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Robos de arteRopa limpia, negociossuciosEs un negocio que muevecientos de millones de dólaresal año e involucra a expertos,coleccionistas sofisticados,mafiosos y hasta museos. Esel mercado ilegal del arte, elque funde a la vez sensibilidadextrema y absoluta falta deescrúpulos.Por Jorge LetelierEEl actor Pierce Brosnan observa un cuadro colgado enuna sala del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Sufino traje delata a un exitoso ejecutivo con la sensibilidadnecesaria para admirar una obra de arte. Pero cuandonadie lo ve, saca con suma precisión la pintura del marco,la enrolla e introduce en su maletín. Y gracias a su flemáticoaspecto, logra salir del museo sin que los guardiassiquiera sospechen la mercancía que lleva consigo.La escena es de El Caso Thomas Crown (1999), películaque muestra a la manera de Hollywood un mundo que progresivamentese hace más conocido: el millonario negocio que hay traslos robos de obras de arte. Pero si uno pudiera creer que el glamoury la sofisticación de esta práctica es parte de la fantasía con que elcine adorna estos casos, está muy equivocado.El mercado del arte –legal e ilegal– mueve cifras astronómicascada año y los millones involucrados van subiendo como la espuma.De hecho, el 2006 rompió un récord al respecto, al superar la barrerade los 500 millones de dólares para una subasta en Christie’s, queincluyó a obras de Gustav Klimt y Paul Gauguin.Pero, claro, hay muchos que teniendo dinero a destajo no puedenacceder a los demenciales precios de las casas de subastasmás famosas, como la propia Christie’s o Sotheby’s, y entoncesbuscan saciar su “necesidad” de arte en loscircuitos clandestinos. Y para ello, hay ofertapara regalar. Según un documentado artículodel diario argentino Página 12, sólo en Franciael año 2003 hubo robos en 37 museos,467 castillos, 227 iglesias y 121 galeríasde arte, con varios cientos de millones dedólares en pérdidas.La Vida Privada de las Obras Maestras.Film & Arts. Todos los miércoles, 22:00 hrs.Vincent van Gogh ha sido históricamente uno de losartistas más apetecidos por los ladrones de cuadros.Por ello es que –sumando el tráfico ilegal de obras de arte robadasy las transacciones en casas de subasta– este mercado se hatransformado en un negocio de varios miles de millones de dólares,a tal punto que para muchos se trata del más lucrativo del siglo XXI,por supuesto después del tráfico de drogas y de armas. Y donde lafantasía hollywoodense del ladrón sofisticado y de guante blancocobra más sentido.Tipos de ladronesPero para llegar a estas cifras se requieren compradores cadavez más sensibilizados con las obras y no sólo millonarios ignorantescon ansias de “ilustración”. Según el citado periódico, los especialistaslos clasifican en tres grandes grupos: coleccionistas millonarios–mafiosos y nuevos ricos–, traficantesde ocasión –que habitualmente nosaben cómo deshacerse del botín– ylas redes de profesionales –los queconocen al dedillo el mercado y ubicanlas obras sin despertar grandesImage Group16 FEBRERO