Sociedad San Juan – Anuario 2018

SOCIEDAD SAN JUAN
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LA LITURGIA
Hermana Natividad - Sociedad de María
“Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago y subió a la montaña para orar. (…) Su rostro
cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. (…)
Pedro dijo a Jesús: ‘Maestro, ¡qué bien estamos aquí!” Lc. 9, 28.
En el monte de la Transfiguración Pedro experimentó un
gozo que lo hizo exclamar: “Maestro, ¡qué bien estamos
aquí!”. Y pienso que es la experiencia que muchos de
nosotros podemos tener en nuestros templos cuando vivimos
las celebraciones litúrgicas, cuando nos sumergimos en ellas y nos
dejamos tocar y cautivar por la poderosa presencia de Dios. También
podemos unirnos a la experiencia de Pedro y exclamar “¡Jesús, qué
bueno es estar contigo! ¡Cuánta luz me trae tu amor!”
Anhelamos este encuentro con el Señor, anhelamos esa
luz de Su presencia. Creo que la liturgia nos ofrece esa respuesta,
profunda y poderosa. Lo hace especialmente en la Eucaristía, porque
ahí podemos unirnos a Jesús, alimentarnos de Él, de su Palabra, de
su Cuerpo y de su Sangre dentro de una comunidad que lo ama,
lo alaba y lo sirve.
Me gusta mucho ver, en nuestras Celebraciones, cómo las personas
oran en el silencio y con el canto. Cuánta gente que, alejada por
mucho tiempo de Dios, encuentra la atracción y cercanía de Jesús,
de la Virgen, de los Santos en la Misa. Una presencia viva, real,
que los llena del amor de Dios; ese Amor que es capaz de llevar una
Nueva Situación a sus vidas.
¡Es poderosa esta verdad! En cada Celebración, el Espíritu Santo
derrama en los corazones, silenciosamente, el fuego de ese amor. Y
sé que para que esto se dé, hay factores que preparan este encuentro.
Por eso doy gracias al Señor por la vivencia de la Liturgia en la
Sociedad San Juan. El esfuerzo por facilitar a través de ella el
encuentro con Jesús, con el Padre, con el Espíritu Santo, con la
Virgen, genera algo transformador, poderoso, luminoso, que no
deja nuestra vida igual.
El empeño en el cuidado y la belleza del templo, la búsqueda
de la música que ayude a orar… Personas que con tanto amor y
respeto a las cosas sagradas preparan las celebraciones. El cuidado
de la piedad, de las luces, del silencio, el ardor y la energía para
que cada Misa sea relevante para los que asisten… todo suma
inmensamente a la unción.
Que podamos descubrir el sentido de lo Sagrado. Y, como dicen
nuestras Constituciones, que a través de la belleza del culto, de
las celebraciones litúrgicas y el canto, podamos ser atraídos cada
vez más a la presencia del Señor, iluminados por su amor para
irradiar a otros su belleza.
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