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Edicion 13 de enero de 2022

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Diario Co Latino

Opinión Jueves

13 de enero de 2022 9

EL SALVADOR: 10 DE ENERO DE 1981, 41

ANIVERSARIO DEL INICIO DE LA GUERRA POPULAR

REVOLUCIONARIA. Un hecho real para quienes tienen

memoria histórica.

Nelson de Jesús Quintanilla Gómez,

Sociólogo, y Profesor Universitario de la UES en la FMOtal. De San

Miguel.

nquintanillagomez@yahoo.com,

Hoy 10 de enero de 2022 se cumplen

41 años de la ofensiva final

que dio origen al desarrollo

de la guerra popular revolucionaria conducida

por la Comandancia general del Frente

Farabundo Martí para la Liberación Nacional

/FMLN). Además, en esta memorable

fecha inicio operaciones la Radio Venceremos

en el heroico departamento de

Morazán como órgano oficial del FMLN

durante la guerra y que fue un medio de

comunicación oficial de los frentes de guerra

durante los 12 años de conflicto armado.

El gobierno de turno quiere negar la historia

diciendo que es un error celebrar los

acuerdos de paz este próximo 16 de enero.

Sin embargo, el error histórico es querer

desconocer o negar hechos históricos

reales de relevancia nacional que pusieron

fin a la dictadura de 60 años y al establecimiento

de las bases para la democracia en

El Salvador. Desde luego, negar la guerra

y la firma de los acuerdos de paz es no tener

memoria histórica y pecar de ignorancia

consciente o inconscientemente para

crear su propia guerra y su propia paz en

un contexto de retrocesos y desaciertos políticos

del presidente y su gabinete de gobierno.

Cuando ocurrieron estos hechos en

1981 el actual presidente Nayib Bukele no

había nacido y quizás por ello quiera negar

la historia. Sin embargo, hizo estudios

universitarios que debería permitirle conocer

un poco de historia nacional. Además,

es presidente de la república y como tal

esta obligado a conocer y comprender la

historia del pais que gobierna para conmemorar

los hechos relevantes para no olvidar

su historia y evitar de esa manera volver

a cometer hechos sangrientos como la

guerra o revivir la dictadura militar como

se ve que pretende para reconstruir un régimen

que no permite las libertades ni la

participación ciudadana, ni se rinden cuentas

y se disuelven los pesos y contrapesos

de la democracia y la separación de poderes

tampoco existe ya que se los ha tomado

violentando la Constitución y las leyes.

El 10 de enero de 1981 el FMLN realizó

un ataque denominado “ofensiva final” y

luego rebautizado como “ofensiva general”,

este ataque se realizó en las principales cabeceras

del país y fue dirigido hacia tropas

militares, fuerzas aéreas, Guardia Nacional

y Cuartel San Carlos, entre otras guarniciones

militares del Ejército Nacional. Sin

embargo, la ofensiva no logro el resultado

militar esperado, pero si logro un resultado

político positivo y fue el reconocimiento

internacional por la declaración francomexicana

a partir de la cual el FMLN paso

de ser un grupo irregular a un ejército guerrillero

de los más gloriosos de la America

Latina que luchaba por la liberación nacional

y el establecimiento de la democracia y

la justicia.

A 41 años de esa gesta heroica de 1981 el

FMLN y el pueblo salvadoreño en general

se preparan para conmemorar ese y otros

hechos importantes del periodo de guerra

popular revolucionaria en la que las fuerzas

guerrilleras actuaron militarmente para

derrotar la dictadura y la oligarquía salvadoreña

que concentraba el poder político

y económico con la ayuda militar y económica

de los EE. UU. En este orden, el secretario

General de este Instituto político,

Óscar Ortiz, calificó la ofensiva como una

gesta histórica que representa a todos los

salvadoreños.

La ofensiva final de 1981 es un acontecimiento

poco estudiado de la guerra civil

salvadoreña, pero de suma importancia

pues dio principio a la guerra rural y el

abandono, por un tiempo, de la guerra urbana

que hasta entonces venían librando

el movimiento guerrillero contra la opresión

del gobierno salvadoreño y sus fuerzas

armadas. Existen suficientes evidencias

en lugares como el museo de la revolución

en Periquín en el departamento de Morazán,

en el museo de la imagen y la palabra

en San Salvador, así como en otros lugares

como el Museo David J. Guzmán para

comprobar que la guerra es un hecho histórico

que nadie puede negar de manera

objetiva.

La ofensiva militar del 1981 fue un hecho

real, no es ningún cuento ni ningún

invento de nadie, por tanto, es un acontecimiento

que vale la pena recordar para

refrescar la memoria y de esa manera evitar

repetir esos hechos. Desde luego, si las

circunstancias lo ameritan no hay duda

de que dichos hechos pueden repetirse

para derrotar los indicios de dictadura

que puedan gestarse por intereses mezquinos

y por falta de una visión democrática

del pais y de una verdadera justicia

social para los sectores populares.

Hay que recordar que en la primera fi

la de la ofensiva iban columnas guerrilleras

formadas por hombres y mujeres,

obreras, estudiantes, profesionales, campesinas;

en su mayoría jóvenes, sin experiencia

militar y mal armados, pero apertrechados

de una férrea disciplina, una

tremenda sed de justicia y un infinito

amor al pueblo pobre. Ese día también

los oídos del pueblo se estrenaron con la

legendaria Radio Venceremos. Además, la

ofensiva fue planificada para que a la par

de las acciones guerrilleras, en los barrios

y colonias el pueblo se insurreccionara y

para que también se sublevaran los soldados

en los cuarteles de la Fuerza Armada.

Hubo insurrecciones en barrios y colonias,

pero no se extendieron al centro de

las ciudades. Se sublevó la Segunda Brigada

de Santa Ana, de donde luego se replegó

la guerrilla junto a los soldados que

se le unieron. Extenuados, estaban en el

cantón Cutumay Camones, cuando fueron

emboscados y más de 100 combatientes

fueron masacrados.

Hay que recordar que la guerra fue impuesta

por un sistema opresor e injusto,

violador de derechos humanos y antidemocrático.

Además, alentado y apoyado

por el imperio gringo para aplastar

el movimiento popular que luchaba por

una sociedad con justicia, paz y democracia,

eso debe tenerse presente.

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