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Serie Bootlegs
Por Sob 2021
En este nuevo viaje por los caminos del mundo de la otra industria discográfica, aquella que nos acercaba a las grabaciones no autorizadas,
hoy nos vamos a adentrar en la propia industria alternativa y como un espejo que refleja la imagen que durante tantos años se ha intentado
esconder tanto por los propios creativos como por las compañías que los editaban.
La industria de los bootlegs, como toda
industria, nace de una necesidad de tener
algo distintivo, algo que no es exclusivo del
mundo del rock, aunque es en este terreno
donde alcanzó su cenit. Esta industria es tan
antigua como la propia música o como los
propios textos escritos por grandes autores
del siglo de oro español o inglés, en aquella
lejana época que ya había gente que copiaba
a los clásicos y los representaba dónde ellos
no podían llegar. Las primeras grabaciones
de música no autorizadas se realizaron en
Nueva York en los grandes recintos de música
clásica y de ópera. Usando antiguos rodillos de
cera se registraron las primeras grabaciones
de audiencia de las representaciones de
Manhattan, de unos pocos minutos, pero
que hoy en día son considerados como
auténticos tesoros de la cultura. Con el paso
de los años y con la llegada de los primeros
magnetofones se pudieron registrar otro
tipo de eventos Lo creáis o no, la artista
más grabada durante los primeros años fue
nuestra querida Montserrat Caballé, cuando
hizo su debut en los Estados Unidos, y en el
circuito más underground se han llegado a
pagar auténticas locuras por grabaciones de
los músicos de Jazz. Era común en aquella
época finales de los 50 y primeros 60, que
en las mesas de los clubes de Jazz hubiera
alguien grabando aquellas maravillosas
improvisaciones que estos músicos días
tras día realizaban. Esas grabaciones de los
músicos de Jazz de aquella época son muy
buscadas entre coleccionistas ya que, de un
día a otro, de una representación a otra, el
mismo tema no tenía nada que ver, el estado
de ánimo del músico influía y cuando digo
estado de ánimo, no solo es el psíquico, sino
lo que hubiera podido consumir.
Lo que nos afecta directamente, el mundo
del rock and roll, tuvo su nacimiento con el
movimiento hippie de finales de los 60 y
primeros 70 en la costa Oeste de California;
solo voy a dar una pequeñas pinceladas de
los pioneros ya que más adelante en futuros
escritos me gustaría centrarme en ellos. Pero
el de hoy va dedicado a uno de sus sucesores
que recientemente ha salido a la luz después
de estar más de 30 años desaparecido; esta
repentina salida a la luz por parte de John
Wizardo se lo debemos a la maravillosa
web de bootlegs de Pink Floyd llamada
Floydboots. En ella tenéis la entrevista
integra, más de sesenta páginas.
La primera piedra en este mundo de las
grabaciones no autorizadas las realizaron
unos adolescentes llamados Ken y Dub,
encontraron unas cintas de Bob Dylan
con los famosas grabaciones del genio de
Minnesota en su sótano, eran descartes,
estos adolescentes se las ingeniaron para
prensarlas y venderlas por las tiendas de
música más hippies y underground de
Los Angeles, y con la ayuda de las radios
independientes de la zona, desde L.A.
a Pasadena, o desde San Francisco a
San Diego, lograron crear una ola que se
extiende hasta ahora. Crearon el mítico sello
Trademade of Quality. La primera edición del
bootleg “Great White Wonder” de Dylan llevó
a sus creadores a poco a poco ir ampliando
la edición de otras grabaciones; primero eran
una especie de recopilación de recortes de
bandas sonoras de programas antiguos de
televisión, junto con la edición de algunos