You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
MARLON CHICAS,
El tecleño memorioso
La música debe hacer saltar fuego
en el corazón del hombre, y lágrimas
de los ojos de la mujer” Ludwig Van
Beethoven.
La música, el lenguaje universal de las
almas, ha logrado extraer del ser humano
sentimientos y emociones expresadas en
notas musicales, deseo referirme a un
personaje que de joven hizo de la música
Antonio Rodríguez, artista quezalteco de
extracción humilde con deseos de superación
y metas por cumplir, Tony como
es conocido se desempeña como baterista
de un grupo de música del recuerdo.
Entre los años 93 y 94. Antonio Rodríguez
comenzó su carrera ejecutando
la pasión por la música; en el área de la
percusión, no había experimentado la
emoción de estar sentado ante una batería,
la que años más tarde se convertirá
En sus inicios Tony aprecia la pericia de
dicho instrumento de su mejor amigo
Franklin Ruíz sobrino de Toño Tontón,
percusionista de la orquesta San Vicente,
propiedad del maestro Tito Flores.
A principios del año 2000, Tony Rodríguez
decide probar suerte y demostrar
a propios y extraños sus capacidades
en la percusión, conociendo al señor
Antonio Portales, conocido en el medio
casualmente en esas fechas carecía de
| Artículo |
CON LA MÚSICA
EN LAS VENAS
un conguero en la agrupación, Tony
decidió probar suerte en la audición
para ocupar ese puesto.
Tony Rodríguez había manifestado
cual en realidad no era cierto; pero
sus deseos de superación lo llevaron
arriesgarse, Tony Portales le ofreció
llamarlo para audicionar como
conguero, al cabo de una semana se
produjo la tan ansiada llamada telefónica.
Tony fue invitado audicionar en
su sorpresa al enterarse que no sería la
conga que le esperaba sino la batería.
Por lo que nuestro amigo se preparó
con tres canciones: 2 del grupo Los
Iracundos y 1 de los Ángeles Negros
convenciendo al dueño del grupo, desde
esa fecha ha grabado 5 discos compactos
y realizado presentaciones a nivel nacional,
en centro américa y en México,
llevando la música del recuerdo a los
corazones ávidos de buena música.
Alternado con grandes agrupaciones
como: Los Terrícolas, Iracundos, Ángeles
Negros, el recordado Aniceto Molina
y Grupo Miramar, de igual forma como
baterista ha tocado en suerte acompañar
a Guillermo Linch y sus Ángeles Negros
y al Internacional Grupo Miramar de
México.
Lo importante a resaltar en estas líneas es
demostrar que cuando se tiene un sueño
hay que luchar por ello, solventando las
adversidades de la vida, como nuestro
amigo Tony quien no puso barreras a sus
metas, sirva esta historia de motivación
que anhelan alcanzar las marquesinas de
los teatros y escenarios con sus luces,
llevando la música en las venas
Un feliz año 2020, de triunfos y metas
por cumplir, porque el único obstáculo
está en la mente del que no se atreve
a soñar, en hora buena mi amigo Tony
Rodríguez.
MUNDO
SIN PAR
MYRNA DE ESCOBAR,
Escritora y docente
Don Anselmo, un hombre de
contrastes, hipotecó en el vicio el nombre
y el apellido hasta terminar sus días en una
multifamiliar, en un céntrico vecindario de
san Salvador.
La choza, un cúmulo de escombros
y ripios, carecía de vigas. El techo
cubierto de bolsas plásticas y pedazos de
cartón estaba sujeto con llantas viejas,
leños o piedras. De la puerta, una bolsa
de plástico jardinera, destacaban los ojos,
la nariz y la boca de un temible gigante
dormido, algo que espantaba a más de
algún curioso en las noches de luna llena
o cuando las lámparas de energía eléctrica
se arruinaban, cosa frecuente en la zona.
Su ocupante, encorvado, debido
a la posición inclinada de sus paredes
apiladas de escombros solía sentarse
sobre un pequeño tetunte en una esquina
del lugar para contemplar a los niños que
merodeaban el lugar camino al parque de
la localidad, sin decir una palabra. Inmóvil.
Su apellido era el silencio.
Sus únicos acompañantes en la
habitación eran un grupo de hormigas
gordas y bravas y muchos escarabajos que
avanzaban en sigilo hacia un senderillo
lleno de tierra a un costado de la lúgubre
tomaba las hormigas con las que tenía un
acuerdo: Él las alimentaba con mendrugos
de pan que a diario compraba o recibía de
y luego las ponía a tostar en una vetusta
vasija de porcelana que había encontrado
en alguna parte; luego las degustaba con
una humeante taza de café. Estás hormigas
eran su única fuente de proteína diaria. Por
las tardes el anciano se dirigía a los alrededores
a cortar hojas de chiles silvestres
para prepararse una suculenta sopa de la
cual algunas veces sobresalía un hermoso
y blanquecino huevo de pata. Después
del almuerzo, los gritos despavoridos de
salía encorvado para ayudar a las nanas
de los apartamentos, y si había juguetes
o puertas rotas él arreglaba todo a cambio
de monedas.
En su soledad, Anselmo, antiguo
abogado y hombre de familia, había
aprendido a reparar cosas y con el dinero
que recibía compraba el marquesote o la
marialuisa y el sobrecito de café Listo que
acompañaban su dieta.
Sus días de profesional exitoso
habían quedado en el olvido, y sólo de vez
en cuando, Don Foncho le recordaba la
Resignado, sorbiendo el café de la tarde y
contemplando el tumulto de escarabajos
Una tarde de invierno, Don Anselmo se
despidió diciendo: Todo ha cambiado. Hoy
son otros tiempos. ¿De qué vale recordar?
El gigante dormido cierra sus ojos. Es hora
de dormir. Son las seis de la tarde.
6 TRESMIL Sábado 18 / enero / 2020