LA POLITICA ECONOMICA EN LA TRANSICION A LA DEMOCRACIA
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INTRODUCCION 29
mente. Luego de la reorganizaci6n sindical, los ajustes salariales se negociaron
con los Consejos de Salarios, donde participaban empresarios, trabajadores y
gobierno.
La polftica salarial no ignor6 las restricciones de la economfa especialmente
las externas. Con todo, los salarios y pensiones experimentaron una recuperaci6n
notable y sostenida a to largo del periodo 1985-1990. La mejora se produjo por
las transferencias de ingresos desde los sectores productivos y por la transferencia
externs de ingresos, resultante de una mejorfa en los terminos de intercambio.
Esta situaci6n cambi6 a partir de 1990, por la reversi6n en los terminos de intercambio
que provoc6 un retroceso en el salario real.
En la Argentina, la Confederaci6n General del Trabajo (CGT), tradicional
aliada del Peronismo, se opuso tenazmente al gobierno radical. Sigue oponiendose,
pero con menos fuerza, a ]as reformas de politica econ6mica del
gobierno de Menem. En los ultimos aiios se ha observado una clara perdida del
peso politico del movimiento obrero organizado.
En Bolivia, Siles Zuazo cont6 por un breve periodo con el favor de los sindicatos,
que to perdi6 despues de sus varios intentos de estabilizaci6n. De hecho,
uno de los principales factores de agravamiento de la inflaci6n entre 1982 y 1985
fue la virulenta oposici6n sindical. El poder de los sindicatos cambi6 radicalmente
en la fase de estabilizaci6n. Es asf que entre las medidas polfticas que
coadyuvaron al programa de estabilizaci6n de Paz Estenssoro estuvo su estricto
control del movimiento obrero.
3. LOS PARTIDOS POLITICOS
En la Argentina y Bolivia los errores del gobierno en el manejo de la crisis
tuvieron una resonancia casi inmediata en los partidos y coaliciones polfticas que
to conformaban. Pronto siguieron las crisis internas, las divergencias respecto a
la politica econ6mica se hicieron publicas, y comenzaron a aparecer programas
"alternativos" de estabilizaci6n a los propuestos por el ejecutivo, to que, sin mayor
sorpresa, debilitaba a este ultimo. Las disensiones se tradujeron pronto en
divisiones y alejamientos, que fueron profundamente perturbadores de la polftica
econ6mica. Por su parte, la oposici6n a los gobiernos de Siles Zuazo y Alfonsfn,
atrincherada especial mas no exclusivamente en el parlamento, obstruy6 casi
todas las medidas que se requerfan para estabilizar.
El temor de los gobiernos de perder el apoyo de sus propios partidarios
produjo demoras y aun paralizaciones en sus decisiones. La inestabilidad polftica
comenz6 a interactuar con la inestabilidad econ6mica, reforzandose en sus efectos
indeseados. Si los primeros gobiernos democraticos de la Argentina y de
Bolivia se mantuvieron, a pesar de las condiciones polfticas extremadamente
diffciles, fue esencialmente porque un retorno hacia formas inconstitucionales no
parecfa una salida viable.
La falta de coaliciones polfticas estables fue reemplazada por una
estrategia de cooptaci6n sectorial y politica, tanto en la Argentina como en
Bolivia, con costos para el esfuerzo de estabilizaci6n y, en fin de cuentas, con
pocos reditos politicos. Ademas, los sucesivos alzamientos militares debilitaron
aun mas a Alfonsfn, aunque en cl corto plazo pudo controlarlos.