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albordelacavernaSEXTO-NUMERO-JULIOAGOSTO

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Al borde delacaverna<br />

*La Revista de Al Borde y Lak-Berna*<br />

AÑO II- Nº VI- Bimestral-Julio 2018<br />

Artista plástica invitada: Patricia Ortiz<br />

*Poemas/Ensayos/Cuentos/Autor sobre Autor /Artículo del<br />

invitado y más secciones


2<br />

Revista en pdf: Al Borde delacaverna<br />

Revista Bimestral<br />

ISBN: en trámite<br />

Directoras, compiladoras, editoras:<br />

Liliana Varela y Gladys Cepeda.<br />

El material goza de Derechos<br />

reservados. Prohibida su<br />

venta y/o reproducción.<br />

Colaboradoras: Luz Ríos Iribarne<br />

Diseño y armado de este número: Liliana Varela<br />

albordedelacaverna2017@gmail.com<br />

A modo de presentación:<br />

Esta es una revista digital en PDF, pero no busca ser “una<br />

revista más”, sólo busca crear lazos de palabras entre distintas<br />

sociedades y culturas, traspasar fronteras para que la literatura y el<br />

arte en general nos hermanen.<br />

Nació sin pretensiones, sólo con el afán de difundirnos<br />

entre todos (y a todos), con la idea de “Inundar Internet” entre<br />

nosotros, para y por nosotros.<br />

“Al borde de la palabra” y “Lak-Berna” así lo pensaron y unieron<br />

su esfuerzo para el nacimiento de “Al borde delacaverna”.<br />

Espero la disfrutes y colabores con tus textos, con tu lectura, con tu<br />

difusión.<br />

Esta revista es tuya, no lo olvides.<br />

Liliana Varela y Gladys Cepeda.


3<br />

julio 2018- contenidos de este mes<br />

*Foto de tapa: "Sin título- Patricia Ortiz<br />

Patricia Ortiz - La artista Pág. 4<br />

Poesías del mes<br />

Nancy Lamberto Pág. 6<br />

Daniel Reyes Pág. 7<br />

Silvia Mazar Pág. 8<br />

Fernanda Berdiñas Pág. 9<br />

Claudia Ainchil Pág. 10<br />

Jesica Turon Pág. 11<br />

Rambal<br />

Pág. 12<br />

Vacharexmar Marex<br />

Leandro Alva<br />

Carmén Castejón Cabeceira<br />

Lola López Cozar<br />

Pág. 13<br />

Pág. 14<br />

Pág. 15<br />

Pág. 16<br />

Microcuentos del mes<br />

Conchi Sedano<br />

Antonella Seibane<br />

José Muchnik<br />

Liliana Trovato<br />

M. M. Álvarez<br />

MarChelo Marcial<br />

Federico Rodríguez Lemos<br />

María Laura Salvatierra<br />

Pág. 17<br />

Pág. 18<br />

Pág. 19<br />

Pág. 20<br />

Pág. 21<br />

Pág. 22<br />

Pág. 24<br />

Pág. 25<br />

Artículo del Invitado<br />

Damián Cazzani Llorente Pág. 26<br />

Ensayos del Bimestre<br />

Gladys Cepeda Pág. 30<br />

Autor sobre autor<br />

Marcelo Marcial<br />

Luz Ríos Iribarne<br />

Pág. 32<br />

Pág. 35<br />

Gacetilla Pág. 36


4<br />

Nació en Montevideo, Uruguay.<br />

Se casó y emigró a Buenos Aires en la<br />

década de los 80, lugar donde reside hasta<br />

el presente.<br />

Según sus propias palabras: “No es poeta<br />

ni artista plástica” pero sin embargo todo<br />

ello lo hace bien.<br />

Condujo un programa de radio -de 2008 a<br />

2012- y hoy día realiza encuentros<br />

mensuales literario-artísticos con el grupo<br />

“Belisama” en Capital Federal.<br />

*Sin título<br />

* Sin título


5<br />

*Sin título<br />

Sus cuadros están diseminados en numerosas casas de amigos de Argentina y otros países de<br />

Latinoamérica.<br />

Por ahora, el comercio no es lo que busca con sus obras, sólo la satisfacción está en el regalar<br />

sus pinturas.<br />

Autodidacta por definición, su sonrisa es la primer pintura que se “vende” por sí misma.<br />

* Sin título


6<br />

Poesías del mes<br />

NANCY LAMBERTO<br />

- Argentina-<br />

PÁRAMO<br />

Una pena se desprende<br />

de la rosa seca<br />

similar a alguna<br />

esquina de la vida<br />

Mendrugo de pan olvidado<br />

queriendo rescatar<br />

lo que fue<br />

recién concebido<br />

La astuta soledad<br />

Espía<br />

por la cerradura del corazón<br />

Fragancia de jazmines<br />

abraza la vieja reja<br />

amparando recuerdos<br />

La luna embriagada<br />

sueña<br />

más allá del tiempo<br />

Los pensamientos<br />

agobian el alma entumecida<br />

por sombras<br />

de la ciudad que sangra<br />

*Sin título- Patricia Ortiz


7<br />

DANIEL REYES<br />

- Argentina -<br />

ME SABE A BESO<br />

Tu piel se brindaba como un mapa<br />

abierto a mis caricias<br />

como un esperado destino a la hora de la nada<br />

y yo te dejaba sobre cada poro besos<br />

mi boca se saciaba entre tus rincones<br />

entre las esquinas de tu pubis fresco<br />

y te bebía sediento a los deseos de morirme<br />

entre tus piernas y tus labios.<br />

Temblaban tus corredores<br />

se desintegraban los olores en mis dedos<br />

y subía hasta la cúspide de tu vientre<br />

y me arrojaba cual salto suicida<br />

hasta el centro de tus pechos<br />

obligándome a permanecer<br />

por los siglos<br />

entre tu corazón y tus pezones.<br />

Besaba cada silencio de tus cabellos<br />

cada párpado, cada centímetro de tus nalgas<br />

y me iba en humo a correr por tus manos<br />

cómo un insignificante insecto a la hora<br />

en que agonizan los sinsabores.<br />

Hemos asesinado al amor a golpes de sexo!<br />

Del libro "A qué sabe el deseo?"2017<br />

XXXI<br />

No estaba permitido elegir<br />

el momento<br />

el reencuentro<br />

la unidad caminante<br />

no le estaba permitido<br />

tocar el destino<br />

la decisión del ocaso<br />

todo era exacto<br />

perfecto<br />

continuo<br />

inevitable<br />

predestinado<br />

orden de lo aceptable<br />

relojes que existieron antes del hombre<br />

arcaicos sinsabores<br />

lutos antiguos<br />

consumado equilibrio<br />

de la maquina milenaria<br />

la lluvia no impidió sus contornos<br />

rostro mojado<br />

recuerdo<br />

lágrimas errantes<br />

mejillas cansadas<br />

en definitiva… era la hora de la ausencia!<br />

Del libro "Soledad de sangre"<br />

Un libro compuesto por un solo poema dividido en<br />

50 partes<br />

Editorial Quelión - Julio 2017


8<br />

SILVIA MAZAR<br />

- Argentina -<br />

Deseaba<br />

las rocas tibias del atardecer<br />

cambiar la insípida lista de<br />

reclamos<br />

por una música que no deje de<br />

sonar<br />

por una piel<br />

que no olvide.<br />

Recordarás mi beso<br />

la melodía de mi voz<br />

mis dedos como lirios acariciando tu espalda<br />

recordarás por sobre todas las cosas<br />

el sonido de mi lápiz<br />

escribiendo este poema<br />

Sin título- Patricia Ortiz


9<br />

FERNANDA BERDIÑAS<br />

- Argentina-<br />

AHOGADA EN UN GRITO<br />

Tengo ésa imagen en el<br />

alma y la lluvia la revive,<br />

quiero exorcizarla.<br />

Tan pequeña corriendo en<br />

un grito por alcanzar tus<br />

pasos, en vano.<br />

Tenue mi voz en<br />

un desgarro, para ver tu<br />

partida sin mis lágrimas.<br />

Caí de rodillas para sollozar<br />

por tu regreso en un rezo<br />

que no pronuncié.<br />

Tan niña supe de<br />

abandonos, huidas,<br />

excusas y<br />

poca misericordia.<br />

Me mataste al irte,<br />

llevándote mi infancia al<br />

cerrar tus ojos.<br />

Te busqué cada día, te<br />

esperé en las noches<br />

insomnes.<br />

No quería dormirme<br />

pensando que volverías<br />

y correría a abrazarte.<br />

Ahogué mi voz en un<br />

silencio que calló el abismo<br />

de perderte...<br />

Enmudecí de quebranto, las<br />

palabras eran lágrimas y<br />

me ahogaban.<br />

No supe llamarte, escribir<br />

no sabía...el dolor no tenía<br />

escape.<br />

Crecí como pude llenando<br />

con migajas el vacío que<br />

dejaras.<br />

Supliqué verte una vez<br />

más, oírte, sentir tus manos<br />

dulces.<br />

Me volví solitaria, temerosa,<br />

sensible, con ojos de<br />

aguacero.<br />

Aferrada a la vida a fuerza<br />

de coraje, me puse en pie,<br />

me volví guerrera.<br />

Sin olvidarte nunca,<br />

pensando porque puta<br />

razón...no te salvó mi<br />

abrazo.<br />

TANGO<br />

Fuimos un tango, que no<br />

supe bailar.<br />

Que marcó en<br />

compases, nuestra pasión.<br />

Nos abrazó a la lujuria, mas<br />

no al amor.<br />

Siendo quebrada, la<br />

luna, ante nuestros besos.<br />

Marcando tu piel y mis<br />

cuerdas.<br />

Tocando mi espalda, en el<br />

fuego de tu boca.<br />

Enredando nuestras<br />

piernas, al deseo.<br />

Dando tristeza y olvido, a la<br />

razón.<br />

En desenfreno de tacos y<br />

giros, al orgasmo.<br />

Gimiendo en bandoneón de<br />

suspiros.<br />

Entrando a la pista, que los<br />

amantes marcan.<br />

En ochos infinitos, de la<br />

nostalgia que llora.<br />

Caminantes que reconocen<br />

añoranza y traición.<br />

Recuerdos de percantas y<br />

malevos...<br />

que nos salían desde la<br />

garganta y los pies.<br />

Tu guitarra, mi contorno, a tu<br />

voz doliente...<br />

¡que con ardor recorriera mi<br />

cuerpo en la penumbra !<br />

Guerrera de Zanzíbar


10<br />

CLAUDIA AINCHIL<br />

- Argentina-<br />

COLORES<br />

RASTRO<br />

cuando el pacto de colores<br />

se reunió en asamblea<br />

cada estimulo receptivo irrumpió<br />

vaya uno a saber en que vuelta<br />

andaban las fracciones de universo<br />

ser o no ser fue subrayado<br />

argumentando o advirtiendo ensayos que vendrían<br />

el costo a pagar<br />

tan áspero por momentos<br />

un mundo jerarquizado<br />

en varios tonos estáticos<br />

como un grisáceo secreto<br />

cuentas corrientes internas<br />

espesas liquidas<br />

olor rojo olor azul<br />

raudamente subiendo<br />

olor verde amarillo bahía<br />

botellas con mensajes<br />

solitarios<br />

cierto calor mojó las paredes<br />

gotas brillantes y carnosas<br />

amontonadas<br />

veo un gato rojo agitando su brazo<br />

en la noche<br />

enigmático desde el anaquel<br />

intempestivo monólogo perdiéndose<br />

mil interrogantes apretados<br />

buscando el sitio exacto<br />

atrás, las horas<br />

ambulante limite<br />

sin testigos<br />

cada uno gira<br />

da vueltas<br />

como los olores en el borde del estanque<br />

es un aullido<br />

mi aullido<br />

o quizás el tuyo<br />

Sin título- Patricia Ortiz


11<br />

JESICA TURON<br />

-CABA, Argentina-<br />

ILUSIÓN<br />

Quizás siempre estuvo ahí,<br />

no lo sé.<br />

O simplemente me lo imaginé durante toda<br />

la vida.<br />

En la niñez,<br />

vivir a partir de una ilusión<br />

estaba bien,<br />

eras vos con tu imaginación,<br />

nadie más.<br />

Hasta que algo,<br />

te lastima<br />

o aparece una pregunta<br />

y tiene una respuesta lógica.<br />

Chau ilusión, hola realidad.<br />

En ese choque,<br />

quedan expuestos todos tus sentidos<br />

y tu mente se percata de lo imperceptible.<br />

Quizás,<br />

esa ilusión<br />

solo quizás,<br />

se mantenga viva,<br />

en pequeños lapsos<br />

de irrealidad permitida.<br />

Experimentar,<br />

buscar<br />

la ilusión,<br />

que tenemos desde que nacemos.<br />

PLENO<br />

Duro menos de lo que dura un día,<br />

la simple osadía,<br />

valió la locura de la irónica fantasía.<br />

Sentir aquello que nunca antes habías<br />

experimentado.<br />

SER osado,<br />

sentir cuando te animas,<br />

probar algo nuevo sin revuelos.<br />

Sentir el sabor,<br />

tomar decisión.<br />

Confiar,<br />

como nunca antes<br />

lo habías hecho con nadie.<br />

Entregar por completo tu ser,<br />

dejar,<br />

renacer.<br />

Sentimientos escondidos salieron a flote,<br />

sin más revuelos,<br />

con pocas palabras volvieron a cobrar sentido.<br />

Encontrar lo que te hace bien,<br />

estar lúcido,<br />

sentirlo,<br />

vivirlo.<br />

Cada momento que busques,<br />

recobra sentido.<br />

Vivir pleno,<br />

enamora.


12<br />

RAMBAL<br />

-México-<br />

ENERO ~<br />

Este invierno me está inquietando el alma,<br />

en nada se parce a nuestro cielo<br />

de colores verdosos.<br />

Sé que amas que me siente a escribir,<br />

que te mire soñar;<br />

sé que amas mis silencios<br />

rugiendo como tambores de guerra.<br />

Yo amo tu rostro,<br />

su ternura escolar;<br />

amo su palidez<br />

que dulcemente me sofoca.<br />

Estuve a punto de dejar de escribir,<br />

de desecharlo todo;<br />

pero no pude,<br />

¿De qué hablaría en el verano,<br />

cuando deslices tu rostro<br />

por mis manos,<br />

cuando descubra que eran bellos<br />

estos días de invierno?<br />

Estuve a punto de dejar de escribir;<br />

pero no pude,<br />

esta obsesión tan obsesiva,<br />

este vacío tan vacio,<br />

este maldito invierno<br />

que me está inquietando el alma.<br />

~ PATRIA PRIMITIVA ~<br />

Entonces<br />

la noche calló<br />

cuando el silencio zumbaba<br />

en los senderos del valle,<br />

a la hora de los muertos,<br />

cuando arden las almas<br />

y dichosas se consumen,<br />

cuando festivas se desprenden<br />

de su mortal tonalidad;<br />

cuando parten de su nada<br />

al silencio tembloroso<br />

de aquel azul celestial.<br />

Y justo al canto de la aurora,<br />

cuando huyen las sombras,<br />

cuando tiemblas en tu cama,<br />

yo oró,<br />

gozoso<br />

sobre mi trono de montañas.<br />

Y en las brumas de mi alma<br />

y en los miedos de mi cuerpo,<br />

feroz surgió la llama.<br />

Y dulcemente también ardí,<br />

suavemente fui partiendo<br />

hacía la patria primitiva


13<br />

VACHAREXMAR MAREX<br />

-México-<br />

Algo se rompe en las manos del olvido,<br />

trozos de corazones caen desde las almohadas<br />

del cielo, las lenguas se desmayan en esquinas<br />

parlanchinas, unos ojos buscan sus órbitas<br />

en aceras solas y abandonadas por el tiempo,<br />

las pieles de un labio no encuentran sus zapatos,<br />

besos callados mandan señales obscenas,<br />

las sabanas de una cama lloran ausencias,<br />

caricias sin pies ni cabeza olfatean huellas<br />

de un imposible otoño, crecen raíces oxidadas,<br />

los pétalos de una mirada esperan por su cuerpo<br />

de tallo y espinas clavadas, la mañana<br />

canta una triste sonrisa, un poeta escribe<br />

sueños de palabras y versos olvidados<br />

en un ombligo ya lejano,<br />

algo se suicida en los pechos<br />

de los amantes fugitivos, la tarde no llego a la cita,<br />

y ella toma un café y sale decidida a la agonía,<br />

el compra el periódico del año pasado<br />

y no encuentra la noticia de su huida,<br />

sale de prisa y toma el primer coñac que pasa,<br />

la noche se dilata en sus estrella amarillas,<br />

se oye el quejido de un cupido.<br />

En las avenidas, los aullidos de las ambulancias<br />

llegan para recoger solo unas flechas<br />

y unas alas u un montón de huesos<br />

de dos corazones, que jamás encontraron<br />

el camino correcto al amo<br />

*Sin título- Patricia Ortiz<br />

Escucharte decir en silencio<br />

que dejara de molestar tu vida,<br />

será herida, que perdurara<br />

toda mi muerte.


14<br />

LEANDRO ALVA<br />

-Argentina-<br />

COLLAGE<br />

PERRA MUERTE<br />

Hay cierta clase de humano<br />

que utiliza las tijeras<br />

para cortar fotos viejas<br />

amputar la figura de su ex<br />

de todos los pasados<br />

creyendo<br />

que aquella tarde juntos<br />

en el Jardín Japonés<br />

será una carpa más<br />

que se hunde en el estanque.<br />

Esa clase de humano<br />

está tan equivocada<br />

como los jueces de Galileo.<br />

Las imágenes de ayer<br />

tienen más filo<br />

que las tijeras de hoy;<br />

cortar una foto<br />

no es ir a la peluquería<br />

a tusar la memoria.<br />

Ese pelo muerto<br />

tirado en el piso<br />

vuelve a la cabeza<br />

y construye su nido.<br />

Cuando venga la muerte<br />

si me alcanza primero<br />

quiero que mi perro vea mi cadáver<br />

quiero que lo olfatee<br />

que le chupe el frío de la cara<br />

que intuya que no soy el de siempre<br />

que ya no pertenezco a la manada<br />

que estoy definitivamente afuera<br />

que a pesar de mi lealtad sin mesura<br />

no pude torcer el oscuro postulado.<br />

Cuando venga la muerte<br />

si me alcanza primero<br />

quiero que mi perro vea mi cadáver.<br />

No quiero que sospeche<br />

que lo he abandonado.<br />

*Sin título- Patricia Ortiz


15<br />

CARMEN CASTEJÓN CABECEIRA<br />

-España-<br />

COMO UNA GEISHA<br />

FRENTE AL MUNDO<br />

Deseo enormemente<br />

que exista una mirada que me recuerde algo,<br />

otro tiempo en el que amabas más mi cuerpo solo<br />

y las calles no estaban tan vacías.<br />

Cuando no hacían falta las metáforas<br />

para explorar la entrada de mis muslos<br />

y todo sucedía en silencio<br />

un halo de misterio lo cubría.<br />

No importaba que ladrasen los perros<br />

o la ciudad ruidosa toda fuera,<br />

Ninguno de nosotros abandonaba el cuerpo<br />

que tenía en sus brazos.<br />

Tu fumabas después<br />

el brillo de mis ojos<br />

y la noche acababa cuando empezaba el día<br />

Hubo una sinrazón por aquella japonesa<br />

con aspecto de geisha mal teñida,<br />

que tu mirabas tanto en aquel bar,<br />

entonces nos metimos metralla en el pecho.<br />

Tu te fuiste cabreado<br />

Y yo me quede sola vendándome los pies,<br />

Siempre quise ser geisha<br />

eso es lo que más duele.<br />

Mi cuerpo frente al mundo, la imagen que<br />

proyecta<br />

totalmente impregnada de ti hasta los huesos.<br />

Es posible llegar al infinito,<br />

partiendo vertical de la punta de tu lengua.<br />

Una palabra inmensa me revuelve<br />

decirte que te amo es algo que ya sabes,<br />

no obstante pronuncio esa y otras que te gustan.<br />

Mi cuerpo frente al mundo, frente a todos los<br />

hombres<br />

y todas esas razas imposibles<br />

de las que estás compuesto.<br />

Saber que existes<br />

supone el fin<br />

de muchas conjeturas virtuales.<br />

No me digas que no<br />

aunque la idea asuste,<br />

y déjame que esta noche triste<br />

Navegue por lo táctil en silencio y sin prisa<br />

volviendo atravesarme por gemidos más ciertos.<br />

*Sin título- Patricia Ortiz


16<br />

FANTASMAS<br />

LOLA LÓPEZ COZAR<br />

- España -<br />

-<br />

Para matar fantasmas hay que subir tan alto como el vértigo pueda, mirar el horizonte de tu altura real y<br />

no culpar a nadie. Pensar tan solo que cada fantasma tuvo su fantasma y así infinitamente hasta el<br />

miedo más viejo de la historia.<br />

Una vez libre de todos los rencores, extender la mano hacia cada deseo, mirar al cielo y saber que es de<br />

todos, pero que cada cual lo alcanza a su manera. Aprovechar la corriente de aire que sientas que te<br />

quiere y dejarte flotar en sus brazos un tiempo. Contagiada de amor los fantasmas no existen. Ahora te<br />

quieres tú con tu altura real, las manos, los deseos, tu manera y tus ojos mirando lo posible.<br />

Solo tener cuidado de no instalarse en cumbres o en distancias, poder es suficiente, más allá surge el<br />

riesgo de mutar en fantasma.<br />

NAUFRAGIO<br />

Sin pensar en fechas o en billetes, sin reservar hotel ni señalar destinos, nos sorprendimos un día<br />

viajando hacia el futuro.<br />

Nos sorprendió el esfuerzo de un barco en alta mar, la profundidad de proyectos, de hechos<br />

consumados, de hechos que son vidas que caducan después de nuestras vidas.<br />

De motor no más que los deseos, mil caballos relinchando a los días y las noches.<br />

Luego te vino el miedo cuando paraste de remar y al tomar aire te viste de repente en medio de ese todo<br />

sin saber calcular los kilómetros de agua al fondo de tus pies.<br />

Te dije que siguieras. Te sujeté la cara con mis manos y te pedí una ceguera selectiva, fijarte mi boca<br />

como horizonte asible para escapar del pánico.<br />

Estaba dispuesta a no dejar de hablarte hasta llegar a un puerto.<br />

Me apartaste de un golpe en las palabras. Tiraste los caballos por la borda y el peso fue creciendo en<br />

proporción inversa a los deseos.<br />

Con las palabras rotas fui lanzando botellas sin mensaje. Llenaba el vacío y luego lo arrojaba hacia otras<br />

costas sin esperar respuestas o un rescate inminente.<br />

Comprendí que no hay puertos con grandes bienvenidas o casas de socorro ni primeros auxilios.<br />

Tú te ahogaste con el último caballo.<br />

Yo me tiré tras la última botella.


17<br />

microcuentos del mes<br />

CONCHI SEDANO<br />

-España-<br />

ÉRASE UNA VEZ...UN RAYO DE SOL<br />

El rayo de sol...muy juguetón, acaba de descubrir una gota de agua entre los pliegues de una nube gris.<br />

La mira una y otra vez, quiere saber lo que hay dentro de ella y, como muy atrevido, sin apenas pensarlo<br />

dos veces... ¡ZAS! se cuela dentro...<br />

¡Qué sorpresa! Se ve reflejado al otro lado de la gota de agua, como si fuera un abanico de siete colores:<br />

rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta.<br />

¡Qué bonito!... grita emocionado el rayo de sol. ¡Los colores han pintado el cielo!<br />

¡Soy un arco de siete preciosos colores!<br />

SOY el arco iris !!<br />

El rayo de sol, orgulloso de su gran hazaña, presiente que, a partir de hoy, le contemplarán todos los<br />

niños del mundo con los ojos fijos en él y, por supuesto, en sus preciosos colores.<br />

De pronto, se le ocurre una GRAN idea...:<br />

-Podría hacer que cada uno de mis colores fuera un gran saco lleno de golosinas…y repartirlas desde una<br />

nube para todos los niños en el mundo...¡Los haría tan felices!<br />

¡QUÉ GRAN IDEA!<br />

Y como lo pensó, lo hizo.<br />

Reunió a todos los pajarillos del bosque. Les explicó su plan y todos se dispusieron para ayudarle<br />

rápidamente.<br />

Colaboraron con él : la golondrina, el gorrión, el jilguero, el canario, paloma ... y muchos más.<br />

Las pajarillos traían alguna golosina distinta, de todas las partes del mundo.<br />

Reunieron montones de caramelos, globos, serpentinas….... y fueron llenando los siete sacos de colores<br />

del arco iris hasta que rebosaron de dulces…¡Qué alegría!…Trabajaron durante toda la noche.<br />

Al amanecer, los pajarillos con sus alegres trinos fueron despertando a todos los niños del mundo.<br />

Aquella noche, víspera de las vacaciones, había llovido mucho y los encontraron un poco tristes.<br />

Al despertarse algún niño refunfuñaba…vacaciones con lluvia ¡ qué fastidio!<br />

(No se imaginaban la GRAN sorpresa que les había reservado su buen amigo el rayo de sol).<br />

Pasó la lluvia y el cielo cambió de color. El sol astro sonrió picaronamente, asomado la ventana de una<br />

nube de color plomo. De repente...un hermoso arco iris se dibujó en el cielo! y de él…caen miles de<br />

dulces, serpentinas, caramelos de limón, menta, piña, globos, confeti ... Los niños como locos de alegría<br />

corren de un lado a otro entusiasmados, porque aquella inesperada lluvia…¡¡NO SE TERMINA NUNCA!!<br />

Son caramelos...¡¡QUE NO SE TERMINA NUNCA!!<br />

...¡¡QUE NO SE TERMINA NUNCA!!<br />

Nunca ... nunca ... nunca.<br />

Amaneció.<br />

Por la ventana "semi-abierta", "semi-cerrada" asoma un diminuto rayo de sol que quiere despertar a una<br />

chica muy guapa de cabellos casi rubios.<br />

Tiene nuestra amiga un nombre tan bonito como ella: LORENA.<br />

…LORENA se despierta.<br />

Todavía saborea los caramelos que el arco iris le regalaba en su hermoso sueño... ¡Con lo que le gustan a<br />

LORENA los caramelos! y ... ¿a quién no? Está un poco triste pero, cuando el sol rasca suavemente su<br />

naricilla, ella le regala una preciosa sonrisa... (esa que debe alegrar nuestras caras TODAS las mañanas).<br />

"LERENA", como la llama cariñosamente su tía, se levanta un poco remolona, recoge las cosas del "cole",<br />

se toma TODO el desayuno y se marcha mirando al cielo de vez en cuando. Más tarde contará a sus<br />

compañeros de clase lo que ha soñado esta noche...<br />

¿Habrán soñado ellos también con el arco iris?<br />

Y tú ...<br />

¿Has soñado alguna vez ... con UN RAYO DE SOL?


LIBRES DE CULPA Y CARGO<br />

18<br />

ANTONELLA SEIBANE<br />

-Argentina-<br />

Era uno de esos días en que la paciencia me había llegado al límite, el corte de luz que<br />

afectó a la comunidad ya comenzaba su cuarto día.<br />

Quizás, la mía es una pequeña historia, de las tantas que habrán sucedido en cada hogar<br />

y todas acontecieron por falta de responsabilidad, por este corte sorpresivo.<br />

En mi edificio, por ejemplo, en el que vivo hace varios años, siempre hubo problemas con<br />

los administradores. Desde aquellos que no pagaron los aportes del encargado, teniendo luego<br />

cada propietario que sacar un préstamo para hacerlo efectivo, hasta los que acordaban sus<br />

coimas por arreglo de tuberías u cambio de caños o luces de emergencia en los pasillos.<br />

Este corte de luz puso en el tapete los arreglos que no se hicieron hasta la actualidad, ya<br />

que las luces de emergencia en los pasillos nunca se encendieron.<br />

Así sucedió, me sentí presa en mi propia casa, debido a la irresponsabilidad de ese señor<br />

que se hace llamar administrador y doctor Justo Álvarez -por ser abogado-. No lo podía creer,<br />

encima del corte, no podía bajar las escaleras para poder salir y sentirme dueña de mi misma ya<br />

que no se veía nada. El encargado puso una vela por piso, igual no se advertían los escalones.<br />

No escuché a ningún vecino alzar la voz para reclamar lo justo, hasta que una vecina<br />

confiada en que en algún piso había luz, al no ver nada se cayó y se fracturó la cadera.<br />

Allí sí, todos comentaban lo sucedido, gritos y palabrotas obscenas iban dirigidas al<br />

encargado y a la administración.<br />

¿Quiénes tenían la responsabilidad?<br />

¿La presidenta? ¿El jefe de gobierno? ¿Edesur? ¿El administrador? ¿La vecina?<br />

La Sra. Ester del 8vo. piso Departamento “A” fue hospitalizada en el Sanatorio<br />

Dupuytren a fin de ser intervenida. Recién allí el administrador dio la cara y solicitó que los<br />

copropietarios que adeudaban las expensas se pusieran al día, pues seguramente el consorcio<br />

debería enfrentar un juicio.<br />

Y así fue: Ester por suerte se repuso pero el resto de los propietarios tuvimos que pagar<br />

los gastos de internación, operación y rehabilitación, por lo que muchos debimos nuevamente<br />

sacar un crédito a fin de costear tal suma.<br />

Sin embargo, los irresponsables siguen libres de culpa y cargo, el administrador Justo Álvarez<br />

aún luego de seis meses no ha cambiado las luces de emergencia, Edesur continúa con los corte<br />

de luz sin previo aviso y yo me siento presa, a veces soporto mis ataques de pánico otras mis<br />

ataques de ira.<br />

Libro “Libres de culpa y cargo y otros relatos<br />

* Sin Título- Patricia Ortiz


19<br />

JOSÉ MUCHNIK<br />

-Argentina-<br />

EL PERIPLO DE LAS COPAS<br />

Mariposas de bronce, pitones abiertos, tornillos sin fin... Desde la cuesta del tiempo aprecio el yacimiento<br />

de metáforas de la ferretería vieja. No es necesario repetirlo, toda escritura es autobiográfica, ya lo han<br />

dicho grandes y pequeños escritores. Josecito nació en el fondo de la ferretería, lo confesó en la cola del<br />

kerosene.<br />

El periplo de las copas, más que biografía es memoria, reanimar mundos de objetos cotidianos, remontar<br />

arterias hasta descubrir las fuentes que siguen irrigando mis días. Pronunciar palabras que vuelven<br />

acarreando sonidos de hachuelas, fratachos o cucharas de albañil, palabras andamio, palabras carretilla,<br />

trayendo formas de gubias, formones o garlopas. La biografía es personal, la memoria es mucho más, es<br />

historia compartida, repartida, fragmentada, en cochecitos de carrera, zaguanes en beso, aulas en erupción.<br />

La nota de remito era extensa, clavos sin cabeza, martillos con uña, bocallaves ciegos..., databa del<br />

veinticuatro de agosto de 1973, envolvía una copa de cristal tallada, había para vino, agua, licores, postre,<br />

champagne... Estábamos con Ester el catorce de abril del año 2009 abriendo nuestros regalos de<br />

casamiento; pertenecemos a la rara especie de animales prehistóricos casados entre las explosiones de 1968<br />

que ha logrado atravesar el milenio, separaciones afectivas o desapariciones criminales fueron raleando la<br />

tropa. Esta historia ocurrida el mes pasado es nuestra, es vuestra, es memoria en copas de cristal, nos<br />

sorprendió el interés de los amigos al escucharla, me enteré luego que Jorge la contó en la radio, Mario me<br />

pidió que haga una nota para Desde Boedo, “dale Josecito, hacenos otra viñeta”.<br />

Hoy, cuatro de mayo del 2009, acabo de volver de mi último viaje al país y al barrio: desde afuera qué<br />

bacán, vos sí que la hiciste bien, para qué querés más de tres meses en este país; desde adentro el teatro es<br />

otro, espectáculo sin cortinados, la vida no es como el teatro, ella no admite ensayos. Nunca aprendí a<br />

boxear, voy esquivando golpes como puedo. Ahora en Epinay Sur Orge,34 escribiendo esta nota, aliviando<br />

nostalgias, una manera de estar allí y de ser aquí, o viceversa, la edición cierra mañana. “¿Y la aneda?”.35 A<br />

vos te parece que te vamos a creer porque sí, porque vivís en París, acá en el boliche se han contado bolazos<br />

que ni entran en el gasómetro ¿Cómo carajo podés explicar que tardaron cuarenta y un años para abrir los<br />

regalos de casamiento?<br />

No hubo luna de miel, luego del registro civil y de un pequeño brindis del cual no quedan fotos, nos<br />

instalamos en una casita en Caseros, dejamos los regalos quebradizos (juegos de copas, de té, de platos...)<br />

en el sótano de la ferretería, la que ya conocen, o mejor dicho van conociendo. Las razones y pormenores de<br />

esta decisión serán relatados en otra ocasión, todo se había tornado quebradizo, la época, los ideales, las<br />

cabezas...<br />

Comenzó entonces el periplo de las copas, que se salven ellas, nos dijimos. En 1976 por razones que son de<br />

orden público nos fueron, algo habíamos hecho, habíamos soñado un país un poco menos cremoso para los<br />

ricos y un poco más justo para los pobres, subversivos con agravante, usábamos melena larga y poemas en<br />

el ojal. Las copas vírgenes quedaron aguardando bebidas y labios amantes en el obscuro fondo del sótano.<br />

Cuando murió la ferretería, fueron trasladadas a la casona de mi hermana en la calle Colombres; luego a<br />

Caballito, al palacio de invierno de mi amigo Panzas, fue él quien me las entregó el mes pasado, “acabo de<br />

comprar un departamento en el barrio”, sí claro en Boedo, somos todos un poco elefantes, la edad<br />

siguiendo la geografía de los huesos.<br />

Desenvolvimos las copas lentamente, les dimos emocionados<br />

el primer baño y emprendimos Desenvolvimos las copas lentamente, les dimos emocionados el primer<br />

baño y emprendimos viaje, ella, yo y las copas, hasta la médula del brindis...<br />

PC (pequeño consejo): para brindar agreguen briznas de memoria, aunque siempre faltará una burbuja<br />

para la plenitud del champagne.<br />

34 Localidad francesa situada a 25 km al sur de Paris.<br />

35 “¿Y la aneda?”= “¿Y la anécdota”, expresión típica de Carlitos Balá, cómico de la televisión argentina en los años<br />

sesenta. Del libro Josecito de la ferretería<br />

Nostalgia, tecnología y poesía<br />

Ediciones CICCUS 2015


20<br />

LILIANA TROVATO<br />

-Argentina-<br />

S/T<br />

Hay algunas personas que llevan su nombre y un apodo.<br />

El nombre se le asigna cuando está presente y el otro en su ausencia.<br />

Me refiero en este caso a Juana- Amargura.<br />

Todos los viernes nos juntábamos en la confitería de siempre sin tener encuentros pretenciosos<br />

ni objetivos, solo nos reuníamos por rutina y ella nunca faltaba.<br />

Juana era taciturna, un saludo apenas audible al llegar y participaba con pocas palabras cuando<br />

la ocasión lo exigía; a lo sumo un gesto de amargura se modificaba brevemente en una sonrisa<br />

que no podía asegurar si significaba aprecio o desprecio por nuestras conversaciones.<br />

Su expresión de su rostro y su vestimenta oscura confirmaban su melancolía.<br />

Una tarde cuando Juana ya se había retirado alguien comentó esta caracterización y la definió<br />

como una mujer amarga.<br />

Desde ese día en su ausencia la llamábamos amargura<br />

No contaba mucho de su vida, solo sabíamos que vivía con su gato muy austera en su cotidiano<br />

vivir y jubilada de un empleo de vendedora, de un negocio de poca monta.<br />

Nadie de nosotras conoció su casa ni amargura la de cada una de nosotras.<br />

Un día dejó de concurrir a las reuniones, se rumoreaba que estaba enferma y al tiempo nos<br />

enteramos que había muerto, tan silenciosamente como se había acercado. Ninguna fue a su<br />

velorio ni pensó en ir a su entierro.<br />

Pocos días después llegó una carta de su parte que recibimos en la confitería.<br />

Decía que nos quería que agradecía nuestra compañía, que le habíamos dado los mejores<br />

momentos de sus últimos años y también nos deseaba buena vida.<br />

Amargura justificó su apelativo, nos obligó a reconocer nuestra miseria, sin pretenderlo<br />

remarcando nuestras heridas, manteniéndolas abiertas hasta el día de hoy.<br />

*Sin título-<br />

Patricia Ortiz


21<br />

M.M ÁLVAREZ<br />

-Argentina-<br />

ELLOS A VECES HACEN ESO<br />

Cuándo el gato no está los ratones bailan. Recuerdo que dijo mi vieja cuando abrió la reja con<br />

las bolsas del supermercado oscilando como pesas de ambas manos. Luego se detuvo un segundo en los<br />

guantes de látex amarillos para limpieza y en los barbijos que llevábamos puesto.<br />

El abuelo, que desde la muerte de su segunda esposa se hallaba instalado con nosotros en el<br />

cuartito de huéspedes solía seguirla a donde quiera que vaya. Aquella vez no había sido la excepción.<br />

Estaba a su lado con una amplia sonrisa en su rostro. Son solo chicos Enriqueta. Había dicho él<br />

como en tantas otras ocasiones en que nos cagaban a pedo.<br />

Ese día, bajo el juramento de que no íbamos a salir afuera, ya que era Octubre y gracias a que la<br />

primavera todavía no pensaba asomar su bonito escote, el viento helado atizaba la piel, rompimos esa<br />

única regla y para cuando llegó nuestra madre mi hermano y yo habíamos finalizado el trabajo. Eso sí,<br />

nos fulmino con la mirada, esa famosa mirada que se leía tan clara como el agua, esa que sin duda<br />

significaba Esperen a que su padre vuelva del trabajo. Sin embargo la mera presencia del abuelo le<br />

bajaba los humos y la obligó a tragarse el reto que bien nos teníamos merecido. Salvo que habíamos<br />

tenido una fuerte razón para actuar como actuamos. Y por primera vez en nuestra joven vida fuimos<br />

rebeldes con causa.<br />

- ¿Eso es sangre lo que tenés en la frente Bruno? – Los ojos se le abrieron como platos. Claro que<br />

lo era. - ¿Con que te lastimaste? ¿Y vos dónde estabas me podés decir? – Recuerdo que tan rápido su<br />

tono de “mama asesina niños” se torno en “mama gansa cuida a sus patitos”. - ¿Qué escondes ahí atrás?<br />

– Era la tijera de podar de mi viejo. Con ella ultimamos el asunto. – Su mirada paso del triple rasguño<br />

(bastante profundo) en la frente de mi hermano hasta la bolsa de residuo que yacía sobre el césped del<br />

patio frontal de nuestra casa. Luego de meter la horrible cabeza cercenada del duende yo había hecho un<br />

nudo en el sobrante y con una banda elástica lo volví a asegurar. No fuese a ser que se escapara clavando<br />

los dientes en la tierra. Con lo que había costado salvarse de esa cosa. Ahora que rememoro de seguro<br />

creyó ver de lejos una especie de huevo de pascua con el envoltorio hecho cenizas. Porque era eso lo que<br />

parecía la bolsa allí tirada, inerte y salpicada levemente con esa sustancia pegajosa que horas antes nos<br />

había irritado las yemas de los dedos con solo tocarla.<br />

Ella se volteó hacia el abuelo. Nadie podía culparla que pensara que cierta persona había<br />

plantado cierta idea en cierto terreno fértil. El anciano siempre solía contarnos historias antes de dormir<br />

y la noche anterior había hecho especial énfasis en las palabras “cuidado” y “peligro”. Y fue así como nos<br />

relató la leyenda de los duendes de jardín. Según el viejo no eran criaturas como las que acostumbraban<br />

hablar en los cuentos de hadas, sino depredadores subterráneos que emergían desde túneles no mucho<br />

más estrechos que los de los sapos.<br />

Abriendo camino entre los dos nuestra madre se dirigió a la bolsa empapada. No sé si fui yo o mi<br />

hermano el que gritó, puede que hayamos sido los dos, pero mi madre no nos hizo caso. Desenrosco la<br />

bandita y desanudo el nudo. Lo que saco del interior todavía me persigue en los sueños, en esos<br />

momentos cuando todo lo bonito se transforma en pesadilla. Alzando la mano dejó al descubierto una<br />

vieja pelota de tenis. Desconcertados nos dimos vuelta y enfrentamos al abuelo. No pudimos decir nada.<br />

Cuando mi madre se iba llevando a Bruno para curarle la herida (Y de seguro para untarlo como<br />

una tostada con esa asquerosidad de Merthiolate) paró en seco al ver lo que yo sujetaba detrás de mi<br />

espalda. La tijera aun chorreaba pero a ella le bastó con descubrir que había tenido la osadía de tomarla<br />

de otro lugar al que, según las normas hogareñas, también teníamos prohibido entrar.<br />

- Perdón chico. – Me dijo el abuelo al quedarnos solos. - Ellos a veces hacen eso. – Posó la<br />

temblorosa palma de su mano sobre mi hombro y de soslayo, antes de ingresar a la casa, flanqueó las<br />

plantas del jardín. ¿Era miedo en sus ojos? Yo también me di cuenta. Las plantas se habían agitado. Fue<br />

algo fugaz pero evidente. Las plantas se habían agitado como si algo corriese a través de ellas.


22<br />

MARCHELO MARCIAL<br />

-Argentina-<br />

INGRID<br />

Un vocerío grotesco se apoderó de la mesa, Ramiro detuvo la descripción pues ninguno de los<br />

muchachos había entendido nada acerca del rodete rubio, los hombros y el cuello terso, la caída<br />

de los ojos azules, cómo ella depositaba con felina laxitud el cigarrillo en sus labios. Bastó que<br />

Amilcar diga “pete” para encender un pucho y largarse al balcón; pero en ningún momento dejó<br />

de escuchar los bochornosos comentarios del resto, y sobre todo ese vozarrón de Amilcar, ya<br />

citando posturas del Kama Sutra.<br />

Los tipos reían a mares, excepto Ignacio; mientras Ramiro fumaba en soledad, tamborileando<br />

los otros dedos sobre el rellano de la balaustrada, extraviando los ojos en el mero intento de<br />

encontrarla en la copa de ese árbol, o dentro de aquel taxi. De pronto la recordó en El Silencio,<br />

borracha, escribiendo a máquina un idioma que todavía no existe; camino a la universidad de<br />

Lund en Fresas Salvajes, perorándole al viejo toda la bosta del matrimonio bajo la alfombra<br />

como la más valiente de las nueras; y en El Rito…, aquellos admirables sollozos con su cara<br />

pintada de payaso, también borracha. La indómita remembranza volviose primero carne de<br />

gallina, luego voces agudas y en seguida caras amorfas, cuyas dimensiones anacrónicas<br />

comenzaron a vedar su presente: la revelación fue tan profunda que se hizo pis encima.<br />

Atravesó la estancia, e Ignacio fue el único en observar la mácula del pantalón y el rostro<br />

desencajado. En el baño se mojó las muñecas, la nuca, mirándose al espejo igual que hace cinco<br />

meses, y asimismo consolándose, siempre en voz alta: “una sola vida no alcanza para examinar<br />

el arte”; cuando ella apareció esquivó la vista de manera involuntaria. Enjuagó los genitales en<br />

el bidet, y haciendo bollos de papel higiénico logró absorber el orín de los calzoncillos y la<br />

entrepierna del jean. Al cabo de examinar un buen rato la aureola que no había conseguido<br />

despejar, orgulloso de tamaña pasión, se vistió risueño, y salió en busca de un disco de Paco de<br />

Lucía, cubiteras y una botella de Chivas Regal.<br />

Ignacio condescendiente fregaba cinco vasos en la cocina, empero nunca pudo cruzar aquella<br />

mirada lunática, inflexible de Ramiro, que apenas lo escuchó, respondió con monosílabos las<br />

sugerencias de empacar y tener a mano los boletos para mañana.<br />

Volvieron juntos; el uno depositó los hielos, el otro sirvió whisky. La mofa crecía. Y Amilcar ya<br />

era el dueño de la mesa redonda, de los otros dos mancebos que reían como<br />

idiotas con sus caras de oveja. Ahora Amilcar se había percatado de un detalle, entonces exigió<br />

silencio, brindó otra vez por el 2015 y formuló una última objeción, todavía más insolente.<br />

-A ver, decime: ¿qué tiene que ver con ella esa impúdica mancha de tu jean?<br />

Ramiro sonrió con amargura, bebió en dos tiempos y marchó hacia el combinado a subir la<br />

patilla de volumen. Regresó afable.<br />

-¿Sabés qué pasa hermano? La verdad nunca es graciosa. Tu libido porno no sabrá jamás lo<br />

que significa sufrir… sufrir anacronismos; –cogió su vaso, lo llenó otra vez y agregó- no eres<br />

más que un obtuso.<br />

Amilcar se puso a llorar a carcajadas:<br />

-¡Sufrir anacronismos! ¿Escucharon ese disparate?<br />

Flechado, rendido a ese pelo, a esas cejas, a esa boca, al son de la guitarra flamenca Ramiro<br />

nuevamente se dirigió al balcón, después de todo la idea de matarse en Estocolmo le parecía


23<br />

absurda, semejante trayecto y quién sabe si la aerolínea tendrá Chivas Aged 18 years,<br />

demasiados kilómetros arriba del Atlántico, para qué.<br />

Ignacio hallábase tras la barra anudando una bolsa de consorcio, meneando la cabeza, oyendo<br />

las risotadas. Sucedieron tres cuartos de hora. Hasta que Amilcar dejó de faltarle el respeto a<br />

Ingrid Thulin y hubo de bajar la música: el chillido del timbre era más fuerte que Paco de Lucía;<br />

frotándose el estómago llegó eructando a la puerta, sin antes observar por la mirilla, dio una<br />

vuelta de llave, y abrió. En cueros, ojotas y pantalón pijama, el encargado del edificio le<br />

presentó dos agentes y un oficial.<br />

Sin orden de allanamiento detuvieron a los cuatro. En la seccional los interrogaron uno por<br />

uno, querían saber acerca de esa pomada sanguinolenta, cuyo hombre hace minutos, habíase<br />

lanzado desde el séptimo piso. Las estúpidas ovejas fueron las primeras en declarar, después los<br />

hermanos del suicida, Ignacio y Amilcar, en ese orden.<br />

chelosaynomore@yahoo.com.ar<br />

* Sin Título- Patricia Ortiz


24<br />

FEDERICO RODRÍGUEZ LEMOS<br />

-CABA, Argentina-<br />

AMOR EN TIEMPOS DE FITNESS<br />

Apenas entró al gimnasio, Adolfo se arrepintió absolutamente. Se maldijo hacia sus adentros<br />

por haberle hecho caso al impresentable de su amigo Eduardo.<br />

-Pensar que podría estar leyendo algo o mirando el documental de Kurosawa que me<br />

recomendó el tano. Ese sí que sabe, el no estaría haciendo esta boludez, se dijo mientras se<br />

acercaba a la recepción.<br />

Hizo un gran esfuerzo de audición para entender las ofertas que le ofrecía la encargada del<br />

lugar. La música electrónica a un volumen altísimo y los gritos de los profesores en clase eran<br />

un cocktail letal para su entendimiento. Una vez matriculado, Adolfo enfiló hacia los vestuarios,<br />

observando todo con pavor casi infantil. Ese mundo desconocido de bebidas energizantes,<br />

televisores en canales deportivos y gritos de esfuerzo físico era una especie de séptimo infierno<br />

para él.<br />

Varios días le costó tomar la decisión. La separación con Stefanía había sido devastadora para<br />

su ánimo y le costaba mucho todo. Los amigos le aconsejaron varias cosas: que se tome unos<br />

dìas de vacaciones en otro lado, que escriba el libro de cuentos que tanto quiso hacer y no pudo,<br />

que aprenda a tocar algún instrumento, etc. Nada de eso, esta vez quería dar un giro<br />

inesperado, tomar un camino que lo alejara de su zona de confort habitual.<br />

-Dale profe, tenés que hacer algo distinto. Tenés que volver al mercado pero no así. ¿Por qué<br />

no vas al gimnasio nuevo de acá a la vuelta?, Le dijo una vez Eduardo y ahora al recordarlas, a<br />

Adolfo le daba más rabia. ¿Qué hacía ahí el? ¿No era el quien renegaba de la frivolidad de esos<br />

ambientes? Si se encontraba desubicado hasta en la remera de Sgt Pepper que había llevado<br />

para entrenar.<br />

Sin embargo, su orgullo no le iba a permitir dejar. Fue hacia el sector de las cintas, se subió<br />

temerosamente a una y apretó cada luz del tablero hasta que la máquina empezó a funcionar.<br />

Segundos después, la cinta acrecentó su velocidad y no sabía cómo detenerla. Su cara de terror<br />

fue creciendo a cada momento mientras apretaba desesperado todos los botones posibles.<br />

De repente y justo antes de dejarse caer en el abismo de la vergüenza, una mano apretó el off.<br />

Instantes más tarde, salvado y jadeante, pudo ver a la mujer que evitó la catástrofe. Se tomó<br />

unos segundos en observar esa sonrisa compasiva que ella le estaba regalando mientras trataba<br />

de recuperar el aire para poder hablarle.<br />

-Gracias. No estoy acostumbrado a estas cosas, dijo Adolfo<br />

-Lo noté por tu remera y déjame decirte que ya somos dos, respondió ella sin dejar de<br />

sonreír y señalando la remera de Emerson Lake & Palmer que llevaba puesta. Adolfo se sintió<br />

volver en sí después de mucho tiempo. Las palabras emergían de el como una cascada<br />

indetenible. Habló de rock progresivo, habló de lo ridículo que se sentía por lo que acababa de<br />

pasar. Simplemente habló para mantener la sonrisa de ella el mayor tiempo posible. Allá a lo<br />

lejos quedó la música electrónica, los gritos de los profesores, el mundo desconocido.


25<br />

MARÍA LAURA SALVATIERRA<br />

-CABA, Argentina-<br />

AGONÍA<br />

Escucho la abundante y persistente lluvia que cae en el patio y no me siento tan solo. Tac, tac,<br />

golpea dura contra mi ventana. Miro entretenido una a una las gotas que van cayendo y me<br />

salpican la cara. El agua está muy fría, casi tan helada como su alma. ¿Por qué será que no<br />

viene?<br />

Honestamente me la paso durmiendo, por eso aprovecho los días como éstos donde alguien me<br />

visita. La lluvia no sólo me moja, me acompaña. Es una suerte de música para mis oídos viejos y<br />

cansados de oír tanta soledad.<br />

Creo que ella no me recuerda o al menos trato de convencerme de que esa es la razón de su<br />

indiferencia. Yo la espero... siempre la espero.<br />

Nadie viene a verme, hasta los médicos se cansaron de mí. Pero no me importa, yo estoy<br />

convencido de que vendrá y me llevará pronto con ella muy lejos de este oscuro y sucio agujero.<br />

No puedo comunicarme con nadie. En realidad no es que no pueda, es que no me escuchan. Soy<br />

una especie de fantasma, o al menos ese es mi apodo dentro del recinto. De todos modos, no me<br />

incumbe lo que piensen, ellos están peor que yo.<br />

También me dicen "el viejo solitario"; y yo pienso que en el fondo son pobres envidiosos, saben<br />

a quién espero y saben que ella llegará por mí muy pronto. Por eso es que desean mi suerte esos<br />

malditos enfermos.<br />

¡Qué bello día para fumar un cigarro! Creo que sólo me falta eso y es el mejor día de mi vida en<br />

esta repugnante caja de ladrillos con dos camas oxidadas.<br />

Cómo desearía contemplar la lluvia por la ventana y, mientras la aguardo ansioso, llenar mis<br />

pulmones de ese suave humo. ¡Maldito sea este lugar, no me dejan ser feliz! Ese estúpido cartel<br />

dice "prohibido fumar". ¡Bahh que estupidez! ¿Qué más quieren de mí? Tengo un aparato en la<br />

garganta, un bastón al costado de la cama, 3 pelos sucios en la bocha y dicen que es culpa del<br />

vicio. ¡Pero por favor que gran disparate! ¡Es mérito de ese Dr. Ramos, él me dejó así!<br />

Yo era un hombre alegre y satisfecho, y ahora por su culpa la espero a ella, a esa maldita puerca<br />

que no viene. ¡Estoy harto de esperarla, estoy viejo de esperarla! Gracias a Dios que llueve así no<br />

me siento tan solo.<br />

Hoy le dan el alta a Pérez. Su familia vino contenta a visitarlo. ¡Qué falsos cómo los odio! Se<br />

sienten dichosos por llevarse a un tipo consumido por la medicina que no es ni un cuarto de lo<br />

que era cuando entró. Ya se van a cansar, estoy completamente seguro de eso. Es más, tampoco<br />

puede hablar bien, le hicieron la traqueotomía como a mí. La gran diferencia entre él y yo es que<br />

yo la espero a ella... la única que puede sanar mi herida y devolverme la felicidad.<br />

Ojalá lo sepan cuidar a Pérez, no parece un mal tipo. Pero es hipócrita como su familia, les dice<br />

que no fumará nunca más en su vida. Pobres tontos, no hay peor ciego que el que no quiere<br />

ver. Ella tampoco le cree y vendrá por él. Por supuesto que después de mí, maldita ingrata sería<br />

si se lleva a ese pelele después de que la estoy esperando hace meses aquí encerrado y solo. Le<br />

ruego que venga... ya no soporto más.<br />

Mi compañero de cuarto se fue pero no me siento solo porque sigue lloviendo. Tan sólo me falta<br />

el cigarro y, claro, también me falta ella. La sigo aguardando viejo y decrépito, sigo firme<br />

aunque me duelan los huesos. ¿No me digan que ella imagina que en mi estado voy a darle<br />

batalla? ¡No, señores! Estoy rendido ante ella. No quiero esperar más, que venga por mí de una<br />

buena vez por todas.<br />

Ya es tarde, apagaron las luces y dejó de llover. Pérez no está y estoy completamente solo.<br />

Aunque el hipócrita resultó un buen compañero y me dejó un regalito. Así que la esperaré junto<br />

a la ventana y a través de mis señales de humo anhelo que me comprenda y venga por mí.


26<br />

ARTÍCULO DEL INVITADO<br />

DAMIÁN CAZZANI LLORENTE<br />

-Argentina-<br />

SOBRE MERRY CHRISTMAS MR. LAWRENCE Y ESO QUE SUCEDIÓ<br />

Revisar aventura del duque + encuentro con ella = atardecer crepuscular.<br />

“Hoy la vi, fue casualidad, yo estaba en el bar, me miró al pasar, yo le sonreí y le quise hablar, me pidió que no, que otra vez será, que otra vez<br />

será, que otra vez será, tierno amanecer, sé que nunca más”.<br />

Fragmento de Fuiste Mía un Verano; Leonardo Favio.<br />

La aventura<br />

El encuentro con la aventura. Cito aquella pregunta que le ejecuto Jane Magnusson a Francis Ford para<br />

Trespassing Bergman, documental sueco en episodios. Pregunta: señor Coppola, ¿es usted una<br />

persona aventurera? Respuesta: si, lo soy.<br />

Mi intención no es trasladarme hacia lo hiperbólico, es decir, lo aventurero no solo pasa por estar perdido<br />

en el bosque –aunque se trate de su estado más puro– y zafar del ataque de un tigre; es algo más. Desde<br />

ya, hay una correría dentro, muy dentro, a veces tanto que ni nosotros sabemos de qué carajos se trata. La<br />

aventura de una simple desaparición en…, justamente La A´vventura, de Antonioni, el “viaje” ya dicho<br />

al interior en, por supuesto, The Trip (Roger Corman, 1967), el retorno al pasado en, claro, Out of the<br />

Past (Jacques Tourneur, 1947) y su extraordinaria estructura, la ambigüedad de sus posibles abordajes.<br />

En ocasiones, el mero trayecto, pero también la realización del viaje cultural, aquel que se tiene que<br />

realizar mediante un viaje físico. El viaje cultural, ese que se necesita para lograr trasgredir el choque; la<br />

suspensión de las tradiciones –indestructibles, a pesar de todo– para lograr una especie de ida y…, vuelta.<br />

Mi idea es que David Robert Jones era (es) un tipo aventurero.<br />

Me van a tener que disculpar, pero no puedo continuar escribiendo sobre la película que procederé a<br />

analizar sin antes revisarla. No poseo una copia de la misma, así que voy a dirigirme a alquilarla.<br />

El encuentro<br />

El sonido de la llave, y por acción mecánica, la tercera vuelta (inútil) a la cerradura. El pasillo color bordo,<br />

como una alfombra hacia el pavimento plenamente “conurbanesco”, cemento por cemento.<br />

El comienzo de un corto viaje primaveral con destino concreto, la localidad cercana como distancia<br />

inmediata, la meta para adquirir, momentáneamente, el instrumento para finalizar el trabajo.<br />

El viaje en el 136 tarda, más o menos, unos diez minutos. El sol comienza a bajarse, de a poco, pero no hay<br />

problema, tengo tiempo hasta que cierre el dvd club. El bondi me deja en la puerta. No sé por qué, miro a<br />

ambos lado de la vereda, como si “Tuco” –o el malo, ustedes le dicen cómo quieren– me hubiera tendido<br />

una trampa, pero no, afortunadamente me encuentro en el plano cemento-burgués estilo clase media<br />

monocroma. De todas formas, chequeo por las dudas. Mirando desde afuera, lo primero que percibo son<br />

bateas que exhiben, candorosamente los blockbusters que son la novedad del mes. Zigzagueo<br />

rápidamente, lo que me provoca que no retenga, los títulos exhibidos. Ingreso.<br />

Una vez adentro, hago un paneo general, y como es común en estos lugares, a uno le parece notar<br />

consumidores bastante ajenos a la cinefilia. Me da la sensación que estos cuerpos podrían estar en<br />

cualquier lugar –entiéndase, un parque, un supermercado chino, puede ser–, pero están acá, pasando el<br />

rato, digamos.<br />

Para desviarme, voy directamente a lo que vine. Me dirijo a la batea de cine intencional. El orden no es<br />

alfabético. Empiezo a revolver. Diviso la jeta de Ryuichi Sakamoto; la encontré.


27<br />

Esta caja ilustra la imagen del afiche internacional, predominantemente se lo ve a Bowie con el sol<br />

naciente de fondo y la katana cruzando el cuello del mismo, debajo suyo el ya citado Sakamoto, Tom<br />

Conti, Takeshi Kitano y Jack Thompson, respectivamente en su orden. Todos debajo del camaleón.<br />

Como suelo hacer con recurrencia, miro un rato el estuche, lo doy vuelta, veo su contratapa, veo en qué<br />

formato se editó el film –si respeto el original– leo la sinopsis, lo abro con la idea de que alguna vez el<br />

disco se aloje en su interior. No es así. Nunca lo es.<br />

La felicidad momentánea se diluye, retomo la alegría por el potencial alquiler del disco visual digital. No<br />

estoy seguro bien por qué razón, no me inclino hacia la caja –tampoco se bien porque los pibes que<br />

atienden en estos lugares se parecen a Napoleón Dynamite o Andy Dick–, sino que atino a realizar un<br />

último paneo. El accidente me conduce al crepúsculo.<br />

La veo leyendo la contraportada de algún estreno, está en otra batea.<br />

Indudablemente, la vista tiene ese peso (alguna vez se deberá que intentar –no sé si a la manera de<br />

William Hurt en Smoke– de calcular, con algún tipo de metodologìa, el peso de la mirada), que no sé<br />

qué. Habrá que relacionarlo con la ley de atracción o alguna otra estupidez incomprobable, pero algo debe<br />

–y tiene que– haber. Es que fue algo instantáneo, mi verla le cayó como el peso del acero, pero…, por<br />

alguna razón, no bajo su mirada, es más, me la sostuvo un rato considerable, una de esas veces que no lo<br />

esperas, y terminas mirando para cualquier lado. Lamentablemente, así fue.<br />

Allí estaba, inmutada pero con la frescura propia de la juventud y una calidez muy tranquilizadora. Podría<br />

estar sonando Napalm Death de fondo, nada generaría un clima abrasivo, tampoco crearía un clima más<br />

sobrecogedor que este, y menos aún, no cambiaría lo que había entre ella y mi persona en ese momento.<br />

El tiempo se funde, para después congelarse, estalla en miles de realidades posibles –no me importa–<br />

como estrellas que explotan y forman galaxias. Podrían juntarse varias de esas cajitas de dvds,<br />

entrelazarse y así formar sub-tramas, pero ninguna tendría sentido, el hilo conductor de esto, el que había<br />

entre esta inolvidable fémina y el que escribe, poseía una sola línea argumental, como un guion de Jose<br />

Campusano: el que no se nota. El resto importa un carajo.<br />

Mis pies, chuecos, como siempre, pero atornillados. Intento moverme. Espero a que lo haga ella. Lo hace.<br />

Doy la vuelta a una de las bandejas de estrenos, y me voy hacia ella, pero a paso lento, como<br />

boicoteándome. Por infortuna, a medida que me inclino hacia su ser, desacelero el paso, como pensando<br />

en que no iba a tener ni idea que decirle, como si eso importara en realidad. Me quedo duro otra vez.<br />

Termina su transacción y deja la instalación, no sin antes regalarme una última mirada (sus ojos, algo<br />

pardos, acentuaron mi dolor), pero no hay tiempo recuperado. Ese era el momento. La puta realidad.<br />

Termino de alquilar el ejemplar de Merry Christmas Mr. Lawrence, el Dynamite o Dick o como se<br />

llame en verdad, realiza una observación formal, como si lograra entender lo que (no) paso. Ahora, salgo a<br />

“la realidad”, algo apurado, como tratando de lograr algo que tendría que haber intentado hacía apenas<br />

unos minutos. Me invade algo similar a la desolación (podría sonar viernes 3 AM de García, pero la cosa<br />

es que son como las siete y pico de la tarde), amago en ir a un par de direcciones, caen un par de<br />

nubarrones –si en verdad estaba nublado, haría de este relato algo anecdótico o ilustraría la canción de<br />

García Moreno, pero no interesa– en mi existencia gris y momentánea. Entonces, me dirijo hacia un pub,<br />

pero no, cruzo Rivadavia para agarrar el primer colectivo que me deje en la estación de la República<br />

separatista; en vez de eso, sigo mi (verdadero) camino, cruzo la vía, agarro avenida Güemes y me mando<br />

por el corazón del homónimo barrio , esa (sub)especie de mini Parque Chas que tiene Haedo, al menos así<br />

suelo verlo yo y mis bemoles crepusculares. Reaparece Charly con su aplanadora y deprimente melodía<br />

porteña, que puede aplicarse a este atardecer en pleno conurbano bonaerense.<br />

Necesito (tengo que) terminar esto, de forma alguna –en realidad, potencialmente el resto ya está escrito,<br />

solo resta la voluntad para hacerlo–, por lo menos.<br />

Regreso a la aventura<br />

El intento de la tolerancia, o eso al menos intentan el soldado Jack Celliers (Bowie), el capitán Yonoi<br />

(Sakamoto), el coronel Lawrence (Conti), y el sargento Hara (Kitano).<br />

Antes señale la anulación de la cultura, pero no es tan sencillo. La tradición es algo que lo “cultural” no<br />

puede congelar con tanta facilidad. Lo tradicional lleva siglos, no es una línea de pensamiento, un tratado<br />

filosófico o una observación social; se trata de algo muchísimo más profundo quizás, en semejanza a lo


28<br />

religioso o lo puramente espiritual.<br />

El raso Celliers llega a un campo de prisioneros de Java. El comandante Yonoi (él y toda una nación, por los<br />

siglos de los siglos) cree profundamente en tres valores innegociables para la armada nipona: disciplina,<br />

honor y gloria. Esto es algo que ha definido a la milicia del Japón, desde tiempos inmemorables, y son<br />

emblemas que no se negocian. Tal particularidad los asemeja el espíritu que ha caracterizado al pueblo<br />

alemán, desde los tiempos en que eran considerados unos bárbaros y debían ser bajados de los arboles; no<br />

claudicar, hasta el final. Justamente, por esa razón el oficial oriental no entiende porque los soldados<br />

aliados se convierten en unos cobardes al entregarse a sus enemigos en vez de llevar a cabo el acto<br />

honorífico de quitarse la vida. No comprende en que se ha convertido occidente y tampoco sobre qué razón<br />

y pelea y cuál es el fin. Un soldado japonés en circunstancias similares, elegiría el honor, como manda su<br />

historia, y si es necesario, terminaría con la vida de un compañero, en circunstancias similares. Amistad.<br />

Otra vez, honor.<br />

Es por eso que Lawrence trata de explicar a sus compañeros la manera de pensar de los japoneses, pero<br />

estos lo consideran un traidor. Elementos de interés en pos de esta gran obra del excelso Nagisa Oshima (El<br />

imperio de los sentidos, 1976), que con atractivo sofisticado logró una superproducción que analizara el<br />

tema del “coque cultural” de la manera que no dejara cómodo al espectador. Lo obliga a sentarse como un<br />

hombre, utilizar la gimnasia de la reflexión no como un ejercicio sociológico, tampoco de “tolerancia”, sino<br />

más bien como un deber histórico. Después de todo, ahí es adónde vamos. Tampoco debería entenderse<br />

como un revisionismo histórico como salido de un taller de la UBA. Aquí se trata de narrar los hechos, no<br />

importa desde que óptica. En otras palabras, contar la verdad. Ir a lo profundo, explorar las relaciones de<br />

poder, amistad y amor. Ahí está el subtexto, algo deliberado, pero esta. La pregunta sería, ¿es necesario? No<br />

lo sé. Las relaciones humanas van más allá de los arquetipos, como por ejemplo, el rol de la masculinidad –<br />

más en la guerra– parece decirnos Oshima y nos doblega cuando regala la soberbia y desinteresada creación<br />

musical que Ryuichi Sakamoto compuso para esta película.<br />

El drama bélico se hace cargo de la historia, que en manos de Robert Altman hubieran sido arquetipos<br />

propagandísticos disfrazados de ironía. Nagisa es otra cosa. Hace algo real.<br />

Momentos como los de un Bowie enterrado en la arena<br />

con su cabeza apenas sobresalida se introducen en la<br />

memoria de cualquier espectador, hayan visto o no el<br />

film alguna vez. Una mirada alcanza con almacenarla en<br />

el inconsciente.<br />

En alguna ocasión, David confeso que el director le dio<br />

libertad absoluta para la interpretación, casi una<br />

creación de su parte. Era un alto reto, realmente, debido<br />

a que el inglés había hecho poca carrera como actor,<br />

aunque digamos que…, dentro de eso poco se halla The<br />

Man Who Fell to Earth, la película de culto que un<br />

Nicolas Roeg –en estado de gracia por esa década– hizo<br />

en los setenta y que cuenta con “The ManWho Sold the<br />

World “ en el rol protagónico.<br />

En algún otro momento, el duque también ha recordado<br />

el notable control que el realizador asiático poseía dentro<br />

del plato –campo de batalla–, así como el talento para<br />

elegir los metros cuadrados que se deben filmar, a pesar<br />

de tener a favor una increíble cantidad de espacio para<br />

mostrar. Es preciso recordar que conto con un<br />

presupuesto importante si consideramos que Merry<br />

Christmas Mr. Lawrence se trata de una producción<br />

de Japón distribuida por la Universal.


29<br />

Otra vez será<br />

La interrupción del texto logra una intersección –como sucedió con la primera interrupción, en otro<br />

párrafo– que todavía no logro comprender. Los desvaríos de quien escribe se cimentan con los recuerdos<br />

del mismo, este que pudo haber hecho alguna puta cosa aquella tarde de septiembre, pero no. La fémina<br />

de belleza sugestiva y de ojos algo café, todavía está allí, pero vaya a saber dónde. Por ahí debe andar.<br />

docmov@hotmail.com<br />

*Sin título- Patricia Ortiz


30<br />

Ensayo del bimestre<br />

GLADYS CEPEDA<br />

- Argentina-<br />

HORRORLANDIA-RELACIÓN ENTRE TERROR Y ARTES<br />

“Inventamos horrores para ayudarnos a enfrentar los reales”<br />

Stephen King<br />

Quien no ha temblado al escuchar un golpe en una casa cuando estamos solos o ver una sombra<br />

desconocida .Cuantas historias que nos han puesto la piel de gallina o cuando hemos salido de un cine<br />

se nos fijan en la memoria tantas imágenes que estremecen el corazón o nos han impedido dormir.<br />

Desde niños el terror se relaciona con nosotros : los cuentos infantiles, las películas, los radioteatros, las<br />

clásicas leyendas, las noticias de los diarios, aun de adultos que vamos superando esos primeros<br />

impulsos la razón nos pone algunas pauta sociales de seguridad pero el miedo sigue latente y aunque<br />

son otros los símbolos que lo identifica nos sigue generando cosas que nos retrotraen a la idea que<br />

estamos solos e indefensos basta ver en el cine como la gente se abraza y da vuelta la cara o al<br />

comenzar a ver cualquier video en redes sociales todos corren a leer la casilla de comentarios no por<br />

curiosidad ….. es por el mismísimo miedo.<br />

Cuatro amigos en un castillo en el siglo 18 en Europa se desafiaron a pasar la noche creando la mejor<br />

historia y el horror fue elegido sabían que la imaginación los impacta intensamente y solo el terror puede<br />

lograrlo…. luego sería un hito en la historia de la literatura.<br />

Como genero el terror fue avanzando hasta la actualidad de un modo inabarcable con sus diversos<br />

nombres Gótico, Neo-gótico, fantástico, terror, de miedo, romántico, truculento Etc. los nombres<br />

pueden ser muchos pero la idea sigue siendo la misma consolidándose como autónomo con su propio<br />

lenguaje, sitios virtuales, música, festivales, revistas editoriales, cómic, convenciones Etc. ya no es solo<br />

un estilo ni una subcultura es un universo en si mismo creció fijando sus propias reglas. La relación del<br />

arte con el terror es sólida y universal, con su idiosincrasia dada las muchas razones y culturas de los<br />

que se nutren son un motor poderoso el terror expone las zonas ocultas, la incertidumbre ancestral,<br />

despierta la imaginación corriéndonos del eje nos deja en estado de alerta, con conflictos que parecen<br />

emerger desde lo sobrenatural pero esa sería una primera impresión porque que se escapa de la razón,<br />

de lo conocido es una parte y se producen fenómenos que hace buscar caminos alternativos, originales,<br />

hace que los deseos se manifiesten sin filtros con una fuerza y una voluntad únicas que pertenecen a<br />

vida misma y a la creación la belleza del horror, lo grotesco rompe tabúes para exponerlo es una<br />

rebelión constante. En el terror se ven reflejado los mitos antiguos y los modernos, los conflictos<br />

familiares con sus pactos de silencios sellados con sangre, la revancha del pasado sobre el futuro con su<br />

rostro fantasmagórico, fuerzas desconocidas que nacen de sentimientos, dramas psicológicos que<br />

reaparecen en la mano de asesinos con sed de muerte . Siempre hay actores en estas historias,<br />

antihéroes que pasan a ser contracara de un sistema que no acepta al diferente. En la evolución que ha<br />

tenido el miedo en distintos grados a veces con símbolos que el arte ha representado como asociado a<br />

el mal, con el correr del tiempo se va revisionando esos estigmas y el pensamiento es otro . Cada vez más<br />

se busca la realidad que nos circunda aunque en el fondo siguen siendo teniendo la misma esencia y el<br />

arte allí presente expulsa lo que el ser humano siente y necesita pero que a veces no puede expresar.<br />

Nunca dejamos de sentir esa rara atracción. Dentro del género pareciera que no hay cosas nuevas las<br />

historias se repiten también se podría pensar que es el resultado una nueva visión dada sus<br />

características y lenguajes pero los temas deben ser los mismos ya que en realidad son los que más le<br />

importan al ser humano, porque desde el Cuco al hombre de la bolsa, Freddy Kruegger o Slenderman,


31<br />

pareciera ser el mismo personaje pero es el personaje quien no tiene una mirada sobre el mismo y hay<br />

una adaptación a los intereses de las nuevas generaciones . Cuando Poe hizo “El cuervo” la gente se<br />

reunía a escuchar esa poesía que despertaba el miedo y el dolor ante la muerte. Años después no genera<br />

Hitchcok un sentimiento idéntico en Los pájaros donde ellos no solo son una plaga sino que además son<br />

tal vez un augurio sobre el futuro y los desastres del medio ambiente? ¿La madrastra de Blancanieves<br />

no es acaso antecesora del “Retrato de Dorian Grey” y de “La muerte le sienta bien” donde la obsesión<br />

por la belleza y la juventud son un parámetro letal de la sociedad que vivimos? ni que hablar de<br />

“Frankenstein” o “La comida de los dioses” de H.G.Wells, la base de muchos de los conceptos de la<br />

ciencia actual . O aquella serie recordada que fusionaba la pintura con el horror “Galería Nocturna” del<br />

gran Rod Serling, un profesor de literatura que uso el género desde varias series de Tv para ejercer su<br />

libertad de expresión como un grito sutil .La mirada del Bosco o de Goya con sus pesadillas que expresan<br />

la realidad mejor que otras cosas y que luego hemos visto constantemente en otras cosas. El mismísimo<br />

Munch con “El grito” (algo más representativo), masivamente llegó “Scream”(recordamos su máscara )o<br />

“Mi pobre Angelito”; que decir de Beksinski un artista visual con sus seres deformes y visión onírica y<br />

extremo, no está conectado directamente con el mundo expresionista y laberíntico de Kafka ? o Giger<br />

que pudo darle forma a ese ser de otras dimensiones llamado “Alien” que Lovecraft antes había narrado.<br />

Con el devenir de los tiempos cada vez más el futuro nos plantea nuevos desafíos como la tecnología nos<br />

muestra, entonces el terror reaparece con más fuerza para dejarnos boquiabiertos porque ahora su<br />

presencia aparece de mayor proporción por la velocidad y lo masivo, en una época de mayor<br />

comunicación todo está al alcance de la mano pero todo está cada vez más lejos, estamos con millones<br />

de personas y nos sentimos cada vez más solos con cámaras que registran cada cosa sin perder detalles,<br />

con públicos que necesitan saber que a alguien le podría estar pasando en ese instante mientras yo estoy<br />

aquí seguro, pero que debo cuidarme porque no estoy a salvo de nada. El terror llega por medios<br />

impensados aun sin buscarlo aun sin saber de él y quiere dejar su testimonio para que no podemos<br />

pasar por alto. Cuando Hitchock hizo “La ventana indiscreta” o Antonioni en “Blow Up” nos daría una<br />

idea tal vez sobre el futuro y la mirada constante sobre el otro, observar como un miedo que aparece en<br />

instantáneas o en pantallas que luego se vería en “Proyecto Blair Wich” ?Hay casos más concretos donde<br />

la cámara son testigos y a la vez una amenaza sobre la vida misma como presagiaba “El fotógrafo del<br />

pánico” o “Cell” de S. King la realidad fatal sobre los teléfonos móviles que dejaron de ser algo<br />

maravilloso de la comunicación para volverse un problema grave de obsesión y catástrofes<br />

Defenestrado por los ilustrados reaccionarios por infantil y poco serio, adorado por otros que son sus<br />

cultores, odiado por fanáticos religiosos, respetado por las mentes curiosas . Y cuando se pudo censurado<br />

por algunos regímenes de gobierno …pero no pasa inadvertido .<br />

En el documental de la BBC llamado “Gothic” refiere que todos lo somos y que la sociedad aunque lo<br />

niegue lo oscuro o tenebroso emerge en cualquiera que resista contra la resignación de las masas, que<br />

esta vigencia, que va contra modas y que no es apariencia lo que representa es mucho más por sobre<br />

todo el disfrute con esa adrenalina tan especial que nos nutre constantemente.<br />

*Sin título- Patricia Ortiz


32<br />

Autor sobre autor<br />

MARCELO MARCIAL<br />

-Buenos Aires, Argentina-<br />

GERTRUDE STEIN, LA MARISCALA DE PARÍS<br />

1877. En Pensilvania los negocios inmobiliarios eran mucho menos agobiantes, desde que el señor<br />

Stein fue nombrado director de la ferroviaria Market Street Railway en San Francisco, el matrimonio se<br />

encontraba… estresado; y con la excusa de perfeccionar el francés y el alemán de sus cinco hijos,<br />

tomáronse un Sabbat de doce meses entre París y Viena.<br />

Al retornar a California las institutrices ya no tuvieron nada más que hacer, ni siquiera con la más<br />

pequeña de cuatro años, Gertrudis, pues los Stein no bien llegaron la inscribieron en el Templo Sinaí de<br />

Oakland; aquí sorbió La ortodoxia suprema y por encima de todo, machista. Cuando al fin egresó del Sinaí,<br />

aquella ordinaria visión del sexo opuesto había evolucionado en una óptica todavía más intrincada; como<br />

yelmo se abrigó de ironía, anotando cosas que parecían absurdas pero en realidad cabía la política, la<br />

teología y el feminismo. Lo pasó algo mejor en el solo para señoritas Radcliffe College; dominó Filosofía,<br />

cuyas cátedras de William James (hermano mayor de Henry), procuraban desenvolver la atención del<br />

individuo al fraccionarse en dos acciones coincidentes, por ejemplo hablar y escribir. A los veintitrés, para<br />

ingresar a la Universidad John Hopkins tuvo que eludir un peñasco típico de su era: el irrefutable<br />

raciocinio del hombre en el cielo de la medicina. Las únicas mujeres que podían entrar a Hopkins llegaban<br />

apadrinadas, Gertrudis traía consigo una misiva del profesor James repleta de loas que de nada sirvieron,<br />

los preceptos masculinos terminaron aburriéndola y a los dos años renunció; era más divertido ser<br />

autodidacta, ir a la ópera y a los museos, y sobre todo más excitante el triángulo pasional con Mary<br />

Bookstaver y Mabel Haynes.<br />

Los retos a sí misma irán nimbando su identidad, su estilo, las primeras luces versarán esas experiencias<br />

universitarias y el divorcio de la estresante medicina. La espontaneidad del instinto, cuyo proceso<br />

maquinal se anticipa a los consecutivos Dadaísmo y Surrealismo, será solo comparable a Marcel Proust y a<br />

James Joyce; y “Rose is a rose is a rose is a rose”, quizás sea la eximia frase de Gertrudis, acaso ingenua, o<br />

maquiavélica.<br />

"A lo más la coma es un punto pobre que permite detenerte y tomar aire pero si quieres tomar aire<br />

deberías saber por ti mismo que quieres tomar aire".<br />

1903. El crítico, tasador y coleccionista de arte Leo Stein le propuso a su hermana navegar a Londres,<br />

luego a París. En la Ville lumière adquirieron un palacete de dos plantas con decenas de habitaciones<br />

iluminadas a gas; lo primero que hicieron fue cambiar toda la instalación por luz eléctrica, el resto ya lo<br />

hemos mencionado a lo largo de Con letras se vive, no obstante, jamás nos hartaremos de olisquear e<br />

indagar y seguir explorando la afición, los caprichos, los trances y la cópula, el apareamiento en aquel<br />

magnético salón de la planta baja.<br />

En la galería adyacente se exponían cuadros del suelo hasta el techo, si uno alcazaba sortear la puerta<br />

cancel del 27 rue de Fleurus, a dos o tres pasos, pronto al vestíbulo: melodías, oratoria, colores y formas,<br />

un hilo conductor de bellas artes dirigía al contertulio hacia la mariscala. Decimos tertulias, a veces<br />

contiendas, una riña de egos, otras joviales o taciturnas; los sujetos por eminencia más excéntricos,<br />

vanguardistas y por el momento sin gloria y sin dinero, noche a noche gravitaban en busca de enmiendas y<br />

recomendaciones desde la estética percepción de Gertrude Stein.<br />

Una madrugada cayó Pablo Picasso con dos tíos: Max Jacob y Guillaume Apollinaire. La velada fue<br />

tácita. Los muchachos al contemplar Tres tahitianos y Girasoles de Gaugin, y Los grandes bañistas de Paul<br />

Cézanne en orbe a la Stein cruzada de piernas en su trono, perdieron el habla.<br />

Es 1906 y tiene treinta y dos años; es dueña de Perseo y Andrómeda de Delacroix, de Mujer con<br />

sombrero de Matisse, y ahora, del azulado Chica desnuda con Cesta de Flores, de Picasso. Gertrude expone<br />

a todos por igual, ensaya a viva voz anacronismos y vicisitudes cara a los presentes lozanos artistas. Los<br />

instruye. Siembra confianza en rigor a la credulidad, a la decisión, los impulsa seguir adelante; ella es la<br />

única crítica, el juicio final, lo que aprueba lo autoriza y lo financia. Verbigracia los cubistas que bajo su<br />

hálito prosiguieron sin temor, Stein avizoró en ellos la geométrica prolongación del pintor de sus amores:<br />

Paul Cézanne.


33<br />

El vínculo con Leo se infectó cuando se puso de novia con Alice B. Toklas, y acabó de pudrirse cuando la<br />

llevó a vivir al 27 rue de Fleurus; Leo no resistió la convivencia (consideraba a Alice “una especie de vampiro<br />

anormal”), decidió marcharse a Italia con los cuadros de Renoir y Cesto de Manzanas, de Cézanne. A pocos<br />

meses recibió una epístola desde Florencia, Leo enunciaba la ruptura definitiva de los hermanos y la<br />

división de todas las obras.<br />

“Las manzanas de Cézanne tienen una importancia única para mí que nada puede reemplazar. El<br />

paisaje de Picasso no es importante en cualquier sentido. (…) me temo que tendrás que mirar a la pérdida<br />

de las manzanas como un acto de Dios.<br />

Leo.”<br />

Era el fin del Cubismo y Europa había detonado, al inicio de la 1º Guerra Mundial viajó a Inglaterra con<br />

Alice; en pleno invierno del ´15 regresó a París, expuso a Juan Gris y Amedeo Modigliani, vendió Mujer con<br />

Sombrero al mejor postor y rumbeó hacia Mallorca con su compañera.<br />

El ´16 la trajo de vuelta al 27 rue de Fleurus, lo primero que hizo fue comprarse un Ford y aprender a<br />

manejar igual que los hombres (cualquier similitud con lady Victoria Ocampo es pura coincidencia); al cabo<br />

de la batalla de Verdún, el auto se convirtió en ambulancia, Gertrude y Alice fueron voluntarias durante la<br />

contienda.<br />

Aparejado al cese de fuego, el salón de la planta baja cobra una faceta de médula, de statu quo; la<br />

notoriedad de Gertrude Stein como mecenas, reverbera en su autoestima la triple condena de ser mujer,<br />

judía y lesbiana.<br />

Los tertulianos en la década del veinte, hoy a orillas de la gloria y el dinero, al volver a casa de Gertrude,<br />

advirtieron que el adalid estaba ceñido de artistas tan desconocidos como ellos quince o veinte años atrás;<br />

las nuevas hipótesis se llamaban: Scott Fitzgerald, John Dos Passos, Ezra Pound, Emmanuel Radnitzky<br />

(Man Ray), y Ernest Hemingway. Todos compatriotas estadounidenses, la pujanza de la jefa inclusive es<br />

más enérgica y su ego se torna ingobernable. “¡You´re all a lost Generation!”, vociferó sumamente irritada a<br />

Hemingway; los muchachos se pusieron a trabajar, y la historia de la supervisión con ojos de basilisco volvió<br />

a repetirse. Helo aquí, un fiel recuerdo del señor DADA, Tristan Tzara llegó a juzgar que Stein era “un caso<br />

clínico de megalomanía”; y Hemingway escribió en sus memorias que si alguien se atrevía en las reuniones<br />

a repetir el nombre de James Joyce más de una vez, el sábado siguiente no entraba.<br />

“Éxito, el éxito es bueno cuando hay habitaciones y no hay una libre, está bien el éxito cuando hay<br />

paquete, siempre está el éxito bien y toda cortina es al por mayor. Las cortinas encogen y enseña el barniz<br />

el espacio espacioso. (…)<br />

Corrientes, no están las corrientes en el aire ni están por los suelos ni en las puertas ni por detrás<br />

primero. No es con más claridad como lo enseñan las corrientes. Esto que está dominado tiene un espacio<br />

delgado en el que construirse, es espacioso espacio lo que hay y sin embargo riñe pero no y es notable la<br />

insistencia. Hay cambio en una corriente y no hay ejercicio habitable.<br />

Una religión, casi una religión, una religión cualquiera, un quintal de religión, confianza y superficie y<br />

servicio de indecisión y una criatura y una interrogación y una sílaba de respuesta y más contar y menos<br />

pelear y una sóla afirmación científica y nada de oscuridad y no hay duda y una administración merecida<br />

y un sólo conjunto de hermanas y un contorno y ninguna ampolla y la sección que amarillo los ve y el<br />

centro con la ortografía y sin soledad ni cursilería y sólido sin embargo, bien sólido y sólo la superficie<br />

centrada y en el rótulo la pregunta y la singularidad, existirá acaso la singularidad, y la singularidad.<br />

por qué esta pregunta, y la singularidad, por qué escandaliza la superficie, por qué tan hermosa, por qué<br />

cuando no cabe duela, por qué están las cosas vacías cuando lo están, por qué no es virtud no molestar un<br />

centro, por qué lo es cuando lo es y no hay eluda, no hay duda que la singularidad demuestre.” (Tender<br />

Buttons, 1914).<br />

Alice pasó a ser la anfitriona, su principal labor consistía en entretener a novias y esposas en un ambiente<br />

contiguo (excepto Zelda Fitzgerald); recibe en su mayoría escritores, las letras se apoderan de su tiempo<br />

porque la pintura “ha vuelto a ser un arte menor”. Su honestidad es prolífica: Geography and Plays (´22),<br />

The Making of Americans (´25), Four Saints in Three Acts y Useful Knowledge (´29). Raudal del<br />

discernimiento, siempre habla en un presente involuntario, a falta de miedo por enloquecer, el verbo se<br />

restaura disonante y florece; la crítica adujo una respuesta por escrito al cubismo, mientras ella renegó que<br />

más bien se trataba de un “exceso de conciencia”.<br />

A puño y voz de Alice, escribe Autobiografía de Alice B. Toklas (´33), desnuda las veladas en las que junto a<br />

Leo… ¿…? El lector desde el primer renglón concebirá que no es Alice sino Gertrude la protagonista.<br />

“Soy una muy buena ama de casa y una muy buena jardinera y una muy buena tejedora y una muy<br />

buena secretaria y una muy buena editora y una muy buena veterinaria de perros y tengo que hacer todo<br />

a la vez y me es difícil añadirle ser una muy buena autora. Hace unas seis semanas Gertrude Stein dijo, no<br />

me parece que vayas a escribir esa autobiografía. Ya sabes lo que voy a hacer. Voy a escribirla por ti. La<br />

voy a escribir tan simple como Defoe hizo con la autobiografía de Robinson Crusoe. Y lo hizo y aquí está.”<br />

(Autobiografía de Alice B. Toklas, 1933)


34<br />

Alice la escoltará hasta la muerte.<br />

“Amar es algo. Cualquier cosa es algo. Los bebés son algo. Ser un bebé es algo. No ser un bebé es algo.<br />

Llegar a ser cualquier cosa es algo. No llegar a ser cualquier cosa es algo. Amar es algo. No amar es algo.<br />

Amar es amar. Algo es algo. Cualquier cosa es algo. Cualquier cosa es algo. No llegar a cualquier cosa es<br />

algo. Amar es algo. Necesitar llegar a algo es algo. No necesitar llegar a algo es algo. Amar es algo.<br />

Cualquier cosa es algo.” (A Long Gay Book, 1933).<br />

Afamada en Europa, Estados Unidos no quiere ser menos: Eleonora Roosevelt la invita de oficio a la Casa<br />

Blanca; ´35 y ´36 los pasará dando conferencias en veintitrés estados, se dio el gusto de cenar con Chaplin,<br />

y sentenciar la gira firmando para Random House. Desde luego las celebridades, son imperfectas, por lo<br />

tanto la mácula debe existir.<br />

Septiembre, 1938. El británico Primer Ministro Chamberlain y el Führer, reuniéronse en Múnich con el<br />

fin de seguir sosteniendo una mentirosa paz tras la Crisis de los Sudetes; por consiguiente el Comité<br />

Noruego del Nobel, propuso a Adolf Hitler como candidato al premio Nobel de la Paz. En el insólito ensayo<br />

Las grandezas y cualidades del Führer, Stein afirma: “La supresión de los judíos es sinónimo de Paz.” El<br />

texto a Hitler no lo conmovió en absoluto. Al comienzo de la 2º, logró escapar de París con Alice a la región<br />

del Ródano, todavía creyendo en Philippe Pétain, traduciendo sus discursos al inglés comparándolo con<br />

George Washington, y apoyando en público al generalísimo Francisco Franco.<br />

Derrotados los nazis, nuevamente en el 27 rue de Fleurus, los artistas brillan por su ausencia, la visitan<br />

soldados norteamericanos caídos en desgracia: "Estos soldados tienen pin-ups de mujeres por todos<br />

lados… idealizan a las mujeres, pero cuando caminaban por las calles de París, muchos de ellos estaban<br />

borrachos e insultaban a casi toda mujer que encontraban." Acertada o no, supo atemperar las ideas de<br />

acuerdo a los avatares del mundo, hete aquí la esencia de sus descubrimientos, de su ojo clínico para con el<br />

arte.<br />

A la insaciable protectora, aún le sobró aliento para un hallazgo más, para un espaldarazo. El afortunado<br />

fue Riba Rovira, cuando se lo cruzó de inmediato lo invitó al salón y más tarde lo expuso en la galería<br />

Roquépine; el idilio germina, el divorcio con la pintura se ha terminado.<br />

“Es inevitable que cuando realmente necesitamos a alguien lo encontremos. La persona que necesitas te<br />

atrae como un imán. Volví a París después de varios largos años pasados en el campo y necesitaba un<br />

joven pintor, un joven pintor que me despertara. (…) Un día, en la esquina de una calle, en una de estas<br />

pequeñas calles de mi barrio, vi a un hombre pintando. Lo miré, a él y a su pintura, ya que siempre busco<br />

que todo el mundo crea que tengo una curiosidad infatigable por buscar, y me conmovió.(…) Le expliqué<br />

que para mí, todo la pintura moderna se basa en lo que Cézanne no había conseguido hacer.(…) Matisse<br />

ha camuflado y ha insistido al mismo tiempo en lo que Cézanne no pudo realizar, y Picasso ha camuflado,<br />

jugado y atormentado todas estas cosas.(…) Y ahora, aquí me encuentro a un joven pintor que no sigue la<br />

tendencia de jugar con lo que Cézanne no podía hacer, pero que ataca directamente las cosas que había<br />

intentado hacer: crear los objetos que deben existir por sí mismos y no en relación con los demás. Por ello<br />

estoy fascinada. Este joven tiene habilidad y fuerza.”<br />

Se la llevó un cáncer gástrico el 26 de julio de 1946 a los setenta y dos años; agónica, antes de ingresar en<br />

camilla al quirófano, sus últimas palabras a Alice fueron dos interrogantes: “¿cuál es la repuesta?”, y ante<br />

el gélido silencio de su enamorada, Stein balbuceó: “En este caso, ¿cuál es la pregunta?”<br />

Hoy en día no hay nadie que nos cobije, nos apañe, o nos tienda una mano frente a las diabólicas e<br />

infames corporaciones de turno que manipulan como guiñoles a los artistas, por eso reivindicamos a<br />

Gertrude Stein, cuyo supremo placer de conocerla no tuvimos, y sin embargo, la seguimos extrañando.<br />

chelosaynomore@yahoo.com.ar<br />

*Sin título-<br />

Patricia Ortiz


35<br />

LUZ RÍOS IRIBARNE<br />

-Buenos Aires, Argentina-<br />

ALBERTO CAEIRO(*)<br />

“En las ciudades la vida es más pequeña<br />

que aquí en mi casa en la cima del monte.<br />

En la ciudad las grandes casas cierran la mirada con llave,<br />

esconden el horizonte, empujan nuestra mirada lejos de todo cielo,<br />

nos hacen pequeños porque nos sacan todo, y así no podemos mirar<br />

y nos hacen pobres porque nuestra única riqueza es ver”.<br />

Caeiro fue un poeta de gran relevancia para los poetas de inicios del s. XX en Europa Occidental<br />

(principalmente Portugal, pero no exclusivamente). En su corta vida (1889-1915) fue la inspiración<br />

de muchos otros, como Álvaro de Campos, que entre otras cosas dijo de él: “¡Mi maestro, mi<br />

maestro, desaparecido tan pronto! Lo veo en la sombra que yo soy, en la memoria que conservo del<br />

difunto…(…)<br />

Nunca vi triste a mi maestro Caeiro. No sé si estaba triste cuando Murió, o los días anteriores. Sería<br />

posible saberlo, pero la verdad es que nunca me atreví a preguntar a los que asistieron a su funeral<br />

algo sobre ella o cómo la había recibido”.<br />

Caeiro murió joven por tuberculosis, pero fue el nexo entre Álvaro de Campos y Ricardo Reis, otro<br />

gran poeta. Quizás sería más interesante hablar de ellos, pero es necesario hablar primero del<br />

surgimiento.<br />

Similar al conflicto Florida-Boedo (conflicto que no fue tal en realidad), en Portugal se veía<br />

claramente la diferencia entre los poetas citadinos, y los rurales, con sus versos bucólicos (que sí<br />

llegaban a desencadenar conflictos).<br />

Este planteo puede resultar romántico, y en cierto modo lo es, porque los antes mencionados, junto<br />

con otro poeta, más lejano, pero no menos interesante, el inglés Alexander Search, son nada más ni<br />

nada menos, que unos pocos de los múltiples Heterónimos de Pessoa.<br />

Llamado por Miguel Ángel Flores, “Uno de los poetas más singulares de la poesía del siglo XX (...),<br />

uno de los poetas más importantes de todos los tiempos”, no sólo escribió y publicó bajo distintos<br />

heterónimos, sino que se encargó de escribir la biografía de cada una de sus creaciones, y de otorgar<br />

a cada uno de una personalidad y un estilo característicos.<br />

Así, si bien las obras de Caeiro, Campos, y Reis, provienen de su pluma, leyendo las obras escritas,<br />

se nota la diferencia entre cada uno. Pessoa no fue un poeta jugando a ser distintos, sino que fue un<br />

autor asumiendo una multiplicidad, y dándoles identidad a cada una de sus facetas.<br />

Claro que por su peculiaridad se trató de un gran incomprendido, pero él mismo expresó: “Siempre<br />

rechacé que me comprendiesen, ser comprendido es prostituirse. Prefiero que se me tome en serio<br />

como lo que no soy, ignorado humanamente, con decencia y naturalidad”.<br />

(*) heterónimo de Fernando Pessoa


36<br />

GACETILLA<br />

DE EVENTOS/CONCURSOS/INFO VARIAS<br />

“Extranjera a la Intemperie”<br />

2º Lunes de cada mes<br />

Bar Lavalle 1693-CABA<br />

18.00 hs<br />

Conducen: Susana Cattaneo<br />

María Amelia Díaz<br />

“Café Montserrat”<br />

1º y 3º viernes de cada mes 19.45 hs<br />

Encuentro Antonio Aliberti<br />

San José 524- CABA<br />

A cargo: Luis Raúl Calvo- Amadeo<br />

Gravino y colaboradores<br />

Música: Pako Rizzo<br />

“Al filo de la palabra”<br />

Coordinan Gabriela Yocco -Daniel Adrian Castelao<br />

Gorlami Bar Cultural/ Balcarce 971-CABA<br />

“BELISAMA”<br />

4º Sábado de cada mes- 18 hs<br />

INAUGURA 28 ABRIL<br />

Medrano 152- Bar The Rozz- CABA<br />

Conducen:<br />

Liliana Varela<br />

Patricia Ortiz


37<br />

Generación Abierta<br />

Por AM 1010 "Onda Latina”<br />

Conducción: Luis Raúl Calvo, Nora<br />

Patricia Nardo, en Artes Visuales<br />

Adriana Gaspar.<br />

MARTES<br />

A LAS 19 HS<br />

http://www.am1010ondalatina.com.ar


38<br />

https://www.facebook.com/groups/PALABRASALSOL/


39<br />

Nota: La Gacetilla se halla en construcción.<br />

Si desean aportar datos sobre eventos, radios, talleres, etc. envíen mail a:<br />

albordedelacaverna2017@gmail.com<br />

*Sin Título- Patricia Ortiz


40<br />

*Sin Título-<br />

Patricia Ortiz<br />

¡Y llegamos al Sexto número!<br />

Con esta edición comenzamos a transitar nuestro Segundo año de vida, lo que nos<br />

alegra sobremanera.<br />

Nuestra única finalidad: Difundirnos entre todos, inundar internet con nuestras<br />

letras, nuestro arte, aquello que queremos mostrar al mundo.<br />

Nos falta ampliar mucho…pero tenemos la ayuda de todos.<br />

Liliana Varela y Gladys Cepeda

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