31.07.2018 Views

albordelacavernaSEXTO-NUMERO-JULIOAGOSTO

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

24<br />

FEDERICO RODRÍGUEZ LEMOS<br />

-CABA, Argentina-<br />

AMOR EN TIEMPOS DE FITNESS<br />

Apenas entró al gimnasio, Adolfo se arrepintió absolutamente. Se maldijo hacia sus adentros<br />

por haberle hecho caso al impresentable de su amigo Eduardo.<br />

-Pensar que podría estar leyendo algo o mirando el documental de Kurosawa que me<br />

recomendó el tano. Ese sí que sabe, el no estaría haciendo esta boludez, se dijo mientras se<br />

acercaba a la recepción.<br />

Hizo un gran esfuerzo de audición para entender las ofertas que le ofrecía la encargada del<br />

lugar. La música electrónica a un volumen altísimo y los gritos de los profesores en clase eran<br />

un cocktail letal para su entendimiento. Una vez matriculado, Adolfo enfiló hacia los vestuarios,<br />

observando todo con pavor casi infantil. Ese mundo desconocido de bebidas energizantes,<br />

televisores en canales deportivos y gritos de esfuerzo físico era una especie de séptimo infierno<br />

para él.<br />

Varios días le costó tomar la decisión. La separación con Stefanía había sido devastadora para<br />

su ánimo y le costaba mucho todo. Los amigos le aconsejaron varias cosas: que se tome unos<br />

dìas de vacaciones en otro lado, que escriba el libro de cuentos que tanto quiso hacer y no pudo,<br />

que aprenda a tocar algún instrumento, etc. Nada de eso, esta vez quería dar un giro<br />

inesperado, tomar un camino que lo alejara de su zona de confort habitual.<br />

-Dale profe, tenés que hacer algo distinto. Tenés que volver al mercado pero no así. ¿Por qué<br />

no vas al gimnasio nuevo de acá a la vuelta?, Le dijo una vez Eduardo y ahora al recordarlas, a<br />

Adolfo le daba más rabia. ¿Qué hacía ahí el? ¿No era el quien renegaba de la frivolidad de esos<br />

ambientes? Si se encontraba desubicado hasta en la remera de Sgt Pepper que había llevado<br />

para entrenar.<br />

Sin embargo, su orgullo no le iba a permitir dejar. Fue hacia el sector de las cintas, se subió<br />

temerosamente a una y apretó cada luz del tablero hasta que la máquina empezó a funcionar.<br />

Segundos después, la cinta acrecentó su velocidad y no sabía cómo detenerla. Su cara de terror<br />

fue creciendo a cada momento mientras apretaba desesperado todos los botones posibles.<br />

De repente y justo antes de dejarse caer en el abismo de la vergüenza, una mano apretó el off.<br />

Instantes más tarde, salvado y jadeante, pudo ver a la mujer que evitó la catástrofe. Se tomó<br />

unos segundos en observar esa sonrisa compasiva que ella le estaba regalando mientras trataba<br />

de recuperar el aire para poder hablarle.<br />

-Gracias. No estoy acostumbrado a estas cosas, dijo Adolfo<br />

-Lo noté por tu remera y déjame decirte que ya somos dos, respondió ella sin dejar de<br />

sonreír y señalando la remera de Emerson Lake & Palmer que llevaba puesta. Adolfo se sintió<br />

volver en sí después de mucho tiempo. Las palabras emergían de el como una cascada<br />

indetenible. Habló de rock progresivo, habló de lo ridículo que se sentía por lo que acababa de<br />

pasar. Simplemente habló para mantener la sonrisa de ella el mayor tiempo posible. Allá a lo<br />

lejos quedó la música electrónica, los gritos de los profesores, el mundo desconocido.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!