Maqueta del proyecto para la Ciudad del Empleado. © Proa. Dibujo del proyecto para la ampliación de la carrera 10.ª. © Proa. Entre agosto de 1946 y junio de 1948 se publicaron <strong>en</strong> la revista Proa cinco propuestas para transformar a <strong>Bogotá</strong> <strong>en</strong> una ciudad moderna. Fueron ellas: 1. La ampliación de la carrera décima, 2. El plan vial a 20 años, 3. Reurbanización de la Plaza C<strong>en</strong>tral de Mercado y de las 16 manzanas vecinas, 4. La ciudad del empleado y 5. Reconstrucción de <strong>Bogotá</strong>. Plano de la propuesta para la Reconstrucción de <strong>Bogotá</strong>. © Proa. En el número 1 de Revista Proa fueron publicados una serie de trabajos de estudiantes con el título: «Para que <strong>Bogotá</strong> sea una ciudad moderna»: maqueta de uno de ellos. © Proa. <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> y la revista Proa o la historia de un mal<strong>en</strong>t<strong>en</strong>dido | Hugo Mondragón 105
Según se expuso, el plan fue ampliam<strong>en</strong>te debatido d<strong>en</strong>tro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos (SCA) 6 y algunos de sus miembros pres<strong>en</strong>taron un nuevo plan, basado <strong>en</strong> el anterior, que contemplaba el <strong>en</strong>sanche de algunas vías exist<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> la ciudad. Este proyecto apareció publicado <strong>en</strong> Proa con el nombre de Ampliación de la carrera 10.ª y según se afirmaba: «El alcalde Llinás, sucesor de Soto del Corral, hizo aprobar <strong>en</strong> el Concejo, <strong>en</strong> 1945, conforme a los principios expuestos por la SCA el proyecto definitivo de <strong>en</strong>sanche de esta importante vía». 7 No obstante el triunfo gremial que pudo haber significado la aprobación de este proyecto por <strong>parte</strong> de la administración de la ciudad, es probable que la revista considerara que los proyectos de transformación de la ciudad no podían dep<strong>en</strong>der de la «s<strong>en</strong>satez» o «bu<strong>en</strong>a voluntad» del gobernante de turno o, tal vez más importante, de la bu<strong>en</strong>a relación que el gremio de los arquitectos tuviera con él. Por esta misma razón, <strong>en</strong> el mismo número <strong>en</strong> el cual se celebraba la aprobación de la ampliación de la carrera 10.ª, se lanzó una verdadera campaña para que la Administración de la ciudad creara un «Departam<strong>en</strong>to Municipal de Planificación Autónomo», organismo que «… ya existe <strong>en</strong> la capital de cualquier Estado donde el ord<strong>en</strong>, la higi<strong>en</strong>e y el crecimi<strong>en</strong>to de la ciudad sean preocupaciones». 8 La pregunta que surgía <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to era: ¿quiénes serían las personas más idóneas para conformar dicho departam<strong>en</strong>to? Es obvio que no se trataba de los actuales funcionarios del municipio, contra los cuales los editores de la revista no ahorraban críticas. 9 Los candidatos eran otros. Si por una <strong>parte</strong> se hacía un llamado para que este departam<strong>en</strong>to, que sería el <strong>en</strong>cargado de la administración de la ciudad, estuviera integrado por personas capacitadas –y quién más capacitada que una persona que hubiera cursado estudios urbanos– 10 , por la otra, sugería hacer un llamado a colaborar a «… los jóv<strong>en</strong>es arquitectos que <strong>en</strong> diciembre, con motivo de la exposición de su tesis de grado, mostraron a<strong>parte</strong>s de lo que podría hacer <strong>en</strong> <strong>Bogotá</strong>». 11 La estrategia iba resultando evid<strong>en</strong>te. Por una <strong>parte</strong>, se estaba impulsando la candidatura de alguno de los miembros de la SCA para que fuera nombrado como director del 106 <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> <strong>en</strong> <strong>Bogotá</strong>, 1947-1951: Precisiones <strong>en</strong> torno al Plan Director m<strong>en</strong>cionado Departam<strong>en</strong>to de Planificación –podría tratarse del propio Carlos Martínez– 12 . Por la otra, se buscaba la inclusión de los llamados jóv<strong>en</strong>es arquitectos, algunos de los cuales ya habían sido alumnos del propio Martínez <strong>en</strong> la Universidad Nacional y con qui<strong>en</strong>es, sin duda, compartía posiciones ideológicas parecidas. 13 Pero ¿por qué la revista decidió <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> conti<strong>en</strong>da para incidir <strong>en</strong> dicho organismo? La respuesta puede resultar obvia si se ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta el papel fundam<strong>en</strong>tal que el Departam<strong>en</strong>to de Planificación desempeñaba <strong>en</strong> la puesta a punto de las propuestas publicadas <strong>en</strong> Proa para el c<strong>en</strong>tro histórico de <strong>Bogotá</strong>. En tanto, la viabilidad de los planes dep<strong>en</strong>día de la aplicación de la <strong>Le</strong>y de Expropiación y, si bi<strong>en</strong> dicha ley existía, no existía el organismo <strong>en</strong>cargado de aplicarla. Así, la revista no dudó <strong>en</strong> idear una modificación a la administración de la ciudad que permitiera la creación de dicho organismo y tampoco dudó <strong>en</strong> <strong>en</strong>trar <strong>en</strong> conti<strong>en</strong>da directa por su control. Para Carlos Martínez era claro que, <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to del país, «Urbanizar es gobernar». 14 Las reformas exigidas a la administración pública t<strong>en</strong>ían por objetivo final allanar el camino para que la administración de la ciudad se decidiera por adoptar algún tipo de estrategia de planeami<strong>en</strong>to para <strong>Bogotá</strong>. En 1947, el año sigui<strong>en</strong>te a la fundación de Proa, el gremio de los arquitectos, repres<strong>en</strong>tados por la SCA, obt<strong>en</strong>dría un significativo éxito <strong>en</strong> esta dirección, al lograr la aprobación de la <strong>Le</strong>y 88 por <strong>parte</strong> del Congreso de la República. 15 En ese mismo año, se iniciaron las gestiones para contratar el plan de <strong>Bogotá</strong> a un «profesional de primer ord<strong>en</strong> y comprometido con las propuestas más avanzadas y modernas». 16 Se establecieron algunos contactos con personajes como Marcel Breuer, pero es muy probable que Eduardo Zuleta Ángel –para la fecha, ministro de Colombia ante las Naciones Unidas– haya postulado e impulsado la candidatura de <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> y es con ese rótulo que el maestro francosuizo visitó <strong>Bogotá</strong> por primera vez, el 6 de junio de 1947. 17 Este mitológico suceso ha sido ampliam<strong>en</strong>te com<strong>en</strong>tado por la historiografía colombiana, que ha señalado el apoyo irrestricto que los arquitectos colombianos y sobre todo, Car- los Martínez Jiménez y un grupo de fieles seguidores de sus ideas, le habrían prestado al maestro, lo cual lo habría hecho exclamar: «Está bi<strong>en</strong> que estén de acuerdo conmigo <strong>en</strong> un ci<strong>en</strong> por ci<strong>en</strong>, pero no es posible que estén de acuerdo conmigo <strong>en</strong> un tresci<strong>en</strong>tos por ci<strong>en</strong>to…» 18 En el editorial aparecido <strong>en</strong> el ejemplar número 7 de Proa, la revista anunciaba la visita de <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> a <strong>Bogotá</strong> y <strong>en</strong> el editorial del ejemplar número 8, dedicado <strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te a la figura del maestro, se transcribieron algunas de las frases que pronunció durante su visita a la ciudad. 19 Sin embargo, el apoyo que la revista le daba a la candidatura de <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> parecería t<strong>en</strong>er unos límites difusos. Reconoci<strong>en</strong>do la importancia del personaje y su filiación ideológica, a partir de ese mom<strong>en</strong>to, los editores a revista se <strong>en</strong>cargaron de promover la contratación de un estudio urbano de <strong>Bogotá</strong> a <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>. Sin embargo, por alguna razón, no solicitaban nada con precisión, sino que lo hacían de forma bastante vaga, tal como indican las palabras «contribución» o «aporte», las cuales parec<strong>en</strong> sugerir más la figura de un asesor que la de un contratista, con lo cual los editores de la revista parecían no r<strong>en</strong>unciar a la posibilidad de llevar a cabo los planes que habían publicado <strong>en</strong> Proa para modernizar a <strong>Bogotá</strong>. En el artículo que sirvió de introducción al intempestivo y coyuntural proyecto de Reconstrucción de <strong>Bogotá</strong> del año 1948, los editores de la revista sost<strong>en</strong>ían que una vez que dicho proyecto fue mostrado al conocido urbanista Maurice Rotival, este <strong>en</strong> repetidas ocasiones sostuvo que «ustedes los arquitectos de <strong>Bogotá</strong>, han llegado a una insospechada madurez profesional. Ustedes no necesitan de técnicos extranjeros sino a manera de críticos por 10 ó 15 días cada 6 meses» [sic]. 20 Con esta operación, se estaba tratando de señalar un esquema de trabajo <strong>en</strong> el cual unos arquitectos colombianos –probablem<strong>en</strong>te del círculo de Proa– llevaban a cabo el plan para <strong>Bogotá</strong> con la asesoría de un técnico extranjero –léase <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>–. Pero además, la aparición de esta figura no es una casualidad. Rotival era un urbanista francés def<strong>en</strong>sor
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