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móviles tendrán un papel protagonista para salir
de la zona.
Para escapar un ratito del recorrido una visita a
la Madaza Ali Ben Youssef es la mejor opción.
Un auténtico tesoro dentro de la muralla de la
ciudad roja, esta escuela musulmana de estudios
superiores, data del siglo XIV y hace tiempo
que dejó de impartir estudios coránicos. Posee
un maravilloso patio interior donde las tallas de
madera y azulejos de colores de estilo andalusí
contrastan con las austeras celdas o pequeñas
habitaciones, que llegaron a acoger a 900
estudiantes.
Desde allí continuaremos hasta el corazón de la
Medina, la Plaza Jemaa el Fna, cuya traducción
es asamblea de los muertos, ya que en esta plaza
era donde antiguamente se ajusticiaba a los
criminales. Autentico centro neurálgico donde
tomarnos un zumo de naranja en uno de sus
coloridos puestos, mientras iremos de sorpresa
en sorpresa comprobando el estilo de vida que
allí se respira, encontraremos desde encantadores
de serpientes hasta dentistas callejeros y
los coloridos puestos de hierbas para infusiones
o frutos secos se mezclaran con restaurantes
de más o menos renombre internacional donde
degustar platos típicos de la sabrosísima gastronomía
marroquí o tomarse tranquilamente
un té en una de sus terrazas es un capricho que
no debe faltar.
Desde estas terrazas la vista es privilegiada y
contemplaremos perfectamente la joya de la
Ciudad la Mezquita Koutoubia, o Mezquita
de los Libreros, data del siglo XII, donde cinco
veces al día se llama a la oración desde su alto
minarete de setenta metros de altura y gran parecido
a la Giralda de Sevilla. Es el edificio más
alto de Marrakech y solo se puede acceder a su
23 ic Diciembre 2017