />

inmediatamente y empezar a cambiar la visión<br />

que los hombres han impuesto <strong>de</strong>l sexo a través<br />

<strong>de</strong>l cine X. De lo contrario, las nuevas<br />

generaciones sólo tendrán acceso a su visión,<br />

más bien pobre, <strong>de</strong> la sexualidad” (2009:15).<br />

Quizá el antece<strong>de</strong>nte más directo a este<br />

tipo <strong>de</strong> porno sea Candida Royalle, que durante<br />

los 90 producía películas en las que las mujeres<br />

eran las protagonistas, buscaban satisfacción<br />

sexual en una trama don<strong>de</strong> impregnaba el<br />

romance y la sensualidad más conservadora.<br />

Tristan Taormino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> finales <strong>de</strong> los<br />

años 90 y principios <strong>de</strong> los 2000 conjugó sus<br />

habilida<strong>de</strong>s como educadora sexual y activista<br />

feminista en la producción <strong>de</strong><br />

películas-manuales, en las que ella misma<br />

aparece, enseñándole a parejas las mejores<br />

prácticas <strong>de</strong> sexo oral, sexo anal, BDSM,<br />

eyaculación femenina, juguetes sexuales, etc.<br />

Erika Lust comenzó a hacerse popular<br />

con su primer largometraje, un documental sobre<br />

el comportamiento sexual, Barcelona Sex Project<br />

(2008), y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 2013 produce una serie <strong>de</strong><br />

cortometrajes basados en fantasías sexuales que<br />

le son enviadas a través <strong>de</strong> su sitio web<br />

(XConfessions). A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Porno para mujeres,<br />

ha publicado otros libros sobre sexualidad y<br />

29


30<br />

pornografía, <strong>de</strong>stacándose Cómo rodar porno<br />

(2014), que constituye un manual para preparar<br />

un rodaje <strong>de</strong> una escena XXX. Pero, ¿qué es lo<br />

que hace a la pornografía feminista eso<br />

precisamente?<br />

En Life Love Lust, (2010), Erika Lust<br />

rodó una escena entre un actor joven y una mujer<br />

un poco mayor <strong>de</strong> edad que él. La iluminación y<br />

colores <strong>de</strong> la habitación eran tonos cálidos. La<br />

cámara omnisciente registraba tomas<br />

prolongadas y móviles, privilegiando close ups a<br />

los rostros. No habían diálogos propios <strong>de</strong> la<br />

pornografía hardcore mainstream (PHM, la<br />

mayor parte <strong>de</strong> la que se encuentra en los más<br />

conocidos sitios web <strong>de</strong> alojamiento <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>os,<br />

como Pornhub, Xvi<strong>de</strong>os, Xnxx, etc., don<strong>de</strong><br />

usualmente el hombre da ór<strong>de</strong>nes y la mujer<br />

obsesivamente indica su satisfacción por el<br />

acto).<br />

Pero en la escena rodada por Erika Lust,<br />

era particularmente interesante cómo la puesta<br />

en escena <strong>de</strong> los actores (su posición durante la<br />

acción) respondía a un sentido sumamente<br />

distinto <strong>de</strong>l PHM: en un momento, la mujer se<br />

recuesta sobre la cama y el hombre está encima<br />

<strong>de</strong> ella perpendicular al colchón. Él coloca sus<br />

brazos a un lado para recargarse mientras el acto<br />

continúa, pero sus brazos obstruyen ver los<br />

genitales <strong>de</strong> ambos. Aún así, la cámara no se<br />

mueve y la toma se prolonga hasta que los<br />

actores <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n cambiar <strong>de</strong> posición.<br />

Esto po<strong>de</strong>mos compararlo con una<br />

escena <strong>de</strong>l PHM en la que la mujer <strong>de</strong> pie se<br />

recuesta en una mesa y el hombre la penetra por<br />

<strong>de</strong>trás. La cámara se pone a un costado <strong>de</strong><br />

ambos, y él empuja con una mano su nalga<br />

mientras aleja un costado <strong>de</strong> su ca<strong>de</strong>ra, para que<br />

así la cámara registre con facilidad la<br />

penetración. Siendo evi<strong>de</strong>nte que no tienen esa<br />

posición <strong>de</strong> ca<strong>de</strong>ras, brazos y piernas por<br />

comodidad sino para la cámara, es <strong>de</strong>cir, la<br />

puesta en escena actoral está en función <strong>de</strong>l<br />

espectador implícito que verá la cinta, la<br />

pornografía feminista apuesta por un mayor sentido<br />

<strong>de</strong> realidad en el que parece que ese espectador<br />

implícito se niega, o al menos, la cámara establece<br />

un diferente contrato <strong>de</strong> complicidad.<br />

Esto no significa que la pornografía<br />

feminista trata <strong>de</strong> ocultar el acto: lo que hace es<br />

invertir la lógica <strong>de</strong> producción y recepción <strong>de</strong>l<br />

mismo. En el cortometraje We know you are<br />

watching (2013, también <strong>de</strong> Lust), una pareja invita<br />

a su vecina <strong>de</strong>l edificio en frente a que se una a ellos<br />

en un trío. Cuando su vecina cruza la calle, entra al<br />

<strong>de</strong>partamento y comienza a <strong>de</strong>svestirse, la<br />

proporción <strong>de</strong> aspecto <strong>de</strong> la pantalla se amplía,<br />

permitiendo mayor campo <strong>de</strong> visualización, es<br />

<strong>de</strong>cir, espectaculariza el acto. Con poca<br />

profundidad <strong>de</strong> campo en primeros planos<br />

(enfatizando los rostros), prolongadas tomas y<br />

cámara móvil, la pornografía feminista propone un<br />

nuevo sentido para ver la sexualidad.<br />

La pornografía feminista se ha llevado a<br />

otros terrenos, como las películas y series omnibus<br />

(hechas por varias directoras) hechas con<br />

inspiración en la búsqueda <strong>de</strong> esta nueva<br />

representación <strong>de</strong> la sexualidad (Dirty Diaries,<br />

2009, producida por Mia Engberg; o X Femmes,<br />

producida por Canal+ entre 2008 y 2009). También<br />

tiene su propia entrega <strong>de</strong> premios, los Feminist<br />

Porn Awards.<br />

La pornografía feminista se enmarca en lo<br />

que se conoce como feminismo <strong>de</strong> tercera ola: la<br />

primera <strong>de</strong> ellas fue a finales <strong>de</strong>l siglo XIX y<br />

principios <strong>de</strong>l XX, con la búsqueda <strong>de</strong> igualdad <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>rechos políticos (po<strong>de</strong>r votar y ser votadas, entre<br />

otros); la segunda hacia los años 60, con la<br />

búsqueda <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos y reconocimientos sexuales<br />

(píldora abortiva, apertura en venta <strong>de</strong> condones); y<br />

en esta tercera ola po<strong>de</strong>mos encontrar un<br />

cuestionamiento a la concepción binaria <strong>de</strong> la<br />

sexualidad, gran influencia <strong>de</strong> los movimientos


artísticos, políticos y teóricos queer. Entre los<br />

varios retos y críticas a la pornografía feminista,<br />

habría que mencionar:<br />

1. Querer eliminar prácticas sexuales por<br />

consi<strong>de</strong>rarlas <strong>de</strong>nigrantes (cachetadas, nalgadas,<br />

golpes, escupitajos), ¿pero hasta dón<strong>de</strong> se pone<br />

el límite <strong>de</strong> aquéllas que se quieren y pue<strong>de</strong>n<br />

eliminar?<br />

2. Querer resignificar toda la pornografía<br />

imponiéndole un aura <strong>de</strong> mayor respeto hacia la<br />

mujer rayando, en ocasiones, en la obsesiva<br />

búsqueda <strong>de</strong> un espectáculo romántico, ¿pero<br />

qué pasa con aquéllas prácticas <strong>de</strong> sexo no tan<br />

convencional, algo tan simple como un acostón<br />

<strong>de</strong> una sola noche con un extraño, por el que la<br />

audiencia pue<strong>de</strong> sentirse mucho más atraída y<br />

que también algunas mujeres reclaman como un<br />

proceso <strong>de</strong> liberación sexual <strong>de</strong> la mujer?<br />

3. Querer captar públicos acostumbrados a la<br />

PHM con un lenguaje menos violento u hostil,<br />

¿pero qué pasa con aquéllas realizadoras y<br />

realizadores cuyo discurso y objetivos son<br />

abiertamente hostiles, como los vi<strong>de</strong>os <strong>de</strong><br />

mujeres que se masturban estando en días <strong>de</strong><br />

menstruación y embarran su sangre por el cuerpo, o<br />

el porno vegetariano, don<strong>de</strong> las actrices se<br />

masturban con frutas y verduras, y que pue<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong>rivar en el alejamiento o repudio <strong>de</strong> estas<br />

prácticas pornográficas?<br />

La pornografía feminista expresa un<br />

mensaje <strong>de</strong> resistencia. Este mensaje pue<strong>de</strong> ser<br />

paradójico a simple vista, como en cortometrajes en<br />

los que mujeres pi<strong>de</strong>n ser nalgueadas o atadas con<br />

correas, pero la clave es la lógica con la que se<br />

producen estos contenidos, que dista por mucho <strong>de</strong><br />

las condiciones conservadoras -por no <strong>de</strong>cir<br />

machistas o misóginas- <strong>de</strong> las productoras <strong>de</strong> PHM.<br />

La propia Erika Lust relata cómo le ofrecieron<br />

trabajar en un <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> reciente creación <strong>de</strong><br />

“porno para mujeres” en una productora tradicional,<br />

pero <strong>de</strong>clinó la oferta sin pensarlo cuando supo que<br />

a quien pusieron a dirigir el <strong>de</strong>partamento era un<br />

hombre. Así como la industria pornográfica hecha<br />

por y para hombres ha usado a la mujer como su<br />

objeto <strong>de</strong> masturbación, <strong>de</strong>l mismo modo lo pue<strong>de</strong>n<br />

hacer las mujeres, como es referido en el<br />

cortometraje Dildo Man, dirigido por Asa Sandzén,<br />

que aparece en Dirty Diaries, una animación en la<br />

31


que una mujer en un club <strong>de</strong> table dance agarra a un<br />

hombre en miniatura y se masturba con él.<br />

La inscripción <strong>de</strong> la femineidad en la<br />

relación sexual <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la máscara,<br />

aquella serie <strong>de</strong> lógicas con las que se objetiviza a la<br />

mujer y que la pornografía tradicional sabe explotar<br />

muy bien. Categorizarlas por su edad (MILFs,<br />

Teens), o segmentarlas por una parte <strong>de</strong>l cuerpo<br />

(Pechos gran<strong>de</strong>s, Traseros gran<strong>de</strong>s) es uno <strong>de</strong> los<br />

modos en los que se manifiesta el uso <strong>de</strong> la mujer<br />

como juguete sexual. Sin embargo, <strong>de</strong>bemos<br />

recordar, siguiendo la práctica psicoanalítica, que<br />

nunca nos relacionamos con el otro <strong>de</strong> modo<br />

transparente, sino que siempre lo hacemos mediados<br />

por el Otro -con mayúscula.<br />

Ni en una relación sexual, ni entre hombres<br />

con mujeres o mujeres con mujeres u hombres con<br />

hombres, nos relacionamos a plenitud, sino que lo<br />

hacemos en función <strong>de</strong> usar al otro como<br />

complemento. Estar conscientes <strong>de</strong> esta situación y<br />

usarla a favor es justo lo que hace la pornografía<br />

feminista, al poner el goce femenino en primer lugar,<br />

tema casi tabú, por poco frecuente, en la PHM.<br />

Elizabeth Wright (2004:50) comenta, respecto a esta<br />

situación: “La trampa en la que cae el feminismo es<br />

interpretar este engaño como una dominación<br />

meramente patriarcal, cuando el <strong>de</strong>safío es entrar y<br />

tomar parte en la actuación”.<br />

Esta mascarada es el modo en el que ha<br />

funcionado la presentación <strong>de</strong> la mujer en el cine<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época clásica <strong>de</strong> Hollywood. Es aquélla<br />

figura vista como objeto <strong>de</strong> <strong>de</strong>seo que nunca se<br />

presenta como es, sino que se presenta a modo: en<br />

Sucedió una noche (Frank Capra, 1934), no se<br />

presenta ella sino su tobillo, para <strong>de</strong>tener un auto en<br />

la carretera.<br />

32<br />

Al hacernos conscientes <strong>de</strong> que todo el<br />

tiempo estamos usando esta mascarada es como<br />

alcanzaríamos una posición ética para<br />

<strong>de</strong>senvolvernos en nuestras relaciones con el otro.


En Dirty Diaries, <strong>de</strong> nuevo, uno <strong>de</strong> los más<br />

complejos y contestatarios segmentos es For the<br />

liberation of men, en el que tomas <strong>de</strong> primeros<br />

planos <strong>de</strong> una mujer anciana se cruzan con un<br />

travesti en medias y peluca que se masturba. La<br />

liberación <strong>de</strong> las mujeres no viene sola: está<br />

acompañada <strong>de</strong> la liberación <strong>de</strong> los hombres. El<br />

cuestionamiento a la i<strong>de</strong>ntidad y representación<br />

sexual <strong>de</strong> la mujer viene con el <strong>de</strong>l hombre, y en<br />

ese sentido, quitarle las ca<strong>de</strong>nas a las mujeres es<br />

quitarse también la <strong>de</strong> los hombres. Como dice<br />

Carig Owens (1998:100): “lo que <strong>de</strong>bemos<br />

apren<strong>de</strong>r es cómo concebir diferencia sin<br />

oposición”.<br />

El lector podrá ver la pornografía<br />

feminista con esperanza o con escepticismo,<br />

pero para tener una mayor comprensión <strong>de</strong> la<br />

complejidad y variedad <strong>de</strong>l fenómeno, bastará<br />

recordar que no existe el feminismo, sino los<br />

feminismos: lejos <strong>de</strong> ser un movimiento vertical,<br />

unidireccional y con lí<strong>de</strong>res a la cabeza, el<br />

feminismo es un estilo <strong>de</strong> vida y lente para leer<br />

el mundo. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que todos los<br />

feminismos comparten la tesis <strong>de</strong> que la mujer se<br />

encuentra en el mundo occi<strong>de</strong>ntal actual en una<br />

situación <strong>de</strong> franca <strong>de</strong>sventaja en muchos<br />

sentidos frente a los hombres, pero los distintos<br />

modos <strong>de</strong> leer el feminismo discrepan<br />

enormemente en los modos en los que esa<br />

situación se <strong>de</strong>be revertir (<strong>de</strong>l mismo modo que<br />

comparten tesis pero discrepan en su accionar<br />

los anarquistas, marxistas o libertarios).<br />

Jacques Lacan, en su seminario XX (1999),<br />

regresa a la locución <strong>de</strong> que “La mujer no<br />

existe”. Se refiere Lacan a que “La mujer”, en<br />

mayúsculas, como constructo <strong>de</strong>l inconsciente,<br />

no existe, sino que existen “las mujeres”, cada<br />

una en su individualidad. Decir que “las mujeres<br />

siempre son así” cuando nos enfrentamos a<br />

alguna situación frustrante podrá ser material<br />

para algún buen chiste, pero es evi<strong>de</strong>nte que no<br />

correspon<strong>de</strong> con otorgar a las mujeres su sentido<br />

<strong>de</strong> individualidad, y seguir viéndolas como un bien<br />

<strong>de</strong> intercambio sin mayores diferencias entre sí que<br />

las monedas <strong>de</strong> nuestro bolsillo.<br />

Por todo esto es que tampoco nadie pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>clararse con la ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>l “verda<strong>de</strong>ro”<br />

feminismo, pues tal cosa como el Verda<strong>de</strong>ro<br />

feminismo, no existe. Y en ese sentido, las variadas<br />

prácticas <strong>de</strong> Candida Royalle, Erika Lust, Tristan<br />

Taormino o cualquier otra directora o director que<br />

<strong>de</strong>clare que hace pornografía feminista bien pue<strong>de</strong><br />

ser pornografía feminista. Al quien le queda juzgar<br />

es al espectador <strong>de</strong> la película.<br />

Bibliografía<br />

Lacan, Jacques. (1999). Book XX. Encore.<br />

1972-1973. Nueva Yok: W. W. Norton & Company.<br />

Lust, Erika. (2008). Porno para mujeres. Barcelona:<br />

Editorial Melusina.<br />

Lust, Erika. (2014). Cómo rodar sexo. Barcelona:<br />

Erikalust.com<br />

Owens, Craig. (1998). El discurso <strong>de</strong> los otros: Las<br />

feministas y el posmo<strong>de</strong>rnismo. En Foster, Hal<br />

(ed.), La Posmo<strong>de</strong>rnidad. Barcelona: Kairós (págs.<br />

93-124).<br />

Wright, Elizabeth. (2004). Lacan y el<br />

posfeminismo. Barcelona: Gedisa.<br />

Sergio Aguilar Alcalá estudia la Maestría en<br />

Comunicación en la Universidad Nacional<br />

Autónoma <strong>de</strong> México. Sus líneas <strong>de</strong> investigación e<br />

interés son los estudios <strong>de</strong> cine, teoría <strong>de</strong> medios,<br />

estudios <strong>de</strong> posmo<strong>de</strong>rnidad y psicoanálisis.<br />

sergio.aguilaralcala@gmail.com<br />

33


Por Maik Civeira<br />

Por supuesto, los 80<br />

Un chico y una chica pasan el rato en una tienda <strong>de</strong> campaña en la<br />

playa. Él la impresiona con un acto <strong>de</strong> ventriloquía que, por alguna<br />

razón, logra convencerla <strong>de</strong> <strong>de</strong>snudarse por completo. Pero se ven<br />

interrumpidos por el arribo <strong>de</strong> un visitante inesperado: un monstruo<br />

mitad pez y mitad humano. El chico pronto cae muerto bajo las garras<br />

<strong>de</strong> la criatura; la chica sale huyendo en toda su <strong>de</strong>snu<strong>de</strong>z por la playa,<br />

sólo para ser sorprendida por un segundo monstruo, que la toma, la arroja<br />

bocabajo al suelo y luego se coloca sobre ella para penetrarla por <strong>de</strong>trás. La<br />

película es Humanoids from the Deep (1980).<br />

Una astronauta explora unos pasajes oscuros en un planeta ignoto. Cuán<br />

gran<strong>de</strong> no será su terror cuando vea tras <strong>de</strong> sí a un monstruoso gusano<br />

gigante que la toma por sorpresa. Con sus múltiples tentáculos y<br />

trompas que expelen un líquido viscoso, el monstruo la sujeta, la<br />

somete, la <strong>de</strong>snuda y, por último, la monta. Po<strong>de</strong>mos ver cómo la<br />

bestia empieza a empujar entre las piernas <strong>de</strong> la mujer y, en un<br />

instante, sus alaridos <strong>de</strong> dolor se convierten en gemidos <strong>de</strong><br />

placer. El orgasmo es tan intenso que ella muere en seguida. La<br />

película es Galaxy of Terror (1981).<br />

Una joven que se hospeda en una cabaña en el bosque escucha <strong>de</strong><br />

pronto ruidos a mitad <strong>de</strong> la noche. Como dicta la convención y contra<br />

toda lógica, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> salir a investigar “Hola, ¿hay alguien ahí?”.<br />

Súbitamente el bosque se vuelve contra ella. Ramas ásperas y parras<br />

rugosas salen <strong>de</strong> la espesura, le sujetan los brazos, la hacen caer al<br />

piso y le arrancan la ropa. Algunas <strong>de</strong> las ramas están estrujando sus<br />

senos y jugando con sus pezones mientras otras le obligan a abrir las<br />

34


piernas. Ella se resiste, pero la fuerza vegetal<br />

<strong>de</strong>moníaca es muy superior, y cuando sus piernas<br />

quedan abiertas <strong>de</strong> par en par, una rama se mete<br />

entre ellas y la penetra. La película es The Evil<br />

Dead (1981).<br />

No es incomprensible que estas escenas tuvieran<br />

lugar en películas <strong>de</strong> terror a principios <strong>de</strong> los<br />

años 80. Después <strong>de</strong> todo, la década anterior vio<br />

un aumento <strong>de</strong> imágenes violentas y sexualmente<br />

explícitas en el cine, incluso en el más<br />

mainstream y comercial, y las escenas <strong>de</strong><br />

violación se volvieron algo relativamente común.<br />

Pensemos en películas como Straw Dogs y A<br />

Clockwork Orange (ambas <strong>de</strong> 1971) que<br />

muestran perturbadoras imágenes. Hasta el sutil<br />

Alfred Hitchocok impactó a su audiencia con<br />

Frenzy (1972). Incluso cuando las violaciones no<br />

aparecían en pantalla, eran a menudo elementos<br />

importantes <strong>de</strong> tramas en las que la violencia<br />

reinaba, como en Dirty Harry (1971) o Death<br />

Wish (1972). Esto para no hablar <strong>de</strong> que los 70<br />

fueron la era dorada <strong>de</strong> las películas exploitation,<br />

un subgénero <strong>de</strong> la Serie B, que mezclaban sexo y<br />

violencia con mucha generosidad.<br />

Esto se <strong>de</strong>bió por un lado al relajamiento en la<br />

moral sexual y la censura en el mundo occi<strong>de</strong>ntal<br />

a partir <strong>de</strong>l paso <strong>de</strong> las contraculturas en la<br />

segunda mitad <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los 60. Por otro<br />

lado, los años 70 marcaron el inicio <strong>de</strong> una era <strong>de</strong><br />

mayor violencia, crisis económica y criminalidad<br />

en las ciuda<strong>de</strong>s, todo ello bajo la sombra <strong>de</strong> la<br />

guerra <strong>de</strong> Vietnam, que dio fin a la “Edad<br />

Dorada” <strong>de</strong>l capitalismo, <strong>de</strong> paz y prosperidad,<br />

que se vivió en las dos décadas anteriores. Era<br />

natural que el cine reflejara los temores una<br />

sociedad en crisis, y es quizá por ello que las<br />

cintas <strong>de</strong> acción y ciencia ficción fueron tan<br />

sombrías y violentas.<br />

De igual forma, quizá ésa es la razón <strong>de</strong> que los<br />

años 70 fueran una época idónea para el<br />

<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l cine <strong>de</strong> horror, que dio algunas <strong>de</strong><br />

sus obras maestras en aquellos años: Rosemary’s<br />

Baby (1968), The Exorcist (1973), The Texas<br />

Chain Saw Massacre (1974), The Omen (1976),<br />

Halloween (1978) y Alien (1979), por dar algunos<br />

ejemplos. Algunas <strong>de</strong> ellas ya involucraban<br />

violencia sexual. En Rosemary’s Baby la<br />

personaje titular es tomada por Satán estando<br />

drogada y semiinconsciente; en The Hills Have<br />

Eyes (1977), un psicópata viola a una<br />

adolescente, mientras que en The Entity (1982) un<br />

ser invisible viola en repetidas ocasiones a la<br />

protagonista. Des<strong>de</strong> luego, esto trascendió la<br />

década, y ejemplos <strong>de</strong> películas <strong>de</strong> horror que<br />

incluyen violencia sexual (ya sea perpetrada por<br />

humanos o criaturas sobrenaturales) pue<strong>de</strong>n<br />

encontrarse a lo largo <strong>de</strong> los años y hasta la fecha,<br />

como parte <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncias que fluctúan.<br />

Bien, el contexto histórico y las ten<strong>de</strong>ncias<br />

35


culturales <strong>de</strong> la época nos explican por qué los<br />

monstruos violadores empezaron a aparecer sin<br />

penas en el cine <strong>de</strong> terror <strong>de</strong> los 80, pero en<br />

realidad el tropo se remonta hasta tiempos muy<br />

antiguos. Hagamos un recorrido histórico.<br />

El toque <strong>de</strong> un monstruo<br />

Las historias <strong>de</strong> seres sobrehumanos que tienen<br />

relaciones sexuales con hombres y mujeres<br />

normales son tan antiguas como la narrativa<br />

misma. Dioses, ángeles y <strong>de</strong>monios, ya sea<br />

mediante la seducción, el engaño o la fuerza, se<br />

aparean con humanos en muy diversos relatos <strong>de</strong><br />

la mitología. Los íncubos y los súcubos <strong>de</strong> la<br />

antigua sumeria eran <strong>de</strong>monios a la vez<br />

seductores y posesivos, y conocen equivalentes<br />

en muy diversas tradiciones. Los centauros y<br />

faunos <strong>de</strong> la mitología griega eran conocidos por<br />

su gran potencia sexual y su afición a raptar<br />

hermosas doncellas. Los cuentos <strong>de</strong> hadas como<br />

Caperucita Roja o La Bella y la Bestia tienen<br />

sutiles connotaciones sexuales.<br />

La literatura <strong>de</strong> horror, creada específicamente<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> temas siniestros y macabros con el<br />

propósito <strong>de</strong> producir miedo, surge como tal a<br />

finales <strong>de</strong>l siglo XVIII, como parte <strong>de</strong>l<br />

Romanticismo. Des<strong>de</strong> un inicio estuvo<br />

íntimamente relacionada con la sexualidad, <strong>de</strong><br />

formas más o menos veladas y sugestivas. El<br />

viejo tío sórdido o el monje <strong>de</strong>crépito que acosa<br />

a la heroína <strong>de</strong> la típica novela gótica pue<strong>de</strong> tener<br />

algo más en mente que sólo volverla loca para<br />

robarle su herencia, aunque las buenas<br />

costumbres impedirán explicitar <strong>de</strong> qué se trata.<br />

Des<strong>de</strong> sus orígenes en la literatura anglosajona a<br />

principios <strong>de</strong>l siglo XIX, los vampiros han<br />

estado ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> un halo <strong>de</strong> sensualidad<br />

malsana pero irresistiblemente erótica.<br />

Es quizá en lo más ínfimo <strong>de</strong> la literatura<br />

popular, las revistas pulp <strong>de</strong> principios <strong>de</strong> siglo<br />

XX (y sus antepasados victorianos, los penny<br />

dreadfuls) en don<strong>de</strong> podremos encontrar los<br />

primeros ejemplos explícitos <strong>de</strong> violaciones <strong>de</strong><br />

jóvenes hermosas a manos <strong>de</strong> villanos en<br />

historias <strong>de</strong> horror, por lo común humanos<br />

<strong>de</strong>mentes y retorcidos (o hasta <strong>de</strong>formes). Estas<br />

publicaciones se caracterizaban por su<br />

sensacionalismo barato 1 , y ya que nada apela a<br />

nuestros instintos más básicos como el sexo y la<br />

violencia, los autores, ilustradores y editores<br />

sabían que combinarlas era una apuesta segura<br />

para atraer a su poco refinado público,<br />

principalmente compuesto por varones <strong>de</strong> clase<br />

media y trabajadora. Incluso si la historia no<br />

incluía una violación, las portadas casi siempre<br />

mostraban a una hermosa joven (con escotes<br />

generosos, vestidos cortos o <strong>de</strong> plano la ropa<br />

<strong>de</strong>sgarrada) vulnerable ante el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> un<br />

villano o un monstruo.<br />

El atractivo <strong>de</strong> esta combinación sexo-violencia<br />

/ erotismo-horror es innegable. Hasta finales <strong>de</strong><br />

los años 60 la violencia sexual explícita era<br />

monopolio <strong>de</strong> aquellas publicaciones, pero la<br />

estética <strong>de</strong> las portadas pulp fue reproducida en<br />

los afiches <strong>de</strong> las películas <strong>de</strong> monstruos, y no<br />

solamente <strong>de</strong> las <strong>de</strong> Serie B, sino <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />

producciones <strong>de</strong> los más prestigiados estudios<br />

hollywoo<strong>de</strong>nses. Nunca veríamos una violación,<br />

ni siquiera insinuada, en las películas <strong>de</strong> horror<br />

clásicas <strong>de</strong> las décadas <strong>de</strong> los 30, 40 o 50. Pero<br />

en los pósters, así como en algunas escenas que<br />

no podían faltar, invariablemente tendríamos la<br />

imaginería correspondiente que, sin lugar a<br />

dudas, evocaba una violación: un monstruo<br />

masculino que captura y somete a una bella<br />

mujer vulnerable y aterrorizada. 2<br />

Ahora bien, existen muchos motivos por los que<br />

un creador pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir narrar (o sugerir) una<br />

violación en sus historias. Pue<strong>de</strong> por ejemplo,<br />

36


querer enfrentar a su público con una realidad<br />

atroz, un aspecto <strong>de</strong> la existencia en este mundo<br />

violento y sexista que a menudo se ignora o se<br />

minimiza. O pue<strong>de</strong> querer usarla como recurso<br />

sensacionalista fácil que sabe que incomodará y/o<br />

incitará el morbo en su público. O quizá <strong>de</strong> plano<br />

podría preten<strong>de</strong>r erotizarla o romantizarla, que ello<br />

también tiene un largo historial en la narrativa.<br />

Tratándose <strong>de</strong> una película o relato <strong>de</strong> horror se<br />

podría <strong>de</strong>cir que la violación es sólo un elemento<br />

más <strong>de</strong> los que están ahí para horrorizar al público,<br />

como lo están todos esos asesinatos, torturas y<br />

mutilaciones. Pero en <strong>de</strong>finitiva, hay ocasiones en<br />

las que no se pue<strong>de</strong> dudar, pero ni un poquito, <strong>de</strong><br />

cuál es la intención <strong>de</strong> incluirlas…<br />

Gemidos para Pie Gran<strong>de</strong><br />

Como dije, la erotización y romantización <strong>de</strong> la<br />

violencia sexual tiene un larguísimo historial. Es<br />

<strong>de</strong>cir, relatos en los que una violación se plantea a<br />

propósito como un elemento erótico o romántico, y<br />

no como la atrocidad que es. En lo personal creo<br />

que hay un poco <strong>de</strong> eso en toda aquella imaginería<br />

<strong>de</strong> monstruos abductores <strong>de</strong> la literatura y el cine.<br />

Que hay y ha habido (probablemente <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

siempre) quien se sienta excitado por la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que<br />

una criatura inhumana tenga coito (consensuado o<br />

no) con una hembra humana, queda <strong>de</strong>mostrado<br />

por el hecho <strong>de</strong> que existe un amplio y variado<br />

submundo <strong>de</strong> pornografía <strong>de</strong> monstruos.<br />

Creo que po<strong>de</strong>mos estar <strong>de</strong> acuerdo en que el<br />

objetivo <strong>de</strong> la pornografía es estimular el apetito<br />

sexual <strong>de</strong> quien la consume, y para un número<br />

sorpren<strong>de</strong>ntemente amplio <strong>de</strong> lectores y<br />

espectadores (incluyendo muchas mujeres), ello se<br />

logra con una buena escena <strong>de</strong> sexo entre<br />

monstruos y hembras humanas. No he podido<br />

encontrar información que indique <strong>de</strong>s<strong>de</strong> cuándo<br />

existe material erótico que las incluya (sin que sean<br />

parte <strong>de</strong> historias <strong>de</strong> terror), pero <strong>de</strong>finitivamente el<br />

boom <strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia se dio recientemente<br />

gracias a Internet.<br />

La red <strong>de</strong> re<strong>de</strong>s permite que podamos encontrar<br />

con facilidad contenidos que satisfagan todos esos<br />

fetiches <strong>de</strong> los que nos avergonzamos ante<br />

familiares y amigos, y para los que tienen talento y<br />

creatividad (aunque sea muy poco) encontrar un<br />

público ávido <strong>de</strong> sus más perversas creaciones.<br />

Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un inicio hubo foros <strong>de</strong> Internet en los<br />

que se podían compartir narraciones, dibujos o<br />

historietas creadas por fans (muy a menudo, fanart<br />

y fanfiction sexualmente explícitos <strong>de</strong> personajes<br />

<strong>de</strong> la cultura pop; Regla 34 <strong>de</strong>l Internet: si existe,<br />

hay una versión porno <strong>de</strong> ello). Dentro <strong>de</strong> todo ello,<br />

el porno con monstruos no se hizo esperar.<br />

Quizá ello se <strong>de</strong>bió a la influencia <strong>de</strong>l hentai, el<br />

porno dibujado japonés (ya sea como imágenes,<br />

vi<strong>de</strong>os o historietas), que se hizo masivamente<br />

accesible en Occi<strong>de</strong>nte a partir <strong>de</strong> la llegada <strong>de</strong><br />

Internet. Las historias <strong>de</strong> monstruos violadores en<br />

el hentai son harto comunes, pero un subgénero en<br />

particular es característico <strong>de</strong> la pornografía<br />

nipona: los tentáculos.<br />

Aparentemente, la pornografía <strong>de</strong> tentáculos inició<br />

a mediados <strong>de</strong> (but of course!) la década <strong>de</strong> los 80,<br />

como una respuesta a una prohibición impuesta a<br />

la industria <strong>de</strong>l hentai, que les impedía mostrar<br />

penes 3 . Si en vez <strong>de</strong> falos se usaban los tentáculos<br />

<strong>de</strong> un monstruo, <strong>de</strong>monio o cefalópodo, la<br />

prohibición no aplicaba. Fue un éxito rotundo y,<br />

como muchos otros tropos provenientes <strong>de</strong> la<br />

pornografía nipona, fue imitado en Occi<strong>de</strong>nte y<br />

adaptado a los gustos locales 4 .<br />

Con la aparición <strong>de</strong> diferentes programas <strong>de</strong> fácil<br />

acceso en la presente década llegó la posibilidad <strong>de</strong><br />

que casi cualquier usuario pudiera hacer<br />

animaciones pornográficas en 3D, algunas <strong>de</strong> las<br />

cuales ven <strong>de</strong> tan alta calidad como los mejores<br />

37


vi<strong>de</strong>ojuegos <strong>de</strong>l mercado. Con ello, la animación<br />

porno (monstruos incluidos) ya no era monopolio<br />

<strong>de</strong> Japón y sus estudios <strong>de</strong> hentai. Y, por<br />

supuesto, los monstruos (con o sin tentáculos)<br />

figuran ampliamente en estas obras, que van<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> gifs animados hasta cortometrajes<br />

completos.<br />

Por otro lado, hubo quien encontró en las<br />

oportunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> autopublicación que ofrecía<br />

Amazon una mina <strong>de</strong> oro: historias eróticas<br />

protagonizadas por monstruos y mujeres. Son<br />

relatos breves, cuyos autores por lo general no<br />

son escritores profesionales (y cuya calidad<br />

literaria es risible) en los que alguna criatura<br />

mítica, prehistórica o sobrenatural toma contra su<br />

voluntad a una o varias mujeres bellas, que al<br />

principio se horrorizan pero al cabo terminan<br />

sintiendo orgasmos épicos con los<br />

inverosímilmente gran<strong>de</strong>s falos <strong>de</strong> la bestia (e<br />

incluso enamorándose <strong>de</strong> ella). 5 Fue Virginia<br />

Wa<strong>de</strong> (es un nom <strong>de</strong> plum) la que abrió las<br />

puertas <strong>de</strong>l diluvio cuando se le ocurrió la<br />

extravagante historia <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> jóvenes<br />

excursionistas que son asaltadas y violadas por el<br />

mismísimo Pie Gran<strong>de</strong>, en la ahora clásica novela<br />

corta Moan for Bigfoot. Lo curioso es que la<br />

mayoría <strong>de</strong> las autoras y <strong>de</strong>l público son mujeres. 6<br />

El resto es historia.<br />

Pero, ¿por qué?<br />

El éxito <strong>de</strong> estas obras <strong>de</strong> infraliteratura ha sido<br />

tan rotundo que algunos autores hasta se pudieron<br />

dar el lujo <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar sus trabajos y vivir <strong>de</strong> ello, y<br />

han llamado la atención tanto <strong>de</strong> los moralistas<br />

habituales como <strong>de</strong> científicos sociales y<br />

psicólogos que tratan <strong>de</strong> explicar el por qué <strong>de</strong><br />

esta fascinación.<br />

Por ejemplo, Scott A. McGreal en Psycholgy<br />

Today 7 propone una explicación tentativa que<br />

podría ser refutada o comprobada con ulteriores<br />

investigaciones. Empieza por señalar que las<br />

fantasías <strong>de</strong> violación son bastante comunes entre<br />

mujeres 8 . Esto podría explicarse porque en la<br />

imaginación <strong>de</strong> la mujer su “<strong>de</strong>predador” es una<br />

figura masculina oscura y peligrosa que<br />

<strong>de</strong>muestra su po<strong>de</strong>r y fuerza, a la vez que ella<br />

pue<strong>de</strong> percibirse como alguien tan atractiva y<br />

sensual que aquél no pue<strong>de</strong> resistirse a su <strong>de</strong>seo<br />

<strong>de</strong> poseerla. Todo esto se presenta como algo<br />

sumamente erótico.<br />

Po<strong>de</strong>mos aunar a ello la ten<strong>de</strong>ncia presente en<br />

muchas personas, en especial las muy<br />

imaginativas y <strong>de</strong> mente abierta, a explorar<br />

(aunque sea mentalmente) situaciones eróticas<br />

diversas o hasta exóticas y extravagantes. Pero si<br />

esto explicaría las fantasías <strong>de</strong> violación a manos<br />

<strong>de</strong> seres fantásticos que tengan la apariencia<br />

básica <strong>de</strong> hombres atractivos (como vampiros,<br />

faunos, <strong>de</strong>monios o extraterrestres), sigue siendo<br />

difícil compren<strong>de</strong>r las fantasías que involucran<br />

bestias como yetis, dragones, hipogrifos o<br />

velocirraptores<br />

McGreal sugiere que estas criaturas <strong>de</strong>spliegan<br />

virtu<strong>de</strong>s masculinas que comúnmente muchas<br />

mujeres encuentran sexualmente atractivas:<br />

fuerza, vigor, pasión, <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> dominio y hasta<br />

cierta inteligencia y sensibilidad ocultas 9 . Para<br />

McGreal, las fantasías con monstruos serían el<br />

resultado <strong>de</strong> llevar estas ten<strong>de</strong>ncias eróticas tan<br />

comunes hasta sus últimas consecuencias.<br />

En los libros que se ven<strong>de</strong>n en Amazon, escritos<br />

por y para mujeres, el placer y hasta el<br />

enamoramiento <strong>de</strong> la chica es parte fundamental.<br />

Pero en el hentai o en el porno hecho por usuarios<br />

comunes <strong>de</strong> Internet, cuyos creadores y<br />

consumidores son principalmente varones, esto<br />

no es necesariamente así. De hecho, el asalto a<br />

menudo incluye la total humillación y<br />

38


<strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> la víctima (en ocasiones, la<br />

muerte). ¿Se trata <strong>de</strong> torcidas fantasías en las que<br />

los varones pue<strong>de</strong>n imaginarse en el papel <strong>de</strong> los<br />

monstruos, tan po<strong>de</strong>rosos que pue<strong>de</strong>n poseer a<br />

cualquier mujer sólo tomándola entre sus garras?<br />

Por ahora sólo po<strong>de</strong>mos especular.<br />

El atractivo <strong>de</strong>l porno tentacular es más fácil <strong>de</strong><br />

compren<strong>de</strong>r. En él se suman diversos fetiches y<br />

fantasías tales como: violación, bondage,<br />

escenarios irreales, y doble o triple penetración<br />

simultánea. A<strong>de</strong>más, ya que las mujeres por lo<br />

regular aparecen suspendidas en el aire y los<br />

tentáculos se encuentran bastante lejos <strong>de</strong>l cuerpo<br />

<strong>de</strong>l monstruo, esto permite contemplar la escena<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes ángulos y hacer acercamientos<br />

audaces sin que nada estorbe a la vista.<br />

O quizá, como dice Howard en Scientific<br />

American 10 , las fantasías <strong>de</strong> monstruos violadores<br />

son un ejemplo más <strong>de</strong> cómo la sexualidad<br />

humana es tan variada y contradictoria que<br />

muchas <strong>de</strong> sus expresiones escapan a<br />

explicaciones científicas sencillas. Sea como sea,<br />

lo cierto es que el porno con criaturas fantásticas<br />

es mucho más que una moda pasajera, sino que<br />

parece algo que se quedará con nosotros por<br />

mucho tiempo.<br />

Pie <strong>de</strong> página:<br />

1.Por supuesto, como fan tengo que <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>l pulp emergieron<br />

algunos talentos literarios brillantes, como H.P. Lovecraft o<br />

Robert E. Howard. Pero eso no quita que en su mayoría el pulp<br />

fuera infraliteratura.<br />

2.TV Tropes tiene algunas entradas al respecto: The Touch of the<br />

Monster, Monster Misogyni y Mars Needs Women<br />

3. Tentacle Rape en el blog <strong>de</strong>l Dr. Mark Griffiths, incluye muchos<br />

enlaces interesantes con información sobre el tema.<br />

4.Hay antece<strong>de</strong>ntes más antiguos, por supuesto: la pintura El<br />

sueño <strong>de</strong> la esposa <strong>de</strong>l pescador <strong>de</strong> Katsushika Hokusai (1814)<br />

muestra a una mujer interactuando eróticamente con un par <strong>de</strong><br />

pulpos, y no es la única <strong>de</strong> su época.<br />

5.MONSTER PORN: Amazon Cracks Down On America’s Latest<br />

Sex Fantasy, Bussiness Insi<strong>de</strong>r<br />

6.Bigfoot, sexy? Erotica author explains Salon<br />

7.Monster Porn and the Science of Sexuality, Psychology Today<br />

8.Lo cual, sobra <strong>de</strong>cirlo, no significa que las mujeres quieran <strong>de</strong><br />

hecho ser violadas. En una fantasía, la persona tiene completo<br />

control <strong>de</strong> todo lo que pasa.<br />

9.La autora Alice Xavier señala que una diferencia importante<br />

entre el erotismo con monstruos y la simple zoofilia es que los<br />

monstruos <strong>de</strong>ben tener inteligencia y sentimientos humanos o casi<br />

humanos para que la fantasía sea completa. Op. Cit. Bussiness<br />

Insi<strong>de</strong>r<br />

10.What “Monster Porn” Says About Science and Sexuality<br />

Scientific American<br />

39


Me gustan tanto<br />

los hombres<br />

que me gusta ver<br />

Por Yobaín Vázquez<br />

y Katia Rejón<br />

sexo<br />

entre ellos<br />

Las mujeres disfrutan ver porno. Esto resulta cada vez<br />

menos tabú, pero aún no se logra hablar <strong>de</strong> esta afición<br />

públicamente. Y antes <strong>de</strong> que esto nos resulte familiar,<br />

surge otro hecho inquietante: algunas mujeres disfrutan ver<br />

porno homosexual. Sabemos que hay muchos tipos <strong>de</strong><br />

porno. El yaoi, por ejemplo, sería su versión más ligera, se<br />

le entien<strong>de</strong> como un subgénero <strong>de</strong>l anime en el que los<br />

temas se concentran en relaciones afectivas, eróticas y<br />

sexuales entre hombres.<br />

Tenemos frente a nosotros a Alejandra, con celular en mano<br />

observa el timeline <strong>de</strong> sus re<strong>de</strong>s sociales y a nuestra<br />

pregunta ingenua o mal planteada ¿Sólo ves yaoi o también<br />

porno gay? Respon<strong>de</strong>: “Primero empiezas con el anime,<br />

con el yaoi. A partir <strong>de</strong> este género te empieza a gustar<br />

también el manga, <strong>de</strong>l manga pasas al fanfiction.<br />

Comienzas a shippear1, no sé, por ejemplo, dos miembros<br />

<strong>de</strong> una banda pop”. No hay reparos para consumir fantasías,<br />

van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ver relaciones coitales explícitas hasta leer textos<br />

homoeróticos.<br />

40<br />

Ilustración por<br />

Luis Cruces


Monse también es fan <strong>de</strong>l gay porn y no conoce a<br />

Alejandra. Las dos se caerían bien <strong>de</strong> conocerse:<br />

Monse coinci<strong>de</strong> en que su primer acercamiento<br />

fue el yaoi.<br />

“Desconocía por completo ese género. Una amiga<br />

me dio el nombre <strong>de</strong> un anime <strong>de</strong> ese estilo pero<br />

no mencionó las relaciones entre dos hombres.<br />

Cuando comencé a verlo primero me sentía súper<br />

confundida y <strong>de</strong>bo admitir que me sentía un poco<br />

mal, como si estuviera rompiendo las reglas.<br />

Continué viéndolo porque mi curiosidad <strong>de</strong>spertó<br />

al preguntarse qué tan diferente sería una relación<br />

homosexual a una hetero”.<br />

Digamos que el yaoi es a la mariguana como el<br />

porno gay a las drogas duras. El primero conduce<br />

a lo segundo. Quizá sea apresurado hacer ese tipo<br />

<strong>de</strong> analogías. Será mejor ocuparnos <strong>de</strong> otros<br />

asuntos. El porno gay tiene su propia estética, <strong>de</strong><br />

acuerdo con Alejandra y Monse los hombres son<br />

más guapos, limpios y empáticos que en el porno<br />

tradicional. Ese es el primer gancho, pero lo que<br />

atrapa a las chicas es algo que va más allá <strong>de</strong>l<br />

atractivo físico: “Nos creamos historias <strong>de</strong> amor<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> lo que para muchos sería sólo algo<br />

carnal”, explica Monse.<br />

Pero lo carnal es algo importante, y lo es tanto que<br />

la industria <strong>de</strong>l porno homosexual se basa en crear<br />

estereotipos. Los activos (los que penetran)<br />

tien<strong>de</strong>n a ser musculosos, con barba y tatuajes,<br />

mucho más masculinizados e imponentes. Los<br />

pasivos (los penetrados) son <strong>de</strong>lgados, con el<br />

cuerpo un poco marcado, más pequeños y con cara<br />

infantil. Son “niños bonitos”. Monse, como<br />

cualquier otras consumidora <strong>de</strong> porno, tiene sus<br />

preferencias <strong>de</strong> acuerdo a lo que ofrecen las<br />

páginas porno: “Personalmente me llaman la<br />

atención aquellos que se ven en extremo varoniles<br />

y rompen con el estándar homosexual. Son<br />

hombres que muchas mujeres <strong>de</strong>sean pero son<br />

homosexuales y no se sienten inseguros por eso,<br />

todo lo contrario”.<br />

Alejandra también tiene especial interés por el<br />

porno con historia: “En japón hay una rama <strong>de</strong>l<br />

porno homo que es sólo para mujeres. Hay<br />

historias y celebrida<strong>de</strong>s, los activos y pasivos<br />

favoritos. Las películas que producen duran 30<br />

minutos y el acto sexual sólo es <strong>de</strong> 10. El resto es<br />

una historia <strong>de</strong> amor”. Monse la complementa, sin<br />

tener un diálogo directo, sobre por qué prefieren<br />

este porno por encima <strong>de</strong>l que está dirigido para<br />

un público heterosexual: “Pareciera como si los<br />

que actuaran tuvieran una complicidad traviesa,<br />

erótica y tierna que normalmente no veo que<br />

<strong>de</strong>muestren muchas parejas hetero”.<br />

Con historia o sin historia, ver porno es algo que<br />

generalmente no es bien visto. Alejandra confiesa<br />

riendo: “Las otras mujeres piensan que estamos<br />

enfermas, nos dicen: ¿cómo te pue<strong>de</strong>n gustar este<br />

tipo <strong>de</strong> cosas si eres heterosexual? Pero para<br />

nosotras es como ver una película, la vemos en el<br />

<strong>de</strong>sayuno y hablamos <strong>de</strong> su relación como novios<br />

en la vida real”. A<strong>de</strong>más que pue<strong>de</strong>n ser excluidas<br />

<strong>de</strong> eventos relacionados con estrellas porno. El 25<br />

<strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong>l 2015 los actores Allen King y<br />

Ángel Cruz llegaron a Pri<strong>de</strong>, un club nocturno <strong>de</strong><br />

la ciudad <strong>de</strong> Mérida. Alejandra y un amiga<br />

quisieron comprar boletos para asistir al show <strong>de</strong><br />

sus novios favoritos, pero los organizadores <strong>de</strong>l<br />

evento se negaron a ven<strong>de</strong>rles entradas porque<br />

sólo estaba permitida la asistencia para hombres.<br />

Todo aquello no es algo que las <strong>de</strong>sanime.<br />

Al menos no a Alejandra, no se avergüenza ni<br />

escon<strong>de</strong> su gusto por el porno gay: “En mi casa<br />

saben que veo pornogay. Mi papá me dijo que si<br />

era porque soy lesbiana me iba a seguir queriendo.<br />

Yo le dije: Sí, papá, gracias; pero no: me gustan<br />

tanto los hombres que me gusta ver sexo entre<br />

ellos”. Ojalá todos pudiéramos sentirnos<br />

orgullosos <strong>de</strong>l porno que vemos.<br />

1 El shippeo son obras <strong>de</strong> ficción en las que se explora relaciones<br />

<strong>de</strong> pareja que ya existen o que <strong>de</strong>searían extistieran<br />

41


PORNO EN CIFRAS<br />

POr Graciela<br />

Montalvo<br />

En América Latina,<br />

el tipo <strong>de</strong><br />

pornografía más<br />

vista es el anal.<br />

)*(<br />

<br />

Hentai es una<br />

palabra japonesa<br />

que significa<br />

“pervertido”.<br />

Garganta profunda (1972)<br />

escrita y dirigida por Gerard<br />

Damiano, es probablemente<br />

la película pornográfica más<br />

exitosa e influyente <strong>de</strong> todos<br />

los tiempos.<br />

En septiembre <strong>de</strong> 2016, el<br />

presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Rusia, Vladimir<br />

Putin, le <strong>de</strong>claró la guerra a<br />

las páginas <strong>de</strong> pornografía<br />

YouPorn y PornHub, bloqueando<br />

su acceso en el país.<br />

En Corea <strong>de</strong>l<br />

Norte, ven<strong>de</strong>r o<br />

ver pornografía es<br />

castigado con la<br />

pena <strong>de</strong> muerte.<br />

Jenna Jameson, conocida<br />

como “La Reina <strong>de</strong>l Porno”<br />

es la estrella más rica <strong>de</strong><br />

la industria porno con<br />

una fortuna <strong>de</strong> 30<br />

millones <strong>de</strong> dólares.<br />

Holly One fue un<br />

actor porno<br />

consi<strong>de</strong>rado el más<br />

bajo <strong>de</strong>l mundo; no<br />

medía más <strong>de</strong> 1,20 m.<br />

Estados Unidos es el<br />

mayor productor <strong>de</strong> cine<br />

porno mundial. San<br />

Fernando Valley, situado<br />

en la ciudad <strong>de</strong> Los<br />

Ángeles, California, es<br />

también conocida como la<br />

“capital mundial <strong>de</strong>l porno”.<br />

Cada segundo hay<br />

aproximadamente 30<br />

millones <strong>de</strong> personas<br />

viendo pornografía.<br />

60<br />

en 60.000 millones <strong>de</strong> dólares<br />

A nivel mundial, la revista<br />

Forbes estima los beneficios<br />

anuales: unos 250 millones <strong>de</strong><br />

personas consumen los<br />

productos <strong>de</strong> esta industria.<br />

000<br />

000<br />

Existe un estatuto llamado<br />

18 USC con un registro <strong>de</strong><br />

los actores, su numero <strong>de</strong><br />

seguridad social y otros<br />

datos<br />

Pornhub es el sitio web <strong>de</strong><br />

porno más gran<strong>de</strong> en el<br />

internet, con más ví<strong>de</strong>os<br />

que cualquier otro sitio<br />

similar.<br />

Los 5 países que más consumen porno en línea son: Estados Unidos,<br />

Reino Unido, Canadá, India y Japón.<br />

42


Del TvNotas al Cam 4<br />

O cómo Nacho se ha adaptado para ver porno.<br />

Por Josué Tello Torres<br />

—Estaba en sexto <strong>de</strong> primaria cuando un día Carlos<br />

llegó a la escuela y nos dijo: vengan, les tengo que<br />

enseñar algo fregón. Adrián y yo lo seguimos hasta<br />

<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> las gradas. Corran, apúrense, nos gritaba.<br />

Llegamos y sacó <strong>de</strong>l pantalón un frasco <strong>de</strong> gerber. Lo<br />

puso frente a nosotros y lo abrió. Jalé mi pollo y salió<br />

lechita, aquí está, nos dijo. Ni Adrián ni yo habíamos<br />

visto nunca la lechita, nombre que usamos hasta que<br />

supimos que se llamada semen. Ese día llegué a la casa<br />

y me fui directo al baño. Seguí las indicaciones <strong>de</strong><br />

Carlos: jalé y jalé mi pene y no salió nada. Me sentí<br />

frustrado pero no vencido. Tenía que sacar lechita,<br />

pensaba. En la tar<strong>de</strong> puse en el DVD vi<strong>de</strong>os <strong>de</strong> hip-hop<br />

don<strong>de</strong> salían mujeres con poca ropa. Me excité. Jalé mi<br />

pollo… Fue mi primera chaqueta.<br />

—¿En ese momento te volviste adicto a la<br />

masturbación?<br />

—No, porque sólo exploraba mi cuerpo. De hecho pasó<br />

como un mes y medio, más o menos, para que me la<br />

volviera a jalar y tampoco era frecuente la<br />

masturbación. Tenía miedo, no sé, era raro saber que<br />

me salía lechita, jajajaja.<br />

Entrevisto a Ignacio. No es estrella <strong>de</strong> rock, ni político,<br />

escritor, empresario o youtuber. Es un amigo que tiene<br />

43


25 años. En realidad no se llama Ignacio. El nombre es<br />

lo <strong>de</strong> menos, podría llamarse Alexis, Irving, Beto o el<br />

que uste<strong>de</strong>s quieran. Ignacio eligió ese nombre para<br />

cubrir su i<strong>de</strong>ntidad porque le da pena que sepan <strong>de</strong> su<br />

adicción al porno. El porno aquí es el protagonista,<br />

dice. Y sé que no soy nadie importante y mis palabras<br />

son equis, pero tengo unas historias bien perronas, por<br />

eso me buscaste pinche Tello.<br />

—A ver, cuenta una.<br />

—Estaba en secundaria y mi primo en primero <strong>de</strong><br />

prepa. Ese cabrón pertenecía a una bandita <strong>de</strong> chemos.<br />

Ruta Clan<strong>de</strong>stina, se llamaban. Cada semana me<br />

quedaba a dormir en su casa porque los batos <strong>de</strong> la<br />

cuadra hacían puras pen<strong>de</strong>jadas y me divertía. Un día<br />

mi primo salió temprano <strong>de</strong> su casa para ir a ver a su<br />

chava. Yo estaba jugando el Play Station cuando sonó<br />

el teléfono a la casa. Contestó mí tía y me dijo que Rulo<br />

quería hablar conmigo. Oye pelaná, cuando cuelgues<br />

ve corriendo al baño y agarra las revistas que <strong>de</strong>jé en el<br />

mueble <strong>de</strong>l lavado, llévalas al cuarto y escón<strong>de</strong>las en tu<br />

mochila. Ya cuelga, pen<strong>de</strong>jo, antes <strong>de</strong> que las vea mi<br />

jefa.<br />

Entré al baño y cuando abrí la puerta <strong>de</strong>l mueble no<br />

podía creer lo que veía: ¡varias revistas <strong>de</strong> Para<strong>de</strong>ro 69!<br />

Puse seguro a la puerta y comencé a hojearlas… Puta<br />

madre, ya me excité <strong>de</strong> sólo recordarlass —interrumpe<br />

la narración y me intenta tocar. No chingues, Nacho, le<br />

digo. Déjate querer, coño… Bueno, ya yaya, sigo. Pues<br />

que me prendo con la manuela y sopas: mi tía<br />

comienza a golpear la puerta. Ya tardaste, Ignacio, qué<br />

tanto haces, necesito entrar, me dijo. Tomé las revistas<br />

y las metí entre mi playera. Parecía panza <strong>de</strong><br />

embarazada mal formada, pero estaba <strong>de</strong>sesperado que<br />

no pensé en otra manera <strong>de</strong> guardarlas.<br />

Puse el oído en la puerta para escuchar si ya no estaba<br />

afuera mi tía. La neta es que a esa edad uno está<br />

pen<strong>de</strong>jo y cree que pue<strong>de</strong> mantener las cosas bajo<br />

control. Cuando abrí la puerta mi tía estaba ahí, frente<br />

a mí. Por el asombro olvidé las revistas y quité mis<br />

manos <strong>de</strong> la panza: una a una fueron cayendo al piso.<br />

Salí corriendo antes <strong>de</strong> que me prendieran un putazo.<br />

¡Hijo <strong>de</strong> la chingada, nomás vienes a hacer tus<br />

pen<strong>de</strong>jadas a mi casa! ¡Ahora se va a enterar tu mamá,<br />

para que te la parta! Me gritaba mientras yo veía como<br />

tiraba mi mochila para la calle…<br />

—¿Qué pasó <strong>de</strong>spués?<br />

—Me fui caminando a casa. Pensé que no se lo iba a<br />

<strong>de</strong>cir a mis papás, por eso no <strong>de</strong>cidí ir a otra parte.<br />

Cuando abrí la puerta, porque mis papás esperaron a<br />

que entrara, me pidieron que vaya a la cocina… y<br />

sopas: Mi papá me tomó <strong>de</strong> la espalda y mientras, mi<br />

mamá me pegaba con la faja. Y yo, llore y llore y llore.<br />

No podía explicar nada porque cuando intentaba ya<br />

estaba recibiendo otro fajazo.<br />

Al final se aclaró la cosa. Mi primo dijo que me pidió<br />

el paro para guardar las revistas. Que no eran mías.<br />

44


Pero los fajazos ya estaban en mi cuerpo, como el <strong>de</strong><br />

las vacas recién marcadas.<br />

—No mames, Nacho, qué puta suerte tienes.<br />

—Ya sé cabrón, pero no te rías si no aquí le paramos.<br />

—Oh, pues, ya estás <strong>de</strong> nena. A ver, ¿cuántas veces te<br />

la jalas al día?<br />

—Una <strong>de</strong> cajón, pero trato <strong>de</strong> mantener dos al día. He<br />

bajado el ritmo drásticamente, ya no puedo hacerlo<br />

tantas veces como cuando era puberto. Uf, esos años<br />

eran <strong>de</strong> a tres <strong>de</strong> cajón y <strong>de</strong> tirón. Ahora es mañana y<br />

noche.<br />

—¿Te gustaría volver a esa época?<br />

—Sí y no.<br />

—Antes no sabía mucho <strong>de</strong> porno pero me la perfilaba<br />

chido. Ahora disfruto más el contenido. Cuando digo<br />

esto me refiero a que antes era estudiante y cuando<br />

llegaba a la casa era ir a jalarle el pescuezo al ganso.<br />

Ahora la chamba, <strong>de</strong>udas, estrés… La puta vida godín<br />

jo<strong>de</strong>n la producción. Así que trato <strong>de</strong> llevármela leve,<br />

disfrutando el vi<strong>de</strong>o y no exce<strong>de</strong>rme para no terminar<br />

tan cansado.<br />

—¿Aún tienes revistas y DVD’s en tu colección?<br />

—Ya no tengo colección <strong>de</strong> eso, ahora puro contenido<br />

en internet. La neta una exnovia me tiró todo. Me <strong>de</strong>cía<br />

que para qué quería esas cochinadas si la tenía a ella.<br />

Me <strong>de</strong>shice <strong>de</strong> todo. No soy aprehensivo con las cosas<br />

por lo que no me dolió per<strong>de</strong>rlas.<br />

—¿Prefieres el contenido <strong>de</strong> ahora o el <strong>de</strong> hace diez<br />

años?<br />

—Uf, papi, son cosas distintas. Mira: hace diez uno<br />

podía hacerse una puñeta con las revistas <strong>de</strong> Avón,<br />

Fuller, TvNotas, TvyNovelas… Cualquiera que tuviera<br />

chicas en bikini. Todo estaba en la imaginación. Tenías<br />

a Liz Vega, Maribel Guardia, Niurka, Aracely<br />

Arámbula, Edith González, Paty Navidad… Todas<br />

aparecían en sesión <strong>de</strong> fotos sexis publicadas en esas<br />

revistas. Era nuestro porno y nadie lo impedía. Eso,<br />

quizás me causas un poco <strong>de</strong> nostalgia. Aunque ahora<br />

tienes internet y pue<strong>de</strong>s entrar a Cam 4 y ver a rusas,<br />

chilenas, colombianas, francesas, españolas…<br />

Infinidad <strong>de</strong> mujeres en un solo espacio. Claro, ahora<br />

casi no se <strong>de</strong>ja nada a la imaginación y a huevo<br />

esperamos el <strong>de</strong>snudo para po<strong>de</strong>r disfrutar la chaqueta.<br />

—¿Recuerdas cuál fue la primera página que visitaste?<br />

—Petardas. De ahí siguió Poringa y Panda Movies…<br />

Y <strong>de</strong> ahí Youporn, Beeg, PornHub, BangBros,<br />

Brazzers, Redtube, xVi<strong>de</strong>os, Cam 4, Bongacams. Por<br />

45


cierto estas últimas son <strong>de</strong> mis favoritas.<br />

—¿Alguna página mexicana?<br />

—Hay muy chafas, aunque rescato una que creo la está<br />

rompiendo ahora: Sexmex. Las historias están creíbles,<br />

hay un poco <strong>de</strong> trama, no se van directo al sexo… Sólo<br />

tengo un problema: para ver su contenido chingón hay<br />

que pagar. Soy adicto pero no pagaría por algo que hay<br />

gratis. Y la verdad hay contenido completo <strong>de</strong> Sexmex<br />

en xVi<strong>de</strong>os. Solucionado el asunto.<br />

Ya, cáele con la última pregunta, cabrón, porque está<br />

cátedra te va a empezar a costar.<br />

un porno <strong>de</strong> Snoop Dogg. De hecho cuando lo compré<br />

no sabía que también tenía ese material. Bueno, cuando<br />

perdí todo lo físico me puse a buscar en internet ese<br />

vi<strong>de</strong>o y me di cuenta que en pocos sitios está completo.<br />

Con los catorce minutos. Hasta que lo encontré en<br />

Pornoeggs y, ¡carajo!, fui feliz cuando lo volví ver.<br />

Pésima calidad, malísima la trama, pero tiene un no sé<br />

qué inexplicable que hace que le <strong>de</strong>dique la chida una<br />

vez a la semana, mínimo. Chécalo, se llama Hustler<br />

vi<strong>de</strong>o snoopdoggs doggy style. —What’s up<br />

everybody, play boys and play girls… Canta Snoop<br />

Dogg mientras unos batos juegan al fondo basquetbol<br />

en el Play Station. Una joya.<br />

—No jodas, Negro, bueno ahí te va. ¿Tienes alguna<br />

película, fragmento, escena o vi<strong>de</strong>o favorito que<br />

siempre veas?<br />

—Sí. Guardo cariño al primer vi<strong>de</strong>o que vi, el <strong>de</strong> mi<br />

primera puñeta. En el disco <strong>de</strong> vi<strong>de</strong>os <strong>de</strong> hip-hop había<br />

Fotografía por<br />

Ramón Rosado Rosado<br />

(RaaXTerm)<br />

Artista Visual Multidisciplinario<br />

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