Las olimpiadas de Grecia
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
UN SABIO DIBUJANDO<br />
EN EL SUELO<br />
<strong>Las</strong> <strong>olimpiadas</strong> <strong>de</strong> <strong>Grecia</strong><br />
Por muy precisas que fueran las coor<strong>de</strong>nadas que se introducían<br />
en la Máquina <strong>de</strong>l Tiempo, no había forma <strong>de</strong> saber por<br />
anticipado en qué lugar exacto se situaría la salida <strong>de</strong>l Túnel <strong>de</strong>l<br />
Tiempo. Solía estar en algún lugar ESCONDIDO. A veces, <strong>de</strong>masiado.<br />
Cuando salieron <strong>de</strong>l Túnel <strong>de</strong>l Tiempo, Celoni refunfuñó:<br />
—Esta cueva es muy estrecha. Casi no puedo moverme.<br />
—No es una cueva —explicó su prima—. Es una GRIETA en la roca.<br />
Si miras hacia arriba, pue<strong>de</strong>s ver el cielo. No te preocupes, enseguida<br />
estaremos fuera.<br />
—Espero que tengas razón. Mientras tanto, Ibis, ¿podrías quitarme<br />
a Cali <strong>de</strong> encima <strong>de</strong> la cabeza? ¡Maldito bicho!<br />
—¡Ji, ji! Cali, no seas mala.<br />
Una vez en el exterior, se volvieron para ver <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> habían salido.<br />
—Qué montaña más RIDÍCULA —se mofó Víctor.<br />
—No es ninguna montaña —aclaró Cristina—. Lo llaman monte<br />
Cronos. Solo es una pequeña colina sobre Olimpia.<br />
—Y tan pequeña —remachó Celoni—. Por eso no cabe ni una cueva<br />
<strong>de</strong>cente.<br />
•29•