Entrelíneas 48

Tiempos violentos
ENTRELÍNEAS
Columnas
Por Javiera Díaz O.
Siempre que existen
casos de violencia
contra la mujer, escucho
gente culpando a la víctima
de los abusos que
sufrió. Personas diciendo
"si yo hubiese sido
ella…” o “le faltó un
poco de amor propio”,
sólo evidencian una cultura
que prolonga el dolor
de la agredida, porque
además de sufrir los golpes
y la vergüenza, tiene
que enfrentarse al cuestionamiento
público de
cómo no hizo algo antes.
No lo denunció
antes porque es un círculo
de violencia en que
todos contribuimos. Se
entra a una relación creyendo
en el amor romántico
que nos inculcaron,
no pensando que nuestra
vida será un infierno.
Entramos enamoradas y
suponiendo que somos
capaces de arreglar cualquier
carencia del otro,
ya que nos han enseñado
que un hombre no es
perfecto hasta que tiene
a una mujer al lado.
Entonces te grita
y tal vez fue tu culpa,
luego te golpea y crees
que está mal, pero te
autoconvences de que
fue algo circunstancial.
Se repite y con ello las
disculpas y las promesas
de “nunca más”.
No podemos culpar
a la víctima, es algo
que le puede pasar a
cualquiera. Pensar que
estás con un abusador
da vergüenza y no dices
nada. No importa los privilegios
que una tenga,
quien maltrata no distingue
y la cultura machista
no te permite asumir
cuanto has sufrido.
La lucha interna
de darse cuenta que una
es violentada y por fin
denunciar debiese ser
liberador, pero nuestras
palabras siempre son
asquerosamente cuestionadas
y tenemos que
convencer a todos que
no estamos locas, que
no fue algo “hormonal”,
que sentimos pena y rabia
porque nos han insultado
y golpeado constantemente.
Ojalá algún día
podamos denunciar con
confianza, corromper
con nuestras voces al
castrado emocional que
nos ha violentado. Superar
las heridas y que
el pasado no sea sólo
dolor, si no también el
motor para armarnos
y decir “nunca más”.
Valentina yo te creo
Por Natalia Muñoz R.
El domingo pasado,
salió a la luz un hecho
que nos dejó a muchos
impactados. Las
denuncias de violencia
física por parte de Valentina
Henríquez, ejercida
por su expareja Camilo
Castaldi, más conocido
como Tea Time y vocalista
de la banda musical
chilena Los Tetas,
ya se habían propagado
por las redes sociales.
Ver a la joven con
brutales golpes en su rostro
y cuerpo, junto a su
testimonio para mí fue
chocante, me imagino lo
difícil que tiene que haber
sido para Valentina
tomar la decisión de publicar
su maltrato, añadido
a todo lo lamentable
que le tocó vivir. Pero
eso sólo fue la primera
parte, porque si bien recibió
muchísimo apoyo,
también un grupo considerable
de personas la
juzgaron y no creían en
lo que ella denunciaba.
Leí comentarios
horribles, entre ellos:
“¿Cómo aguantaste tanto,
estás loca?” O “de
seguro que es perturbada
y le gustaba que le
pegaran”. ¡Por Dios!,
no entiendo cómo puede
existir gente así, y lo
más penoso es que eran
mujeres las que trataban
así a la joven, ¿en dónde
está el apoyo? La única
solución a este problema
es que de una vez por todas
se deje de normalizar
la violencia a la mujer,
no poner en duda testimonios
como el de Valentina,
porque al colocarlos
en duda, se genera
el temor en la víctima a
denunciar a su agresor.
De todas las frases
la que más me marcó,
fue una emitida por una
panelista de televisión
conocida como la Doctora
Cordero: “Existen
mujeres que les gusta
que les peguen, lo hacen
porque dicen que así
el sexo después de los
combos es más placentero”,
aseguró. Por favor
mujer, como vamos
a dejar atrás la violencia
que ejercen los hombres
a diario si no podemos
prestarnos apoyo entre
nosotras, es insólito. Porque
al ver a la joven golpeada
lo primero que debieron
hacer sin juzgar,
es prestar ayuda, sin pensarlo
yo digo con seguridad:
Valentina yo te creo.
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