Historia de Argentina
Si no sabemos quiénes somos ni de dónde venimos, no podemos preguntarnos hacia dónde vamos. He aquí la importancia de la historia. Conocer el pasado nos permite comprender el presente y nos brinda la posibilidad de proyectarnos al futuro. Recorramos a través de estas páginas el proceso histórico de nuestra conformación nacional.
Si no sabemos quiénes somos ni de dónde venimos, no podemos preguntarnos hacia dónde vamos.
He aquí la importancia de la historia. Conocer el pasado nos permite comprender el presente y nos brinda la posibilidad de proyectarnos al futuro. Recorramos a través de estas páginas el proceso histórico de nuestra conformación nacional.
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>> Las Madres de Plaza de Mayo, la cara
del dolor de los años de la dictadura.
A su vez, se restringieron las
trabas aduaneras para la importación.
La men table mente,
las medidas económicas no fueron
las correctas y comenzó un
período conocido como la hiperinflación,
durante el cual el litro
de leche podía, por ejemplo,
cambiar de precio hasta tres veces
en un día.
Durante su mandato se firmó la
paz con Chile por el conflicto limítrofe
del Beagle.
El retorno
del peronismo
Al comenzar el año 1989, la sociedad
argentina se encontraba
acosada por numerosos problemas
económicos. Se retrajo la
productividad industrial de la región
bonaerense, como consecuencia
de las bajas perspectivas
de exportación. El candidato que
proponía el partido oficial no
mejoraba las expectativas del
gobierno radical en gestión, y la
sociedad lo identificaba con los
problemas existentes. Dentro de
la interna del Partido Justicialista
se había impuesto el gobernador
de La Rioja, Carlos S. Menem. La
crisis del gobierno radical determinaba
el triunfo seguro del justicialismo.
Finalmente, Menem
ganó las elecciones de 1989 y
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aceptó el traspaso adelantado
del poder. El éxito de las medidas
económicas adoptadas por su
gobierno (Plan de Convertibilidad,
que aseguró la paridad del
peso nacional con el dólar estadounidense)
reactivaron el país,
aunque sus consecuencias negativas
surgirían explosivamente
una década después. A la vez, el
Estado comenzó un proceso de
descentralización y reestructuración
de la economía con la
sanción de la ley de Reforma
del Estado. Así, servicios como las
telecomunicaciones, ferrocarriles,
obras sanitarias y electricidad pasaron
a manos de empresas privadas.
Reelección presidencial
Tras un acuerdo entre Alfonsín y
Menem, conocido como “Pacto
de Olivos”, se convocó a una
Asamblea General Constituyente.
Allí se elaboró la reforma
constitucional de 1994. Esta reforma
permitió que Menem se
presentara como candidato en la
nueva convocatoria a elecciones
(1995), en las que resultó
triunfante. Durante su segundo
mandato, Carlos Menem amnistió
a los tres comandantes del
“Proceso”. En la política exterior,
se reestablecieron las relaciones
diplomáticas con Gran Bretaña,
rotas desde 1982.
Mediante negociaciones diplomáticas
con Gran Bretaña, se llegó
a un acuerdo que permitió a
los ciudadanos argentinos visitar
las islas en carácter de turistas.
Además, se enviaron tropas al
Golfo Pérsico y a la ex-Yugoslavia,
bajo bandera de la ONU. Se firmó
el Tratado de Asunción (1991) y
se formalizó el Mercosur.
El fin del menemismo
Durante este período tuvo lugar
una retracción notable de
la producción nacional y una
baja importante en los niveles
de exportación, tanto agraria
como industrial. Las importaciones
también disminuyeron
y el desempleo aumentó a cifras
históricas. El plan económico
mostraba claros síntomas
de agotamiento. Las acusaciones
de corrupción, el desgaste
de la figura presidencial y un
nuevo intento de reforma
constitucional, esta vez fallido,
fueron las principales causa
que determinaron el paso
del poder a manos de una coalición,
integrada por justicialistas
y radicales, llamada
“Alianza por el trabajo, la justicia
y la educación”. Su triunfo
llevó al radical Fernando De
la Rúa a la presidencia a fines
de 1999.
Atentados en Argentina
Durante este período, dos criminales
atentados se produjeron en la Ciudad
de Buenos Aires. El 17 de marzo
de 1992, una bomba en la Embajada
de Israel produjo casi 30 muertos
y más de 200 heridos. Dos años
después, el 18 de julio de 1994,
otra explosión en la Asociación Mutual
Israelita Argentina produjo más de 80
muertos y 300 heridos. Ambos
atentados continúan siendo hoy
investigados por la justicia.