SEPTEMBRIS-DECEMBRIS 2011 – N. 3 (pdf) - OFM

488 AN. CXXX – SEPTEMBRIS-DECEMBRIS 2011 – N. 3
comenzó la jornada, con la celebración
de la Eucaristía presidida por el Ministro
general. En este “santuario del Evangelio”
el Ministro exhortó a todos a ir y a reparar
la Iglesia observando fielmente el Evangelio
siendo testimonios auténticos de aquello que
predican.
En esta jornada las reflexiones fueron
iniciadas por el Card. Claudio Humes, ofm,
con una ponencia sobre “Lo que espera
la Iglesia de los Hermanos Menores”. El
padre Claudio señaló algunas esperanzas
importantes y urgentes: El espíritu eclesial, el
ser discípulos de Jesucristo, la Fraternidad, los
pobres, la misión y la Nueva Evangelización.
A la ponencia siguió un momento de diálogo
en el aula con el Ministro general y el Card.
Humes, sobre las ponencias que tuvieron. Al
mediodía se celebró una mesa redonda, en la
que participaron algunos de nuestros obispos:
Mons. Luis Cabrera, ofm, Mons. Sebastian
Shaw, ofm, Mons. Jesús González, ofm,
Mons. Jean Grallet, ofm, y Mons. Adriano
Langa, ofm. En esta mesa redonda el tema
fue la colaboración de la Orden con la Iglesia
particular. Después los obispos de Bengasi
(Libia) Mons. Silvestro Magro, ofm, y de Siria,
Mons. Giussepe Nazzarro, ofm, ilustraron
la situación de la Iglesia en estos países de
conflicto. Terminada la sesión de reflexión,
todos los hermanos fueron al Convento de San
Damián a cantar el rezo de Vísperas, presididos
por Fr. Francis Walter, ofm, Definidor general
por la Conferencia Anglófona. Con esto acabó
el día segundo.
“Clara Claris Praeclara”. El día tercero
amaneció como con una mañana de luz recién
amanecida. Una luz clara inundaba ya el día,
pues los hermanos y participantes fueron
hasta el Protomonasterio de la discípula de
Francisco para celebrar la eucaristía con las
Hermanas Pobres. Presidió la misa el Card.
Carlos Amigo Vallejo, ofm. En su homilía el
padre Carlos evocó los 800 años de luz que
ha iluminado a “tantas y tantas mujeres”; y
entre los prodigios que realizara la plantita de
Francisco señaló cinco elementos: La sabiduría
del amor, el vivir la generosidad y grandeza
de un amor sin medida ni precio, el hacer del
silencio una esplendorosa luz, el transformar
la imagen de Cristo crucificado en presencia
del Hijo del Dios vivo y el hacer de la pobreza
la forma más noble de vivir. Terminada la
misa, los hermanos estuvimos un momento
en el locutorio del Monasterio saludando a las
Hermanas. Ésta pidieron a los señores obispos
el que las ayudaran a vivir en fidelidad el
carisma de Clara, regalado a la Iglesia, por el
Espíritu. Después los Hermanos se marcharon
al Sacro Convento de san Francisco, para
venerar en oración al Fundador, “Luz de los
Menores”. Allí en la cripta los Hermanos
permanecieron en silencio y oración, y
después con una simple liturgia recibieron
la bendición, por parte del Ministro general,
con aquella otra bendición que san Francisco
escribiera a su compañero Fr. León. Al final,
los Hermanos, pasaron devotamente a venerar
aquella reliquia del santo.
Este mismo día, después de la comida,
todos los participantes dejaron Asís, para ir a
Roma, pero antes pasaron por Fonte Colombo,
lugar en el que san Francisco escribiera
nuestra norma de vida, y por Greccio, en el que
los hermanos celebraron las Vísperas. Éstas
fueron presididas por Fr. Nestor Schwerz,
ofm, Definidor general por América Latina.
Después de la cena en Greccio, los Hermanos
y participantes llegaron a Roma a descansar.
Con esto acabó el día tercero.
“Tu es Petrus, et super hanc petram
aedificabo Ecclesiam team”. El último día del
encuentro, en la mañana, todos marcharon a
la Basílica de san Pedro, donde, en la cripta,
junto al príncipe de los Apóstoles, celebraron
la Eucaristía. Presidió este momento litúrgico
el Card. Angelo Comastri, Arcipreste de la
Basílica papal de San Pedro en Vaticano,
afiliado a la Orden con letras del Ministro
general. El Card. Comastri exhortó a todos a
la santidad de Francisco, “pues eso es lo que
espera la gente de nosotros;… a responder al
amor total con amor total”. Posteriormente
se dio lectura al Mensaje de su Santidad
Benedicto XVI al Ministro general de la
Orden de los Frailes Menores y a todos los
participantes al Encuentro. El Santo Padre,
después de saludar a todos los presentes,
expresó su gratitud por el celo pastoral con
el que los señores Obispos OFM testimonian
el Evangelio en tantas partes del mundo. Y
animó a todos, recordando a santa Clara, a
continuar en el compromiso evangelizador,
teniendo como centro y culmen de la vida
la Eucaristía. A todos impartió la Bendición
Apostólica. Después, junto a la tumba de
san Pedro, todos cantaron el credo, haciendo
profesión de fe católica.
El encuentro concluyó en la Curia general,
con la comida fraterna y la entrega por