Hermenéutica Bíblica - Megapagina Pentecostales del Nombre
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INSTITUTO BIBLICO PENTECOSTAL<br />
ASIGNATURA: HERMENEUTICA BIBLICA I<br />
GUIA Nº 2.<br />
PROFESOR: JULIO CESAR CLAVIJO S.<br />
Tomado <strong>del</strong> libro: <strong>Hermenéutica</strong> <strong>Bíblica</strong>. Autor, José M. Martínez. Editorial, Libros Clie.<br />
NECESIDAD DE LA HERMENEUTICA<br />
A menudo lo que se expresa mediante el lenguaje es tan simple, frecuente o conocido que la interpretación se<br />
lleva a cabo sin dificultad y sin que apenas nos percatemos de la misma. Esto es así especialmente cuando la<br />
persona que habla y la que oye viven en situaciones análogas y cuando su mundo cultural, social y lingüístico<br />
es el mismo (Por ejemplo, una disertación sobre anatomía será bien seguida y comprendida por un médico)<br />
Las dificultades empiezan a surgir cuando se lee un libro cuyo auto pertenece a un país, a una cultura, a un<br />
tipo de sociedad y a un momento histórico lejanos, o cuando las formas <strong>del</strong> lenguaje literario no coinciden con<br />
el lenguaje cotidiano.<br />
En el caso de la Biblia, las dificultades se multiplican a causa de su complejidad. No es la obra de un hombre<br />
en un momento histórico determinado, sino un conjunto de libros escrito a lo largo de un periodo de más de<br />
un milenio, cuajado de grandes cambios culturales, políticos, sociales y religiosos. Si a esto se añade la<br />
diversidad de sus autores, estilos y géneros literarios, se comprenderá lo imperioso de un trabajo esmerado<br />
cuando se trata de interpretar las escrituras hebreo-cristianas.<br />
COMENTARIOS EN CONTRA DE LA HERMENEUTICA:<br />
Hay personas dentro de las congregaciones que aseguran que no hay necesidad de un estudio concienzudo<br />
acerca de las técnicas de interpretación bíblica, pues para ellos, el solo hecho de pertenecer al cuerpo de<br />
Cristo y poseer el Espíritu Santo, es el único requisito para ejercer tan importante tarea. Estas personas<br />
citarían textos como los de 1.Jn.2:20,27 (“Vosotros tenéis la unción <strong>del</strong> Santo y conocéis todas las cosas... La<br />
unción que recibisteis de El permanece en vosotros y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe”) y<br />
1.Cor,2:10,16 (“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun<br />
lo profundo de Dios”... y ... “Mas nosotros tenemos la mente de Cristo”).<br />
Estas personas solo evidencian su ignorancia u olvido de otros pasajes en los que se pone de manifiesto que la<br />
clara comprensión de una enseñanza bíblica no siempre se obtiene de manera directa o inmediata, sino que a<br />
menudo hace necesaria la mediación <strong>del</strong> intérprete. Recordemos el ejemplo de la Ley leída al pueblo y<br />
explicada por Esdras. Algunas de las parábolas referidas por Jesús mismo no fueron suficientemente claras<br />
por los discípulos y el Señor mismo tuvo que interpretárselas. El eunuco etiope leía una porción <strong>del</strong> profeta<br />
Isaías, pero solo comprendió su sentido después de la explicación de Felipe.<br />
NOTA: La obra <strong>del</strong> Espíritu Santo es indispensable para la comprensión de la palabra de Dios; pero no es,<br />
por lo general, una obra que nos ahorre la saludable tarea de la hermenéutica. Es guía, no atajo, para llevarnos<br />
al conocimiento de la verdad de Dios. Por tal razón contar con el Espíritu no excluye la necesidad <strong>del</strong> estudio<br />
encaminado a desentrañar lo mas exclusivo y fielmente posible el significado de los textos sagrados.<br />
Los diversos ministerios cristianos son dones <strong>del</strong> Señor a su Iglesia para su edificación, y uno de los<br />
principales deberes de todo ministro es manejar rectamente (orthomeō) la palabra de verdad (2.Ti.2:15), así<br />
como uno de sus mayores pecados es adulterar (kapēleuō = desnaturalizar con fines indignos) esa palabra<br />
(2.Co.2:17). Por eso Pedro refiriéndose a algunos escritos de Pablo, afirma que son “difíciles de entender” y<br />
que los indoctos e inconstantes “los tuercen, al igual que las demás escrituras, para su propia perdición”<br />
(2.P.3:15-16)<br />
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