El rompimiento de PeterJackson con New LineCinema es sólo la últimade las grandes tensionesentre los directores y losgrandes estudios.Hollywood devorandoa sus hijosLos conflictos entreHollywood y los directoresson tan antiguos como el cine.Por años estos se zanjaron aescondidas del espectador,hasta que el director deAmerican X rompió un pactode silencio y revolvió todo.Por Vladimir TápiesNew Line Cinema hizo el mejor negocio de su vida al reclutar a PeterJackson para dirigir El Señor de los Anillos, a partir de las novelas de J. R.R. Tolkien. El estudio obtuvo con la saga el reconocimiento de la crítica,ganó millones de dólares en taquilla y varios Oscar. Todo parecía ideal,tanto como para pensar en seguir trabajando juntos y llevar a la pantallaEl Hobbit. Pero eso no ocurrió.Los tres mil millones de dólares que el estudio obtuvo con la trilogíadirigida por el realizador neozelandés, terminaron desatando el conflicto.Una disputa por los ingresos del filme implicó al cineasta y lo alejó de laposibilidad de seguir ahondando en el universo de los hobbits.A través de una simple llamada telefónica New Line informó aJackson que ya no requerían sus servicios, agregando un nuevo capítuloa la teleserie que de tiempo en tiempo viven actores y directores que decidenenfrentarse a Hollywood. Una trama que se viene escribiendo casidesde el origen del cine y que cada cierto tiempo suma nuevas víctimas.Ni las súper estrellas están a salvo del desprecio. El mejor ejemploes Tom Cruise, actor ultra taquillero que siempre ha sido carta segura deFEBRERO
Grandes Cintas ConflictivasLo que el Viento se Llevó, de Victor Fleming.TCM. Viernes 23, 18:15 hrs.buenos ingresos, pero que el 2006 fue despedido porParamount Pictures, rompiendo un contrato que duró14 años. El estudio que levantó títulos como Misión:Imposible se aburrió de los caprichos del actor, de sufanatismo con la cientología y de la sobreexposiciónde su romance con Katie Holmes. Eso sin contarque M:I 3 costó 150 millones de dólares y recaudósolamente 133.“Por mucho que le queramos a nivel personal,sería erróneo renovar el contrato. Su conductareciente no es aceptable para Paramount”, llegó adeclarar Sumner Redstone, el nuevo presidente dela compañía. Claro que el actor de La Guerra de losMundos no tardó en reaccionar y en noviembre pasadoMetro Goldwyn Mayer anunció que había llegado aun acuerdo con él y su socia, Paula Wagner, para quela megaestrella se hiciera cargo del antiguo estudioUnited Artists para volver a usarlo como productora.Su debut debería producirse con Lions for Lambs,dirigida y protagonizada por Robert Redford.Otros tiempos, otros casosHarry Sloan, consejero delegado de MGM, difundió la noticia delrenacimiento de United Artists como la recuperación del espíritu que dioorigen a la compañía, fundada en 1919 por Charles Chaplin, David Griffith,Douglas Fairbanks y Mary Pickford como una forma de resguardar el talentode los directores. “El acuerdo permitirá a los artistas dar rienda suelta asus inquietudes creativas, fuera del circuito de los estudios tradicionales”,aseguró, y agregó que “Cruise y Paula Wagner son la versión moderna delos fundadores de la productora”.El taquillero actor no tardó en recoger el halago y, al mismo tiempo,sacarle la lengua a Paramount: “United Artists es de nuevo el refugio delos cineastas independientes. Será la compañía ideal para desarrollar uncine de calidad, como el que se hace en MGM”.Claro que entre tanta parafernalia publicitaria, pocos recordaron quefue precisamente un cineasta de corte independiente, como MichaelCimino, el que llevó a la quiebra a United Artist en 1980 con La Puerta delCielo, filme que costó 44 millones de dólares y sólo recaudó dos.Hasta Lo que el Viento se Llevó (1939) supo de conflictos entre creadoresy productores. En esa cinta intervinieron de manera escalonada nadamenos que cinco directores por mandato del productor David O. Selznick:Reeves Eason, Sam Wood, William Cameron Menzies, George Cukor yVictor Fleming (sólo este último aparece acreditado).En la famosa cinta protagonizada por Vivien Leigh y Clark Gable fueSelznick quien quiso que la película se filmara en technicolor y quien introdujodiálogos famosos como el “me importa un bledo”, que Rhett Butlerpronuncia al final del filme. El resultado: la película más vista en la historiadel cine junto a Titanic.En estas luchas ni el Hombre de Acero ha salido indemne de estasmegas batallas. Así ocurrió a fines de los 80 cuando el productor AlexanderSalkind contrató a Richard Donner para hacer las dos primeras partes deSuperman. El plan era rodar ambas cintas en forma consecutiva y estrenarlascon poco tiempo de diferencia.Sin embargo, un telegrama cambió todo. “Ya no necesitamos mássus servicios. Muchas gracias”, fue el breve texto que recibió Donner,Casos chilenosLas exigencias deDavid O. Selznickprodujeron lapartida de GeorgeCukor y de otrostantos directoresque participaronen el rodaje de LoQue el Viento seLlevó.La actividad cinematográfica en Chile todavía no da parahablar de industria. Los mayores conflictos tienen que vermás con el ámbito televisivo, como cuando el actor chilenoCamilo Gallardo, que venía desembarcando de Hollywood trasrodar Vida de Solteros junto a Bridget Fonda, se enfrentó aCanal 13.Todo partió luego que el rubio actor sufrió un accidente enmoto (su personaje usaba una) mientras grababan el capítulo30, por lo que quedó fuera de la producción y fue reemplazadopor Lucíano Cruz-Coke. Lo que siguió fue un largo litigio, yaque Gallardo demandó al canal. “No quiero hablar de más,pero parece que era chamullo, porque a mi me había dichoque se quería ir y se fue”, recordó más tarde su compañerade reparto Alejandra Herrera.El 2002 fue el turno de Catalina Pulido, esta vez enfrentadaa TVN, luego que la estación la despidira al enterarse queestaba embarazada. “Yo estaba con contrato en el minuto queestaba embarazada y yo sentí justo que se me respetara elfuero maternal”, explicó la actriz, al tiempo que el canal adujoque los actores son trabajadores independientes y, comotales, no pueden acogerse a los beneficios con que cuentanlos funcionarios de planta.Pero si se trata de casos tipo Hollywood, el mejor es el pilotode la serie de TV La tercera oreja (2000), realizada por RoosFilm. La producción estuvo a cargo de Nicolás Acuña (ParaísoB), pero una vez que terminó su labor la serie fue retocada y elrealizador exigió que su nombre quedara fuera de los créditos.Finalmente el productor accedió, por lo que la serie quedó,en la versión que se emitió a la prensa hace unos años, sindirector acreditado. Esta vez Smithee no metió la cola.