Historia de Argentina
Si no sabemos quiénes somos ni de dónde venimos, no podemos preguntarnos hacia dónde vamos. He aquí la importancia de la historia. Conocer el pasado nos permite comprender el presente y nos brinda la posibilidad de proyectarnos al futuro. Recorramos a través de estas páginas el proceso histórico de nuestra conformación nacional.
Si no sabemos quiénes somos ni de dónde venimos, no podemos preguntarnos hacia dónde vamos.
He aquí la importancia de la historia. Conocer el pasado nos permite comprender el presente y nos brinda la posibilidad de proyectarnos al futuro. Recorramos a través de estas páginas el proceso histórico de nuestra conformación nacional.
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Acciones militares
Triunfos y derrotas
La captura de Montevideo era un objetivo clave para el éxito de la revolución.
Sin embargo, existía un grave inconveniente: los realistas tenían un amplio poder naval.
La acción militar en el norte tenía como objetivo contrarrestar la ofensiva originada en el Virreinato
del Perú para aniquilar el movimiento revolucionario. En estas acciones, tuvimos triunfos y derrotas.
Montevideo
En el mes de octubre de 1812, se
inició el segundo sitio de
Montevideo.
La captura de la ciudad era vital
para los patriotas. Sin embargo,
los españoles tenían el control
naval de la zona. Para contrarrestarlo,
se creó –a principios de
1814– una poderosa escuadra al
mando del almirante Guillermo
Brown.
Este derrotó a la flota española
en dos combates: en el de
Martín García y en el de Mon -
tevideo.
Simultáneamente, con la presión
ejercida por Brown, los
ejércitos de Alvear –desde tierra–
comenzaron un violento sitio.
El 23 de junio de 1814, Vigodet,
líder de la guarnición, se rindió
con armas y bagajes.
La caída de Montevideo significó
la eliminación del último
baluarte realista en el Río de
la Plata.
Campañas al Alto Perú
La acción militar en el norte, que
comenzó a mediados de 1810,
buscaba contrarrestar la ofensiva
originada en el Virreinato del
Perú contra la revolución.
Las tres campañas finalizaron
en duros fracasos; con la derrota
de Sipe-Sipe (tercera campaña),
el Alto Perú se perdió
para siempre.
En marcha al noroeste
El desastre de Huaqui, que puso
fin a la primera campaña, dejó
abierta la puerta a las tropas
realistas para la invasión al
Virreinato del Río de la Plata.
Esto constituía un grave peligro
para el movimiento revolucionario,
iniciado en mayo de
1810. El Primer Triunvirato, ante
tal situación, designó a Manuel
Belgrano jefe del Ejército del
Norte.
El 26 de marzo de 1812, Belgrano
recibió el mando de esas
tropas en Yatasto.
Su misión consistía en reorganizar
el ejército y acabar con el peligro
realista. Para ello, avanzó
hasta Jujuy; sin embargo, al
enterarse de que las fuerzas españolas
habían recibido importantes
refuerzos y de que
los patriotas altoperuanos habían
sido derrotados en Co -
chabamba, Belgrano decidió
emprender la retirada.
La gloria del pueblo
jujeño
El Triunvirato había ordenado
a Belgrano retirarse hasta Cór -
doba, para allí preparar la defensa.
>> Fue en 1809 cuando el almirante
Guillermo Brown, irlandés de origen,
se estableció en Buenos Aires. Rápidamente
abrazó con ahínco la causa patriota de 1810.
En 1814 fue nombrado jefe de las fuerzas
navales, al mando de las cuales puso fin
a la dominación realista en Montevideo.