"Como en Familia" EVD Edition ABRIL 15

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E S C U C H A A Q UÍ
Otra forma de matar al amor, al menos para
los que creemos en él, es alejar de nuestras
vidas a la presencia de Dios. Este es un
punto, de los que lamentablemente de
forma habitual no se tienen en cuenta. Este
ser Supremo, vivifica al amor, de una
manera extraordinaria, solo basta y falta
probarlo para saborear los buenos
resultados.
Cuando estoy trabajando con una pareja, y
con el fin de ayudarla, suelo llevarlos a los
dos a un recuerdo, el cual presumo de
antemano que fue verdaderamente
edificante, pues me estoy refiriendo al
tiempo del noviazgo. En aquellos
momentos todo se realizaba muy
sutilmente. Desde la forma de expresarse,
hasta incluso en la manera de presentarse
cada uno, procurando atraer fuertemente
a la persona que se está conquistando.
Pero claro, luego, llega el tan ansiado
casamiento, y esas sanas estrategias se
van dejando de lado, entrando en una
etapa de dejadez. Ya no hay vestimentas
atractivas, las palabras no son lisonjeras,
sino incluso hasta burdas. Los besos y los
abrazos del noviazgo, ya no existen más.
Así el amor va dejando de ser, para entrar
en una zona delicada de enfermedad,
habitualmente mortal. En este punto,
trato de recordarle a los esposos, que
alguna vez se juraron amor eterno, que
esto es algo que no pueden ni deben
olvidar jamás.