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Rock Bottom Magazine Nº 22

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Serie Bootlegs

Por Sob 2021

En este nuevo viaje por los caminos del mundo de la otra industria discográfica, aquella que nos acercaba a las grabaciones no autorizadas,

hoy nos vamos a adentrar en la propia industria alternativa y como un espejo que refleja la imagen que durante tantos años se ha intentado

esconder tanto por los propios creativos como por las compañías que los editaban.

La industria de los bootlegs, como toda

industria, nace de una necesidad de tener

algo distintivo, algo que no es exclusivo del

mundo del rock, aunque es en este terreno

donde alcanzó su cenit. Esta industria es tan

antigua como la propia música o como los

propios textos escritos por grandes autores

del siglo de oro español o inglés, en aquella

lejana época que ya había gente que copiaba

a los clásicos y los representaba dónde ellos

no podían llegar. Las primeras grabaciones

de música no autorizadas se realizaron en

Nueva York en los grandes recintos de música

clásica y de ópera. Usando antiguos rodillos de

cera se registraron las primeras grabaciones

de audiencia de las representaciones de

Manhattan, de unos pocos minutos, pero

que hoy en día son considerados como

auténticos tesoros de la cultura. Con el paso

de los años y con la llegada de los primeros

magnetofones se pudieron registrar otro

tipo de eventos Lo creáis o no, la artista

más grabada durante los primeros años fue

nuestra querida Montserrat Caballé, cuando

hizo su debut en los Estados Unidos, y en el

circuito más underground se han llegado a

pagar auténticas locuras por grabaciones de

los músicos de Jazz. Era común en aquella

época finales de los 50 y primeros 60, que

en las mesas de los clubes de Jazz hubiera

alguien grabando aquellas maravillosas

improvisaciones que estos músicos días

tras día realizaban. Esas grabaciones de los

músicos de Jazz de aquella época son muy

buscadas entre coleccionistas ya que, de un

día a otro, de una representación a otra, el

mismo tema no tenía nada que ver, el estado

de ánimo del músico influía y cuando digo

estado de ánimo, no solo es el psíquico, sino

lo que hubiera podido consumir.

Lo que nos afecta directamente, el mundo

del rock and roll, tuvo su nacimiento con el

movimiento hippie de finales de los 60 y

primeros 70 en la costa Oeste de California;

solo voy a dar una pequeñas pinceladas de

los pioneros ya que más adelante en futuros

escritos me gustaría centrarme en ellos. Pero

el de hoy va dedicado a uno de sus sucesores

que recientemente ha salido a la luz después

de estar más de 30 años desaparecido; esta

repentina salida a la luz por parte de John

Wizardo se lo debemos a la maravillosa

web de bootlegs de Pink Floyd llamada

Floydboots. En ella tenéis la entrevista

integra, más de sesenta páginas.

La primera piedra en este mundo de las

grabaciones no autorizadas las realizaron

unos adolescentes llamados Ken y Dub,

encontraron unas cintas de Bob Dylan

con los famosas grabaciones del genio de

Minnesota en su sótano, eran descartes,

estos adolescentes se las ingeniaron para

prensarlas y venderlas por las tiendas de

música más hippies y underground de

Los Angeles, y con la ayuda de las radios

independientes de la zona, desde L.A.

a Pasadena, o desde San Francisco a

San Diego, lograron crear una ola que se

extiende hasta ahora. Crearon el mítico sello

Trademade of Quality. La primera edición del

bootleg “Great White Wonder” de Dylan llevó

a sus creadores a poco a poco ir ampliando

la edición de otras grabaciones; primero eran

una especie de recopilación de recortes de

bandas sonoras de programas antiguos de

televisión, junto con la edición de algunos

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