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Edicion 10 de diciembre 2019

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Letras y Arte Cuarto Creciente

16 Martes 10 de diciembre de 2019

Diario Co Latino

A 28 años de fundación

Proyecto Cultural Sur por el apoyo

mutuo, el humanismo y el arte

Patricia Meza

@pmeza1

En medio de las convulsionadas

sociedades

donde la humanidad

ha perdido valores surge un

proyecto de “soñadores” que, a

la base de la cultura, luchan por

cambiar y transformar la realidad.

Es esta visión la que lleva al

Proyecto Cultural Sur a surgir

-hace 28 años- con la idea de que

hay una necesidad para recrear la

realidad y que esta se vaya transformado,

dependiendo de lo que

pase y de lo que se aporte en el

mundo.

Sobre su nacimiento se puede

decir que fue entre Canadá y la

Habana, y aunque no hay una fe-

que cuenta el escritor Tito Alvarado,

de origen chileno.

“El origen del Proyecto surgió

al igual que cuando Dios

dijo: hágase la luz, y la luz se

hizo. Luego vio Dios que la luz

y agregó que “un día de luz

en la Habana (...) las necesidades

esperanzas, las frustraciones

y un increíble apego al trabajo,

un grupo de escritores, poetas,

organizadores, todos soñadores,

decidieron decir “hágase

SUR y el SUR se hizo”, esto fue

un viernes 19 de abril del año 91.

Alvarado recuerda que en los

años 70 llegó a Canadá, dejando

atrás la difícil situación política

de su país, al establecerse fundó

junto a otros el Proyecto Cultural

Sur. Actualmente, él está en

el país para conocer de cerca el

proyecto en El Salvador y también

para la presentación de su

producción literaria.

Este chileno-canadiense que

es “poeta, ensayista, periodista,

conferencista, promotor cultural,

organizador de sueños posibles

y, sobre todo, defensor de

causas perdidas”, como él se de-

rio

Co Latino, donde recordó

que este esfuerzo ha tenido un

camino difícil, en la búsqueda de

consolidarlo.

Comenta que el proyecto ha

tenido sus altas y bajas pero se

ha tratado de salir adelante. “En

nuestro caso fueron las necesidades

que permitieron reconocernos

en las soluciones posibles”,

dijo.

Es así como en ese ir y venir

del “Caimán Barbudo”, una revista

que en la isla no podía salir

por falta de papel, se convirtió

en el primer logro de este sueño,

que tenía dos consejos editoriales

y donde desde la Habana

se mandaba material a Montreal,

ahí salía hasta Toronto y luego a

Montreal para enviarlo de nuevo

a la Habana.

Esta dinámica los envolvió en

la realización del Festival Internacional

de poesía de La Habana,

que comenzó con cinco poetas

y en la actualidad es capaz de

reunir entre 5,000 y 10,000 y tiene

una realización cada dos años.

La proyección del Proyecto

Cultural Sur debe verse a nivel

mundial, no solo en América

Latina, ya que tiene presencia en

veintidós países, incluidos Mozambique,

Canadá, El Salvador,

comentó el escritor.

Es de destacar que el proyecto

cuenta con varios núcleos, de

los más fuerte son el que está en

Vancouver, Canadá, y también

en El Salvador.

Sin embargo, la falta de organización

no ha permitido que se

consolide totalmente, tal y como

y desarrollando la idea.

Para este colectivo, “hacer

se producen los bienes materiales

y espirituales, y tienen a la

base transformar y compartir

conocimiento cultural”.

Y es que para estos soñadores

el mundo necesita una revolución,

un cambio, tener una relación

en la que se comparta conocimiento

y solidaridad, una relación

simbiótica.

En la medida que se mejore

la calidad del trabajo y la organización

se tendrá mayor incidencia,

pero también esto requiere

de desarrollarse individualmente

como persona y sacar el potencial

creador, dijo.

“Lo que hace falta hacer en la

construcción de las nuevas sociedades

es mejorar lo que cada

uno va a aportar y lo que aprende

de los demás”, señaló y agregó:

“nuestro primer deber como

creadores es mejorar lo que se

aporta a la sociedad”.

Sobre su visita a El Salvador,

recientemente estuvo en Apane-

periencia

le enseñó a conocer lo

que se está produciendo culturalmente

en el país, apoyar estos

proyectos y aportar en lo que se

pueda.

Para el escritor, es necesario

compartir con las personas y retroalimentarse

de sus vivencias,

aprendiendo y mejorando las

sean artistas convertidos en promotores

de cultura.

En el caso de este escritor,

su producción literaria lleva más

de cuarenta obras, actualmente

trabaja en tres y presentó en el

país: “El Único Camino”, “Revolución

Cultural”, “Eso Es” y

“Asalto al Cielo”, con los cuales

desnuda su alma y deja al descubierto

sus secretos.

“A veces hago trampa”, dice

al contar que ha escrito libros

muy gruesos y ha tenido que dividirlos

en cinco o en tres. Y hay

otros libros que salen tan fáciles

como en una conferencia que se

dicte y luego se edite.

Para su obra creadora la prioridad

es la poesía, luego los ensayos,

que según él le salen fáciles,

y los cuentos cortos.

La gran mayoría de sus escritos

son libros que tienen relación

como “El de Novenario”,

se hace a los difuntos en la Iglesia

católica, si no a nueve poemas.

También ha escrito Reverbereos,

que es un “canto a las ciudades

reales e imaginarias que

poblamos o que nos pueblan.

He sido el visitante invisible, el

viajero inmóvil que por medio

Roberto Alvarado es el autor de la obra “El único camino la vida” y también uno de los

impulsores del Proyecto Cultural Sur. Foto Diario Co Latino/LuDwin Vanegas.

del canto muestra una ciudad

para amar y morir por ella”.

Cuenta que su obra más representativa

ha sido a La luz y la

palabra, que también ha sido la

más criticada.

“En La luz y la palabra me sitúo

en el drama de presos políticos

hechos desaparecer por la

dictadura militar que asoló chile,

del 73 hasta el 90 del siglo pasado.

Soy una y muchas voces en

el mayor drama de la historia de

algunos de sus escritos.

Cuenta que sobre esta obra

buscó la biografía de compañeros

asesinados en Chile y solo

dos de estos llevan sus nombres

reales. Alvarado escribe un poema

de cada uno, como si fueran

ellos mismos quienes cuentan su

historia.

En la actualidad, Alvarado

es el presidente honorario de la

sidencia

colectiva entre los paí-

vador.

La historia del Proyecto

Cultural Sur aún se está escribiendo,

en los países donde

tiene presencia y según Alvarado

se puede decir “que respondemos

a una necesidad de apoyo

mutuo, de humanismo fervoroso,

de proyectar los ecos de

nuestro canto”. Para este escritor,

“el principio del proyecto sigue

siendo el mismo, la audacia

del acto, la constancia en el hacer,

luego analizar si es bueno y

continuar...”.

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