24.05.2017 Views

236

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Los mitos del bicentenario<br />

Daniel Salinas Basave<br />

danibasave@hotmail.com<br />

El autor es periodista y ganador del premio<br />

Estatal de Literatura, categoría Ensayo.<br />

Con B de Bolaño y Breaking Bad<br />

Por dentro y por fuera<br />

Manuel Rodríguez Monárrez<br />

manyrodriguez@live.com.mx<br />

La Frontera del Conocimiento<br />

Internacionalista egresado de la UDLA Puebla<br />

Twitter: @Tijuanagreen<br />

El adiós de mi década treintañera<br />

está siendo marcado por un par<br />

de vicios que como un ciclón<br />

me han sacudido en este 2014.<br />

Si algo tienen en común los días de esta<br />

primavera en que me despido de los 39,<br />

es la B de Bolaño y Breaking Bad. Haga<br />

lo que haga e independientemente de la<br />

agenda cotidiana, no pasa un día sin<br />

que lea una buena dosis de páginas del<br />

escritor chileno como tampoco pasa un<br />

día sin que vea por lo menos un episodio<br />

de la serie creada por Vince Gilligan. Soy<br />

un aficionado tardío lo sé y si algo tienen<br />

en común este par de nuevas adicciones,<br />

es que en su momento despotriqué públicamente<br />

contra ellas.<br />

Empecé a leer a Bolaño desde 2002,<br />

pero luego de pasar por Llamadas telefónicas,<br />

Los detectives salvajes y El gaucho<br />

insufrible mi bitácora fue un “no es para<br />

tanto”. Ante el cacareo de la hipsteria que<br />

lo canonizó como el gran revolucionario<br />

de las letras, simplemente me declaré<br />

hastiado. De Breaking Bad no había visto<br />

un solo minuto hasta este 2014 por la<br />

simple y sencilla razón de que la tele no<br />

es ni ha sido jamás lo mío. Nunca hasta<br />

ahora había visto una serie y aunque<br />

muchas veces proclamé que podía vivir<br />

mi vida y morirme con la tranquilidad<br />

de no haberme perdido de nada, creo<br />

que en el caso de Breaking Bad sí me había<br />

estado perdiendo de algo.<br />

Mi reencuentro con Bolaño se dio el<br />

año pasado con Estrella distante y ahora,<br />

después de sumergirme en La pista de<br />

hielo, Amuleto, Entre paréntesis y La literatura<br />

nazi en América, puedo declararme<br />

absolutamente embolañado. Estoy a<br />

punto de entrarle a Nocturno de Chile<br />

que antecederá a esa expedición mayor<br />

que va a ser 2666. Lo que he encontrado<br />

es un tipo brutalmente honesto y tirado<br />

a matar; un auténtico tecato de las letras.<br />

En el caso de Breaking Bad he encontrado<br />

una genial construcción psicológica<br />

de personajes divinamente contradictorios,<br />

humanos hasta el hartazgo en sus<br />

dilemas, miedos y ambiciones. Además,<br />

hay algo que hermana a Bolaño y a Mister<br />

White: el monstruo interior emergiendo<br />

ante la inminencia de la muerte,<br />

la genial urgencia del desahuciado.<br />

El mejor Bolaño, que escribe como un<br />

poseso y se entrega a las letras como<br />

única tabla de salvación, es el Bolaño<br />

consciente del poco tiempo de vida que<br />

le queda. Contrario a la imagen que nos<br />

pintan, su final no es el de un poeta maldito<br />

diluido en el humo de ambientes<br />

prostibularios, sino el de un responsable<br />

padre de familia que bebe té de manzanilla<br />

y escribe porque no sabe hacer otra<br />

cosa y necesita poder heredarle algo a<br />

sus hijos.<br />

Mister White deja de ser el apocado<br />

profesor y se atreve a romper todas las<br />

barreras cuando sabe que el cáncer no va<br />

a perdonarlo y no tiene nada para heredar<br />

a su familia. No cabe duda: hay algo<br />

mágico en sentir el aliento de la muerte<br />

en nuestra nuca.<br />

“Ningún viento es favorable para<br />

quien no conoce el puerto al que<br />

quiere arribar”.<br />

Séneca<br />

Sin duda una de las personas que<br />

más han influido y están influyendo<br />

en mi formación académica,<br />

pues en realidad uno nunca<br />

deja de aprender, es la Doctora en Ciencias<br />

con Especialidad en Investigaciones<br />

Educativas por el Centro de Investigación<br />

y Estudios Avanzados del Instituto<br />

Politécnico Nacional, María del Rosario<br />

Maríñez, una verdadera maestra que no<br />

solo imparte cátedra con un corazón genuino,<br />

sino que una vez que te instruye,<br />

te impulsa para que tú solo navegues por<br />

los asombrosos mares del conocimiento,<br />

ayudándote en el camino a discernir sobre<br />

el significado de los tesoros encontrados,<br />

sus clases son una permanente invitación<br />

para adentrarnos en las fronteras<br />

de la divulgación y los interminables descubrimientos<br />

científicos. Coordinadora<br />

del Doctorado en Educación de la Universidad<br />

Iberoamericana en Tijuana desde<br />

hace 4 años, tengo el placer de haber<br />

sido su alumno. Maríñez es una mujer<br />

que reconoce haber sufrido una especie<br />

de ‘cirugía estructural’, tras la reconstrucción<br />

neuronal a la que fue sometida<br />

por la Dra. Rosa Nidia Buenfil y los carniceros<br />

del Cinvestav, su forma de pensar<br />

fue sometida a duras pruebas y la forma<br />

en cómo llegamos al conocimiento tuvo<br />

que modificarse para permitirle llegar a<br />

ser la maestra que hoy es, sus ideas tuvieron<br />

que ser depuradas y su sistema sufrió<br />

el desprendimiento del pensamiento anclado<br />

a viejos esquemas que impiden la<br />

reconfiguración de un nuevo diseño educativo<br />

en México.<br />

Por eso la Dra. Mariñez hoy es autora de<br />

muchas propuestas innovadoras que deben<br />

ser estudiadas y tomadas en cuenta si<br />

queremos que este país avance en materia<br />

educativa.<br />

Formadora y educadora en toda la extensión<br />

de la palabra, la maestra Maríñez<br />

tiene una trayectoria profesional como<br />

docente e investigadora que no se puede<br />

tomar a la ligera, sus trabajos van enfocados<br />

al estudio de las inconsistencias históricas<br />

del discurso oficialista que desde la<br />

Secretaría de Educación Pública se construye<br />

en este país desde José Vasconcelos<br />

hasta la fecha; en alguna ocasión hemos<br />

tenido debates al respecto, pero ante la<br />

divergencia de opiniones la Dra. Maríñez<br />

siempre ha sido un faro que permite que<br />

los pensamientos e ideas lleguen siempre<br />

a buen puerto.<br />

Van para la Maestra Maríñez una cesta<br />

de manzanas, pues la manzana es considerada<br />

la fruta del saber ya que simboliza<br />

la fortaleza durante el aprendizaje, sirva<br />

pues la presente columna como una ovación<br />

para todos los buenos maestros que<br />

como la Maestra Mariñez nos guían con<br />

sus conocimientos , ya que su gran presencia<br />

dentro y fuera de las aulas nos inspiran<br />

admiración y respeto.<br />

Y usted ¿a qué vino?<br />

Dionisio del Valle<br />

lmvino@hotmail.com<br />

La llamada Semana Santa es el<br />

colofón de una tradición que<br />

ha perdurado durante muchos<br />

años en nuestro querido México.<br />

Semana mayor, la llaman a menudo,<br />

aunque dure lo que dura cualquiera otra<br />

semana del año. Quizás porque cuatro<br />

días de descanso nos parecen una pequeña<br />

eternidad, si consideramos la rutina<br />

normal de alguna otra. La costumbre,<br />

más que la obligación canónica, nos<br />

lleva a saturar aquellos restaurantes en<br />

los que se sirven, de manera primordial,<br />

platillos en los que los cárnicos brillan<br />

por su ausencia.<br />

Taquitos de pescado, por ejemplo, que en<br />

Conferencista, capacitador<br />

y periodista crítico de vinos<br />

Viernes de Cuaresma y Sábados de Gloria<br />

nuestra tierra son más que una tradición.<br />

No importa la especie del habitante marítimo<br />

mientras pase a mejor vida rebosado,<br />

bien caliente y acompañado de una buena<br />

salsa mexicana, a veces simple, con base en<br />

trocitos de jitomate, perejil y adornos de<br />

cebolla. Otras, más sofisticada, preparada<br />

con mayonesa aderezada con un poquito<br />

de chipotle o chiles habaneros, según sea<br />

el caso y fresco repollo en tiritas, todo ello<br />

contenido en una insuperable tortilla de<br />

maíz. Hoy no hablamos de un sitio específico,<br />

sino de aquellas propuestas que aparecen,<br />

inopinadamente, en estas semanas<br />

que obligan a una tregua cada viernes sin<br />

que nadie ande pensando que comer algo<br />

que no sea pescado o marisco nos llevará,<br />

irremediablemente, a cometer pecado.<br />

“Los viernes pescado para evitar pecado”,<br />

solía decir mi abuela materna, con la autoridad<br />

que solo los mayores saben imponer<br />

a sabiendas de que el resto de los que<br />

atienden dichas consignas los seguimos<br />

más por respeto que por temor.<br />

Benditas costumbres que abren paso a<br />

los chiles poblanos rellenos de atún, cubiertos<br />

de blancas rebanadas de cebolla<br />

con su toque sutil de vinagre y aceite de<br />

olivo. ¿Y los vinos? Blancos por supuesto,<br />

o rosados para celebrar juntos la llegada<br />

de la primavera que coincide con<br />

estas fiestas de guardar, o de festejar sin<br />

aspavientos ni derroches, por si alguien<br />

tiene algo de qué arrepentirse.<br />

La chef misteriosa comparte entonces<br />

una recomendación para la ocasión.<br />

Demos paso a palabras que, con un<br />

poco de paciencia y algo más de sazón,<br />

puede convertirse en una sabrosa canción<br />

que no solo se oye, sino se toca, se<br />

palpa y se siente. Recetas que abren el<br />

corazón a través de los sentidos. ¿Qué<br />

podríamos hacer con un puñado de<br />

arroz arborio, calabacitas rostizadas,<br />

un trozo de queso de Real del Castillo y<br />

chiles poblanos? Nada más ni nada menos<br />

que un risotto muy mexicano, de<br />

aromas y sabores insospechados al que<br />

nada le va a ir mejor que un vino rosado<br />

de Baja California, elaborado con uva<br />

Merlot o quizás Grenache de inconfundible<br />

color rosa mexicano, más clarete<br />

que rosado por supuesto.<br />

Y es que, como solemos decir los tragones<br />

de estos rumbos, aquí en esta<br />

nuestra bendita península, no nos gusta<br />

andarnos a medias tintas. Cocina de<br />

profundas raíces la nuestra. ¡Qué bendición<br />

vivir de este lado del único muro<br />

de Berlín que queda en el mundo dizque<br />

civilizado!<br />

INFOBAJA.INFO jueves 17 de abril 2014 Opinión 19

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!