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Entrevista a Ramón (GAlactus)<br />
Parecido al misterio de La Santísima Trinidad, los redactores de D. T. en prácticas acudimos una tarde<br />
de febrero al encuentro con Ramón Galactus y Marciano Pizarro, encarnados en una misma persona.<br />
Perplejos por esta sobrenatural conjetura decidimos que presidiera la reunión unos mantecados de<br />
Portillo, café con leche y la cumbre del Exótica “Le Sacre Du Sauvage”. Imaginando este Tabernáculo,<br />
se nos ocurre pensar que quienes en el futuro quieran escudriñar los entresijos sociológicos de quién<br />
somos y cómo vivimos ahora, tendrán que recurrir al fanzineroso conocimiento de Mondo Brutto.<br />
Hola Ramón. Cuéntanos los origenes del<br />
Mondo Brutto. Empezamos a hacer el fanzine<br />
en verano del 92. Era una idea que, como<br />
todas las buenas ideas, surgió en un bar y nació<br />
también con un sentimiento muy español que<br />
es el de “si éste lo hace,<br />
lo hago yo mejor”.<br />
Trabajábamos en un<br />
bar de Malasaña, Rafa y<br />
yo. Siempre nos había<br />
interesado la cultura<br />
popular, veníamos del<br />
mundo de las emisoras<br />
libres, habíamos estado<br />
en rollos marginales.<br />
Nos llegaron un par de<br />
fanzines, de esos que<br />
se llevaban en aquella<br />
época, de garage y<br />
entonces dijimos, “esto<br />
lo podemos hacer mejor<br />
nosotros”. Cuando<br />
se enteraron de que<br />
queríamos sacar un<br />
fanzine en seguida vino<br />
gente como Grace<br />
Morales, que era amiga<br />
nuestra. Sacamos 50<br />
copias, lo hicimos en<br />
un papel amarillo limón<br />
escandalosamente bonito,<br />
pero que no se leía apenas.<br />
La portada estaba hecha en<br />
una impresora láser, que en<br />
el año 92 era una cosa como<br />
futurista… ¿no? Entonces era<br />
una a una, sacada por una impresora láser<br />
que, con la tinta fresca, si ponías los dedos se<br />
notaban. Lo llevamos a una fotocopiadora que<br />
estaba por la calle Mayor, con las portadas por<br />
otro lado, hicimos 50 ejemplares pensando que<br />
ese era nuestro techo, tampoco pensábamos<br />
venderlo, en principio lo íbamos a regalar a<br />
la gente que nos escribiera, a los conocidos.<br />
Mandamos uno a Juan de Pablos, otro a Alaska<br />
y Nacho, de los que éramos muy fans en la<br />
época, a una media docena de personas. Se<br />
“Mondo Brutto siempre<br />
ha sido una especie de<br />
chiste privado para<br />
nosotros”<br />
ve que gustó mucho y entonces nos dijeron<br />
¿por qué no lo lleváis a las tiendas? Hicimos<br />
una reedición de 25. Hacerlo en fotocopias<br />
era un coñazo, porque además tenía ciento y<br />
pico páginas, sí era muy tocho. Los llevamos a<br />
Discos del Sur, y allí se<br />
vendieron muy bien, la<br />
gente hablaba bien del<br />
fanzine y entonces nos<br />
animamos a hacer el<br />
segundo.<br />
¿A cómo lo vendíais?<br />
Muy caro, me parece<br />
que eran 500 pesetas,<br />
pero realmente a<br />
propósito, como<br />
diciendo “si tenemos<br />
que poner un precio<br />
vamos a ponerlo caro”,<br />
porque en realidad<br />
Mondo Brutto siempre<br />
ha sido como una<br />
especie de chiste<br />
privado para nosotros.<br />
Sacamos un segundo<br />
número ya como… 100<br />
ejemplares, la locura,<br />
y eso ya fue una<br />
espiral, porque hasta el<br />
número 7, sacábamos<br />
doscientos cincuenta,<br />
trescientos, una locura. En el<br />
número dos le hicimos una<br />
entrevista a Juan de Pablos<br />
en la que sólo le hicimos<br />
una pregunta. Se pasó toda<br />
la entrevista contestando esa pregunta… y<br />
hablando de lo que le pareció (risas)<br />
Las tiradas eran muy pequeñas hasta el número<br />
8, en que hicimos 1000. Recortábamos las<br />
fotos, aparte de las de las revistas recortábamos<br />
fotos de libros, como animales. Era otro mundo<br />
porque es que no había internet. Hay un antes<br />
y un después de internet, antes no había otra<br />
manera. Los ordenadores en aquella época<br />
no servían para nada, sólo usábamos el<br />
procesador de textos y dejábamos los huecos,<br />
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