Diciembre 2019 Emprendedores

Conozcamos a Don Raúl que a los 76
años y con fuerza para seguir, es el exitoso
hombre de negocios dueño de “Las aguas
de la zona azul”. El nos da una lección a
todos los emprendedores de perseverancia,
autosuficiencia, valentía, inteligencia en
los negocios y mucho corazón.
Bueno, la vida no es tan fácil para muchos,
así a Don Raúl tuvo que pasar por muchas
adversidades para lograr lo que hoy ha creado,
un negocio próspero que da empleo a muchas
personas
Don Raúl nació en Tocumbo Michoacán, un
pueblo que solamente le ofrecía en ese entonces
trabajar en la tierra, se crió en un rancho en
donde tenía que atender al ganado, algunas
veces hacer queso, pero él sabía que eso no
era para él pues el miraba hacia arriba y sabía
que seguramente había algo más que el podría
lograr, por que estar en el rancho sentía que se
iba a estancar.
“Cuando tenia 13 años mi papá me sacó de la
escuela por una desobediencia” - nos platicó.
El trabajo no le gustaba, el campo es muy duro,
no tenia descanso y además su papá solo quería
tenerlo ahí y no lo dejaba salir.
Con tantos sueños que cumplir, decide salirse de
su casa y probar su suerte, así que a los 13 años
que decide irse a vivir a México con una tía que
tenía, ahí estuvo unos meses, iba y regresaba
a su pueblo, así que luego de unos meses
decidió llegar a México a vivir con su tío Vidal
M., quien sería (más adelante) una persona muy
importante en su vida.
Su tío Vidal tenía un negocio de paletas en
Tacuba, el trabajaba ahí y dormía en un colchón
en el suelo en un cuartito de 3x4 mts mas o
menos en donde vivía con muchas carencias.
Luego de un tiempo decidió pedirle a su tío
que le vendiera el negocio…. Y ahí empezó la
historia exitosa de Don Raúl.
Don Raúl nos platico - “Mi tío Vidal me vendió
un negocio de paletas que estaba en Tacuba, en
donde esta el torito, eso fue hace 60 años, y me
la vendió muy cara pero tenía que trabajar para
saldar la deuda, luego de eso le quise comprar
la casa así que compre otros negocios ya
establecidos de paletas y con eso fui pagando la
deuda, después con mucho esfuerzo ¡Lo logré!,
ya tenía el negocio y la casa”.
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