Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
paso adelante. Snaut se apelotonó en el sillón.<br />
—Snaut... —murmuré.<br />
Snaut se estremeció, como si yo lo hubiese golpeado.<br />
Mirándome con un horror indescriptible, articuló, con<br />
voz enronquecida:<br />
—No te conozco... no te conozco... ¿qué<br />
quieres?<br />
El líquido derramado se evaporaba rápidamente. Aspiré<br />
una vaharada de alcohol. ¿Bebía? ¿Estaba borracho?<br />
Pero ¿por qué tenía tanto miedo? Yo seguía de<br />
pie en el centro de la cabina. Sentía flojas las piernas;<br />
creía tener los oídos tapados con algodones. De algún<br />
modo, el suelo bajo mis pies no parecía real. Detrás<br />
del combado cristal de la ventana, un movimiento regular<br />
animaba el océano. Snaut no apartaba de mí<br />
los ojos inyectados en sangre. El terror se le había retirado<br />
de la cara, pero la expresión era aún de una<br />
repugnancia invencible.<br />
—¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo? —murmuré.<br />
Snaut me respondió con una voz apagada.<br />
—Te preocupas... ¡Ah! ¿Así que te preocupas, entonces?<br />
¿Por qué preocuparte por mí? Yo no te<br />
conozco.<br />
—¿Dónde está Gibarían? —pregunté.<br />
Snaut contuvo el aliento; en el fondo de los ojos,<br />
vidriosos de nuevo, una luz débil se le encendió y<br />
extinguió.<br />
—Gi..., Giba... ¡no! ¡no! —Una risa sofocada,<br />
una risa de idiota lo sacudió de arriba abajo; en<br />
seguida pareció calmarse un poco.— ¿Has venido por<br />
Gibarían? ¿Por Gibarian? ¿Para qué lo quieres?<br />
Me miraba como si de pronto yo hubiera dejado de<br />
ser una amenaza para él. En las palabras de Snaut, o<br />
más bien en el tono, había odio y provocación.<br />
Atolondrado, farfullé:<br />
—¿Qué pasa?... ¿dónde está?<br />
—¿No lo sabes?<br />
Estaba borracho, obviamente, y había perdido por<br />
<strong>completo</strong> la cabeza. Me sentí furioso. Hubiera<br />
tenido que dominarme y salir, pero perdí la<br />
paciencia.<br />
—¡Basta! —vociferé—. ¿Cómo podría saber dónde<br />
está si acabo de llegar?... ¡Snaut! ¿Qué sucede?<br />
Snaut abrió la boca. Estaba otra vez sin aliento, y<br />
un resplandor diferente le iluminó los ojos. Se<br />
12