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Edicion 08 de agosto 2019

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Diario Co Latino<br />

Opinión<br />

Jueves 8 <strong>de</strong> <strong>agosto</strong> <strong>de</strong> <strong>2019</strong> 15<br />

Sociología y otros Demonios (964)<br />

La sociología: pregonera<br />

<strong>de</strong> la realidad (1)<br />

René Martínez Pineda<br />

Director Escuela <strong>de</strong> Ciencias Sociales, UES<br />

Al romper i<strong>de</strong>as petrificadas nos damos<br />

cuenta <strong>de</strong> que todo tiene su pregunta <strong>de</strong><br />

rigor, aunque no necesariamente tiene<br />

sus causas, ya que creer eso es caer en el pensamiento<br />

teologal. ¿Por qué proponer epistemologías mundanas<br />

como criterio <strong>de</strong> autoridad y abordaje <strong>de</strong> la realidad<br />

para darle vigencia a la sociología, tanto en la universidad<br />

como en la calle, en las políticas sociales y en<br />

el imaginario? Para respon<strong>de</strong>rla es necesario <strong>de</strong>slindar<br />

el contexto histórico vivido y en el que hemos entrado<br />

a partir <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 2018 y que se afirmó en febrero<br />

<strong>de</strong> <strong>2019</strong>. En primer lugar hay que reconocer que<br />

el contexto político-i<strong>de</strong>ológico <strong>de</strong> nuestro tiempo es<br />

muy difícil <strong>de</strong> <strong>de</strong>codificar porque <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ología,<br />

<strong>de</strong>l salario que uno reciba y <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia<br />

que uno tenga: vivir en la San Benito o en la Santa<br />

Elena no es lo mismo que vivir en la Campanera o<br />

en Ciudad Delgado; ganar el salario mínimo no es lo<br />

mismo que ganar <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> dólares mensuales;<br />

viajar en un bus <strong>de</strong>startalado, flatulento y temerario<br />

don<strong>de</strong> los asaltos son un aura in<strong>de</strong>leble, no es<br />

lo mismo que viajar en auto <strong>de</strong> lujo o en helicóptero.<br />

Todos los anteriores son en la actualidad contextos<br />

absolutamente distintos (la Babel <strong>de</strong> la pobreza y<br />

el Olimpo <strong>de</strong> la riqueza frente a frente), que impresionan<br />

muy distinto por tener diferentes imaginarios cuyos<br />

tentáculos tocan hasta la posición política asumida,<br />

la cual siempre es una posición <strong>de</strong> clase, lo sepan o<br />

no lo sepan las personas <strong>de</strong>bido a que la realidad presente<br />

es muy diferente a la realidad pasada, porque<br />

hoy que teníamos las ciencias nos cambiaron los sujetos<br />

<strong>de</strong> estudio. Cuando llevamos esa realidad compleja<br />

a las páginas <strong>de</strong> la sociología nos damos cuenta <strong>de</strong> que<br />

(en la cotidianidad <strong>de</strong> la Babel <strong>de</strong> los pobres don<strong>de</strong> la<br />

cultura política <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, muchas veces, <strong>de</strong> las dádivas<br />

y <strong>de</strong> la <strong>de</strong>magogia) la diferencia es angustiosa. Es<br />

aquí don<strong>de</strong> tienen cabida las epistemologías mundanas,<br />

en tanto conocimiento-comprensión <strong>de</strong> los problemas<br />

<strong>de</strong>l pueblo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el imaginario <strong>de</strong>l pueblo, <strong>de</strong>s-<br />

<strong>de</strong> su sentido común, el que siempre sabe qué hacer<br />

y cómo hacerlo.<br />

Siendo así, la lectura <strong>de</strong> la realidad y sus códigos<br />

<strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la posición política y <strong>de</strong> los<br />

referentes i<strong>de</strong>ológicos que uno tenga, los que<br />

son <strong>de</strong>lineados por los ingresos y el lugar <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia,<br />

que eso es el mundo sociocultural <strong>de</strong>l que habla la<br />

Teoría Social Clásica. Pero ¿por qué, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace ratos,<br />

la preocupación central <strong>de</strong> la gente es la <strong>de</strong>lincuencia<br />

y la corrupción y no los salarios miserables? Se trata<br />

<strong>de</strong> una crisis estructural <strong>de</strong> la seguridad ciudadana y<br />

<strong>de</strong> la gobernabilidad que lo signa todo. Esa es la crisis<br />

que la gente ve, o cree ver, en su cotidianidad. Lo<br />

patético es que quienes han provocado tal crisis –políticos<br />

y clase dominante- siempre se presentan en las<br />

elecciones como ajenas a ella y hasta hacen propuestas<br />

<strong>de</strong> solución que lógicamente no preten<strong>de</strong>n impulsar,<br />

ya que su preocupación es continuar y acentuar<br />

la injusta distribución <strong>de</strong> la riqueza que hace <strong>de</strong> cada<br />

país un crisol <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad social, la que se busca<br />

minimizar con una gobernabilidad represiva cuyo<br />

gendarme mayor es la impunidad.<br />

El Salvador es una <strong>de</strong> las regiones don<strong>de</strong> más injustamente<br />

se distribuye la riqueza, y con una cultura<br />

política <strong>de</strong> súbdito propia <strong>de</strong> la Colonia que <strong>de</strong>rivó en<br />

un bipartidismo <strong>de</strong> facto que <strong>de</strong>sechó, tanto a la memoria<br />

histórica <strong>de</strong> las víctimas como a la utopía que<br />

se basa en una nueva forma <strong>de</strong> gobernar, y con ello<br />

en una nueva forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>mocracia política y económico-social<br />

que empiece a resolver el problema <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>sigualdad para resolver <strong>de</strong>spués el <strong>de</strong> la pobreza, situación<br />

que fue planteada por Marx en el “Capítulo<br />

Inédito <strong>de</strong> El Capital”. En ese sentido se entien<strong>de</strong> la<br />

afirmación <strong>de</strong> que estamos en un momento sociopolítico<br />

enrevesado, que no han logrado <strong>de</strong>codificar ni<br />

los partidos <strong>de</strong> izquierda (muchos <strong>de</strong> los cuales se han<br />

convertido en “el ala izquierda <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha”, para<br />

<strong>de</strong>cirlo con Gramsci) ni los movimientos sociales, en<br />

tanto que hablan <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l capitalismo, pero tienen<br />

miedo <strong>de</strong> ponerle fin, <strong>de</strong> la misma forma en que se tenía<br />

miedo <strong>de</strong> acabar con la Colonia. La respuesta que<br />

salta es que la imaginación <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>l capital brota, espontánea,<br />

en la cotidianidad <strong>de</strong>l pueblo, y para sistematizar<br />

ese contexto es necesario recurrir a las<br />

epistemologías mundanas, pues es a partir <strong>de</strong><br />

ellas que se podrá recrear, teóricamente, el carácter<br />

<strong>de</strong>predador <strong>de</strong>l capitalismo. Si no se aborda<br />

<strong>de</strong> esa forma seguiremos viviendo la realidad –y<br />

analizándola- como si “no hubiera vida <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l capitalismo”<br />

(el temor a la inestabilidad que provoca entrar<br />

en lo nuevo), o sea que seguiremos viviendo con<br />

el <strong>de</strong>nso temor <strong>de</strong> que cualquier cambio impulsado le<br />

pondrá fin a lo conquistado hasta hoy, i<strong>de</strong>a que quieren<br />

aprovechar los partidos <strong>de</strong> izquierda que ya no son<br />

“vanguardia”.<br />

La <strong>de</strong>mocracia social antipopular, la izquierda como<br />

tentáculo <strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha, la sociedad sin i<strong>de</strong>ologías, el<br />

Estado Asistencialista son formas <strong>de</strong> imaginar una nación<br />

socialista que sigue siendo capitalista y a<strong>de</strong>más<br />

corrupta; son formas <strong>de</strong> ofrecer cambios sin cambiar<br />

nada sustancial; son formas <strong>de</strong> criticar el capitalismo<br />

sin salirse <strong>de</strong> él. Los países que como el nuestro vivieron<br />

procesos revolucionarios <strong>de</strong> liberación por la vía<br />

político-militar, no abandonan la misión <strong>de</strong> ponerle fin<br />

al capitalismo (como les pusieron fin a todos los modos<br />

<strong>de</strong> producción anteriores), en tanto que es un productor<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s sociales en el marco <strong>de</strong> la pobreza.<br />

El problema es ¿cómo lograr el fin <strong>de</strong>l capitalismo?,<br />

¿cómo <strong>de</strong>linear una sociedad no capitalista que<br />

genere confianza porque no será peor que la actual?,<br />

¿quién tiene las alternativas para transitar a una sociedad<br />

justa: la política o la sociología o todas las ciencias<br />

sociales juntas?, ¿cómo resolver el problema <strong>de</strong> la crisis<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>mocracia y <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> partidos políticos?,<br />

¿cómo construir o replantear, si es que sigue siendo<br />

válida, la sociedad alterna -el socialismo- sin caer en<br />

la emboscada <strong>de</strong> la corrupción y la impunidad?<br />

Lo único cierto es que <strong>de</strong>bemos imaginar primero y<br />

construir <strong>de</strong>spués un nuevo tipo <strong>de</strong> gobierno, un nuevo<br />

tipo <strong>de</strong> funcionarios, un nuevo tipo <strong>de</strong> intelectuales<br />

orgánicos y un nuevo tipo <strong>de</strong> sujeto histórico (sujeto<br />

que <strong>de</strong>nomino como la “pre-izquierda”, dadas las<br />

condiciones actuales) para po<strong>de</strong>r dar los pasos necesarios<br />

hacia el futuro.

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