sobre la resurrección (epístola a reginos) - Revista Biblica

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15 la muerte (tú no debes ser considerado ignorante),
en efecto (gár) él ha abandonado el mun-
do (kosmos) perecedero, se ha cambiado
en un Eón (Aión) imperecedero
y se ha erguido por sí mismo, una vez que
20 absorbió lo visible
por lo invisible
y nos facilitó
el camino de nuestra inmortalidad. 17 En-
tonces (tóte), como el Após-
25 tol (apóstolos) lo ha dicho, hemos sufrido
con Él y hemos resucitado
con El y hemos subido al cielo
con El. 18 Pero (dé) si
somos manifestados en
30 este mundo (kosmos) revistiéndole (foréin)
somos sus rayos (aktís)
y somos
rodeados por
Él hasta nuestra declinación, que es
35 nuestra muerte en esta vi-
da (bíos); somos atraídos al cielo
por Él como los rayos (aktís)
por el sol, sin ser obstaculizados
por nada. 19 Tal es
40 la resurrección (anástasis) espiritual (pneumatiké)
página 46 que absorbe a la psíquica (psychiké)
tanto como (homóios) a la carnal (sarkiké). 20
Si hay alguno, empero (dé), que no
cree (pistéuein) no es posible
5 persuadirle (péithein); ya que (gár) se trata de la esfera (topos) de la
fe (pistis), hijo mío, y no de la
persuasión (péithein). 21 El que está muerto re-
sucitará y hay alguno que cre-
e (pistéuein) entre los filósofos (filósofos) de este mundo. 22
10 Pero (allá) él resucitará y el filó-
sofo (filósofos) de este mundo no acepta
creer (pistéuein) que él sea alguien que
retorna sobre sí mismo y (nosotros) por nuestra fe (pistis)
ya que (gár) hemos conocido al Hijo