32Rock Bottom Magazine
A seis cuerdas sobre el cielo por Jesús Sánchez.La desaparición de Eddie Van Halen (1955-2020) ha supuesto un golpe durísimo enel mundo no sólo del hard, sino del rock engeneral. Guitarrista, teclista, compositoricónico, la figura de Eddie pasa ya a lahistoria del género, encaramado a lo másalto del pedestal de guitarristas que definióuna época; si los años 50 tuvieron a ChuckBerry, los 60 a Hendrix y los 70 a JimmyPage, los años 80 definen buena parte de sulegado alrededor de su figura: sonrisa eterna,bambas blancas, balanceo constante sobrela base rítmica impuesta en su banda, y unatécnica propia imitada hasta la saciedad.Alguien decía la noche en que las redes seinundaron de mensajes de tristeza y pésameque con su muerte se cierra de manera casidefinitiva una época gloriosa para el rock, la deaquellas bandas que cabalgaron entre dos otres décadas tomando el relevo de las grandesfiguras del pasado contribuyendo a engrosarnuestras colecciones de discos con obrasmaestras que se sucedían una tras otra.Ese era el caso de Eddie y su banda, Van Halen,cuyo producción entre 1978 y 1984 deja unpuñado de obras esenciales. Banda personale intransferible, Van Halen construyeron susonido sobre elementos propios, basados enla personalidad de cada uno de sus miembros.Ahí teníamos el carisma como frontman deDavid Lee Roth, una base rítmica precisaconformada por Alex Van Halen y MichaelAnthony (el cual además contribuía contremendos coros marca de la casa). Y junto aellos, como rúbrica imprescindible, la guitarrade Eddie caminaba, corría o volaba de maneraprecisa sobre cada canción. De formaciónmusical clásica pero de carácter autodidacta,Eddie no tuvo reparos en dar un paso adelantey apurar todas las posibilidades de su guitarra,mezclando técnicas conocidas (el tapping yalo había utilizado Steve Hackett de Genesisaños antes), con elementos innovadores quedarían en buena medida forma a lo que mástarde decenas de guitarristas tratarían deemular. No sólo era un guitarrista rápido, sinoque además contaba con un talento especialpara dotar de feeling a su pericia como músico.Pronto su rostro comenzó a aparecer no sóloen prensa musical, sino en la especializadapara guitarristas. Sus endiabladas tablaturashan sido practicadas en todos los rincones delplaneta. Capaz no sólo de dar nueva vida ahits del pasado (“You really got me”, “Prettywoman”), sino de influir con su estilo a otrosgéneros como el pop, cuyo rey en los ochentamiró de reojo a Eddie y con un guiño lo atrajopara colaborar en uno de los mejores temasde la década, “Beat it”, amén de regalar al cineochentero ese solo de “Eruption” que MichaelJ. Fox hace sonar en la icónica “Regreso alfuturo”.Cuando Van Halen pasaban por una época deproblemas internos, con un David Lee Rothmás interesado en arrancar carrera en solitario,muchos dimos por finiquitada la historia de labanda. Eddie sin embargo luchó por manteneren pie a la banda de su vida, reclutando aSammy Haggar y haciendo nuevos discos.Van Halen resurgieron de unas cenizasaun humeantes para mantener el pulso quesupusieron los años 90 para muchas bandas desu género. Años más tarde, la banda volvería aacoger a Dave y a grabar un nuevo disco queno desmerecía a su pasado. Hasta nuestrosdías, Eddie se mantuvo activo a pesar de sulucha contra el cáncer, componiendo junto asu hijo, girando y dejándose ver en eventosmusicales. En realidad, quiero pensar que nonos ha dejado definitivamente, y que el sonidode su guitarra deja acoplada una última notaque nos acompañará toda la eternidad.Rock Bottom Magazine 33