REVISTA JUNIO 2018

Mundo Plural
PERIODISMO INTERNACIONAL POR CARLES VILANOVA
PAN Y CIRCO
El poeta romano Juvenal (100 a. C.) lo expreso en sus "Sátiras", cuando al Pueblo se le compra la voluntad
con espectáculos, como el circo romano en su día y el Futbol en los nuestros, los políticos no son
covenientemente fiscalizados.
El marxismo clásico señaló a la religión como al “opio del pueblo” y, como fenómeno
de substitución, deidificó a Karl Marx y al Secretario General del Polit Bureau
como a su “hijo” en la tierra prometida del paraíso socialista. Más modernamente se
dieron cuenta que no bastaba, era necesario aportar un modelo intermedio – al
estilo de los héroes griegos –que surgiera del “Pueblo” y que fuera “renovable”, es
decir: que pudieran aclamarlo o repudiarlo según sus éxitos o fracasos; un héroe
“santificable”, un deportista. Un guerrero con que oponerse a sus más directos competidores,
los recontra bien criados universitarios norteamericanos, en las batallas
estadísticas que son las olimpiadas. Eran los tiempos de la Guerra Fría. De hecho,
respecto al Deporte al menos, los tiempos no han cambiado mucho aunque la Historia
haya avanzado un poco.
En el otro extremo de Europa, y del repertorio ideológico, en la España franquista,
Manuel Fraga, por entonces ministro del gobierno del Caudillo –por la gracia de
Dios, como rezaba en las extintas pesetas- entendió lo útil que podía ser para el régimen
el futbol y lo impulsó tanto como pudo. Eso sí, favoreciendo tanto como se
podía al equipo del gusto de Franco, el Real Madrid. Mientras que, su competidor
más directo, el F.C. Barcelona, era sospechoso de sedición catalanista, con ficha policial
incluida. La cosa llegó al punto que un partido, con Franco en las gradas viéndolo,
se tuvo que alargar antirreglamentariamente más de cinco escandalosos minutos
un partido para favorecer la victoria del predilecto de su Excelencia –¡¿O que se
pensaban esos rojillos separatistas?!- .
Y llegó el siglo XXI. Rusia ya se convirtió. Ahora es rabiosamente capitalista y tan
futbolera que organiza unos mundiales en unos estadios tan ultra modernos que su
olor a nuevo llega hasta esta apartada orilla. ¿Y que pasa el día de los fastos inaugurales?
Que Mario Dragui decide dar una conferencia de prensa para anunciar ajustes
que les quitarán cierta alegría a las dolientes economías europeas –Oh, que casualidad-.