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E S C U C H A A Q UÍ
13
Ahora, si verdaderamente queremos curar
las enfermedades que dañan al amor, es
imprescindible que procuremos conocer y
reconocer, al menos a algunas de ellas. Es
importante que estas enfermedades que
son múltiples y con características
diferentes entre sí, sean claramente
identificadas, esencialmente conociendo
los “virus” que las producen.
Si simbólicamente vamos a hablar de
distintos “virus” que atacan al amor, uno de
ellos, que por cierto se encuentra entre los
más importantes, es el conocido con el
nombre de incomunicación. Cuando aflora
este problema en la vida conyugal,
seguramente va a producir un desequilibrio
en la relación de la pareja. Este desequilibrio
si no es corregido a tiempo, poco a poco va
a llevar a un punto al amor, donde el mismo
dejará de fortalecerse, creando así una
ruptura de vínculos, habitualmente de una
manera permanente. Es realmente la falta
de comunicación, un “virus” divisionista.
Otro de estos “virus” de gran poder, con
una amplia capacidad de producir
disoluciones y enfermedades en el amor, es
una patología en sí misma, es decir que
estoy haciendo mención de los celos. Junto
con la incomunicación, viene un
acompañamiento letal de inseguridad. En el
campo de los celos, no es extraño ver como
una palabra conduce a otra palabra, las que
regularmente van cargadas de reproches,
que incluso pudieran ser injustificados.
Tremendo desgate para las relaciones
conyugales, que terminan con la paz en el
hogar.
El aburrimiento y el hastío, es un cáncer que
corroe la vida matrimonial. Por naturaleza
los humanos son seres insatisfechos. Frente
a esta problemática, suelo recomendar en
mis encuentros de consejería, la variaciones
positivas en las relaciones maritales. Es muy
difícil que en la vida de pareja, nos
acostumbremos a comer todos los días el
mismo plato sin que haya variaciones. Los
cambios en las formas de vida, son
conducentes a que el amor se regenere en
cada nueva experiencia, especialmente si
ambos cónyuges están de acuerdo en lo
que se realiza.
Y si hablamos de las mentiras, nos
habremos de encontrar con un poderoso
“virus”, conductor a la más fuerte
necesidad de separarse de la pareja, ya que
cuando no se puede creer y tener confianza
en la persona con la que se convive
diariamente, se transforma en algo
imposible de sobrellevar por mucho
tiempo. El amor es muy susceptible a
contraer enfermedades que lo destruirán
indefectiblemente, y esto acontece cuando
muere la confianza mutua.