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ser<br />
mamá<br />
EspEcial dE valorEs<br />
Los padres tienen la responsabilidad de<br />
transmitir a los hijos los valores para<br />
que ellos en un futuro puedan enfrentar<br />
la vida como buenas personas. Los niños,<br />
en un mediano a largo plazo, serán padres y<br />
deberán continuar con su enseñanza.<br />
Pero la gran pregunta es, ¿cuál es la manera<br />
correcta de enseñar los valores? La respuesta<br />
está en los padres, ya que estos se<br />
enseñan por la interacción entre la persona<br />
que es admirada, respetada y la que está en<br />
formación. Es decir, debe de existir una interacción<br />
entre padres e hijos.<br />
Padres modeladores<br />
Los padres tienen el reto de enseñar valores<br />
a sus hijos. Pero lo importante es que<br />
sean congruentes, que su discurso esté alineado<br />
con sus actos, porque el modelaje es<br />
fundamental.<br />
ª Vivir con valores y ser una buena persona<br />
es un magnífico negocio, no solamente<br />
para usted, sino para la personas que están<br />
en el entorno y las próximas generacionesº ,<br />
señala Milton Rosales, gestor en desarrollo<br />
humano integral. Los entes e instancias de<br />
socialización primaria son la familia, la escuela,<br />
los padres y la iglesia. Pero esta última,<br />
para Rosales ha perdido su relevancia<br />
y su lugar lo han tomado los medios de comunicación.<br />
Rosales señala que se debe tener claro<br />
que los valores no se pueden imponer y se<br />
deben vivir. ª La escuela es fundamental y los<br />
padres la deben de tener como aliada estratégica.<br />
Pero no se deben invadir los espacios.<br />
Mamá quiere dar las directrices en la escuela<br />
y la maestra quiere dar las directrices en la<br />
casa. Son dos escenarios radicalmente diferentes<br />
y para que los hijos aprendan disciplina<br />
y respeto, cada uno tiene que encargarse<br />
de lo suyoº .<br />
En este sentido, las madres que tienen<br />
trabajo fuera de casa, no se deben sobre exigir,<br />
mas bien, cuando regresen de la oficina<br />
al final de la tarde, en vez de estar pensando<br />
en realizar las tareas del hogar, compartir<br />
con los hijos es necesario. Se trata de un<br />
espacio idóneo para transmitir los valores<br />
familiares a través del juego o conversando<br />
sobre lo que ha ocurrido en la escuela.<br />
Los hijos sabrán con el tiempo<br />
seleccionar lo que mamá les modeló<br />
y quieren para sus propias vidas.<br />
ª Es importante indicar que los valores se<br />
inculcan de acuerdo a la edad. A un niño pequeño<br />
no le puedo dar tanta responsabilidad<br />
como a un niño grande, pero sí deben tener<br />
su cuota. Un ejemplo es la reciprocidad. Un<br />
niño de cero a dos años es todavía muy egocéntrico<br />
y solo está pensando en él porque<br />
está empezando a descubrir al mundo. Yo<br />
no puedo pedirle tanta reciprocidad, como<br />
sí a uno de tres añosº , explica Silvia Monge,<br />
psicopedagoga.<br />
Se debe compreder las diferentes etapas<br />
de desarrollo y madurez del cerebro, ya que<br />
así saben los padres cuánto le pueden pedir<br />
a los niños. Monge señala que el modelaje<br />
empieza desde que los bebés llegan a la casa<br />
del hospital; ellos son francos observadores<br />
de la manera en que se desenvuelven los padres.<br />
ª A veces se puede decir que los padres<br />
fallan en la enseñanza de los valores, pero<br />
no son solo ellos, sino los adultos que están a<br />
cargo de los niños. Algunos consideran que<br />
son únicamente los valores de la religión y la<br />
cultura; pero se debe tener claro de enseñar<br />
los valores morales universales como respeto,<br />
responsabilidad, reciprocidad y justicia.<br />
Si lo practicáramos constante y consistentemente,<br />
seríamos una sociedad diferenteº ,<br />
dice la psicopedagoga.<br />
Sixto Porras de Enfoque a la Familia recuerda<br />
la anécdota de un padre, que sentado<br />
en la sala, su hijo de cuatro años se le acerca<br />
y se queda mirándolo, hasta que él le pone<br />
atención y el niño le abraza fuertemente. Le<br />
dice al oído: ª Un día yo seré como tú, papiº .<br />
ª Muchas veces ni siquiera nos damos<br />
cuenta de lo que estamos enseñando a<br />
nuestros hijos, pero ellos tienen sus ojos en<br />
nosotros todo el día. Usted enseña valores<br />
cuando resuelve un problema, le hace frente<br />
a un conflicto o se dedica a los asuntos más<br />
insignificantes en la casa o el trabajo. Esto<br />
demanda de usted una conducta coherente<br />
con los principios que enseñaº , explica Porras.<br />
Cuando los hijos perciben que en<br />
las vidas de los padres existen<br />
notables contradicciones, comienzan<br />
a transitar por el camino de la<br />
rebelión. Los pueden llegar a<br />
despreciar, porque ven que les<br />
exigen comportamientos y actitudes<br />
que en su propia vida no están<br />
dispuestos a practicar.<br />
ª Un día nos mirarán a los ojos, levantarán<br />
la voz y nos reclamarán: ` Usted no tiene<br />
autoridad moral para decir lo que está<br />
diciendo' . Si algún día nos pasa algo<br />
como esto, el camino acertado es el de la<br />
humildad. Pidamos perdón por la falta de<br />
congruencia en nuestra propia vida. No hay,<br />
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