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FOTO: ORLANDO SIERRA/AFP/GETTY<br />
FOTO: CHANTAL DA SILVA<br />
Un hondureño señala la roya en hojas de sus plantas.<br />
Marta Sánchez sostiene a su hijo Gerson e hija Keilyn.<br />
para su hijo. Pero a la tienda de la familia<br />
no le va bien. Muchas otras familias han<br />
abierto tiendas similares cerca, en las que<br />
venden los mismos productos, y también<br />
batallan para pagar sus préstamos. Sánchez<br />
quiere abrir una tienda de ropa o una zapatería,<br />
algo con más ganancias.<br />
“Básicamente, trabajar en las plantaciones<br />
de café es lo único que se puede hacer<br />
aquí”, añade López. “En los últimos cinco<br />
años, ha sido más difícil. Como el café es la<br />
fuente principal de ingreso aquí y el precio<br />
ha bajado, en verdad nos ha afectado”.<br />
A últimas fechas, Gerson ha batallado<br />
con episodios repetidos de enfermedad.<br />
“Hay un centro de salud aquí en Corquín<br />
con enfermeras, pero no hay médicos y hay<br />
muy poca medicina”, comenta Sánchez, y<br />
añade que los medicamentos son caros y no<br />
están fácilmente disponibles. “Esa fue siempre<br />
la esperanza, conseguir medicinas en<br />
Estados Unidos”.<br />
Aun cuando incontables familias hondureñas<br />
han sido regresadas en la frontera<br />
estadounidense, el café de Copán siempre<br />
es recibido de buen agrado. De hecho, lector,<br />
podrías estar bebiendo una taza de café<br />
de Copán justo ahora. Si es así, ese café tal<br />
vez te lo haya vendido una compañía como<br />
la exportadora Café Aruco. Dada su relación<br />
fuerte con San Francisco Bay Coffee, Ana<br />
Cecilia Estévez, “catadora” de Aruco, dice<br />
que la exportadora ha sido capaz de darles<br />
a los cultivadores locales cheques más<br />
grandes. “Nos han dado un precio fijo los<br />
últimos cuatro años”, dice. “Entonces, para<br />
nosotros, las cosas han estado más estables<br />
en comparación con 2012”.<br />
El precio internacional por libra de café<br />
cayó a cerca de 10 a 15 lempiras (41 a 61 centavos<br />
de dólar) hoy, en comparación con los<br />
aproximadamente 30 lempiras (1.22 dólares)<br />
a que se vendía en 2015. Pero Estévez dice<br />
que Aruco es capaz de vender la libra a más<br />
de 20 lempiras a San Francisco Bay Coffee.<br />
La compañía californiana, que tiene a más<br />
de 22,000 familias hondureñas en su cadena<br />
de abastecimiento, confirmó que compró<br />
café hondureño entre 26 y 30 lempiras por<br />
libra durante la última temporada de cosecha,<br />
una decisión consciente para tratar de<br />
abordar la desigualdad y las dificultades que<br />
enfrentan los productores de café.<br />
En 2017, San Francisco Bay Coffee financió<br />
un “regalo” de un millón de plantas<br />
de café, incluidas variedades resistentes a la<br />
roya, a agricultores hondureños afectados<br />
por los brotes de roya, y desde entonces ha<br />
proveído becas y fondos para la construcción<br />
de un salón de clases en Corquín.<br />
Para los cultivadores en Copán, las sociedades<br />
como esta dan solo una pequeña<br />
esperanza, pero solo a los cultivadores selectos<br />
quienes pueden participar en el programa.<br />
Aun cuando 283 “socios” locales<br />
producen café para Aruco bajo requisitos<br />
severos, esto es solo una fracción pequeña<br />
de las familias locales con plantaciones.<br />
San Francisco Bay Coffee no es la única<br />
compañía que compra sus granos en Corquín,<br />
pues gigantes de la industria, como<br />
Nestlé, también compran café arábigo cultivado<br />
en la región. Sin embargo, para familias<br />
como los Pérez, eso da poco consuelo,<br />
ya que el padre de dos es incapaz incluso<br />
de producir café suficiente para vender y<br />
traer una cantidad considerable de dinero<br />
para su familia.<br />
“Muchas personas han migrado por<br />
esto... Muchas familias y niños se van”.<br />
Aquí todos viven del café”, dice Estévez.<br />
“Tal vez no todas las temporadas de cosecha<br />
serán buenas, pero como esta es nuestra<br />
industria, estamos obligados a seguir trabajando,<br />
para seguir batallando”.<br />
Es un futuro que Pérez parece ver como<br />
un sino para sí mismo, sus hijos y su nieto<br />
por nacer.<br />
“Le he dicho a mi hijo que hay veces en<br />
que sientes ganas de marcharte. Hay veces<br />
en las que solo pienso: no hay modo de que<br />
yo pueda vivir así, que necesito irme. Lo he<br />
pensado, pero luego pienso que no puedo<br />
dejar a mis hijos y esta casa”, suspira Pérez.<br />
“A veces, todo lo que puedes hacer es pedirle<br />
a Dios y dejar que él te guíe”.<br />
PUBLICADO EN COOPERACIÓN CON NEWSWEEK /<br />
PUBLISHED IN COOPERATION WITH NEWSWEEK<br />
NEWSWEEK MÉXICO 22 NOVIEMBRE, 20<strong>19</strong>