LA POLITICA ECONOMICA EN LA TRANSICION A LA DEMOCRACIA
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36 M. DAMILL y R. FRENKEL
y, finalmente, al plan de estabilizaci6n con libre convertibilidad monetaria
iniciado en abril de 1991. Luego, en el capftulo cuarto, se vuelcan, a modo de
conclusi6n, algunas reflexiones sobre los procesos de diseno y de gesti6n de las
politicas econ6micas, que pueden derivarse de las discusiones previas, o se
vinculan con ellas.
Los aspectos centrales de la crisis econ6mica de la Argentina en los ochenta
se manifiestan en ]a acentuaci6n de dos rasgos tfpicos de su evoluci6n en la
segunda posguerra. El primero fue el elevado desequilibrio financiero fiscal, cuya
magnitud y naturaleza limit6 decisivamente la capacidad de regulaci6n estatal
sobre la economfa: instrumentos tradicionales de polftica econ6mica se tornaron
inadecuados o inoperables en las nuevas circunstancias; la economia p6blica y la
capacidad de gesti6n administrative sufrieron un deterioro progresivo y visible,
debido a que diversos intentos de ajuste fiscal se basaron en medidas de emergencia
que no abundaron en consideraciones relativas a eficiencia y equi-dad. El
segundo rasgo se refiere a la debil trama de relaciones financieras internas, cuya
fragilidad aument6 considerablemente. La economia se desmo-netiz6 y se
dolariz6. La potenciaci6n de los dos desequilibrios sefialados se debi6 en gran
medida a la crisis del sector externo provocada por el s6bito aumento del endeudamiento
del pats y del peso de los servicios de la deuda externa, particularmente
a partir de 1979.
La crisis fiscal y de gesti6n p6blica y la desintermediaci6n financiera interna
afectaron tanto las tendencias de largo plazo de la economia como su dinamica
de corto plazo. Se constituyeron, por un lado, en trabas importantes y
permanentes para la recuperaci6n del crecimiento por sus efectos negativos
sobre el financiamiento de la inversi6n. Por otra parte, los margenes de maniobra
de las politicas de estabilizaci6n se redujeron sustancialmente debido a la
desproporci6n entre las necesidades de financiamiento del sector p6blico y la
estrechez del mercado financiero domestico. El deterioro estatal no puede verse,
sin embargo, como la continuidad natural de las politicas de liberalizacibn y
apertura ec:on6mica que el regimen militar habfa levado adelante desde fines de
los '70: varios de los cambios institucionales sustantivos producidos en esos afios
(en particular ]a reforma financiera, ]as reformas cambiaria y arancelaria y las
normas relativas al funcionamiento de los mercados de trabajo) fueron
abandonados a to largo del bienio 1981-82. La crisis de la polftica de
liberalizacibn forz6 el retorno de los controles de cambios, se reimplantaron las
regulaciones de tasas de interes y los mercados de bienes se cerraron nuevamente
a la competencia externa. La profunda crisis que trunc6 el intento de
liberalizacibn y apertura dio lugar, todavia bajo la administraci6n autoritaria, a
una suerte de retirada en desorden, traumatica por sus efectos sobre los niveles
de incertidumbre econ6mica, sobre la distribuci6n del ingreso y las tasas de
acumulaci6n, de un Estado que al perder progresivamente capacidad de
intervenci6n y arbitraje desarroll6, con frecuencia, politicas inconsistentes.
En el ultimo ano de ]a administraci6n militar, 1983, la conducci6n de la
economia se limit6 a tratar de evitar que la situaci6n de inestabilidad
desembocara en un completo descontrol antes del cambio de gobierno.