Excodra XXXVIII La identidad
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y por eso revivimos todo lo bueno que fue; mas el olvido es un imposible:<br />
siempre acabamos tropezando con los despojos de quienes fuimos.<br />
<strong>La</strong>s malas hierbas de la memoria también nacen en los jardines de la<br />
placidez.<br />
Nuestros antepasados, nuestras familias, influyen en la creación de<br />
nuestra <strong>identidad</strong> a través de dos vías: la genética y la educativa. Nadie<br />
puede decir “Yo soy mi dueño y señor”, porque en cierto modo nunca<br />
logramos independizarnos del todo de quienes nos dieron la vida, ni de<br />
nuestros antepasados, especialmente de los más directos, los que llegamos<br />
a conocer. Pero, insisto, sólo influyen parcialmente en nuestra personalidad.<br />
No quiero decir que ellos sean responsables directos de lo<br />
que somos.<br />
En mi caso, escribí los versos que citas (pertenecen a mi poemario<br />
Sin lugar seguro) durante una crisis personal agravada por una repentina<br />
precariedad económica que hizo temblar todos los cimientos de mi<br />
<strong>identidad</strong> cuando más seguro e independiente me sentía. Mi libro refleja<br />
aquellos duros momentos, pero también mi lucha por salir adelante<br />
apoyándome en un rescate de mis recuerdos de la infancia, con la casa<br />
de mis abuelos maternos como metáfora de mi vida. Sin lugar seguro<br />
me salvó de caer en el abismo.<br />
José Luis, para terminar, como poeta que eres, ¿cómo crees que<br />
afecta tu poesía a tus lectores en la formación de su <strong>identidad</strong>, en<br />
su vida en general? ¿Qué te haría sentir pleno cuando se leen tus<br />
versos?<br />
No puedo responder la primera pregunta. Honestamente no sé si<br />
mis versos pueden llegar a influir en la formación de la <strong>identidad</strong> de<br />
mis lectores. Lo que sí sé es que tengo algunos lectores generosos y<br />
atentos que me han estimulado con sus comentarios. No son muchos,<br />
pero sí son fieles.<br />
Días pasados he releído Defensa del fervor de Adam Zagajewski. El<br />
autor polaco reivindica esta palabra, fervor, que significa hervir y tiene<br />
la misma raíz que fiebre. El autor no renuncia a la ironía, pero cree que<br />
<strong>La</strong> <strong>identidad</strong> 109 <strong>Excodra</strong> <strong>XXXVIII</strong>