SEPTEMBRIS-DECEMBRIS 2011 – N. 3 (pdf) - OFM
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E SECRETARIATU PRO FORMATIONE ET STUDIIS 457<br />
evangélicamente la formación. Hoy, gracias a<br />
Dios, sumamente amado, y a tantos hermanos,<br />
sobre todo formadores, contamos con una experiencia<br />
y unos documentos que son punto de<br />
referencia a la hora de orientar el presente y el<br />
futuro de nuestra Fraternidad. Las CCGG; las<br />
RFF y RS, y el documento sobre la Formación<br />
Permanente “Habéis sido llamados a libertad”…,<br />
nos inspiran con desafíos nuevos que<br />
piden que el conjunto de los hermanos, volvamos<br />
a comenzar continuamente a buscar el<br />
Señor, y decirle: “Señor, enséñame tus caminos,<br />
instrúyeme en tus sendas”.<br />
Volver a empezar no es iniciar de cero, sino<br />
buscar con fidelidad creativa cómo guardar<br />
“el vino nuevo en odres nuevos”, y para esto,<br />
el punto de partida es sin duda, “caminar desde<br />
el Evangelio”.<br />
Queriendo caminar desde el Evangelio, los<br />
temas de la identidad, la formación y la misión<br />
evangelizadora franciscana, son núcleos que<br />
nos interrogan y nos desafían, porque están íntimamente<br />
ligados. Formar en una identidad,<br />
es dejarnos evangelizar, para hacer de nuestra<br />
vida, testimonio fraterno de contemplación y<br />
misión.<br />
La debilidad en nuestra identidad está manifestando<br />
nuestra fragilidad vocacional y formativa,<br />
no sólo en la formación inicial, sino<br />
sobre todo en la formación permanente. Efectivamente,<br />
mucho se ha hecho en la dinámica<br />
de la formación franciscana, pero junto con la<br />
Vida Religiosa, constatamos que aún nos falta<br />
bastante para asimilar una cultura de formación<br />
permanente, como auténtica disposición<br />
efectiva y afectiva a vivir el Evangelio<br />
con los hermanos según nuestra espiritualidad.<br />
Lejos de caer en la contabilidad, “hay quien<br />
confía en los carros, quien confía en los caballos…”,<br />
es un hecho que los números de las<br />
vocaciones y de los hermanos en formación,<br />
siguen sin estabilizarse, y lo que es aún más<br />
preocupante, el número de hermanos con dificultades<br />
vocacionales, jóvenes y no tan jóvenes,<br />
es una sangría lenta pero que nos sigue<br />
preocupando.<br />
Por eso la oportunidad del tema del Consejo<br />
“Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme<br />
en tus sendas”(Sal. 24,4). La vocación franciscana<br />
entre la perseverancia y la pertenencia.<br />
Además de verificar e iluminar el camino<br />
formativo de cada una de las Conferencias,<br />
así como el del SGFS, especialmente en los<br />
Congresos Continentales y en la preparación<br />
del Congreso Internacional de Formación en<br />
Asís 2013, el Consejo se reúne para reflexionar<br />
y dar luz al tema de la vocación iluminado<br />
bíblicamente, en su doble acento de fidelidad<br />
y de ruptura, para dar luz también a la crisis<br />
en la Vida Religiosa y ofrecer respuestas ante<br />
dichas fases de crecimiento.<br />
Si nuestra vocación franciscana es tal, tiene<br />
que ser necesariamente pascual, es decir, tiene<br />
que pasar por la prueba y la purificación, contar<br />
con la tentación y el desánimo, con la fragilidad<br />
del hombre y la fidelidad de Dios. Volver<br />
continuamente a Dios, para que nos muestre<br />
su rostro: Cristo, y éste pobre y crucificado.<br />
Servirse de todos los instrumentos de nuestra<br />
renovada tradición formativa pedagógica, son<br />
los raíles sobre los que podemos caminar para<br />
ser “portadores del Evangelio”.<br />
Cristo, Verbum Domini, tiene que ser la<br />
piedra angular de lo que somos como hombres,<br />
como creyentes y como religiosos. La<br />
Palabra de Dios debe traspasar nuestro ser y<br />
quehacer, debe guiarnos para creer, esperar y<br />
amar, más allá de las dificultades y en medio<br />
de ellas. Nuestra vocación es fraterna por naturaleza,<br />
necesitamos a los hermanos para compartir<br />
la vida, también cuando hay dificultades.<br />
“Manifestar la necesidad” con familiaridad,<br />
madurez y hondura de fe, saber pedir ayuda<br />
y saber ofrecer ayuda, son un arte evangélico<br />
en el que nos jugamos mucho; por eso se hace<br />
más necesaria la formación permanente, pues<br />
“hemos sido llamados a libertad” para vivir<br />
el Evangelio, “en obediencia, sin propio y en<br />
castidad”.<br />
Doy gracias al Señor porque el XIII Consejo<br />
Internacional se celebre en Jerusalén,<br />
“porque todos han nacido allí”. Sí en la Tierra<br />
Santa, volvemos a nacer porque nos hacemos<br />
“peregrinos y forasteros” como el P. S. Francisco,<br />
para seguir sus huellas, en el lugar que<br />
viene a llamarse “quinto Evangelio” e imitar<br />
su vida con la nuestra, viviendo en fraternidad<br />
contemplativa y misionera, anunciando la paz,<br />
renovando el Espíritu de Asís del que haremos<br />
memoria junto al Señor Papa Benedicto XVI<br />
en los próximos días.<br />
Rezo a María Inmaculada, Madre de la Orden,<br />
para que ilumine vuestros trabajos para<br />
que den fruto abundante.<br />
A todos vosotros y a los hermanos de la<br />
Custodia de la Tierra Santa, que acoge cordialmente<br />
el Consejo, os saludo fraternamente, al<br />
tiempo que suplico al Señor que os bendiga y<br />
os guarde.