Las olimpiadas de Grecia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—No seas bruto —lo reprendió Víctor—. Con uno basta.<br />
—Mmm. Ñam, ñam. Gertrud me dará más.<br />
Una LIMUSINA larguísima <strong>de</strong> color rosa bloqueaba la calle <strong>de</strong>l instituto.<br />
¡¡¡Moooooc!!! ¡Moc! ¡Moooc!<br />
El panel <strong>de</strong> cristal <strong>de</strong>l techo <strong>de</strong>l vehículo se abrió e Ibis, <strong>de</strong> pie encima<br />
<strong>de</strong>l asiento trasero, asomó la cabeza. Acto seguido, TREPÓ<br />
hasta el techo y se sentó con las piernas colgando hacia <strong>de</strong>ntro.<br />
Cali intentaba mantenerse <strong>de</strong> pie junto a su amiga, pero se resbalaba<br />
continuamente.<br />
Archi, con gorra <strong>de</strong> chófer y su CHALECO <strong>de</strong> siempre, <strong>de</strong> rayas<br />
negras y rojas, abrió la puerta <strong>de</strong>l conductor y salió. Buscaba a los<br />
chicos con la mirada. Ibis agitaba los brazos para hacerse ver y el<br />
ornitosaurio, que aún no se había curado <strong>de</strong>l resfriado que había<br />
pillado mientras se zambullía en las aguas heladas <strong>de</strong>l Atlántico<br />
Norte, soltó un estornudo y un pedo a la vez.