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ACTUALIZACIÓN DEL ESTADO DE CONSERVACIÓN ... - Eco-Index

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<strong>ACTUALIZACIÓN</strong> <strong><strong>DE</strong>L</strong> <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>CONSERVACIÓN</strong> <strong><strong>DE</strong>L</strong><br />

MANATÍ EN EL NORESTE <strong>DE</strong> COSTA RICA: DISTRIBUCIÓN,<br />

ABUNDANCIA, AMENAZAS Y ACCIONES <strong>DE</strong> <strong>CONSERVACIÓN</strong><br />

(1996-2005)<br />

Proyecto: el manatí como herramienta para la conservación integrada de los<br />

humedales y bosques del río San Juan y las llanuras de Tortuguero (Costa Rica-<br />

Nicaragua)<br />

Ejecutores: Fundación Salvemos al Manatí de Costa Rica/FUNDAR<br />

Financiador: CEPF<br />

Autor del Informe: Ignacio Jiménez Pérez, M.Sc.<br />

Junio 2005<br />

Fundación Salvemos al<br />

Manatí de Costa Rica


<strong>ACTUALIZACIÓN</strong> <strong><strong>DE</strong>L</strong> <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>CONSERVACIÓN</strong> <strong><strong>DE</strong>L</strong> MANATÍ EN EL<br />

NORESTE <strong>DE</strong> COSTA RICA: DISTRIBUCIÓN, ABUNDANCIA, AMENAZAS Y<br />

ACCIONES <strong>DE</strong> <strong>CONSERVACIÓN</strong> (1996-2005)<br />

Ignacio Jiménez Pérez<br />

Fundación Salvemos al Manatí de Costa Rica/Centro Internacional de Estrategias Ambientales<br />

i_jimenez_perez@yahoo.es<br />

Resumen<br />

Este estudio actualiza los conocimientos disponibles sobre el estado de conservación del manatí en el Noreste<br />

de Costa Rica. Para ello analiza los cambios habidos en los últimos ocho años en: a) distribución, b)<br />

abundancia, c) amenazas y d) medidas de conservación. Los métodos empleados para evaluar estos<br />

parámetros han sido las entrevistas, la búsqueda de rastros de alimentación de los manatíes, y la observación<br />

directa del hábitat y de los fenómenos de conservación que han tenido lugar en los últimos años. La<br />

distribución de la especie en el área de estudio se mantiene similar a la estimada hace ocho años y a la<br />

descrita para mitad del siglo XX. Por otro lado, parece que la abundancia de estos animales ha ido<br />

aumentando en los últimos años, además de mostrar un comportamiento menos esquivo con las personas. En<br />

lo que se refiere a amenazas, se debe destacar la práctica desaparición de la cacería ilegal de la especie y la<br />

aparición del tráfico de embarcaciones a motor como la principal amenaza para su supervivencia. Durante los<br />

últimos años se han realizado numerosas actividades destinadas a conservar la especie en el ámbito de la<br />

investigación, educación y sensibilización, y de la planificación para la gestión. Finalmente, se ofrecen<br />

algunas recomendaciones de conservación concretas, fruto de los hallazgos de este estudio.<br />

Abstract<br />

This study reassesses the conservation status of manatees in NE Costa Rica, focusing on changes in<br />

distribution, abundance, threats and conservation actions. Methods used were interviews, search after<br />

feeding signs, and direct observations of habitat and ongoing conservation activities. Manatee distribution<br />

seems similar to that found eight years ago and the one reported by mid XX century. Manatees seem to be<br />

more abundant than eight years ago and they are starting to show “friendly” behaviors towards people<br />

unseen during the early 90s. Regarding threats: poaching seems to have vanished from the area, while boat<br />

traffic has become a major risk for the species recovery. During the last years there’s been a tremendous<br />

change in the amount and intensity of conservation activities for manatees, covering educational, research<br />

and management aspects. Finally, this report offers some specific conservation recommendations derived<br />

from its findings.<br />

Introducción<br />

El manatí (Trichechus manatus) es uno de los mamíferos más escasos y amenazados de Costa Rica (Jiménez<br />

1999). A lo largo de décadas de estudios más o menos detallados diferentes autores han coincidido en que el<br />

mejor hábitat y el mayor núcleo poblacional de la especie en el país se encuentra en los humedales costeros


de las llanuras de Tortuguero (O’Donnel 1981, León 1990, Reynolds et al. 1995, Jiménez 1998, 1999, 2000,<br />

en prensa, Smethurst y Nietschmann 1999). Esta zona coincide en términos generales con el Área de<br />

Conservación Tortuguero (ACTo), más concretamente con el Parque Nacional Tortuguero (PNT) y el<br />

Refugio de Vida Silvestre Barra del Colorado (REBACO), y con el sector septentrional del Área de<br />

Conservación Amistad-Caribe (ACAA), especialmente las lagunas de Moin, Pacuare y Chiquero (Jiménez<br />

1998, 1999). Hasta el momento la evaluación más detallada del estado de conservación del manatí en el<br />

Noreste de Costa Rica fue realizada por Jiménez (1998, 1999) mediante el uso de entrevistas, búsqueda de<br />

rastros, observación directa y revisión de bibliografía entre 1996 y 1997. La presente investigación busca<br />

actualizar los hallazgos de esos estudios previos para reevaluar el estado de conservación del manatí en el<br />

Noreste de Costa Rica para el año 2005. Más concretamente, este informe actualiza los siguientes aspectos<br />

relacionados con el estado de conservación de la especie: 1) distribución, 2) abundancia, 3) amenazas y 4)<br />

acciones de conservación. Finalmente, sugiero una serie de medidas destinadas a promover la recuperación<br />

de la especie en el Noreste de Costa rica, con énfasis en el ACTo.<br />

Metodología<br />

El área del presente estudio incluyó los cursos de agua donde se había identificado la presencia de manatíes<br />

en 1996-1997 en el área comprendida entre la laguna de Moin y el origen del río Colorado a partir del río San<br />

Juan. La metodología general del estudio consistió en repetir en 2004 la evaluación poblacional realizada por<br />

mí mismo en 1996-1997 para comparar los resultados actuales con los obtenidos entonces. Jiménez (1998,<br />

1999) detalla los métodos utilizados en los estudios previos. Igualmente, Jiménez (en prensa) muestra,<br />

mediante regresiones logísticas, como el uso combinado de entrevistas y rastros de alimentación permite una<br />

buena estimación de la distribución de la especie en el área de estudio. En el mismo estudio se ve como la<br />

búsqueda activa de manatíes para que los investigadores vean a individuos de la especie no resulta un método<br />

eficiente para estimar su distribución. Por todo esto, la metodología de la presente investigación se basó en<br />

tres fuentes de información básicas: entrevistas, búsqueda de rastros y observación directa de características<br />

de hábitat y de algunas amenazas (especialmente de las embarcaciones a motor).<br />

Las entrevistas realizadas en 2004 difirieron en enfoque y en tamaño muestral de las realizadas en<br />

1996-1997. En aquel estudio se realizaron más de 250 entrevistas cortas a personas que visitaban o residían<br />

en los cursos de agua de la región y 27 entrevistas en profundidad a personas con varias décadas de presencia<br />

en el área y en algunos casos con experiencia en la caza de manatíes (Jiménez 1998). El objetivo de entonces<br />

era averiguar de la manera más detallada posible donde estaban los manatíes y que sabía la población local<br />

sobre ellos. Por otro lado, en el presente estudio me interesaba más poder detectar cambios en la distribución<br />

y abundancia de la especie. Por ello, realicé varias decenas de entrevistas cortas a habitantes locales sobre<br />

donde habían visto manatíes en los últimos meses. Más importante que éstas, busqué de manera activa a<br />

cierto tipo de informantes clave que me pudieran informar sobre cambios en la abundancia de la especie en<br />

los últimos diez años. Para ello seleccioné a personas que hayan frecuentado los cursos de agua de la zona


durante los últimos diez años y que ya fueran mayores de edad para entonces. Se trataba de encontrar adultos<br />

con especial experiencia en avistamientos de manatíes durante los últimos diez años (v.g. típicamente<br />

capitanes o guías turísticos o de pesca o pescadores con edades comprendidas entre los 30 y 50 años), no<br />

tanto viejos habitantes de la zona con mayor perspectiva histórica y con más dificultad para diferenciar lo<br />

que pasó en las décadas anteriores (v.g. habitantes con edades cercanas a los 60 años o superiores).<br />

A estos informantes clave les realicé dos preguntas destinadas a identificar cambios en la abundancia<br />

de la especie en los últimos diez años: 1) ¿Usted cree que en la actualidad se ven más, menos o la misma<br />

cantidad de manatíes que hace diez años?; y 2) ¿Cuál es el grupo mayor de manatíes que recuerda haber visto<br />

en los últimos dos años?. En total entrevisté a nueve, doce y nueve de estos informantes clave en Parismina,<br />

Tortuguero y Barra del Colorado respectivamente.<br />

Con el fin de verificar la información sobre distribución de la especie obtenida mediante entrevistas<br />

realicé búsquedas de rastros de alimentación en todos los cursos de agua citados por la gente y en los otros<br />

cursos de agua donde identifiqué la presencia de manatíes en 1996-1997. Los cambios en la disponibilidad de<br />

alimento y en calidad general del hábitat fueron realizados de manera cualitativa mediante el recorrido de los<br />

cursos de agua y la observación de éstos. Para medir los cambios en el tamaño de la flota de embarcaciones a<br />

motor presente en el área de estudio y los cambios en el caballaje de estos motores, realicé un conteo de los<br />

botes y sus motores en las comunidades de Parismina, Tortuguero y Colorado. Estos datos me permitieron<br />

hacer una comparación con los datos obtenidos por mí mismo en 1996. Finalmente, para estimar el número<br />

de manatíes que han aparecido muertos en los últimos siete años y tratar de reconstruir las circunstancias de<br />

su muerte realicé entrevistas en profundidad a los guardas del PNT que habían estado presentes cuando<br />

aparecieron los cuerpos de manatíes dentro de esta área protegida. Todos los relatos de cadáveres de manatíes<br />

encontrados en el área están asociados a este parque nacional, con la excepción de un relato en la laguna de<br />

Samay, como se verá más adelante.<br />

Distribución y abundancia<br />

La distribución del manatí estimada en este estudio coincide con la identificada hace siete años y con la<br />

reportada por varios autores para mitad del siglo XX (Ver Figs. 1, 2 y 3) (O’Donnel 1981, Jiménez 1998,<br />

1999). En términos generales la especie se distribuye de manera continua desde el río Colorado hasta el área<br />

de poca profundidad situada justo al norte de la comunidad de Parismina. Entre los sitios donde encontré<br />

rastros de alimentación de la especie y la gente reportó su presencia se encontrarían (de norte a sur): Caño<br />

Madre del Río Colorado, Caño Negro del Colorado, Laguna la Garza, Laguna Cahué, Laguna Yakí, Dos<br />

Bocas del Colorado, Laguna Pereira, el bajo Río Colorado cerca de la comunidad de Barra Sur, Back Lagoon,<br />

Laguna Agua Dulce, Laguna Samay y el canal que la conecta con el río Colorado, Laguna Penitencia, Cuatro<br />

Esquinas, Río Tortuguero (Aguas Frías), el canal principal que va desde Caño Negro hasta Cuatro Esquinas,<br />

Caño Sérvulo, Sierpe y sus tributarios, Caño Negro, Laguna Jalova, Caño California y su tributario Caño<br />

Aguas Negras (ver Figs. 1 y 2). Llama la atención que siguen sin verse manatíes o sus rastros en la parte baja


del río Parismina, y no vuelven a aparecer registros de la especie hacia el sur hasta llegar al caño Chiquero y,<br />

más al sur, a la laguna de Pacuare y su tributario el Caño Negro de Madre de Dios (Ver Fig. 3). No pude<br />

verificar la presencia de manatíes más al sur, más concretamente en la laguna de Moin, donde sí verifiqué su<br />

presencia en 1996-1997. La falta de registros fehacientes en la laguna de Moin se puede explicar tanto por el<br />

hecho de que parece que se están viendo menos manatíes en este humedal en los últimos años como porque<br />

no apliqué la misma intensidad de muestreo que en los humedales situados más al Norte. La especie parece<br />

estar definitivamente ausente en los ríos Parismina, Pacuare y Matina, los cuales han sufrido un marcado<br />

proceso de deforestación anterior al periodo de análisis de este estudio (1996-2004), tal y como fue descrito<br />

por Jiménez (1999, 2000).<br />

Si bien la distribución de la especie parece mantenerse constante en términos generales,<br />

encontrándose manatíes en prácticamente todos los humedales con características adecuadas, varias<br />

evidencias apuntan hacia un aumento de su abundancia en los últimos años. En primer lugar, cuando se les<br />

preguntó a los informantes clave sobre si se veían más, menos o los mismos manatíes que hace diez años, la<br />

gran mayoría de éstos respondieron que se veían más (ver Cuadro 1). Este dato hay que interpretarlo con<br />

cierta cautela, ya que el hecho de que se vean más manatíes puede deberse a dos fenómenos: 1) que éstos<br />

sean más abundantes, o 2) que se hayan ido “confiando” y se muestren con mayor facilidad frente a la gente.<br />

Algunos datos cualitativos apoyan este segundo fenómeno. Durante mis conversaciones con los pobladores<br />

locales, pude escuchar varios relatos de manatíes “dóciles” que no se escuchaban hace ocho años. Algunas de<br />

estas historias incluían casos de manatíes explorando curiosos las hélices de los botes, grupos de manatíes<br />

jugando o alimentándose a escasos metros de botes con turistas o incluso manatíes que prácticamente se<br />

dejaban tocar por los guardaparques. Como decía antes, estas historias no se escuchaban hace ocho años (y<br />

mucho menos hace 20 o 30 cuando la gente todavía los cazaba y eran animales extremadamente ariscos), lo<br />

que hace pensar que los manatíes de la zona se están “acostumbrando” a los botes y la gente y dejándose ver<br />

con mayor facilidad.<br />

Sin embargo, esto no excluye el hecho de que los manatíes puedan estar haciéndose más abundantes<br />

en la zona. Un buen indicador de la densidad de manatíes en áreas donde resulta extremadamente difícil<br />

realizar un conteo fiable (como es el caso del Noreste de Costa Rica) es el tamaño de grupo de estos<br />

animales. Bajo esta lógica, las áreas donde se ven grupos más grandes de manatíes tenderán a tener una<br />

mayor densidad de la especie y, del mismo modo, un aumento en el tamaño de grupo reportado a lo largo del<br />

tiempo apuntaría hacia un aumento de la densidad de la especie. Cuando reviso los tamaños de grupos de<br />

manatíes reportados en 253 entrevistas realizadas por mí en 1996-1997, veo que sólo se reportaron cuatro<br />

avistamientos de cinco individuos y uno de seis. Éstos fueron los tamaños de grupo más grandes reportados<br />

en esa época. En cambio, los informantes preguntados en 2004 reportaron haber visto un grupo de 20<br />

manatíes, otro de 12, otro de 10, dos de 8, y uno de 7-8 individuos, dentro de los grupos más grandes vistos<br />

en la región y sólo después de haber realizado 30 entrevistas para obtener esta información. A falta de datos


más concluyentes, esto apuntaría hacia un aumento en la densidad de la especie en el área comprendida entre<br />

Parismina y Barra del Colorado (es decir, en el PNT y el REBACO) entre 1997 y 2004.<br />

Cuadro 1. Respuestas de los informantes clave de tres comunidades a la pregunta si se veían más, menos o los mismos<br />

manatíes que antes (X 2 = 42, g.l.=8 p


Cuadro 2. Comparación del tamaño de la flota de embarcaciones a motor y de los tamaños de sus motores en las<br />

comunidades de Parismina, Tortuguero y Barra del Colorado.<br />

Parismina Tortuguero Barra del Colorado<br />

Año 1996 2004 1996 2004 1996 2004<br />

Número de embarcaciones 38 71 88 113 118 95<br />

Media del caballaje de los motores 68.5 83.5 72 97.4 75.7 93.3<br />

Mediana del caballaje de los motores 60 77.5 60 85 65 90<br />

Moda del caballaje de los motores 25 25 25 115 75 150<br />

Caballaje máximo identificado 125 230 230 270 300 230<br />

¿Cuál es el posible impacto de este aumento de la flota motorizada local sobre la población de manatíes? En<br />

primer lugar, el caballaje y las velocidades utilizadas en la zona (especialmente dentro del canal principal que<br />

atraviesa el PNT) son suficientemente altos como para provocar traumatismos graves y la muerte de los<br />

manatíes que tengan la mala suerte de ser atropellados por estas embarcaciones. En segundo lugar, los datos<br />

de aparición de cadáveres de manatíes dentro del PNT indican que esto ya está sucediendo. Cuando entrevisté<br />

a la gente de la zona en 1996 y 1997 pude reconstruir un solo caso de aparición de un cadáver de manatí en el<br />

PNT en los 30 años previos (ver Jiménez 1999). Entre 1998 y 2004 he podido recopilar entre cuatro y cinco<br />

casos de cadáveres de manatíes encontrados en la zona. Ya que los manatíes tienen únicamente una o dos<br />

crías cada tres años no es posible que este aumento dramático en la aparición de cadáveres de manatíes se<br />

deba principalmente a un aumento en la abundancia de estos animales. La principal fuerza detrás de este<br />

aumento en la aparición de cadáveres debe ser un aumento en la tasa de mortalidad de manatíes. En un lugar<br />

como el PNT donde la cacería de estos animales ha desaparecido y donde no se han registrado mortalidades<br />

masivas de peces que pudieran indicar una intoxicación aguda de manatíes (ver más abajo la parte sobre<br />

contaminación) todo apunta a que el aumento en la mortalidad se debe al mayor volumen y velocidad del<br />

tráfico de embarcaciones a motor. De hecho, en el año 2001 realicé la primera y última necropsia de un<br />

manatí efectuada hasta el momento en Costa Rica. Este fue el primero de los cadáveres encontrados en el<br />

PNT durante estos últimos cuatro años. Durante esa necropsia se observó que el manatí mostraba cicatrices<br />

inconfundibles de los cortes causados por una hélice en la espalda y se identificó como causa probable de su<br />

muerte un fuerte traumatismo en el área del pecho. Desgraciadamente, ésta fue la única necropsia realizada a<br />

un manatí en la zona por lo que no sabemos las causas probables de la muerte de los otros manatíes. En el<br />

caso del segundo cadáver encontrado en la zona (ver Fig. 4) mostraba un corte profundo en el área del hocico<br />

que diferentes testigos atribuyen a una hélice o propela. Después de estos dos manatíes muertos se<br />

encontraron de dos a tres cadáveres más (según las versiones) en 2003 y 2004, todos dentro del PNT y cerca<br />

del canal principal. Además de estos relatos sobre cadáveres de manatíes encontrados en el PNT, hubo un


habitante de la laguna de Samay que dijo haber visto un manatí muerto y “con la nariz sangrante” en el<br />

interior de esa laguna (un área donde no hay tráfico de embarcaciones a motor) en el año 2003.<br />

Otra amenaza citada en estudios previos es la contaminación de los cuerpos de agua habitados por los<br />

manatíes (Reynolds et al. 1995, Jiménez 1998, Smethurst y Nietschmann 1999). Hace siete años se hablaba<br />

de un posible desarrollo minero en las orillas del río San Juan, basado en la extracción de oro a cielo abierto,<br />

con lo que ésta podía implicar para la contaminación de los cursos de agua cercanos (Jiménez 1999).<br />

Afortunadamente para los manatíes y las otras especies que habitan la cuenca del río San Juan esta<br />

explotación minera nunca se produjo y actualmente no existen planes en este sentido, al menos en el lado<br />

costarricense de la cuenca. La principal fuente de contaminación de los cursos de agua de la zona proviene de<br />

las plantaciones bananeras situadas aguas arriba de aquéllos. En lo que se refiere a esta amenaza, Jiménez<br />

(1995,1999) discutió como se había comprobado la presencia de pesticidas altamente contaminantes en los<br />

cursos de agua del PNT (especialmente carbamatos y organofosforados) y la dificultad para poder encontrar<br />

una relación clara entre estos pesticidas y la salud de los manatíes de la zona. Desde entonces hasta ahora<br />

poco ha cambiado, las compañías bananeras siguen en la zona, no han aumentado significativamente su área<br />

y continúan usando altos volúmenes de pesticidas (especialmente organofosforados destinados a controlar la<br />

siratoca negra). El principal dato positivo en este sentido es que la mayoría de las plantaciones bananeras se<br />

han incorporado en los últimos años a algún sistema de certificado ambiental. Al igual que hace siete años,<br />

parece que los humedales con presencia de manatíes que más sufren la entrada masiva de pesticidas -asociadas<br />

a grandes mortalidades de peces—son la laguna de Pacuare y sus tributarios, junto con el Caño<br />

Chiquero (ver Fig. 3). De todos modos, este estudio no ha incluido un análisis en profundidad de los cambios<br />

habidos en la industria bananera y su uso de agroquímicos nocivos para los manatíes.<br />

En lo que se refiere al hábitat disponible para la especie, no se han detectado cambios significativos<br />

en este sentido en los últimos años. La región alberga hábitat de sobra para una población de manatíes que<br />

está con toda seguridad por debajo de su capacidad de carga ambiental, a pesar de que algunos cursos de agua<br />

hayan perdido la profundidad necesaria para favorecer su uso frecuente por parte de la especie. Éste es el caso<br />

de la desembocadura del río Parismina, donde de hecho hace años que no se reporta la presencia de manatíes.<br />

Los cursos de agua con mejor hábitat para la especie y donde más se ven los manatíes están incluidos dentro<br />

de áreas protegidas (v.g. PNT y REBACO) que impiden transformaciones graves del hábitat, como serían la<br />

tala de los árboles de las orillas o la transformación de éstas.<br />

Acciones de conservación<br />

Si ha habido un aspecto que ha cambiado notablemente entre 1997 y 2005 es el de las medidas de<br />

conservación dedicadas a la especie y el conocimiento disponible sobre ésta en el ámbito local, nacional e<br />

internacional. Cuando se realizó la primera evaluación en profundidad de la situación de los manatíes en<br />

Costa Rica (Jiménez 1998, 1999), esta especie estaba considerada como virtualmente extinta por los círculos<br />

científicos costarricenses, aunque no por los habitantes de la zona y algunos investigadores internacionales,


como fue el caso de Reynolds et al. 1995. Desde entonces hasta la actualidad se han realizado numerosas<br />

actividades de conservación en aspectos de educación y sensibilización, medidas de manejo e investigación.<br />

La principal institución detrás de estas actividades ha sido la Fundación Salvemos al Manatí de Costa Rica<br />

(FSMCR), constituida legalmente en 1996, con el apoyo activo de ACTo y autoridades del MINAE.<br />

En lo que se refiere a actividades de educación y sensibilización sobre la especie se ha publicado un<br />

libro divulgativo (Jiménez 2000) y un cómic educativo (Espinoza y Jiménez 1998). El primero fue distribuido<br />

de manera gratuita entre los pobladores de las comunidades de Parismina, Tortuguero y Barra del Colorado,<br />

personal de ACTo, científicos nacionales e internacionales, autoridades ambientales, científicos y ONGs de<br />

conservación. El segundo ha sido distribuido entre más de 500 niños de las tres comunidades antes citadas.<br />

Igualmente, personal de la FSMCR, ACTo y estudiantes del Programa Regional en Manejo de Vida Silvestre<br />

de la UNA realizaron dos campañas de educación y sensibilización basadas en una obra de teatro, en charlas<br />

con proyecciones de diapositivas y en la distribución del cómic recién citado. Para el mes de agosto de 2005<br />

la FSMCR planea la realización de una tercera campaña educativa en las tres comunidades previamente<br />

citadas además de comunidades del sur de Nicaragua que comparten la misma población de manatíes. En la<br />

misma línea, el MINAE, con la ayuda de la FSMCR, diseñó e imprimió un afiche sobre los manatíes de Costa<br />

Rica. Desgraciadamente la distribución de éste en las comunidades cercanas a los manatíes parece haber sido<br />

muy limitada.<br />

Durante este tiempo se han publicado numerosos artículos de prensa sobre la especie y se han<br />

realizado dos documentales internacionales sobre su conservación, uno para España y otro para Alemania.<br />

Estas apariciones del manatí en los medios de comunicación encontraron su culminación en la emisión en<br />

2004 de un documental centrado en los manatíes de Tortuguero dentro del programa informativo “Siete días”,<br />

uno de los de mayor audiencia en Costa Rica dentro del ámbito informativo. Finalmente, la creación del sitio<br />

web de la FSMCR ha servido para hacer accesible en el ámbito nacional e internacional los estudios y<br />

documentos elaborados sobre la ecología y conservación de los manatíes en Costa Rica y la vecina<br />

Nicaragua. Este sitio web (www.fundacionmanati.org) es seguramente el más visitado en lengua española<br />

para las personas que buscan información sobre manatíes en la actualidad.<br />

En lo que se refiere a acciones de manejo, se debe destacar la elaboración del “Plan de Conservación<br />

del Manatí en Costa Rica” (Jiménez et al. 2004). Este documento fue elaborado como borrador técnico con la<br />

ayuda del PNUMA en 1998 para luego ser discutido y consensuado por numerosos actores locales y<br />

nacionales interesados en la conservación de la especie durante un taller de tres días en febrero de 2001.<br />

Desgraciadamente, a pesar del alto grado de consenso logrado en su elaboración, el Plan no ha sido<br />

oficialmente aprobado, lo que no impide que instituciones como la FSMCR lo usen como su documento<br />

estratégico a la hora de planear sus actividades de conservación para la especie.<br />

Siguiendo las directrices de este Plan (y los hallazgos preliminares de este estudio) el ACTo y la<br />

FSMCR han trabajado en los últimos años en la señalización y ordenación del tráfico de embarcaciones en<br />

los cursos de agua del PNT. En primer lugar, ACTo contó con la ayuda de la compañía privada Cristal para


señalizar varios cursos de agua en el parque. En 2005 ACTo y FSMCR continuarán con sus actividades de<br />

señalización de cursos de agua para que los capitanes reduzcan la velocidad en áreas especialmente sensibles<br />

(v.g. Caño Negro) o para establecer “santuarios” para manatíes donde se restringe la entrada de<br />

embarcaciones a motor. Esta actividad se ha visto reforzada con la elaboración de un folleto educativo<br />

destinado a boteros, guías turísticos y gerentes de hoteles en los que se informa de la señalización de los<br />

cursos de agua y del peligro que implica circular a alta velocidad en ciertas áreas frecuentadas por los<br />

manatíes. Este folleto fue presentado y comentado públicamente por miembros de la FSMCR en todos los<br />

hoteles de la comunidad de Tortuguero. Igualmente importante ha sido la inclusión del manatí como especie<br />

indicadora y prioritaria en el Plan de Manejo del Parque Nacional Tortuguero realizado en 2004. Lo mismo<br />

sucedió en el caso del Plan de Manejo del Refugio de Vida Silvestre del Río San Juan en Nicaragua, un área<br />

protegida que acoge a la misma población de manatíes del Noreste de Costa Rica.<br />

En lo que se refiere a la investigación, entre 1998 y el año 2004 no se realizaron aportes científicos<br />

novedosos y notables sobre la especie, más allá de la necropsia ya citada que tuvo lugar en 2001. En 2004,<br />

gracias al proyecto financiado por CEPF (el mismo proyecto que financió este estudio) la FSMCR retomó las<br />

actividades de investigación sobre la especie. Éstas se han centrado en tres temas principales: 1) la evaluación<br />

de las percepciones, actitudes y conocimientos de la población local sobre los manatíes, su hábitat y la<br />

conservación de ambos; 2) la actualización del estado de conservación de la especie, culminada con el<br />

presente estudio; y 3) el desarrollo de un estudio ecológico de la especie basado en el marcaje y seguimiento<br />

de ejemplares mediante telemetría de VHF, cuyos avances son descritos por Jiménez (2005).<br />

Algunas recomendaciones a la luz de este estudio<br />

El ya citado Plan de Conservación del Manatí en Costa Rica detalla los objetivos y las actividades más<br />

importantes a realizar para conservar la especie en el país. No es mi intención repetir ni modificar lo acordado<br />

e incluido en dicho documento. Sin embargo, a la luz de los nuevos hallazgos me atrevo a recomendar<br />

algunas acciones que considero como prioritarias para avanzar en la recuperación de los manatíes del Noreste<br />

de Costa Rica.<br />

En primer lugar, en vista del número de manatíes que han aparecido muertos en la zona en los<br />

últimos cuatro años, parece más necesario que nunca tener un registro fehaciente de los cadáveres<br />

encontrados, donde aparecen y cuáles son las causas probables de su muerte. Para poder lograr esto se<br />

necesita contar tanto con personas capacitadas en la realización de necropsias de manatíes como con un<br />

protocolo de respuesta claramente establecido en el caso de que aparezca un cadáver de manatí en la zona. En<br />

el año 2004 Ana Estrada, una veterinaria costarricense, recibió capacitación en la realización de necropsias de<br />

estos animales en el Laboratorio de Patología de Mamíferos Marinos del Estado de Florida, el lugar con<br />

mayor experiencia en este campo en todo el mundo. Sin duda éste es un enorme avance; sin embargo, de nada<br />

servirá tener a una o varias personas capacitadas en la realización de necropsias si no se establece un sistema<br />

de respuesta y aviso en el caso de que aparezca un manatí muerto en el PNT, el REBACO o cualquier otro


sector del Noreste de Costa Rica, junto con un protocolo y mecanismos de respuesta que hagan que estas<br />

personas puedan estar realizando la necropsia a las pocas horas de que se haya detectado el cadáver. Hasta el<br />

momento ni el ACTo, ni la FSMCR cuentan con este sistema de aviso ni con un protocolo de respuesta frente<br />

a la aparición de cadáveres de manatíes. Esto hace que en muchos casos tanto los gestores del área de<br />

conservación, como los miembros de la FSMCR, se acaben enterando del suceso cuando ya han pasado días o<br />

semanas y ya se ha perdido la oportunidad de realizar una necropsia, aunque hayan sido funcionarios del<br />

mismo PNT los que hayan encontrado y manipulado los cadáveres.<br />

En segundo lugar, una vez que se hayan señalizado los cursos de agua para que las embarcaciones<br />

circulen a menor velocidad en áreas sensibles para los manatíes, es importante tomar medidas tanto para el<br />

cumplimiento de esta señalización como para evaluar el éxito de ésta. Dentro de este contexto, el control de<br />

la velocidad de las embarcaciones a su paso por Caño Negro dentro del PNT aparece como una prioridad. La<br />

señalización y la difusión de un folleto educativo son pasos importantes, pero deben ir acompañados de<br />

medidas de vigilancia y seguimiento. En tercer lugar, tal y como se detalla en Jiménez (2005), se deben<br />

continuar los esfuerzos para marcar manatíes con radiotransmisores para poder ir conociendo su forma de<br />

vida más allá de la información suministrada por las entrevistas y los rastros de alimentación. Finalmente,<br />

sería recomendable que se volvieran a revisar y actualizar de manera pública y consensuada los contenidos<br />

del Plan de Conservación del Manatí en Costa Rica. Una vez logrado esto, sería conveniente hacer un<br />

esfuerzo para asegurar la aprobación y “apropiación” del documento por las diferentes instituciones<br />

comprometidas en la conservación de la especie, con énfasis en el MINAE, y más concretamente ACTo y<br />

ACCA.<br />

Conclusiones<br />

En los últimos ocho años los manatíes han pasado de ser una especie desconocida y casi “fantasmal” en el<br />

ámbito científico y conservacionista costarricense a ser probablemente el mamífero cuyo estado de<br />

conservación es mejor conocido en el país, además de empezar a jugar un papel destacado dentro de las<br />

estrategias y planes de conservación en el Caribe norte y de introducirse en los hogares de los pobladores<br />

locales a través de charlas, obras de teatro y publicaciones, al igual que en los del resto de los costarricenses<br />

mediante periódicos y espacios televisivos. Durante este tiempo la distribución de la especie se ha mantenido<br />

estable, sigue habiendo hábitat apropiado para un número mucho mayor de estos animales, parece que éstos<br />

se han ido acostumbrando a la gente y, de manera obligada, a las embarcaciones a motor, y es probable que el<br />

número de individuos presentes en los cursos de agua haya aumentado después de años de conservación y de<br />

ausencia de cacería. Durante los años 90 y los primeros años de este siglo, el noreste de Costa Rica ha ido<br />

avanzando en un proceso de desarrollo basado principalmente en las áreas protegidas, el turismo y la pesca.<br />

Gracias a este desarrollo, la zona se ha conectado económica y socialmente al resto del país, han desaparecido<br />

las condiciones que permitían la caza ilegal de los manatíes y ha aumentado espectacularmente el número y la<br />

potencia de las embarcaciones que atraviesan los cursos de agua que les sirven de hábitat. Este desarrollo


plantea un nuevo dilema, ya que las mismas fuerzas que han favorecido la desaparición de la cacería y con<br />

ella la probable recuperación de la especie, pueden amenazar su conservación si no se logra evitar que una<br />

visitación desordenada y creciente de los cursos de agua provoque un aumento en la mortalidad de los<br />

manatíes. En este sentido, los manatíes sirven como indicadores de los cambios sociales, económicos y<br />

ecológicos que están sucediendo en la región. No se trata de elegir entre turismo y manatíes, sino asegurar<br />

que aquél no implique un retroceso en décadas de trabajo en conservación de la especie y los humedales que<br />

ésta habita.<br />

Agradecimientos<br />

Este estudio ha sido financiado por el Critical <strong>Eco</strong>systems Partnership Fund (CEPF) como parte del proyecto<br />

“El manatí como herramienta para la conservación integrada de los humedales y bosques del río San Juan y<br />

las llanuras de Tortuguero (Costa Rica-Nicaragua)” que está siendo ejecutado por la Fundación Salvemos al<br />

Manatí de Costa Rica (FSMCR) y la Fundación Amigos del Río San Juan (FUNDAR). Alexander Gómez y<br />

Priscilla Alvarado Taylor me asistieron durante mi trabajo de campo. Carlos Espinoza (FSMCR), Fabio<br />

Buitrago (FUNDAR) y Alejandro Álvarez (Conservación Internacional) otorgaron el apoyo institucional y<br />

administrativo necesario para su realización.<br />

Bibliografía<br />

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Costa Rica<br />

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Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica. 14 pp<br />

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Tesis de Maestría. Programa Regional en Manejo de Vida Silvestre para Mesoamérica y el Caribe,<br />

Universidad Nacional, Costa Rica.<br />

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Smethurst, D. & Nietschmann, B. 1999. The distribution of manatees (Trichechus manatus) in the coastal<br />

waterways of Tortuguero, Costa Rica. Biological Conservation 89, 267-274


Figura 1. Distribución del manatí en la zona norte del área de estudio (2004). Los puntos rojos<br />

indican lugares donde la gente dice haber visto manatíes. Los puntos verdes indican lugares donde he<br />

visto rastros de alimentación de manatíes. La trama gris de fondo marca las áreas protegidas.


Figura 2. Distribución del manatí en la zona media del área de estudio centrada en el Parque Nacional<br />

Tortuguero (2004). Los puntos rojos indican lugares donde la gente dice haber visto manatíes. Los puntos<br />

verdes indican lugares donde he visto rastros de alimentación de manatíes. El punto amarillo indica el único<br />

lugar donde el investigador vio un manatí durante este estudio. La trama gris de fondo marca las áreas<br />

protegidas


Figura 3. Distribución del manatí en la zona sur del área de estudio (2004). Los puntos rojos indican<br />

lugares donde la gente dice haber visto manatíes. Los puntos verdes indican lugares donde he visto rastros de<br />

alimentación de manatíes. La trama gris de fondo marca las áreas protegidas.


Figura 4. Manatí encontrado muerto por personal del PNT en 2002.

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