parte 2 - Le Corbusier en Bogotá
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del Minotauro. El hombre-toro de Picasso ha sido interpretado<br />
<strong>en</strong> algunas ocasiones como un autorretrato. En la obra de<br />
<strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>, es un proceso que comi<strong>en</strong>za <strong>en</strong> los cuar<strong>en</strong>ta,<br />
con la transformación de uno de sus bodegones de los años<br />
veinte y finaliza con una serie de pinturas realizadas <strong>en</strong> los<br />
cincu<strong>en</strong>ta y los ses<strong>en</strong>ta, d<strong>en</strong>ominada Taureaux (Toros). En la<br />
pintura <strong>Le</strong> grand verre à côtes et l’echarpe rouge de 1940,<br />
se aprecia cómo <strong>en</strong> medio de los motivos del bodegón introduce<br />
una oreja, una de las formas por excel<strong>en</strong>cia del «f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o<br />
de acústica visual», el cual estaba trabajando por<br />
esos años. El proceso de transformación se aprecia <strong>en</strong> una<br />
página de los carnets de viajes de 1952, donde <strong>en</strong> primera<br />
instancia gira la disposición de la pintura 90 o , exagerando el<br />
tamaño de la oreja, y <strong>en</strong> segundo término unifica y funde las<br />
piezas del bodegón mediante la agregación de unos contornos.<br />
La figura resultante ti<strong>en</strong>e reminisc<strong>en</strong>cias de objetos, animales<br />
y personas. En la <strong>parte</strong> superior, debajo de la botella<br />
girada, emerge una cabeza fem<strong>en</strong>ina que mira hacia arriba;<br />
de ella desci<strong>en</strong>d<strong>en</strong> los pechos que se fund<strong>en</strong> con la oreja.<br />
En el costado izquierdo de esta, sobresale una punta, que<br />
repres<strong>en</strong>taría la nariz o el pico de la cabeza de un animal y<br />
cuyos ojos coincidirían con los pechos de la mujer.<br />
La figura del Minotauro repres<strong>en</strong>taba para <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong><br />
un símbolo de unión, la fusión <strong>en</strong>tre un ser humano y un animal,<br />
el toro. Esta unión la expresa claram<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un par de<br />
litografías correlativas publicadas <strong>en</strong> su libro <strong>Le</strong> Poême de<br />
l’angle droit (El poema del ángulo recto), que realiza <strong>en</strong>tre<br />
1947 y 1953, donde compila lo más granado de su repertorio<br />
iconográfico. 15 En la primera imag<strong>en</strong>, d<strong>en</strong>ominada Unité 1,<br />
se observa un toro y una mujer abrazados; <strong>en</strong> la sigui<strong>en</strong>te,<br />
Unité 2, los personajes se fund<strong>en</strong> <strong>en</strong> uno solo, mezclados<br />
con otras alegorías. 16 Esta última ilustración está dividida <strong>en</strong><br />
tres franjas horizontales, separadas por dos líneas horizontales.<br />
En la <strong>parte</strong> superior se intuy<strong>en</strong> cabezas, cuernos, colas<br />
de peces; <strong>en</strong> la zona intermedia se vislumbra la silueta de<br />
un ave, un cuervo, relativo a la d<strong>en</strong>ominación francesa de<br />
corbeau y al nombre resumido de <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>: Corbu, como<br />
le solían llamar las personas más allegadas, con lo que se<br />
podría p<strong>en</strong>sar que la figura de este pájaro es una refer<strong>en</strong>cia<br />
de sí mismo. 17 Los ojos del cuervo son también los pechos<br />
de la mujer –cuya cabeza está <strong>en</strong> el estrato superior– y también<br />
las fosas nasales del toro, el cual se descubre al girar la<br />
imag<strong>en</strong> 180º (la boca del ave resulta ser el ojo de la res). En<br />
resum<strong>en</strong>, <strong>en</strong> esta imag<strong>en</strong> se reún<strong>en</strong> y se mezclan diversas<br />
alegorías, relativas a la figura del toro, al cuervo, a peces,<br />
a la mujer e incluso al propio <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>. La composición<br />
cond<strong>en</strong>sa, como si fuese un crisol, una serie de refer<strong>en</strong>cias<br />
que proced<strong>en</strong> de muy diversas fu<strong>en</strong>tes. Es precisam<strong>en</strong>te por<br />
ello que la imag<strong>en</strong> se titula Unité.<br />
Más adelante veremos que el emblema del toro también<br />
está pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> «el Mural Nómada» titulado <strong>Bogotá</strong>.<br />
El cont<strong>en</strong>ido<br />
En la tapicería <strong>Bogotá</strong>, la figura fem<strong>en</strong>ina del medio ti<strong>en</strong>e una<br />
extraña cabeza. Su cabellera parece partida por <strong>en</strong> medio;<br />
de su fr<strong>en</strong>te emerg<strong>en</strong> dos protuberancias que se abr<strong>en</strong> hacia<br />
los costados, como si se tratara de un par de cuernos.<br />
En efecto, al revisar uno de los croquis preparatorios para la<br />
tapicería, podemos constatar que lo que este personaje ti<strong>en</strong>e<br />
<strong>en</strong> su cabeza es un par de cuernos. Su cara incluso parece<br />
la de un animal. ¿A qué extraño ser, con cuerpo de humano<br />
y cabeza de animal, se puede estar refiri<strong>en</strong>do esta figura?<br />
A mediados de los cuar<strong>en</strong>ta, <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> estuvo dibujando,<br />
de manera casi obstinada, una pres<strong>en</strong>cia un tanto<br />
similar. En la serie de la colección Ahr<strong>en</strong>berg se compilan<br />
alrededor de quince dibujos con el mismo motivo, un curioso<br />
espécim<strong>en</strong> con cuerpo de mujer, alas <strong>en</strong> lugar de brazos y<br />
cabeza de cabra. 18 A la figura, con su cabeza vista de perfil,<br />
<strong>en</strong>señando un solo cuerno, se le conocería años más tarde<br />
con el nombre de Licorne (Unicornio). En numerosos dibujos<br />
y pinturas, como <strong>en</strong> los de la serie Ahr<strong>en</strong>berg, <strong>en</strong> litografías<br />
del Poema del ángulo recto, o <strong>en</strong> el mural del Pabellón<br />
Suizo de la ciudad universitaria de París, Licorne suele estar<br />
acompañada de una mano gigantesca <strong>en</strong> la que se apoya<br />
con una de sus alas. En uno de los tantos bocetos <strong>en</strong> que<br />
está pres<strong>en</strong>te esta pareja, señalando el pecho de Licorne,<br />
<strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> escribió: ici «von». Von es la abreviatura del<br />
nombre de su mujer Ivonne, por lo que se interpreta que la<br />
figura con alas y cuernos está relacionada con ella, qui<strong>en</strong><br />
además nació bajo el signo zodiacal de Capricornio, el cual<br />
se repres<strong>en</strong>ta con la cabra. Entre el cuerpo de la mujer y la<br />
mano, <strong>en</strong>cerrada <strong>en</strong> un círculo, se puede leer la sigui<strong>en</strong>te<br />
frase: «garder mon aile dans ta main» («guarda mi ala <strong>en</strong><br />
tu mano»): se trata de un texto extraído de una poesía de<br />
Mallarmé, con lo que se interpreta que la mano protectora es<br />
la del propio <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>, una especie de autorretrato, que<br />
sirve de rescoldo al ala de su mujer, a la que también solía<br />
llamar «mi ángel guardián». 19<br />
La misteriosa pres<strong>en</strong>cia de Licorne también ha sido explicada<br />
desde otras perspectivas. En alguna, se le asocia con<br />
la figura mitológica de Pegaso, el caballo volador. Durante el<br />
viaje a Ori<strong>en</strong>te, <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> adquirió para su colección personal<br />
una jarra cerámica con una forma un tanto curiosa; la<br />
<strong>parte</strong> superior estaba decorada con dos figuras: una de ellas<br />
repres<strong>en</strong>taba una forma humana y la otra correspondía a un<br />
caballo con alas, las cuales servían de asas al recipi<strong>en</strong>te. A<br />
tal punto le atraería este objeto que lo reprodujo <strong>en</strong> su libro<br />
L’art décoratif d’aujourd’hui, <strong>en</strong>señándolo como un ejemplo<br />
del «poder lírico de una cultura popular» y añadiría: «el lapso<br />
del tiempo traerá de nuevo a Pegaso». En una fotografía de<br />
1922, <strong>en</strong> la que aparece con Albert Jeaneret y Amédée<br />
Oz<strong>en</strong>fant, se le ve graciosam<strong>en</strong>te portando el jarro sobre<br />
su cabeza, tal vez, como queri<strong>en</strong>do incorporar <strong>en</strong> él mismo<br />
la forma mitológica. 20<br />
En cualquier caso, las efigies de Licorne y de Pegaso simbolizan<br />
por igual la hibridación <strong>en</strong>tre unos seres pert<strong>en</strong>eci<strong>en</strong>tes<br />
a la tierra con otros, que se desplazan librem<strong>en</strong>te por el<br />
cielo. La mujer-cabra fusionada con un ave, el caballo que<br />
porta alas e incluso el toro y la mujer que se mezclan con el<br />
cuervo <strong>en</strong> la serie Taureux, son asociaciones que hac<strong>en</strong> alusión<br />
a personas o animales que caminan sobre la tierra y que<br />
están aglutinados con animales que vuelan por el aire. Esta<br />
teoría podría confirmarse <strong>en</strong> un dibujo que realizó <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong><br />
sobre un ejemplar ilustrado de La Iliada (al que nos<br />
referiremos más adelante), <strong>en</strong> el que se observa, <strong>en</strong> la <strong>parte</strong><br />
inferior del dibujo, el combate <strong>en</strong>tre las tropas <strong>en</strong> medio de la<br />
ciudad amurallada de Troya, y <strong>en</strong> la <strong>parte</strong> superior se ve un<br />
águila <strong>en</strong> pl<strong>en</strong>o vuelo, portando <strong>en</strong>tre sus garras una cabra.<br />
<strong>Bogotá</strong>: el mural nómada que pinto <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> | Jaime Sarmi<strong>en</strong>to<br />
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