agosto - LiahonaSud

(viene de la página anterior)
El niño negó, con la cabeza. Su padre recordó
entonces que había dos cosas que a Raulito
le gustaban muchísimo; posiblemente el niño
querría una de esas dos cosas. "Ya sé lo que
quieres, Raulito; voy a hacer unos bizchochos de
coco, que sé que te gustan mucho. Y si quieres
también puedes comer helado de chocolate."
"No, no quiero ni bizchochos de coco ni
helado de chocolate."
El padre, algo impaciente ya, le preguntó:
"¿Qué es lo que quieres comer entonces?"
"Quiero comer tortugas", dijo, pensando en
hacer una broma a su papá.
"¿Tortugas? ¿Quieres comer tortugas? Muy
bien, vamos a hacer tortugas. Esa es una de
las cosas que sé cocinar mejor."
Los ojos de Raulito se abrieron muy grandes,
ya que él esperaba que su papá le contestara
algo así como: "¿De dónde sacaste la idea de
comer tortugas? Es un disparate. ¿No sabes que
las tortugas no se comen?" Entonces él iba
a responderle: "No te enojes papá, te estoy haciendo
una broma; yo sé muy bien que no podemos
comer tortugas. Todo fue una broma; comeré
lo que tú me prepares papá." Pero el padre
se disponía en cambio a cocinar tortugas. Tenía
sobre la mesa un bol con harina, huevos, leche
y azúcar y batía rápidamente.
"¡Ah! Ya sé. Vas a hacer bizchochos de coco,
me estabas haciendo una broma a mí, ¿eh
papá?"
"No," respondió el padre con una sonrisa
a flor de labios, "vamos a comer tortugas."
El papá seguía batiendo rápidamente. "Esto
ya está listo", dijo mientras echaba una cucharada
en el aceite caliente.
"Pero papá, eso que estás haciendo son bizcochos,
no tortugas", exclamó Raulito, parándose
en puntas de pie para poder mirar dentro de la
sartén.
"No, señor Raúl, son tortugas; espera un
poco y verás."
Entonces el papá tomó un cuchillo y dio
forma de tortuga al bizchocho que tenía en la
sartén. Realmente era una tortuga—un bizchocho
con forma de tortuga. Padre e hijo reían
juntos cuando la mamá apareció en la cocina.
"¿Qué pasa aquí? Los oí reír y como ya pasó mi
dolor de cabeza, decidí levantarme."
"Estamos comiendo tortugas, mamita", exclamó
Raulito muy contento, mientras abrazaba
a su mamá. "¿Quieres una?"
(sigue en la página 188-F)
¿Sabías tú que ... ?
por T. M. Caulfield
... el elefante es el único animal con cuatro rodillas?
... la lengua de la jirafa tiene 60 centímetros de largo?
.. . hay más estrellas en el cielo que granitos de arena en todos
las playas del mundo?
188-B LIAHONA