LA POLITICA ECONOMICA EN LA TRANSICION A LA DEMOCRACIA
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M. DAMILLy R. FRENKEL
Un problema crucial de "timing" se plante6 a la politica de estabilizaci6n.
Durante varios meses las tasas de inflaci6n se mantuvieron sustancialmente por
sobre las tasas de devaluaci6n prefijadas, produciendose una muy significativa
sobrevaluaci6n de la moneda domestica. Mientras el "disciplinamiento" de los
formadores de preeios y de los asalariados progresaba con lentitud, un nuevo
elemento, que resultarfa decisivo por sus efectos de largo plazo sobre la
economfa, aparecfa con intensidad en la escena econ6mica: los movimientos
internacionales de capitales. Bajo el modo de acumulaci6n heterodoxo, las
polfticas cambiarias se habfan orientado hacia metal de cuenta comercial (o de
cuenta corriente) con el resto del mundo; los movimientos de capitales eran
limitados y estaban normalmente sujetos a restricciones. El cambio en este plano,
en la fase que estamos enfocando, es drastico. La tasa cambiaria pasa a ser
utilizada como instrumento de estabilizacion y no con objetivos de cuenta
corriente. Se esperaba que 6sta 61tima sufriese alg6n deterioro inicial como
resultado de la apertura comercial, pero la fluidez que mostraban por entonces
los mercados 6nancieros internacionales garantizarfa el financiamiento de ese
desequilibrio mediante ingresos por la cuenta de capital del balance de pagos.
Los mecanismos de arbitraje tendieron rapidamente, en un principio, a
igualar las tasas de interes domdsticas (mas la devaluacion preGjada) a las tasas
nominates internacionales. Pero la persistencia de la inflacion hizo que las tasas
reales resultasen negativas, por to que el endeudamiento externo e interno se vio
incentivado y el Banco Central acumul6 reservas a to largo de 1979. Hacia fines
de ese ano, la ya notoria sobrevaluaci6n de la moneda domestica parecia tornar
cads vez mas riesgoso el endeudamiento en Mares, y esto se reflej6 en un
aumento de las tasas de interes internas, que pasaron a ser positivas en tdrminos
reales. Ya por entonces, algunos sectores productivos locales enfrentaban
restricciones de liquidez por pdrdida de ventas debido a la competencia de los
productos importados. El agravamiento progresivo de esta situaci6n, sumado a la
suba de las tasas de interes por el aumento del riesgo devaluatorio, condujo a la
crisis financiera de marzo de 1980, originada en parte en la incobrabilidad de las
carteras de prdstamos bancarios a sectores productivos en dificultades.
En ese contexto crftico, las expectativas de quiebre de la politica cambiaria
y de abandono de las pautas prefijadas de devaluacion se tornaban mas s6lidas
con el paso del tiempo y produjeron la reversi6n, a mediados de 1980, del sentido
de los movimientos de capitales. El gobierno desarrol16 entonces una serie de
acciones destinadas a sostener la politica vigente, que tendrfan muy graves
consecuencias futuras sobre las finanzas p6blicas y sobre el balance de pagos. Por
una parte, se forz6 un mayor endeudamiento publico externo. Las empresas
estatales sustituyeron creditos internos por endeudamiento en el exterior para
sostener ]as declinantes reservas del Banco Central. Mientras tanto, a fin de
paliar en parte la crisis financiera en curso, el Banco emitfa redescuentos para
apoyar a los bancos que estaban perdiendo dep6sitos. Dada la escasa confianza
en la continuidad de la politica, esta creaci6n monetaria realimentaba la corrida
cambiaria. La sobrevaluaci6n de la moneda domestica y las expectativas