Demasiado tiempo para amarte - Bárabara Remedios
«Se habían convertido en dos atractivas mujeres, en cambio, ellas, no parecían estar interesadas en gustar a nadie. De momento se bastaban a sí mismas…». DEMASIADO TIEMPO PARA AMARTE, atraviesa el papel atrapando de inmediato. Te sorprenderás cuando, junto a las protagonistas, te enteres de que han sido elegidas al azar para vivir ciento cincuenta años sin envejecer. Desde entonces sucede un sinfín de situaciones ante el desasosiego que significa enfrentarse a mil interrogantes. Es una emotiva y loca historia de imposibles alrededor del amor. Y no es ficción.
«Se habían convertido en dos atractivas mujeres, en cambio, ellas, no parecían estar interesadas en gustar a nadie. De momento se bastaban a sí mismas…». DEMASIADO TIEMPO PARA AMARTE, atraviesa el papel atrapando de inmediato. Te sorprenderás cuando, junto a las protagonistas, te enteres de que han sido elegidas al azar para vivir ciento cincuenta años sin envejecer. Desde entonces sucede un sinfín de situaciones ante el desasosiego que significa enfrentarse a mil interrogantes. Es una emotiva y loca historia de imposibles alrededor del amor. Y no es ficción.
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
soltó el regalo. Entonces se arrodilló en el suelo y abrazó
muy fuerte a la niña mientras le cantaba el cumpleaños feliz.
Unos pasos tras ellas, Nicolás, que así se llamaba el padre,
y la propia Toñi, observaban la escena sin decir palabra. Se
veían dada la ocasión, apreciar la alegría de Lizi, si bien al
mismo tiempo estaba muy serios, detalle del cual Bea se
percató.
Lizi dio un par de saltitos pidiéndole a Bea que lo abriera.
—No cariño mío, es tu regalo. Debes abrirlo tú. Rompe
el papel y yo te ayudo si te hace falta.
Pero la niña no quería romper la cinta, por lo que pidió
ayuda a su hermana que se acercó sentándose en el sofá al
mismo tiempo que pedía a la chiquilla que tuviera calma. En
la medida en que entre las tres fueron rompiendo el papel,
percatándose Lizi por el dibujo de la caja de que era una
televisión, más contenta aún se mostraba y se lanzó a los
brazos de Bea preguntando:
—¿Es para mi cuarto? ¿Cómo sabías que quiero una tele?
—Recuerda que soy medio brujita y mis poderes mágicos
me lo soplaron en secreto. Aunque aún te falta ver lo que
estoy segura te gustará más. Pero ahora sí te vamos a ayudar
todos.
Al abrir la caja, se acercó el padre quien con habilidad
terminó de extraer la televisión depositando el regalo
definitivo sobre la mesa.
Lizi no daba crédito. Saltaba de alegría y chillaba al
mismo tiempo «rosa, rosa, rosa».
—Bea, eres la mejor del mundo. ¿Has encontrado una tele
rosa? —chillaba la niña mientras todos la abrazaban y
repetían el canto del cumpleaños feliz.
40