sobre la resurrección (epístola a reginos) - Revista Biblica

[176] en que se mueven ambos sujetos de la carta, remitente y destinatario de la epístola. Cf. E.V.
20,28-34: "¡Oh, la gran enseñanza! Se humilló (Jesús) hasta la muerte y la vida (eterna) lo reviste.
Después de haberse despojado de los harapos perecederos, se revistió con la incorruptibilidad, la
que nadie le puede quitar". Ver asimismo Heracleón, Fragm. 40 (Simonetti, p. 162). Debajo: I Cor
15,53-54 y II Cor V,2-4. Igualmente E.V. 25,16-19: "Absorbiendo (por la gnosis) la materia en sí
mismo como una llama, la oscuridad por la luz y la muerte por la vida". Cf, asimismo 24,37-25,1 e
Ireneo, Adv. Haer. 1,3,5, Harvey I, p, 30 y, entre los simonianos, Ap. Megale,
Fragm. VIII ter, apud Salles-Dabadie, p. 31 (puede verse también nuestra Gnosis, p, 125). Y
finalmente, E.V. 24,20-24. La subordinación en oposición entre "plenitud" y "deficiencia" es
claramente valentiniana. Ver Valentín, Fragm. 5. Varios de estos elementos han sido ya indicados
por De Res. p. 40.
37 El Salvador es el que instaura el bien, con Epist. Rheg. 95 y con De Res. De acuerdo con tal
modelo, por lo tanto, se exhorta a seguir a un tal ejemplar en cuanto a la comprensión totalitaria
(sobreentiéndese de lo espiritual, que es indivisible o unitario y que por lo tanto no hay otro modo
de comprenderlo, ver Ignacio, Ef. III,2; IV,2; XIV,1 - Bueno, pp. 449, 450 y 455) y a su
independencia de lo material, que es divisible. Tal modo de intuir es igual que residir en la esencia
misma de la resurrección. El fondo especulativo gnóstico resulta ser patente. Ver especialmente
E.V. 25,13-15: "Por la gnosis se purificará de la pluralidad en vista de la “unidad” con la nota
erudita de Ménard, p. 135. Epist. Rheg. pp. 95-96, entiende el texto literalmente, es decir, como una
invitación a evitar las divisiones internas. Pero esta preocupación de los eclesiásticos -cf. I Cl 30,3;
Ignacio, Fil. XI,2; Hermas, Mand. VIII,9; además, Ignacio, Ef. I,1; Fil. VII,2 (Bueno, 205, 488,
989; 448, 485)- como allí se muestra, no es confirmada por los testimonios gnósticos. Por otro lado
la expresión; "y ya posees la resurrección", recuerda perfectamente a II Tim II,18: "Diciendo que la
resurrección ya ha tenido lugar", lo que Tertuliano atribuye a los valentinianos: De Praesc. Haer.
XXXIII,7, pero que discurre también por Menandro, apud Ireneo, Adv. Haer. 1,23,4 (Harvey I, p.
195 y en relación con ello Ignacio, Ad Eph. XX,2 -Bueno, p. 459-) y Ev. de Felipe, 23 y 63. Rec. Jn
V,24; VI,47-51; VIII,51 y XI,25 junto con Rom VI,9-11; Ef II,3-6 y Col III,1-4.
38 Todo ser humano puede ser cual es, o sea, mortal, y sabe que así es su naturaleza, por más que
vaya a gozar de larga vida. El mortal en la muerte tiene su esencia. Pero inversamente, sostiene