07.04.2013 Views

parte 2 - Le Corbusier en Bogotá

parte 2 - Le Corbusier en Bogotá

parte 2 - Le Corbusier en Bogotá

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El Plan Piloto visto por Germán Samper<br />

<strong>en</strong>trevista por María Cecilia O’Byrne (MCO’B) y Ricardo Daza (RD), 1 de agosto de 2009 1<br />

MCO’B:<br />

Germán, antes que nada queremos agradecerle el apoyo<br />

para la publicación del informe técnico del Plan Director de<br />

<strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> para <strong>Bogotá</strong>. Sin su g<strong>en</strong>erosidad, su tiempo, su<br />

archivo y su copia del plan, este proyecto habría sido imposible.<br />

El trabajo de preparación de esta <strong>en</strong>trevista, junto con<br />

las conversaciones que hemos t<strong>en</strong>ido, han sido un verdadero<br />

apr<strong>en</strong>dizaje.<br />

Germán, para todos es bi<strong>en</strong> conocido que fueron tres los<br />

colombianos que trabajaron <strong>en</strong> el atelier de <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong>:<br />

Rogelio Salmona, Reinaldo Val<strong>en</strong>cia y usted: 2 ¿cómo fue su<br />

llegada al 35 rue de Sèvres y <strong>en</strong> qué consistía el trabajo?<br />

GS:<br />

Al lado de París, Berlín, Nueva York, Bu<strong>en</strong>os Aires, Río de<br />

Janeiro, y las ciudades m<strong>en</strong>ores de Italia, Grecia y Ori<strong>en</strong>te<br />

que nutrieron la m<strong>en</strong>te del jov<strong>en</strong> Charles-Edouard Jeanneret<br />

Gris, <strong>Bogotá</strong> era una pequeña ciudad andina sin importancia<br />

que no hacía <strong>parte</strong> de su propia geografía m<strong>en</strong>tal.<br />

El destino hizo que, <strong>en</strong> su estadía <strong>en</strong> Nueva York, colaborando<br />

con otros arquitectos para la elaboración de un<br />

esquema arquitectónico para las Naciones Unidas <strong>en</strong> 1947,<br />

conociera a un diplomático colombiano, Eduardo Zuleta Ángel,<br />

3 qui<strong>en</strong> había recibido del alcalde de <strong>Bogotá</strong>, Fernando<br />

Mazuera Villegas, 4 y un grupo de arquitectos admiradores<br />

del maestro suizo-francés, el <strong>en</strong>cargo de invitarlo a la capital<br />

colombiana. Había ya <strong>en</strong> el subconsci<strong>en</strong>te de estos dirig<strong>en</strong>tes<br />

colombianos la idea de que pudiera realizarse un<br />

contrato con el conocido urbanista. Se produjo la invitación,<br />

el arquitecto aceptó y <strong>en</strong> junio de 1947, <strong>en</strong> vuelo desde Nue-<br />

138 <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> <strong>en</strong> <strong>Bogotá</strong>, 1947-1951: Precisiones <strong>en</strong> torno al Plan Director<br />

va York, aterrizó <strong>en</strong> el aeropuerto de Techo, que operaba <strong>en</strong><br />

unas instalaciones precarias. Gran sorpresa debió t<strong>en</strong>er <strong>Le</strong><br />

<strong>Corbusier</strong> con el <strong>en</strong>tusiasta recibimi<strong>en</strong>to de los alumnos de<br />

Arquitectura y los jóv<strong>en</strong>es profesionales, todos conocedores<br />

de sus teorías sobre la arquitectura moderna y claram<strong>en</strong>te<br />

alineados <strong>en</strong> ellas. La Ciudad Universitaria ya t<strong>en</strong>ía su campus<br />

inicial y muestras de arquitectura que bi<strong>en</strong> hubiera podido<br />

firmar el maestro.<br />

Entre ese grupo me <strong>en</strong>contraba yo, faltando dos o tres<br />

meses de graduarme. Formé <strong>parte</strong> de los <strong>en</strong>tusiastas que<br />

siguieron al arquitecto <strong>en</strong> sus correrías por la ciudad y asistí<br />

a sus confer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> el Teatro Colón. Para una m<strong>en</strong>te bisoña<br />

y moldeable como la mía, <strong>en</strong> ese mom<strong>en</strong>to el impacto del<br />

contacto visual con el arquitecto fue s<strong>en</strong>cillam<strong>en</strong>te un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to<br />

int<strong>en</strong>so.<br />

No formé <strong>parte</strong> del grupo de qui<strong>en</strong>es tuvieron contacto<br />

directo con él, yo estuve siempre <strong>en</strong> una discreta retaguardia.<br />

El idioma y mi timidez me impidieron acercarme.<br />

Fernando Martínez, Carlos Arbeláez, Carlos Martínez, Hernando<br />

Vargas Rubiano y un jov<strong>en</strong> desconocido, alumno de<br />

los cursos bajos, Rogelio Salmona, 5 tuvieron el privilegio de<br />

cambiar impresiones con él, puesto que hablaban el idioma<br />

galo. Una determinación obviam<strong>en</strong>te utópica, pero que hoy<br />

reconozco como audaz, me hizo p<strong>en</strong>sar que yo podría trabajar<br />

<strong>en</strong> el taller de ese personaje tan especial. Me matriculé<br />

<strong>en</strong> cursos de francés, me gané una beca, y un año y medio<br />

después estaba embarcado <strong>en</strong> un viaje por mar, que salió de<br />

Cartag<strong>en</strong>a y ancló fr<strong>en</strong>te a la Costa Azul para dejar dos pasajeros,<br />

Alberto Peñaranda Canal, amigo de la infancia, y yo.<br />

En tr<strong>en</strong>, llegaríamos a París, seguram<strong>en</strong>te a la Gard du Nord<br />

y pronto estaría instalado <strong>en</strong> un hotelito barato del «Quartier<br />

Fernado Mazuera con <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> <strong>en</strong> uno de los viajes del maestro a <strong>Bogotá</strong><br />

(s. f.).<br />

Latin» Boulevard St. Germain y rue de Seine, a dos cuadras<br />

del famoso café Deux Magots y la librería La Hune.<br />

Quince días después, tocaba tembloroso la puerta del taller<br />

de arquitectura conocido por su dirección, el conocido 35<br />

rue du Sèvres. Había obt<strong>en</strong>ido autorización de las autoridades<br />

educativas <strong>en</strong> París el «c<strong>en</strong>tro de acogida de estudiantes»,<br />

para int<strong>en</strong>tar <strong>en</strong>trar allí como becario.<br />

Fui rechazado, pero conocí a Salmona, que ya llevaba<br />

allí unos dos o tres meses. Ellos, <strong>Le</strong> <strong>Corbusier</strong> y Salmona se

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!