Revista Central Edición 85
Habitar el Espacio: Víctor Demaría Pesce. Actualidad:Inés Arrondo,la mujer a cargo del deporte en Argentina. Historias: Elma Pelozo: el emocionante viaje de la madre de un caído en Malvinas.
Habitar el Espacio: Víctor Demaría Pesce. Actualidad:Inés Arrondo,la mujer a cargo del deporte en Argentina. Historias: Elma Pelozo: el emocionante viaje de la madre de un caído en Malvinas.
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HISTORIAS
Cambacito
Gabino ‘Cambacito’ Ruiz
Díaz murió, según el relato
de sus compañeros, el 28 de
mayo de 1982 en la batalla
de Pradera del Ganso. Se
desempeñaba como soldado
del Regimiento N° 12
de Mercedes cuando
comenzó la guerra. Había
nacido en San Roque
–Corrientes- al igual que
sus cinco hermanos.
Elma frente a la tumba de
su hijo en el Cementerio
de Darwin.
NO ME OLVIDES
Elma y Gabino fueron la punta del hobillo. En
2008 Julio Aro viajó a Londres invitado por ex
soldados ingleses, fue ahí donde conoció al
militar británico Geoffrey Cardozo. En la edición
74 de Revista CENTRAL, un minucioso informe
de David Akerman da cuenta de la historia de
esta causa humanitaria. Cardozo había sido el
encargado de construir en 1982 el cementerio de
Darwin tras reunir los cuerpos de los soldados
caídos. Tras el encuentro con Aro, juntó toda la
documentación y pertenencias que halló junto a
los cuerpos y los puso a disposición del marplatense
y excombatiente.
Entre los papeles que Cardozo brindó a la causa,
había detalles de cada uno de los cuerpos sepultados
en las Islas y un número llamó la atención:
16404614. La Fundación No Me Olvides comenzó
una investigación tras estos hallazgos y determinó
que este número correspondía al DNI del
soldado Gabino Ruiz Díaz, un soldado correntino
muerto en Malvinas. Así dieron con Elma y le
brindaron a ella la ubicación de su tumba: parcela
A, !la 2, tumba 15.
En 2017 llegó la con!rmación cientí!ca, gracias
al trabajo de la Cruz Roja y del Equipo Argentino
de Antropología Forense que se sumaron al
cometido de la Fundación: identi!car a los soldados
argentinos solo conocidos por Dios. Esa
prueba de ADN, que le dio a Elma la certeza de
estar ante la tumba de su hijo, fue el comienzo de
la contienda, pues Aro se encomendó a la tarea
de contactar a todas las madres para sumarlas al
cotejo. Hoy ya son 115 las tumbas identi!cadas
gracias a la labor de Fundación No me Olvides;
cada vez más cerca de sanar las heridas abiertas
hace ya 38 años.
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