MAGAZINE

Richard Donner, eldirector de La Profecíay de la saga ArmaMortal, tenía contratopara las dos primeraspartes de Superman.Al final de la primerafue despedido.acusado por Salkind de excederse en el presupuesto y contrariar constantementela voluntad de los productores.Entonces los hombres a cargo de Superman 2 llamaron a RichardLester, quien tomó las riendas del proyecto, que a esas alturas estaba enbuena parte rodado. Pero la secuela se enfrentó a una serie de inconvenientes,entre ellos la renuncia de Gene Hackman –se tuvo que usar undoble de cuerpo para doblarlo en las nuevas escenas–, la decisión deprescindir de Marlon Brando y la presión del sindicato de productores derodar nuevamente una gran cantidad de secuencias con tal de colocar elnombre del nuevo realizador en los créditos.La Solución FinalAnte tanto caos la industria finalmente inventó una solución: sunombre es Alan Smithee, un seudónimo que por años se usó cada vezque un realizador “por razones creativas” decidía retirar su nombre de unproyecto. En esos casos el director apelaba al Director Guild y su nombreera reemplazado por el de Smithee.Según se acredita, la primera vez que se usó fue en 1967 con la cintaDeath of a Gunfighter. Aquel western, originalmente estaba en manos deDon Siegel (Harry el Sucio) y Robert Totten (un conocido realizador deseries de TV). Claro que en este caso el conflicto no fue con el estudioUniversal Pictures, sino entre ellos. Al final, con la cinta terminada, ningunose quiso hacer cargo y la chapa de Alan Smithee lo solucionó.Los títulos adjudicados a ese seudónimo son innumerables: GhostFever (1984), una comedia dirigida por Lee Madden; Solar Crisis (1990),filme de ciencia ficción con Charlton Heston; Los Pájaros 2 (1994), secuelacon Tippi Hedren, y Hellraiser IV (1996), nueva entrega con Pinhead a lacabeza. Hasta David Lynch se cuenta entre los que han invocado a estesujeto. Lo hizo cuando el estudio a cargo de Duna (1984), decidió lanzaruna versión extendida para la TV.Pero si se trata de ponerle una lápida a mister Smithee, esta la colocóAmerican X (1998). La cinta puso frente a frente al director Tony Kaye y alactor Edward Norton, luego que el realizador fue invitado a salir de la salade montaje para que la estrella del filme se hiciera cargo del corte final.Cuando el caso parecía uno más para Alan Smithee, Kaye decidiógritar a los cuatro puntos cardinales el conflicto. Al final la película quedó,contra su voluntad, a su nombre, ya que al estudio no le convenía eco-American X, de Tony Kaye.La historia del quiebre entre Michael Cimino yUnited Artists, a raíz de La Puerta del Cielo, quedódocumentada en el libro Final Cut, de Steven Bach.nómicamente utilizar nuevamente el seudónimo. De hecho, y aunqueHollywood nunca más lo usó, debió buscar otro culpable.Así ocurrió con la película Supernova (2000), que originalmentecomenzó dirigiendo Walter Hill (48 Horas). Luego que el cineasta senegó a seguir trabajando, por falta de apoyo y presupuesto por parte deMGM, la cinta quedó a nombre de un tal Thomas Lee. Nueva soluciónpara un problema tan viejo como el cine.FEBRERO