07.08.2018 Views

Murakami-Haruki-De-Que-Hablo-Cuando-Hablo-de-Correr

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

público, sin cinta <strong>de</strong> llegada a la meta, sin entusiastas gritos <strong>de</strong><br />

ánimo, sin nada. Lo importante es que se trataba <strong>de</strong>l auténtico<br />

recorrido originario <strong>de</strong>l maratón. ¿Qué más podía pedir?<br />

<strong>De</strong> todos modos, la carretera que lleva <strong>de</strong> Atenas a Maratón no<br />

alcanza en realidad los cuarenta y dos kilómetros con ciento noventa<br />

y cinco metros <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> un maratón oficial. Le faltan cerca <strong>de</strong><br />

dos kilómetros para ello. Me enteré unos años <strong>de</strong>spués, cuando<br />

participé en el maratón oficial <strong>de</strong> Atenas (que sí se corre como el<br />

original, <strong>de</strong> Maratón a Atenas). Los que vieron el maratón <strong>de</strong> las<br />

Olimpiadas <strong>de</strong> Atenas, en 2004, tal vez lo recuer<strong>de</strong>n: los corredores<br />

salen <strong>de</strong> Maratón y, en cierto momento <strong>de</strong>l recorrido, toman un<br />

<strong>de</strong>svío hacia la izquierda por el que, tras ro<strong>de</strong>ar unas sobrias ruinas,<br />

retornan a la ruta principal. <strong>De</strong> este modo completan la distancia que<br />

falta. Pero yo entonces no lo sabía, así que corrí raudo y directo <strong>de</strong><br />

Atenas a Maratón, convencido <strong>de</strong> que había recorrido cuarenta y dos<br />

kilómetros. En realidad, eran unos cuarenta. <strong>De</strong> todos modos, por la<br />

ciudad tuve que dar varios ro<strong>de</strong>os y el cuentakilómetros <strong>de</strong>l coche<br />

que me acompañaba marcaba aproximadamente cuarenta y dos<br />

kilómetros, así que, en <strong>de</strong>finitiva, es posible que sí recorriera una<br />

distancia muy próxima a la <strong>de</strong> un maratón completo. A estas alturas,<br />

eso carece ya <strong>de</strong> importancia, y sin embargo, en aquel momento...<br />

Corrí en pleno verano ateniense. Los que hayan estado en Atenas<br />

supongo que ya lo sabrán, pero, en pleno verano, hace allí un calor<br />

inimaginable. Los atenienses no salen al exterior por la tar<strong>de</strong> salvo<br />

que sea necesario. Se echan la siesta a la sombra y ahorran energías<br />

sin hacer nada. Al caer el sol, salen por fin a la calle y comienzan su<br />

actividad. Pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que, en Grecia, en verano, si se ve a alguien<br />

caminando por la calle a primera hora <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, seguramente será<br />

un turista. Hasta los perros se quedan tumbados a la sombra sin<br />

mover ni un músculo. Aunque uno se que<strong>de</strong> mirándolos un buen rato,<br />

es imposible distinguir si están vivos o muertos. Ése es el calor que<br />

hace. <strong>Correr</strong> cuarenta y dos kilómetros en esa estación es una<br />

verda<strong>de</strong>ra locura.<br />

<strong>Cuando</strong> les dije que pretendía correr <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Atenas hasta Maratón yo<br />

solo, todos los griegos me dijeron al unísono: «Es mejor que no<br />

cometas esa estupi<strong>de</strong>z. Nadie en sus cabales haría tal cosa». Yo, que<br />

ignoraba el calor que hacía en Atenas en verano, hasta que llegué allí<br />

estaba relativamente tranquilo. Pensaba que bastaría con correr los<br />

cuarenta y dos kilómetros y ya está. Sólo había pensado en la<br />

distancia, sin plantearme lo <strong>de</strong> la temperatura. Y cuando llegué a<br />

Atenas y comprobé el calor abrasador que hacía, me acobardé.<br />

Empecé a pensar si, en efecto, no sería una locura. Pero yo había<br />

venido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muy lejos y había alar<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> que iba a recorrer el<br />

itinerario original <strong>de</strong>l maratón con mis propias piernas, para luego<br />

escribir un artículo sobre ello. Ahora no podía echarme atrás. Tras<br />

mucho cavilar, llegué a la conclusión <strong>de</strong> que, para evitar el <strong>de</strong>sgaste<br />

<strong>de</strong>bido al calor, la única solución era salir <strong>de</strong> Atenas <strong>de</strong> madrugada,<br />

cuando aún estuviera oscuro, y alcanzar la meta cuando el sol todavía<br />

no hubiera alcanzado su cenit. Cuanto peores fueran mis tiempos,<br />

más altas serían las temperaturas. Así que aquello iba a ser

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!