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Edicion 24 de enero de 2022

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2 Lunes 24 de enero de 2022

Nacionales

Diario Co Latino

Hace falta recuperar el espíritu de los

Acuerdos de Paz: Cardenal Rosa Chávez

Alma Vilches

@AlmaCoLatino

El beato Rutilio Grande fue asesinado el 12 de marzo de 1977 junto

a Manuel Solórzano (sacristán) y Nelson Lemus (acólito) y cuando

Paisnal, fueron emboscados y ametrallados por elementos militares.

Foto Diario CoLatino /raDio Paz.

El cardenal Gregorio Rosa Chávez, fue designado por el Papa Francisco para inscribir en el libro de los beatos

a los cuatro mártires salvadoreños, la ceremonia se llevó a cabo en el monumento al Divino Salvador del

Mundo. Foto Diario CoLatino /SamueL amaya.

En la ceremonia de beatificación

de los cuatro

mártires salvadoreños,

el cardenal Gregorio Rosa

Chávez afirmó que su ejemplo

puede ayudar a recuperar la

memoria y esperanza, a fin de

no renunciar al sueño de un país

reconciliado y en paz, tal como

lo quiere Dios, es decir, justo,

fraterno y solidario, pero hace

falta recuperar “el espíritu de los

Acuerdos de Paz” y la hoja de

ruta” que allí se trazó.

El cardenal enfatizó que en

la figura de Manuel Solórzano

y del joven Nelson Rutilio están

los innumerables mártires anónimos

que forman parte del número

simbólico de 75,000 muertos

llorados a lo largo de la lucha

fratricida, que desangró durante

12 años al país y terminó

felizmente cuando las partes enfrentadas

firmaron los Acuerdos

de Paz.

Los 4 mártires beatificados

vienen de la gran tribulación, la

guerra fratricida que con su martirio

lavaron sus vestiduras y las

blanquearon con la sangre del

Cordero.

Es de recordar que el Presidente

Nayib Bukele no solo ordenó

que se eliminara oficialmente

la fecha de la firma de la

paz, sino que ha dicho que los

Acuerdos de Paz “fueron un farsa”.

“De ahora en adelante sean llamados

beatos y que sean celebrados

cada año en los lugares y según

las reglas establecidas por el

derecho canónico, respectivamente

el 12 de marzo y el 10 de junio”,

reza la carta enviada por el

Papa Francisco, donde confirma

la beatificación del padre Rutilio

Grande, los laicos Nelson Lemus

y Manuel Solórzano, y fray Cosme

Spessotto, asesinados durante

el conflicto armado por odio

a la fe.

En los 70 y 80’s sacerdotes, religiosas

y laicos fueron perseguidos

y asesinados en el país por defender

la vida y los derechos humanos

del pueblo reprimido, por

lo cual en la persona de los mártires

Dios reivindica a todas las víctimas

inocentes; Rutilio, Manuel,

Nelson y Spessotto dan nombre a

todas las víctimas inocentes ofrecidas

en el sacrílego altar de los

dioses del poder, placer y dinero;

la beatificación de los mártires es

una luz de esperanza, para alcanzar

la verdad y justicia en El Salvador.

El cardenal Gregorio Rosa

Chávez, fue designado por el Papa

Francisco para inscribir en el libro

de los beatos a los cuatro mártires

salvadoreños. La ceremonia se llevó

a cabo en el monumento al Divino

Salvador del Mundo, que no

fue suficiente para los cientos de

feligreses que la tarde de este 22 de

enero acudieron para presenciar el

hecho histórico en el país.

El templete representó un simbólico

rancho de paja, la humilde

vivienda de los campesinos, la

cual invita a sentirse una sola familia

que retoma fuerzas para seguir

caminando, como los desterrados

que vuelven a su casa, el

pueblo salvadoreño ve en los mártires

inscritos en el libro de los

beatos, una imagen de su propia

historia, marcada por alegrías y esperanzas,

tristezas y angustias.

“Llenamos esta plaza y sus alrededores

quienes hemos vivido

esta experiencia, los que han experimentado

en carne propia el

drama de la violencia institucionalizada,

la violencia del conflicto

armado y la de todos los días,

los que hemos visto caer sin vida

a personas muy amadas que no

tenían nada que ver con conflictos,

son las víctimas civiles los que

han escapado como un pájaro de

la trampa del cazador. También

nos acompañan hombres y mujeres

investidos de autoridad, llamados

a ser instrumentos del diálogo

y la reconciliación, mediante

la búsqueda del bien común”,

recalcó Rosa Chávez en la homilía.

Expresó que es imposible

olvidar el drama horrible de

la guerra, la cual trajo consigo

odio, venganza, dolor, destrucción,

terror, muertos y estigmatización,

son componentes

perversos de la gran tribulación

que compartieron los nuevos

beatos con el pueblo indefenso,

esa sangre derramada por

los mártires, asociada a la del sacrificio

de Cristo en la cruz son

fuente de esperanza para el pueblo,

es germen de reconciliación

y paz.

Según el religioso, la “gran

tribulación” en el país no vino

sólo por las muertes violentas,

sino también por los estigmas

que marcaron injustamente a

la mayoría de las víctimas, miles

de familias sufrieron la calumnia,

difamación y desprestigio

inmerecidos que hicieron

aún más fuerte su dolor. Rutilio

devuelve la dignidad a los campesinos,

hace pensar en su bella

parábola de la mesa con manteles

largos en los que cada uno

tiene un lugar y a todos alcanza

el con qué; fray Cosme, mártir

de la reconciliación y de la

paz, devoto de la eucaristía, celoso

del templo de Dios, de enfermos

y necesitados, siempre

fue bienhechor, cercano al sufrimiento

del pueblo y mediador

en favor de la paz.

El cardenal externó que la palabra

de Rutilio no fue escuchada,

pero quedó claro que nunca

la violencia será el camino

para alcanzar la paz, mientras

que, a fray Cosme su comunidad

parroquial lo venera como

pastor que no se distinguió por

su elocuencia, sino como su santo

fundador, San Francisco de

Asís, anunció el evangelio, por

lo cual, el título de “mártir de la

reconciliación y de la paz”, destaca

bien su perfil de fiel seguidor

de Jesús. En el fragor de la

guerra, no rehuyó el peligro ni

Pasa a la pág. 3

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