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E S C U C H A A Q UÍ
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En otros casos, como Hitler,
Mussolini, Stalin, entre otros, que
aún siguen vivos, la sed de poder
los mantuvo siendo líderes, pues
ese poder es su gasolina, su
alimento, su fuerza, su aguante
para seguir ejerciendo su
liderazgo, y murieron y morirán
por él y para él, y seguro, muchos
de sus seguidores seguirán
creyendo que eso “está bien”.
En otros casos, como Teresa de
Calcuta, Martin Luther King,
Nelson Mandela, Mahatma
Gandhi, entre otros, que aún
siguen vivos, las ganas de
libertad, igualdad, hermandad,
etc. los mantuvo siendo líderes,
incluso poniendo a un lado a sus
familias porque los demás
estuvieran bien ¿qué tan bueno o
malo es esto último? Ah, bueno…
creo que dependerá de los ojos
con los que lo mires, si tu fuiste el
beneficiado por ese liderazgo
seguro lo aplaudirás, pero si
fuiste el perjudicado, tal vez,
renegarás de él.
Y bien, nosotros, los líderes
mortales ¿qué hacer cuando
nuestro liderazgo más que
alegrarnos la vida la va
opacando? Quizá, tomar la
decisión de seguir asumiendo el
rol o dejarlo a un lado, tal vez
darnos un respiro y ver nuevos
horizontes, retirarnos y empezar
algo nuevo, pedir auxilio al cielo o
buscar en nuestro interior, y eso,
solo lo puedes saber tú,
permitiéndole a tu ser descubrir
el liderazgo que asumes, incluso,
el liderazgo contigo mismo…
…sí, el liderazgo contigo mismo,
ese que hace que tus
pensamientos te sigan y no te
saboteen, ese que hace que tus
emociones te sigan y no jueguen
solo contigo, ese que hace que tu
cuerpo te siga y no se debilite de
tanta fatiga, ese que hace que tus
“CUANDO EL
LIDERAZGO SE
ASUME, SE PUEDE
VOLVER UNA
GRAN CARGA QUE
NOS MANTIENE
ARRIBA PARA
LOS DEMÁS Y
ABAJO PARA
NUESTRA VIDA”
pies caminen por el lugar correcto y
no que tomen rumbos inciertos, ese
que hace que tu corazón y tu razón
te sigan y no que te destruyan, ese
que hace que todo tu ser te siga y
que haga lo correcto para ti y para lo
que te rodea. Fácil, no lo es, porque
ninguna función de liderazgo es
sencilla.
Si de repente comenzaste a
compartir lo tuyo, y así, te
comenzaron a seguir y por ello
asumiste el papel de líder y te fue
gustando, y te sigue gustando, estás
en el lugar correcto, sigue
compartiendo lo mejor de ti.
Si con el paso del tiempo el ser
líder se ha vuelto una carga muy
pesada y comienzas a pensar que
asumiste un rol que ni siquiera
querías, creo que es momento de
tomar un respiro y analizar si
deseas seguir ahí o qué debes
hacer.
Por ahí hay una canción que dice
“te quedó grande la yegua”
bueno, creo que mientras el rol
de líder fue disfrutable todo se
ejerció a cabalidad ¿o me
equivocó? Solo que ahora te das
cuenta de que “te quedó grande
el liderazgo” pues hay más
responsabilidades, más obligaciones,
más trabajo, más tiempo para los
demás y menos para ti y los
tuyos, y eso, no es calidad de
vida.