Darlo TODO - Jesuitas.cl

“Dios nos está llamando muy claramente a la
colaboración. La misión es la misión de Cristo, no la
misión de la Compañía de Jesús. Somos conscientes
de que la misión es demasiado grande para que quede
en manos de un grupo”.
La economía africana es una ínfima parte
de la economía mundial. Si África se hunde,
la economía mundial prácticamente no
se afecta. Tenemos una deuda con África, el
que sean tan pobres después de tantos siglos
nos tendría que preocupar a todos. Por otra
parte, la prioridad por China es obvia, pues
el gigante está resurgiendo, y su capacidad
por influenciar el mundo es enorme.
La Compañía de Jesús también tiene una
prioridad apostólica que nos viene por mandato
del Papa: las “Casas Romanas”, es decir,
la Universidad Gregoriana, el Pontificio
Instituto Bíblico y el Instituto Oriental. ¿Qué
relación tiene esto con la prioridad de los
pobres? La mayoría de los estudiantes ahora
provienen del Tercer Mundo. Es un servicio
a iglesias pobres.
Al mismo tiempo, estas universidades están
en un proceso de reforma, en términos de
prestar servicios a instituciones que trabajan
con los pobres.
La Compañía de Jesús se siente llamada,
en este momento, a dar profundidad a todo
lo que hace. Estamos en un mundo en el
que, pese a todas las técnicas que tenemos,
el peligro de la superficialidad es extraordinario.
Se habla de la globalización de la superficialidad.
Hoy, para cualquier estudiante
la tentación es cortar y pegar, porque toda
la información la tenemos en Google. Así,
tenemos una prioridad en el apostolado intelectual
precisamente para dar esa profundidad.
Creemos que la Compañía de Jesús
tiene una tradición intelectual de formación,
de estudios, y eso es muy importante hoy
para la Iglesia y para la sociedad.
La quinta prioridad son las personas desplazadas,
los refugiados, los migrantes. La humanidad
no se resigna simplemente a morir,
entonces los más audaces salen, buscando la
posibilidad de vivir, de crecer, de tener nuevas
oportunidades y también de sostener a
sus familias. He visto filipinos en Japón y
latinoamericanos que viven como ratas, en
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