crónicas gc. sept-oct 2022

ENTREVISTA
& ÚLTIMA LLAVE
SEP-OCT 2022
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– ¿Podemos decir que 2022
ha sido el gran año, el de
la consolidación de Última
Llave?
–Podría decirse que 2022 ha
sido un gran año para nosotros,
en el que hemos podido recoger
algunos frutos del trabajo que
llevamos varios años realizando:
sonar en las radios a nivel
nacional, realizar giras por primera
vez en la Península, estar
en los mejores festivales de Canarias…
Pero también creemos
que de alguna manera esto es
sólo el principio. ¡Todavía nos
queda mucho por recorrer!
–Cuando participaste en
el programa de televisión La
Voz, ya eras integrante del
grupo, ¿qué supuso para ti y
para la formación, esa experiencia
televisiva?
–Para mí, personalmente, fue
una de las experiencias más
bonitas que he podido vivir.
Nunca pensé en entrar en un
talent show, pero me surgió la
oportunidad y me alegro de no
haberla desaprovechado. Tengo
muy buenos recuerdos con mis
compañeros; y poder conocer y
compartir ensayos y canciones
con mis coaches Luis Fonsi y
Pablo López, fue todo un regalo.
Y para el grupo, supuso
una plataforma inmejorable
para que millones de personas
alrededor del mundo pudieran
conocer nuestra música. De hecho,
a día de hoy nos siguen
llegando mensajes a través de
las redes sociales de personas
que nos acaban de descubrir
gracias al vídeo de mi audición.
–¿Ha sido difícil encontrar
un sonido propio en el actual
contexto musical?
–Sí lo ha sido y, de hecho,
lo sigue siendo. Creemos que
el sonido es algo que está en
constante evolución y nunca
nos conformamos con hacer
lo mismo que ya hemos hecho
con anterioridad. Lo bonito de
la música y de la creación es
investigar, probar cosas nuevas
y no ponerse límites. Nosotros
componemos una canción y es
ella la que nos va “diciendo” lo
que necesita: si debería tener
un solo más rockero o si, por
el contrario, le quedaría mejor
una base más latina… Es
cierto que, al final, todas las
canciones las tocamos y cantamos
nosotros, y eso hace que
tengan una cierta coherencia
sonora. Pero intentamos no
acomodarnos en este sentido.
–¿Podemos decir que el
secreto del éxito de Última
Llave es cantar y contar historias
con un matiz especial?
–Bueno, ¡gracias por el piropo!
Sí que es cierto que somos
muy cuidadosos con las letras,
diría que es el trabajo que más
tiempo nos toma. Además, intentamos
contar historias en
nuestras canciones con las que
la gente se pueda sentir identificada,
y puede que eso sea lo
que más le guste al público de
nosotros. Al final, todos pasamos
por las mismas emociones,
de una forma u otra. Esa es la
magia de la música: nos conecta
con los demás a través de
nuestros sentimientos.
–¿Cuándo, cómo y dónde
comenzó la andadura de Última
Llave?
–Nuestros comienzos no son
muy distintos a los de cualquier
banda: un grupo de amigos que
quedan por las tardes en un
garaje de una casa para hacer
un poco de “ruido”… Hasta que
empiezan a mostrar su trabajo
a la gente y ven que gusta, y entonces
se lo toman más en serio.
Empezamos a dar conciertos
en salas pequeñas y fiestas de
barrio en Arucas, donde teníamos
nuestro local de ensayo
y donde se puede decir que se
creó el grupo, y cada vez nos
llamaban de más y más sitios.
Nuestro primer single fue No
me importa en 2014, y consiguió
ser número 1 en Los40 Canarias.
Eso fue para nosotros un
impulso muy grande que nos
llevó a querer ir siempre a más
y mejor. Ha llovido mucho desde
entonces, ha habido muchos
cambios; pero cada vez que nos
subimos a un escenario, sentimos
la misma ilusión que en
aquellos primeros años.
–¿Amigos unidos por la música
o buena música que ha
creado un grupo de amigos?
Un poco de ambas. Convivimos
muchas horas: ensayos,
estudios, viajes, giras…. ¡A veces
compartimos más tiempo
entre nosotros que con nuestras
respectivas familias! Al
final estamos haciendo lo que
más nos gusta, y eso nos une
aún más.
–¿Cómo han conseguido
que su música de el salto a
la península y suene en las
grandes emisoras y escenarios
nacionales?
Ha sido un trabajo lento pero
seguro. Llevamos muchos años
trabajando por nuestra cuenta
y moviéndonos por todas las
islas, donde nos han tratado
siempre con mucho cariño.
Pero dar el salto a Península
era más complicado; ya sabemos
que Canarias es un paraíso,
pero la insularidad nos