en la noche - SINEDIT

punto lejano con repetitiva cadencia. Escuchó atentamente,
percatándose con prontitud de que esta vez, había algo diferente de
lo habitual. Gradualmente, el tono de los ruidos fue
acrecentándose, y algo más tarde, un desprendimiento de rocas
tuvo lugar en la distancia, reverberando por la inmensa caverna,
pudiendo decirse que, antes del magnífico estruendo, hasta su
olfato llegó el aroma del nuevo aire. Con la primera inhalación su
cuerpo comenzó a salir del letargo, sintiendo cómo el embrión se
desperezaba, removiendo sensaciones olvidadas y músculos
avejentados. Hasta sus oídos llegó la maravillosa tonalidad de las
voces humanas, amplificadas por el eco sobrenatural de la
gigantesca bóveda, e inmediatamente concentró toda su atención
en crear un vínculo que condujera a los hombres hasta él. Podía oír
las expresiones de asombro de los intrusos, así como sus excitados
movimientos.
El haz de luz rasgó las entrañas de la tierra, como un cometa
en la noche. Dado que la abertura en la piedra apenas tenía el
tamaño de un hombre, el rayo luminoso hendía la oscuridad con
perfecta simetría, iluminando un pequeño rodal varios metros más
abajo, que a los ojos de los hombres aparecía como un diminuto
punto en la lejanía. Para calcular la distancia anudaron firmemente
varias cuerdas y las marcaron con pequeños carboncillos, antes de
lanzarlas al vacío. Pronto descubrieron que deberían realizar una
caída libre sumamente peligrosa, así que procedieron a realizar una
serie de vigorosos nudos a lo largo de toda la cordada. Poco
después inspeccionaron cuidadosamente la recién abierta oquedad
para evitar el grave peligro que ocasionaría el desprendimiento de
alguna piedra mientras descendían, y untando las manos con harina
se dispusieron a bajar. Concertaron que uno de los tres quedaría
arriba al cuidado del equipo transportado en las mulas, así como de
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